Mi hijo tiene mejor verga que yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por getaway11.
Esta es la historia de un padre que vive en Estados Unidos y que una de sus fantasías era su hijo adolescente.
Por muchos años tuvieron una relación normal de padre-hijo, pero conforme el pequeño se fue desarrollando, se convirtió en un hermoso joven, entonces los deseos ocultos bisexuales de su padre empezaron a salir a la luz con una fuerza incontrolable.
Esta es la historia:
Finalmente obtuve mi deseo.
Después de muchos intentos frustrados de ver algo "accidentalmente", finalmente vi a mi hijo desnudo y completamente duro por accidente y fue un millón de veces mejores de lo que hubiera imaginado.
Un día que había tormenta de nieve, llegué a casa más temprano de lo usual, como media hora, e inmediatamente me di cuenta de un par de zapatos que estaba en la puerta.
Reconocí que eran de mi hijo y de su amigo, un chico que venía seguido a casa.
Normalmente siempre checo qué hay en el refrigerador para la cena pero esta vez decidí que era mejor ir a preguntarle a mi hijo y su amigo si se iba a quedar a cenar.
Así que subí las escaleras hasta la habitación de mi hijo.
La puerta estaba cerrada pero no había nada raro, yo no tenía ninguna razón para creer que estaba pasando otra cosa que un juego de xbox atrás de esa puerta.
A pesar de los deseos que tenía, no pensé en nada raro pero definitivamente algo más estaba pasando.
Abrí la puerta sin dudarlo y vi a mi hijo completamente desnudo, la luz de la puesta del sol iluminaba su musculoso cuerpo de adolescente, un chico (al que conozco desde niño) estaba arrodillado frente a él, viviendo mi fantasía con sus labios al rededor de la gruesa base del pitote de mi hijo.
Los ojos de mi hijo se abrieron de pronto con el sonido de la puerta abriéndose, pero no pudo moverse de inmediato.
Me miró directamente, paralizado en la entrada, con la boca abierta y lentamente empujó a su amigo para sacarle el pene de la boca, revelando ante mí, suavemente, pulgada a pulgada su herramienta de 18 años completamente para mis ojos.
Con el típico sonido de chupete, finalmente la cabeza de su verga salió de los labios de su amigo, un hilo de saliva aún colgaba conectando con la boca del otro chico.
Lamento no haber tenido una cinta para medirlo, pero yo diría que era grande; del tipo de verga que cuando las ves, reconoces que es "grande".
Una vez que se quedó sin la verga de mi hijo, el amigo finalmente se dio cuenta de que yo estaba ahí y brincó para ponerse de pié, cubriendo su pito duro lo mejor que pudo, mientras empezó a a disculparse y corrió rápidamente a esconderse pasando a un lado mío.
En una situación normal yo hubiera volteado para disfrutar verlo salir con su atlético trasero de adolescente corriendo hacia afuera pero yo aún estaba en shock por mi hijo.
Él no se inmutó ni corrió, de manera normal recogió su boxer de la cama y se lo puso.
Mi ojos no podían dejar de mirar el obsceno bulto con una manchita de líquido que no sabía si era precum o saliva de su amigo.
Entonces mi hijo se disculpó como si nada, así como si nos hubiéramos tropezado.
Yo también me disculpe de una forma muy torpe y salí del cuarto, en ese momento me di cuenta del bulto duro que tenía en mi pantalón.
Fui al baño de la planta baja a masturbarme y eyaculé como caballo, el orgasmo fue tan intenso que sentí que salieron galones de semen.
Preparé la cena, comí algo y dejé lo demás afuera, solamente les grité desde afuera de la puerta que ya podían bajar a cenar y me encerré en mi cuarto.
Mi cabeza aún seguía dando de vueltas.
Un par de días después, pude hablar con mi hijo y dejé claro que yo no veía nada malo con lo que estaban haciendo, me disculpé por interrumpirlos.
Además le pregunté si su amigo era de hecho su novio, pero mi hijo dijo que eran algo más como "amigos con derechos" y que realmente no se había puesto a pensar si era bi o "lo que sea".
En ese momento yo me abrí un poco a hablar de mis propias experiencias que había tenido con hombres antes de casarme (y ocasionalmente también después) pero hablar sobre mí a penas hizo que mi hijo tuviera alguna reacción.
Las cosas salieron bien considerando lo ocurrido, le compartí algunos detalles de mis encuentros con hombres y ahora él está consciente de mi bisexualidad desde que tuvimos "la charla".
Y me aseguré de que él supiera que yo estoy bien con todo.
Aunque en realidad él no parecía preocupado por nada.
aunque supongo que nunca se sabe realmente.
Tuve que morderme la lengua para no decirle piropos inapropiados sobre su miembro, aunque después me arrepentí de no haberlo hecho.
Mi hijo es casi imposible de leer para mí, porque él es demasiado tranquilo y relajado, incluso no pareció incómodo con ninguna parte de la situación, considerando todo lo que sucedió.
Desde que hablamos las cosas regresaron a la normalidad, excepto claro, porque mis pensamientos inapropiados por mi hijo crecieron fuertemente.
No podría sacarme la imagen de su verga grande y dura, cubierta en saliva y chorreando líquidos.
Mi pene mide como 15 centímetros, nada que presumir pero tampoco es pequeña en mi experiencia.
Claramente él tenía una verga más grande, yo diría que tiene fácilmente 5 centímetros más que yo, posiblemente más.
También estaba impresionado por el ancho, tan gruesa que tenía una forma perfecta.
Sus testículos también colgaban grandes y pesados.
Honestamente, lo único que puedo pensar es cómo los niños se convierten en hombres y que mi hijo tenía mucha hombría.
Esta obsesión me llevó a entrar cada vez más en foros de internet, chats y hasta ver videos porno sobre adolescentes bien dotados e incesto padre-hijo.
Por algunos meses consideré que todo había acabado y que solamente quedaría en mis fantasías como al principio.
Así que fue totalmente una sorpresa cuando en el verano llegué temprano a casa y mi hijo me llamó desde su habitación para ir a verlo.
Después de aquella experiencia, aprendí a tocar la puerta siempre, así que me aseguré de que él me permitiera entrar.
Cuando abrí la puerta mi hijo estaba totalmente desnudo, acostado sobre su cama, con una erección tremenda y masturbándose.
Entonces me preguntó con su normal tono de tranquilidad si eso era lo que tanto quería ver.
Me quedé paralizado sin entender lo que estaba pasando y solamente lo observé en silencio con la boca abierta.
Entonces me dijo: papá has chateado conmigo y ni siquiera te diste cuenta de que era yo, me contaste todas tus fantasías y tu obsesión con esto.
Me dijo mientras se agarraba la verga fuertemente y me apuntaba con ella.
Como siempre, yo no entendí las intenciones de mi hijo, sinceramente había chateado con tanta gente anónima que no sabría cuándo hablé con él.
Pero si pude notar que de nuevo tenía una erección en mi pantalón y no solamente eso, también se había empezado a manchar con gotas de precum.
Mi hijo me habló: no te quedes ahí parado, me vas a hacer sentir como un tonto.
Entonces me acerqué y me senté a la cama junto a él, aún no sabía que hacer, estaba entre la máxima excitación y congelado de miedo.
Debo admitir que tenía tanta adrenalina que mis piernas y manos estaban temblando.
Entonces mi hijo abrió una impresión de pantalla en su celular y me lo mostró.
Era una conversación que yo no recordé en ese momento pero a medida que iba avanzando, mi memoria fue regresando.
En el chat le confesaba que empece a tratar de espiarlo desde que tenía como 16 años, en la regadera, en su habitación e incluso en algunas piscinas pero que nunca lo había conseguido, luego le contaba la historia de cuando lo caché con su amigo, así como mis emociones y las ganas que me quedaron de ser yo quien le estuviera mamando la verga, además de que la obsesión solamente se había hecho más fuerte.
Tenía muchos sentimientos encontrados, de cierta forma me sentía humillado, con mucha vergüenza pero no dejaba de estar excitado, además estaba sorprendido por la determinación de mi hijo al confrontarme así.
Luego me agarró la mano y la puso sobre su verga, mientras me decía que él también estaba sorprendido de que yo hubiera tenido experiencias con hombres, que las historias que le conté lo habían excitado y que él no se sentía especialmente atraído por mí pero que sí tenía ganas de explorar un poco y ver que tan cómodo se sentía con eso.
Oír sus palabras me tranquilizaron de cierta manera, por lo menos sabía que esto era consensual y que yo no lo estaba forzando.
Entonces, con un poco más de confianza empecé a pajearlo.
Sentir esa vergota con la que tanto había fantaseado finalmente en mi mano era tan irreal como haberlo visto teniendo sexo oral.
Por si fuera poco, mi hijo me tomó del hombro y me hizo agacharme sobre él, luego me jaló la cabeza y la dirigió hacia su entrepierna, yo entendí que quería que le diera una mamada, así que finalmente pude cumplir mi fantasía y saborear ese delicioso dulce, tal y como lo había deseado tanto.
No pude evitar acomodarme de rodillas, mientras él seguía acostado sobre la cama y mis manos empezaron a recorrer su cuerpo acariciándolo, pero él me tomó las manos y se las puso de vuelta en la cadera.
Yo empecé a masajearlo y acariciarlo suavemente.
Yo pensé que eso sería todo (si acaso deseaba que se viniera en mi boca), para mí ya era suficiente hacer mi sueño realidad, cuando mi hijo me dijo que la historia favorita que le había contado fue la primera vez que me penetraron, que él aún no lo había hecho y que se preguntaba si yo estaría dispuesto a ser su primera vez.
Me lo quedé viendo a los ojos sorprendido, más porque quería estar seguro de lo que estaba oyendo, además no entendí si quería que yo fuera activo o pasivo, pero todo quedó muy claro cuando sacó un condón y se lo puso, por suerte también tenía un frasco de lubricante.
Sentí que caí redondito en su trampa, se nota que había preparado todo.
Tenía literalmente años que me habían penetrado pero no pude reusarme a tal invitación, así que le pedí que se recostara sobre la cama, me quité el pantalón y empecé a ponerme lubricante en el culo, además de ponerle sobre la verga.
Mi hijo me pidió que me quitara toda la ropa, sinceramente me daba pena que viera mi cuerpo de señor contrastando con el de su amigo e incluso con el suyo, tan jóvenes y atléticos.
Pero ya no podía decirle que no y obedecí.
Me fui sentando lentamente sobre la enorme herramienta de mi hijo, sintiendo como todas las viejas sensaciones llenaban de nuevo mi interior.
A pesar de estar fuera de práctica, estaba tan caliente que me entró con facilidad hasta el fondo, mis piernas seguían temblando.
Nos quedamos unos segundos sin movernos, supongo que mi hijo no sabía que hacer o no podía moverse por mi peso pero yo aproveché para acostumbrarme a su tamaño y grosor.
Se me estaba erizando la piel.
Empecé a moverme lentamente de arriba hacia abajo y liberando mi peso, mi hijo empezó a empujar debajo de mí.
Rápidamente se volvió un frenesí donde yo me daba de sentones sobre él y él me daba topes con su cadera.
Pasaron solamente unos segundos cuando sentí un cambio en la expresión de su rostro y empezó a gemir suavemente en un prolongado orgasmo.
Yo empecé a moverme más lentamente y pude sentir su enorme miembro viniéndose dentro de mi interior.
Cuando terminó, retiré con mucho cuidado el condón, al mismo tiempo que me levanté.
Yo aún no había eyaculado pero mi verga estaba totalmente suave, aturdida por la sensación tan intensa del bombeo de mi hijo.
Le pregunté si estaba bien y con su forma tan tranquila de reaccionar me dijo que sí, se levantó y se metió a la regadera.
Yo me fui de nuevo al baño de abajo, con una mano tomé mi ropa del piso y bajé caminando lo más rápido que pude.
Mi ano quedó muy sensible, aún tenía la sensación de que me estaba penetrando y cada escalón que bajaba era como un mini-orgasmo.
Tiré el condón por el escusado, mi ropa al piso y empecé a pajearme, mi verga ni si quiera se puso totalmente dura cuando comencé a tener un orgasmo tan intenso que podía sentir mi ano abriendo y cerrando con cada brote de semen, no pude evitar que saliera un ligero gemido de mi boca.
Después de eso me fui a la ducha.
Las cosas entre mi hijo y yo siguen tranquilas.
Desde esa vez no hemos vuelto a hacer nada sexual, nos llevamos como antes y creo que finalmente entregarme a la tentación me sirvió para tranquilizarme un rato.
Un par de meses después, todavía me masturbo y toco mi ano para recordar la sensación, eso siempre me hace tener un orgasmo intenso.
Ahora ya no entro tanto a los foros, creo que finalmente tuve la respuesta que estaba buscando y si tengo alguna inquietud prefiero preguntarle directamente a mi hijo.
Sé que ahora ha seguido teniendo relaciones con su amigo pero también tiene una novia.
No quiero juzgarlo y espero que pronto descubra lo que quiere en la vida, me quedo tranquilo al saber que tiene sexo seguro.
Un par de veces me ha sugerido que quiere experimentar más conmigo pero no hemos tenido ocasión para hacer más, aunque no dudo que vuelva a pasar algo antes del fin de año.
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