Mi hijo y yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Giovanna, y mi hijo se llama Joaquín, actualmente yo tengo 31 años y mi hijo 15.
Desde chico mi hijo es un chico muy correcto y educado, por supuesto así lo eduqué, nunca me hizo tanto berrinche ni se comportó rebelde conmigo, era prácticamente el hijo que todas las madres sueñan con tener.
La relación con mi marido es muy estable, no tenemos sexo con mucha frecuencia ni estamos juntos por mucho tiempo en lo que pasa del día por su trabajo, vuelve como a medianoche todos los días, eso me pone triste a veces, pero en cuanto vuelve temprano o cuando tiene tiempo para estar conmigo siempre soy feliz con él.
Un día estaba tranquila en la cocina, haciendo la cena para mi hijo y para mi, él estaba sentado en la sala viendo televisión, cuando escucho algo así como lo que sería unos gemidos de mujer, y me dirijo a la sala, noté que Joaquín cambió inmediatamente de canal, y cuando lo noté, vi que sacaba sus manos de adentro de su pantalón, fingiendo no haber visto nada de eso como el repentino cambio de canal y cuando sacó sus manos de sus pantalones, le dije que la cena estaba lista, para que vaya a comer, con esa imagen de mi hijo me quedé un rato pensando, aunque era normal, estaba en la edad que los chicos se masturban, recuerdo que yo misma solía masturbarme con frecuencia cuando era más joven, y actualmente de hecho, como nunca había hablado sobre él sobre los temas del sexo, sentí como madre que era mi deber hacerle saber sobre esas cosas, aunque estaba claro que ya lo sabía, pero debía explicárselo más a fondo por incómodo que sea, entonces procedí a preguntarle.
– Hijo
– Dime mamá.
– Ya estás bastante grande y habrán hablado una o dos veces de esto en tu colegio.
– ¿De qué?
– Del sexo Joaquín
Noté que se puso algo nervioso.
– ¿Sexo? ¿Por qué?
– Hmm, nada más, nunca conversamos mucho en la cena y me parece que debería hablarte de esto porque nunca lo había hecho
. Hmm, está bien.
Cuando terminé de explicarle todo, se nota que estaba aburrido y que quería irse, como todos los jovenes le parece aburrido aprender cosas nuevas… jajaja, entonces terminó de cenar y subió a su habitación como siempre.
Por lo que había visto en la sala, por alguna razón me dio curiosidad saber si es que lo hacía también cuando subía a su habitación, al subir pensé que no lo encontraría haciendo nada, pero me equivoqué, me asomé por la puerta entreabierta de su habitación y el estaba ahí, masturbándose como lo supuse, me sorprendí al ver el pene de mi hijo, era muy grande y estaba muy duro, me quedé ahí un rato, en mi mente sabía que estaba mal espiar a mi hijo, me fui lejos de la puerta y entré a la habitación que compartía con mi esposo, estaba mojada en demasía, ¿me había exitado con mi propio hijo? Sabía que estaba mal pero no dejaba de ser exitante, cerré la puerta con llave y me comencé a masturbar, pensando en la verga grande y dura que tenía mi hijo, y lo rico que sería que me penetre, acariciaba lentamente mi clítoris, y me metía el dildo hasta el fondo, una y otra vez, me masturbé hasta alcanzar un rico orgasmo, empecé a pensar que esto estaba mal, sin embargo no era imposible, soy una mujer con aspecto joven a pesar de mi edad, cualquiera pensaría que tengo entre 20 y 25 años, me dirigí hacia la habitación de mi hijo, y al parecer seguía con la verga afuera y dura, haciéndome la tonta, cerré despacito la puerta y la empecé a tocar, de inmediato Joaquín dijo "Un momento!" como asustado, luego de 30 o 40 segundos, Joaquín abre la puerta, entré y le hice sentar en su cama como para decirle algo.
– Joaquín, siéntate, te quiero hablar de algo
– ¿Pasó algo malo?
– No hijo, todo lo contrario.
– ¿Entonces?
– ¿Crees que no sé que te estuviste masturbando? – Dije en un tono suave y algo coqueto
– ¿Q-qué? – Dijo él con miedo
– Tal vez yo te pueda ayudar, ¿recuerdas la conversación que tuvimos en la cena?
– S-sí
– Ahora pondrás la lección en práctica
Yo misma no podía creer lo que estaba diciendo, aunque aún así lo estaba deseando, Joaquín algo extrañado y temblando levemente, no se oponía a lo que le decía, lo hice recostar sobre su cama y le empecé a bajar el short lentamente, se ve que su pene estaba duro, la agarré con ambas manos y empecé a darle leves lamiditas a la punta de su miembro. y él daba leves gemidos, me lo metí a la boca y movía mi cabeza arriba y abajo mientras agarraba su pene con ambas manos y se la jalaba, quien lo diría, se la estaba chupando a mi hijo y era riquísimo, saqué una mano de su pene y la puse en mi cuca sobre mi ropa, me había mojado muchísimo, seguí así por un rato hasta que mi hijo explotó en un orgasmo, dándome toda la leche que tenía, toda en mi boca, era espesa y riquísima sin dudarlo la tragué, y subí a la cama y me puse arriba de él, besándole y succionando su cuello, me quité la blusa y me agaché un poco permitiéndole sobar mis tetas, las chupó y se sentía tan rico, "chupa las tetas de mami, así, dale placer a mami" le decía, al parecer esto lo exitaba aún más, me levanté y me quité el short que llevaba, volví a ponerme encime de él, y agarrando su verga la coloqué como para que me penetre, y moviéndome arriba y abajo sentí como su pene entraba y salía de mi cuca, era la sensación más rica del mundo, veía la cara de placer de mi hijo y como liberaba unos pequeños gemidos de ves en cuando, simplemente era adorable, mis jugos habían empapado completamente el pene de mi hijo, luego de un rato, sentí como la leche salía del pene de mi hijo, y sentí el orgasmo más rico de toda mi vida, ni con mi esposo lograba sentirme tan realizada y tan llena de placer, había acabado dentro de mi, no me preocupé en lo absoluto en ese momento, estaba tan llena de placer que ese detalle se me pasó
La leche de mi hijo era abundante, salía de mi cuca en demasía, era tan hermoso, tan rico, en ese momento me paré en la cama y me senté en la cara de mi hijo, y con tono de orden le dije a Joaquín "Lámelo todo", él obedeciendo, empezó a lamer, limpiando toda mi cuca, fue demasiado rico sentir su lenguita acariciando mi cuca, parándome, me puse mi short y mi blusa, era tarde y mi esposo estaba por llegar, le di un beso apasionado, metiéndole la lengua, y luego le dije "A partir de hoy, mientras tu padre no esté aquí, podrás masturbarte en donde quieras, luego oí su tierna voz diciendo "Sí mamá", salí de su habitación y me dirigí a la de y y mi esposo, como lo supuse no tardó en llegar, y aún algo caliente, cuando llegó, tuve sexo con mi esposo, fue más rico de lo normal, pero no se compara a lo de mi hijo, ¿quién lo diría? ahora tenía 2 hombre en casa, podría tener sexo con ellos siempre que quisiera, y si que lo estoy gozando como loca
Mantuvimos una relación así todos los días, cuando estabamos ambos en casa, yo andaba con ropa íntima, o a veces con nada puesto, Joaquín hacía lo mismo, ese día empezó lo que de ser una relación madre e hijo, terminó siendo una relación hombre y mujer, apenas comienza nuestra historia, lo que pasó después y las riquísimas experiencias que tuve gracias a esto, será cosa que contaré en una segunda parte.
Que rica historia, 👌🏽