Mi hijo y yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy Ángela, colombiana, divorciada, con un hijo de 13 años.
La situación de mi hijo y mía en Colombia era tremenda, pasamos hasta hambre, estaba desesperada, hasta que por suerte conocí un señor en una pagina de contactos, cuando le conté lo que me estaba pasando, él me dijo que me iba a ayudar y que si nos portamos bien, nos iba a llevar a España con él.
Yo hacía todo lo que él me decía que haga, me masturbaba frente a cámaras mientras él me miraba, me metía cosas en el ano, en la cuca, me hizo dejar que vea a mi hijo desnudo, nos hizo tener relaciones sexuales con Camilo, hasta que como Jose, que así se llama mi amigo, me dijo, terminé embarazada de mi propio hijo, mi hijo le mostraba su ano y le decía que quería que se lo rompa con su vergota.
Camilo y yo, con tal de salir de la miseria en la que vivíamos estábamos dispuestos a todo, no me importaba si ese hombre cuando estuviéramos en España me iba a coger a mi y se iba a coger a mi hijo también.
Lo peor ya lo había echo, quedar embarazada de mi propio hijo.
Me mandó plata para los documentos, para el divorcio, para que le pague al padre de mi hijo para que firme el permiso de viaje, hasta que por fin llegó el momento de irnos.
Mi vientre estaba abultado, se notaba mi embarazo aunque estaba solo de tres meses y medio nada mas.
En el vuelo la pase vomitando.
Cuando llegamos me parecía mentira que todo nuestro sufrimiento se hubiera terminado.
Cuando aterrizamos, yo estaba nerviosa, como nos adaptaríamos a la nueva vida.
Cuando lo veo a Jose, me quedé impresionada, era mucho mas atractivo que en cámara, nos abrazamos los tres, yo lloraba de felicidad, no podía creer lo que estaba viviendo.
Fuimos a uno de los restaurantes del aeropuerto, Camilo me miraba, no sabía que hacer, "pide lo que quieras chaval", le dijo Jose.
Yo veía a mi hijo feliz, se reía por todo, yo estaba en los brazos de mi hombre.
Cuando salimos, vi su coche y pensé que era narcotraficante, subimos y nos íbamos a su casa, que iba a ser la nuestra, "muy bien echo chaval que hayas embarazado a tu madre, yo veía como te la follabas y que envidia me dabas, y ese culete virgen que tienes, no sabes las ganas de romperlo que tengo", decía Jose, pasando una de sus manos por mis piernas hasta que llegamos a su casa.
A comparación de como vivíamos era todo lujo.
Jose le dijo a Camilo cual es su habitación y nosotros nos fuimos a la nuestra, nos empezamos a besar, él me empezó a desnudar se sentó en el borde de la cama y sacó su verga, que yo me arrodille entre sus piernas y se la empecé a mamar.
Mi hijo golpea la puerta de nuestro cuarto y Jose le dijo que pase y que yo le siga mamando la verga, "chúpanos la polla a los dos", me dijo Jose e hizo que mi hijo saque su verga y yo les mamaba las vergas, "que rico que chupa la polla tu madre", le dijo Jose a mi hijo, mientras me acariciaba las tetas.
Mi hijo y Jose estaban con las piernas abiertas y yo de rodillas se las mamaba un poco a uno y otro poco al otro, "te gusta Camilo como tu medre nos chupa la polla?", le dice Jose a mi hijo, "si, me gusta mucho como la mama", le respondió Camilo.
Yo al final me puse caliente y empujando a Jose sobre la cama, me subí sobre él y con mi mano acomodé su verga contra mi cuca y me fui sentando haciendo que me entre toda y mi hijo se puso de rodillas en la cama y mientras Jose me cogía le mamaba la verga a mi hijo.
Así estuvimos cogiendo hasta que Jose me dijo que me la quería meter por la cola, yo me acomodé en cuatro en el borde de la cama sin dejar de mamar la verga de mi hijo y Jose se ubicó entre mis nalgas y me la mete por la cola, "este es el tipo de familia que siempre soñé", decía Jose, sacando y metiendo su verga de mi ano, cogiendo mi cola, hasta que de tanto coger, nos corrimos los tres casi juntos, Camilo en mi boca, Jose en mi cola y yo metiendo mis dedos en mi cuca.
Nos duchamos y salimos a cenar.
La felicidad era tanta, que no me importaba nada, no me importaba coger con mi hijo, que mi pareja se baya a coger a mi hijo.
Yo iba con una falda, sin nada debajo, con una blusa negra y el sujetador del mismo color, y en el coche de Jose, me iba metiendo mano, por eso no me había dejado poner bragas, así mientras manejaba me iba metiendo los dedos en la cuca.
Pasamos de maravillas, comimos como hacía mucho tiempo que no comíamos, nos divertimos, algo maravilloso.
Yo me emocionaba al escuchar a mi hijo reír feliz.
Mi hijo tenía televisión en su habitación, un ordenador nuevo, yo era la mujer mas feliz del mundo viendo feliz a mi hijo, "y papi, cuando me va a romper la cola con su vergota?", le dijo Camilo, sentándose en sus piernas y moviendo su cola, "cariño, me ayudas a romper el culo de tu hijo?", me dijo Jose, metiendo una de sus manos dentro del pantalón de Camilo y acariciando sus nalgas, "donde se lo vas a romper?, así voy arreglando la otra habitación", le dije, ya que me daba cosa estar en ese momento, "nos vamos a nuestro dormitorio", me dijo, y se van los dos, con la mano dentro del pantalón de Camilo.
Yo estaba en la habitación de mi hijo, arreglando su ropa, y escucho un fuerte gemido, un pequeño grito de dolor y me imaginaba como mi pareja le estaba rompiendo el ano a mi hijo, dejé de hacer las cosas y fui al dormitorio y ahí estaban, Jose detrás de mi hijo, Camilo abriendo sus nalgas y ya tenía metida la verga de Jose hasta la mitad.
yo los veía y veía como a cada empujón que daba Jose, mi hijo gemía y la verga iba desapareciendo en la cola de mi hijo.
"No lo hagas sufrir mucho", le dije, abrazando a Jose y besando su boca mientras en dos embestidas mas, terminaba de meter toda su verga en la cola de Camilo.
"Que rica verga, como me gusta", dijo Camilo, levantando su cabeza y moviendo su cola con toda la verga de Jose metida en su cola.
"A Camilo hay que comprarle ropa de chica también, porque lo voy a seguir follando, me gusta mucho su culo y ya te voy a poner a ti también así como está él y los voy a follar a los dos juntos", me dijo Jose, besando mi boca y metiendo su mano en mi cola, mientras veía como moviendo su cuerpo, su verga entraba y salía de la cola de mi hijo y escuchaba los gemidos de placer que daba Camilo a medida que lo estaban cogiendo.
"Ponte delante de él y que te chupe el coño mientras lo sigo follando", me dijo, haciendo que me ponga de piernas abiertas frente a su cara, dejando que mi hijo me mame la cuca, mientras que mi pareja le estaba cogiendo la cola, "cariño, cuéntanos con cuantos hombres te haz acostado, a cuantos le haz tragado la leche y cuántos te follaron por el culo", me dijo mi pareja que les cuente, "verdad Camilo, que queremos saber lo puta que es nuestra mujer", le dijo Jose a mi hijo, moviendo su verga bien adentro de la cola de mi hijo haciendo que gima de placer, "si mami, cuéntanos, queremos saber lo puta que eres", me dijo Camilo con su cara toda mojada de mis jugos vaginales y volvió a seguir mamando mi cuca.
Entre gemidos de placer les empecé a contar de como había sido mi vida sexual antes de ahora, y contando eso me empecé a poner mas y mas caliente, deje de hablar porque no podía, solo gritaba de placer al sentir a mi hijo mamar mi cuca y escuchar los gemidos de mi hijo y de mi pareja cogiendo, "no puedo más, no puedo más", empecé a gritar viniéndome en la boca de Camilo, mientras Jose gritaba también llenando la cola de mi hijo con su leche.
Al rato de estar así, me puse en pie y me paré al costado de mi pareja que todavía no había sacado su verga de la cola de Camilo, viendo como poco a poco la iba sacando, hasta que la sacó toda, vi su ano, abierto, sucio, con sangre, como pujaba y le salía leche de la cola.
Eso me dio entre lastima, morbo, excitación, agarré la verga de Jose y me la metí en la boca, empezando a mamarla, a lamerla,, apoye una de mis manos en la espalda de mi hijo y no lo deje levantar, deje de mamar la verga de Jose y le empecé a mamar el ano a mi hijo, estaba salida, jamás en mi vida pensé llegar a hacer esto, pero sabía que era por el bien de los dos, y ahora eramos tres, ya que estaba embarazada, tenía que dejar los prejuicios de lado y ser como Jose quisiera que sea, al igual que mi hijo.
Era el precio que teníamos que pagar por esta vida de lujo que se nos presentaba.
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