Mi historia familiar IV
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por klon86.
Que tal amigos. Agradezco sus comentarios y valoraciones para con mi relato.
Espero que les sea de mucho agrado la continuación de mi historia. Como siempre dejo a ustedes el juicio de la veracidad de los hechos y aconsejo que lean las anteriores publicaciones para comprende mejor mi historia incestuosa. A petición de un amigo tratare de ser un poco más extenso en el tamaño de las partes que siguen. Felices chaquetas(pajas, puñetas, chairas, masturbaciones-como las llamen en su léxico-).
Después de las excitantes revelaciones, Amaranta, María, Juan y yo subimos a la habitación principal, donde estaba la cama matrimonial para seguir celebrando.
“Bueno, ya veo que estás listo para lo que sigue.” Con una seña de su madre, Mary se inclino para empezar a mamarme el pene al tiempo que Juan se acomodaba a mi lado y su madre comenzaba a comerle el pito. Cerré los ojos y deje que todo fluyera; entonces sentí una boca que atrapo mi tetilla y empezó a estimularla con su lengua. Abrí los ojos para ver como Juan me lamia mi pezón y luego subió su lengua hasta llegar a mi boca, dándome un beso. No tenía planeado dentro de las actividades que besaría a otro hombre, pero el morbo del momento me ayudo a aceptarlo y jugar con su lengua. Fue rico, lo admito y a Juan le gusto también.
"Con razón mi puta hermana no te deja cabrón, besas rico". Fue lo que me dijo al terminar de besarnos para después seguir ahora con su madre, compartiendo nuestras babas. Mientras tanto madre e hija se esforzaban en lograr ponernos duros, cosa que no les costó mucho esfuerzo.
“Bueno, ya basta de mamadas ¿por qué mejor no cogemos un rato?” Todos aplaudieron mi idea, así que María me dejo le pene para que Juan ahora lo llenara de saliva, pero la mamada se volvió doble al sentir las bocas de los hermanos, al tiempo que los hijos de Amaranta se besaban buscando con sus lenguas hacer a un lado mi pene en el proceso, rodeaban mi verga con sus lenguas, aumentando más mi dureza.
Al sentirnos listo, con una seña le pedí que nos separamos; Juan me puso un condón con sus manos al tiempo que me decía que me sentara, que ahora me tocaba encular a mi novia. Obedecí mientras Mary, de rodillas, tomo mi pene por su base al tiempo que el forro me permitía sentir como el ano de mi novia me dejaba entrar. "MI amor, entra fácil porque me enculan casi a diario." Vaya puta me dije, pero no me importaba, ya me había cogido a su madre y ahora por fin tendría el privilegio de estar en el intestino mi novia.
Entrar poco a poco en un culo es lo mejor que existe. Las nalgas de maría tocaron mis muslos me anunciaron el limite al cual podía entrar. Habiendo medido el terreno por primera vez, en lo que María se acomodaba a mi verga, me dijo entre pujidos: "te amo, y ahorita que lo sabes todo de mi soy más feliz". Entonces Juan puso su pito en mi boca para que lo engullera mientras que la puta de María empezó a mover sus caderas.
"Eso cuñadito, come bien la verga, así, ah… mamas delicioso, pronto me acostumbrare a tu boquita." Mi cuñado empezó a mover su pene simulando cogerme, ahogándome en el proceso y al darse cuenta, fue más paciente en hacerme comerme su verga. Mi Mary me exprimía con su culo como una puta experta. "Que rico pito tienes cabrón". Me saque le pito de mi cuñado de la boca y sentencie: "¿Te gusta? Come perra". Nuevamente solo hubo gemidos en la habitación. Fue Amaranta la que no separo a los tres diciendo: ”Bueno, ya cabrones que yo también quiero verga.”
María se saco mi pito de su culo, se levanto y se separo de mí mientras Juan me retiro su verga llena de mis babas y mucho liquido preseminal. Mi novia pasó a ponerle un condón a su hermano al tiempo que Amaranta me tumbo a la alfombra; quitándome el preservativo y de cunclillas se penetro la vagina con mi pene. Una vez bien adentro, mi suegra comenzó a mover sus expertas caderas mientras gemía como loca por la cogida que me daba mi suegrita. Amaranta ya está más que excitada por lo que la penetración era fácil y profunda. Estuvimos un rato así hasta que mi suegra freno sus movimientos, esta ocasión me permitió sentir una lengua que punteaba mi huevos, empapados de los jugos amorosos de Amaranta y que recogía para dejármelos limpios; luego fue el pene de Juan que me toco las bolas, subiendo lentamente hasta que ya no lo sentí; pero en cambio Amaranta se reclino más hacia mí, sintiendo un empuje y más peso sobre nosotros (después me entere que estábamos haciendo una doble penetración a mi suegra, enculada y ensartada por su hijo y su futuro hijo respectivamente). "No te muevas amor" me dijo Amaranta, por lo que Juan fue el que impuso el ritmo empujando a mi suegra a la vez que se hundía más en mi pene.
La habitación se lleno de pujidos. Puse mi atención en mi parte baja y sentí como los huevos de mi cuñado rosaban mis bolas; percatándome de las embestidas producidas por que entraba y salía de su madre. "¡Cómo come pito suegra!" comente. "Ahh… si supieras” me respondió entre gemidos. Tardamos un rato debido a que ya nos habíamos vaciado Juan y yo hace rato, por lo que mi suegra disfruto de un par de orgasmos, mismos que sentí al apretar mi pene con su deliciosa vagina. Durante ese tiempo Amaranta no paro de decir groserías, insultos y mandatos de que no paráramos, pero sentí la necesidad de eyacular, así que sin advertir dispare mi leche hasta el fondo del útero de mi suegra. Al poco rato Juan dejo de moverse, señal de que también se había vaciado en su preservativo. Agotados Juan salió de su madre, mientras Amaranta caía a lado mío, agotada por la cogida que le habíamos dado.
Nos separamos y fuimos directo a hacia mi novia. Mary estaba masturbándose, contemplado como su madre se volvió el jamón de un sándwich. Pero ya estaba agotado, así que decido hacer uso de las enseñanzas de mi suegra. Juan y yo fuimos a la cama, donde recostamos a mi novia y la acomodamos para poder estimularla de forma oral. Mientras Juan se ocupada de la vagina de su hermana usando sus dedos, yo le estimulaba el ano con mi lengua, hasta que logramos el orgasmo de Mary.
Cansados y sumamente sudorosos, bajamos a báñanos Juan, María y yo dejando a Amaranta en la habitación descansado, reponiéndose de la cogida que la habíamos brindado.
Mi novia y yo nos metimos al baño tomados de la mano. Mientras nos duchábamos, no deje de besar a María. Terminamos y entro Amaranta al baño a orinar impúdicamente enfrente de nosotros, sin temor a taparse. Me cambie y salí de esa casa de vicio y perdición, rumbo a mi hogar.
Ya no vi a mi novia el resto de la semana, hasta la siguiente en la escuela. Estar con ella me permitía recordar lo sucedido en días anteriores, poniéndome la verga al máximo. Nos jalábamos unas clases para irnos a fajar en zonas donde no nos molestaban. Entre besos María me decía “no me te la jales amor. Mami y yo te esperamos para el otro fin. No faltes mi vida, se va a poner bueno.” De nuevo tenía que esperar y la larga semana se fue entre tentaciones y con mis huevos a punto de explotar semen borbotones. Los manoseos no era suficientes y bueno, durante el faje María ya no se preocupaba de limpiar el semen de su padre depositado en su verija; cosa que en lugar de calmarme me ponía mas burro.
De nuevo el viernes llegue a la casa de mi suegra Amaranta. Ya con más confianza comimos y bebimos un poco. Después de un prudencial pero largo rato, pasamos entre risas a la habitación de mi novia. Dentro, Mary se ocupo de bajarme los pantalones mientras los demás miembros de la familia se despojaban de la ropa y desnudo mi novia procedió a mamármela. Yo solo me relaje mientras veía a Amaranta hacerle lo mismo a su hijo Juan. Mi suegra Amaranta devoraba el pene de su hijo como una magnifica felatriz, pero mi Mary no se quedaba atrás; me chupaba las bolas, lo largo el pito, la cabeza, me soplaba donde estaba lleno de sus babas.
Estuvimos así unos minutos, pero necesitaba que el ano de mi novia me apretara el pito como solo ella sabía hacerlo, por lo que la separe lentamente y la acomode en su camita. Levante su culo rápidamente para ver su culo y su rica paloma negrita, peludita, no como su madre y empecé a comérmela; el sabor de siempre me indicaba que seguramente el semen de mi suegro se había depositado hace no mucho y María se retorcía por el placer de mis mamadas; estaba absorto, recorriendo los labios mayores de mi novia, entreteniéndome de vez en vez en el clítoris; en mi labor, no me percate que mi lado estaba Juan, gozando de la mamada que le daba su madre, mi suegra Amaranta mientras nos observaba atento a lo que hacíamos.
Estuve así, chupando unos minutos hasta sentir como los jugos de María salían de su conchita por el orgasmo que estaba teniendo. Durante mi labor oral, el ano de mi novia me embriagaba con su aroma, su pedorro, que no se salvo de ser recorrido por mi lengua, memorizaba su sabor; no me importo lo sucio que estaba; lleno de deseo, me pareció un manjar muy rico que comería muy seguido. Su ano ya no tenía resistencia en las intrusiones que mi lengua hacia invadiéndolo.
"Por favor mi amor. Métamela por mi culito." me suplico mi Mary mientras me acomodaba para cogérmela. Esta vez no había condones. Feliz, levante sus piernas colocándolas sobre mis hombros y enseguida le di la primera estocada. Gracias a los jugos que había derramado mi novia y que use junto con mi saliva para lubricarla, me permitió hacer más fácil penetración; su culo me albergo toda la cabeza de mi verga, resoplando por el dolorcito, a pesar de ya tener experiencia anal.
Como una bestia comencé un meter hasta llegar al fondo de Mary, para sacar el pito de su anillo y luego repetir esta operación. Juan observaba como me cogía a su hermana jalándose la verga mientras mi suegra también veía con atención sin dejar de chuparle los huevos a su vástago. El fundillo de María me llevaba al placer; sin percatarme que suegra Amaranta se coloco detrás mío, acariciándome las nalgas y el culo, lamiendo por ratos mis huevos desde atrás. La puta de mi suegra tenía una lengua prodigiosa, dejándome su saliva por todos lados, en especial en el ano y en ciertos momentos metía su lengua, comenzado así con un delicioso beso negro. Cerré los ojos concentrándome en el placer indescriptible que sentía gracias a la lengua de Amaranta sin dejar de mover mi pelvis.
Después de serrucharme a mi novia un rato estaba al borde del la eyaculación, así que me detuve para prologar esta cogida, momento que aprovecho Juan para tomar mis caderas y decirme al oído: "que culito tan sabroso, quiero ver si me aprieta la verga como ellas." Mi cuñadito empezó a meterme un dedo en el culo. Me quede quieto mientras mi suegra me tomo la cabeza y enfilo sus labios a los míos en un rico beso de lengua. Ya sin preámbulos, mi cuñado apunto y metió su verga en mi culo, traspasado mi resistencia anal poco a poco, al parecer se puso lubricante o algo pues entraba en mi recto con cierta facilidad.
Empecé a gemir mientras Juanito metió toda su verga dentro de mí. Me apoye un poco sobre María mientras sentía las embestidas de Juan. Su verga me estaba destrozando por dentro, pero el placer que sentía era mayor. Mi hermano político estaba terriblemente excitado agarrándose de mi cintura para bombearme, era increíble, todo aquello me dejo pasmado, pero mi asombro aumento cuando me percate que Amaranta estaba sentada sobre la cara de Mary para que le comiera la verija. Instantes después, María inundaba de su caldo mi pubis gracias al orgasmo que había tenido.
No pude más al ver esa escena y eyacule con fuerza. Tire unos lechazos que seguramente llegaron más allá de colón de María. Pero Juanito siguió en lo suyo y mi culito resentía ese intruso que entraba y salía a buena velocidad. No sé qué tiempo transcurrió cuando sentí como se engroso la verga de Juan; el muy canijo estaba eyaculando me disparándome un líquido caliente dentro de mis intestinos. Pero ni eso detuvo a mi cuñado de seguir penetrándome el culo que ya lo tenía a estas alturas bien abierto.
Nos desacoplamos los tres mientas la señora Amaranta se vino en sus dedos juguetones que se metía observando la escena de la cogida que me habían dado. Descansamos un rato entre bromas de cómo había dejado de ser señorita. Bajaron mi novia y Juan a la cocina por bocadillos y refrescos; en el tiempo que desaparecieron de la habitación no deje de jugarle las nalgas a Amaranta, misma que aceptaba el manoseo y hasta me alentó a meterle un dedo fugazmente en su culo y vagina. Los hermanos llegaron y me levante a con mi suegra a batanear un poco. Al levantarme me dolía un poco el ano, así que mi suegra me llevo mi comida y me alimento para que recuperara un poco de la culeada que me había dado Juan.
Cuando terminamos de comer la botana y beber algo pusimos a Mary y a Amaranta a hacer un incestuoso 69. En poco tiempo ya tenían las vulvas brillosas debido a la excitación que tenían las dos. Juan aparato a Mary de su madre, y de un solo movimiento se coloco a lado de de Amaranta y de poniéndola de cucharita comenzó a bombearla por el ano. Al cesar el dolor y mientras observaba el espectáculo me percate de un liquido caliente que salía de mi culo y recorría mi perineo para caer al suelo o adherirse a mis huevos. Era el semen de Juan. El hijo de la verga me dejo lleno el culo de su leche.
Excitado, me subí a la cama mientras madre e hijo ellos cogían y me coloque a la altura de sus rostros, les ofrecí mi verga a ese par de degenerados para que me la mamaran entre los dos. Ambos lo hicieron con una cara de gusto muy visible sin para de mover mi suegra sus caderas buscando el falo de su vástago. Mi novia estaba tocando a su madre y metiéndole sus dedos. Ya mas entrados en calor, Juan salió del ano de su madre mientras seguía prendida de mi pene que ya estaba listo para entrar en cualquier hoyo disponible. En ese tiempo apareció en mi campo visual Juan, ya forrado con un condón que saco de quien sabe dónde y busco la vagina de su hermana, que ya lo esperaba bien empinada.
Yo también quería entrar en esa vagina, así que le dije a mi suegra si podía entrar en María. Al oírme, mi novia me dijo entre gemidos: "Mi amor, papá ya me dijo que podemos usar el otro hoyo, pero con condón." "¿Donde están?" fue mi pregunta. "A tu derecha, en el cajón de ahí" dijo Amaranta. Me lo puse como loco, quite a mi cuñado y busque la verija de mi novia, apunte y fui entrando poco a poco; María apretaba, no como su ano, pero igual de delicioso.
Empecé a bombear como un maniaco. Juanito mientras tanto, lleno de los líquidos de ambas mujeres como lubricante comenzó a embestir a su madre en la clásica postura del misionero. Mi cuñado y yo penetrábamos a nuestras hembras casi al mismo ritmo mientras mamá e hija se daban unos besos de lengua. Duramos bastante pues ya habíamos vaciado nuestros huevos, pero no estaba satisfecho, así que salí de mi María y la coloque sobre su madre para que le chupara la verija peluda la puta de Amaranta, para que libre, colocarme detrás de mi cuñado Juanito. Pero María, adelantándose a mis movimientos, se abrió de patas mientras besaba a Amaranta, poniendo su vagina junta a la de su madre, para que su hermano entrara en ella; Juan supo interpretar muy bien la invitación y mi cuñado no desaprovecho la ocasión para alternar sus estocadas entre su madre y hermana.
En uno de estos cambios, me coloque detrás de JUAN, y sin preámbulos lo empine ligeramente “Ahora si Juanito, me vas a sentir.” Le dije mientras le daba una nalgada. “¡Sí!. Te estoy esperando con ganas” me respondió mientras se empinaba mas. Esto basto para empezar con la enculada, embistiéndolo.
Para mi sorpresa el culo de Juan me acepto de inmediato, toda mi verga se fue en la segunda estocada. Seguí dándole amor en forma de pito por interminables minutos a su ano, que se estaba tragándose mi palo como si estuviera a mi medida. El sonido de los golpes de sus nalgas con mis caderas se oía en toda la habitación. Todo animado por ambas hembras que le gritaban que era bien puto y que le gustaba más la verga que a ellas (lo cual creo era difícil), En esta sodomización Amaranta me besaba y mi novia hacia lo mismo con su hermano. Pero mi suegra me jugo chueco pues se ensalivo un dedo y me lo metió a mi culo. Ya estaba acostumbradnos a recibir visitas traseras y el culo de Juan me apretabas tiquismo como para resistir mucho tiempo cogiéndome a mi cuñadito, al que ya tenía como perra en cuatro patas embistiéndolo.
Al lado nuestro, madre e hija se daban dedos la una a la otra, terminando placenteramente en la mano de cada otra. Mientras tanto yo tarde unos minutos más en venirme nuevamente disparándole en el fondo del guango culo a mi cuñado mi semilla, dándole de paso un masajito de próstata a Juan, quien termino en la boca de María y Amaranta, que con deleite esperaban ya recuperadas y ante la advertencia previa de su familiar para no desperdiciar el esperma.
Los cuatro quedamos rendidos en la cama, pero yo solo pude estar unos minutos más porque tenía que regresar a dormir a la casa. Me vestí y salí de ahí entre despedidas de los tres. Esa noche dormí muy satisfecho y contento de mi nueva experiencia, había probado dos nuevos culitos, aunque también me dolía el mío por la culeada que me había dado. Pero las sorpresas aun serian mayores.
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