Mi historia familiar V.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por klon86.
Saludos lectores. Se deja al criterio de ustedes el juicio de la veracidad de los hechos aquí narrados. Recomiendo leer las anteriores partes para entender mejor la cronología de los hechos.
El fin de semana transcurrió con normalidad, andaba caliente pero con las cogidas que le daba a mi novia entre semana me confortaban de manera raquítica. Todavía tenía esa sensación de cosquilleo producto de ya no ser quinto(virgen) del ano. Pero a mi mente la saltaban otras dudas; las principales eran sobre el ritual de iniciación, el cual me decían que no terminado y mucho menos aprobado. La verdad la degeneración me encantaba; todas esas magnificas cogidas eran solo preámbulos de lo que serian verdaderas orgias llenas de depravación de mi futura familia. Lo unció que me mantenía cuerdo era la universidad la cual como podía la sacaba adelante.
El viernes siguiente después de haber dejado a María en su casa me tope con don Mauro en su sala, esperándome. No había nadie más y quedamos solo él y yo.
“Buenas noches Jorge.” Me saludo desde su lugar, sin levantarse. “Buenas noches suegro.” le dije de manera tranquila, a pesar de estar a solas con mi suegro. No lo había visto desde hacía mucho, cuando a veces pasaba por Mary o la dejaba en las puertas de su hogar, muchísimo antes de haberme cogido a su esposa, a su hija y a su hijo e imaginar las prácticas que llevaba a cabo.
“Veras seré breve…” y se hizo el silencio. “Ya sabes que hacemos entre la familia y sabes que tengo videos tuyos para que no se te ocurra andar de boca floja muchachito.” Pauso un momento y se levanto de su asiento mientras mandaba con una seña a mi novia a su cuarto. “Pero aun no te doy mi completa aprobación, para eso todavía tienes que pasar el ritual de completa tu entrada a la familia. Mi hija te ama, pero no nos podemos fiar de cualquiera. Lo que quiero decir es que…
“No se preocupe…” Le interrumpí. ”Ya sé lo que quiere decirme y créame que le digo, con toda mi sinceridad que jamás haría algo que dañara a María y a ustedes, esto es my delicado y sé que causaría muchos problemas.”
“Qué bueno que lo entiendes, pero también te digo que si algo se sabe, no solo significaría que traicionarías la confianza de todas, en especial de el de mi hija… Y si algo así pasa me pondré como un maldito perro rabioso que no descansare hasta verte en el mismo infierno, así se lo último que haga… “Hice mutis y sude frio mientras mi suegro me golpeaba suavemente la mejilla izquierda a la vez que veía con unos ojos penetrantes. ”Pero se ve que eres buen chico, listo y sabes que tu pierdes más que cualquier de nosotros.” Me sonrió. “Bueno este fin de semana serás iniciado y con ello adquirirás un compromiso, no solo carnal sino que también será eterno. Serás mi nuevo hijo y bueno, estarás obligado a muchos compromisos más. Ya te has divertido mucho así que quiero que mañana estés listo para ser mi hijo”. Solo moví mi cabeza de forma afirmativa. Después de quedar en la hora salí de ahí y mientras pensaba una excusa para disculparme con mis padres, pues no estaría ese fin de semana con ellos, pero si en la casa de mi suegro.
Me quede pensando en lo que sería este rito o más bien en qué consistiría. Esa noche y toda la mañana de día siguiente estuve nervioso pensando cuanta pendejada y media sobre lo que acontecería. Y el día llego y cuando llegue a la casa solo estaba mi suegra Amaranta que me saludo de beso en los labios, deseándome suerte y al llevarme al cuarto de Mary me indico que me pusiera una ropa que estaba sobre la cama. Me desvestí y con el pito como piedra me puse la ropa, el mismo putivestido que había usado la primera vez, junto con un topcito y una liga que debía poner en mi pierna para lucir como toda una nena. Ya listo, Amaranto me dio un beso en la boca y me dijo que la siguiera, que lo que pasaría a continuación era la prueba de fuego y que solo me dejara llevar y que estuviera “flojito y cooperando.”
Mi suegro me esperaba. Entre a la habitación donde había tenido la primera orgia hace unos días. Ahí estaba una cámara de video colocada en un tripie y mi suegro desnudo, mostrando su pene, en semiereccion, muy peludo del pubis; en el suelo estaba una especie de cojín y ante una seña supe que debía estar hincado. Espere lleno de nervios y se acerco a mí, me jugo el cabello un rato y tomo mi cabeza que fue empujando para que mi boca se comiera su verga. No era mi primer pito que me iba comer, así que puse todo mi empeño en hacerlo bien; lo llene de saliva, lo metí lo mas que pude a mi boca, lamí el frenillo con la punta de mi boca mientras con mi mano acariciaba el tronco; chupaba los huevos mientras lo estimulaba con mi lengua; en fin, repetía todo lo que Amaranta y María me hacían cuando me mamaban la verga.
Y no lo hice tan mal, pues mi suegro me levanto y ante su endurecimiento que note muy bien en mi boca, me recostó mientras don Mauro sacaba un lubricante y un condón de no sé dónde.
Con todo el tiempo del mundo, mi suegro uso sus manos para sepárame la nalgas y ver de manera muy atenta el culo que iba a recibir su miembro. Mi ano no era virgen, pero tampoco estaba muy listo para recibir verga, así que uso su sabiduría y dedos para dilatarme y facilitar la sodomizada. Metió un dedo y luego otro embadurnados de lubricante. Cuando me sentí listo, mi suegro me subió mi putifaldita, se acomodo para ponerme como putita mientras, en una especie de posición en forma de misionero separaba mis piernas; don Mauro se acomodo de forma que apunto su forrado pene a mi lubricado ano. Me froto la punta de su pene engomado por mis huevos como un preámbulo y lo regreso a donde debía estar; poco a poco ese intruso abrió mi culo como flor y centímetro a centímetro sentí como era invadido. “Ah putita, como aprietas, que rico culo.” fueron las primeras palabras que se mencionaron, estaba muy tenso compra hablar ante lo que venía, pero creo que con esto se rompió el hielo.
El pene de mi suegro era más grueso que el de mi cuñado, por lo que fue también difícil para mí aceptar al padre de mi novia. Entre minutos tortuosos pero placenteros fui sodomizado. No fue hasta que sentí en mis huevos la panza de mi suegro don Mauro, que supe que por fin me había comido su pito por completo. Entre los resoplidos de ambos, mi macho tomo mis piernas y se las coloco en su hombro para empezar a cogerme de forma anal. Sus manos estaba en mi cintura mientras don Mauro no paraba de mover sus caderas como poseído por el infierno, pero ya no me hacía daño, el cabrón hijo de puta me estaba dado placer de a poco. Pero ante la falta de maniobrabilidad, lo que hizo mi suegro fue separar mis piernas para acomodarse y pego mis rodillas a mi torso para luego seguir con la cogida que me propinaba. Los vaivenes hacían que mi pene en estado de semierección y mis bolas bailaran al ritmo del mete y saca.
“Putita rica, ¿ya quieres mi semen? Perra, no dejas que mi pene salga de ti, lo quieres tener ahí por la eternidad.” Decía don Mauro entre gemidos
“Ah suegro, así, empújeme la mierda, sígale.” Decía en el paroxismo de la pasión. Duramos unos minutos en los que sentí que cada empujón que mi suegro me daba, hacia que mi semen abandonara mis huevos. Fue un gran placer que sentía. Pero el putillo de mi suegro saco su pito de mi culo, pero a punto de protestar, me acomodo para ponerme como a una perra en cuatro para y sin compasión de nuevo ensarto su pito en mi culo para volver a reconocer mi colon a detalle, haciéndome otra de sus hijas. Mas ensartado no podía estar, sus huevos me golpeaban el perineo recreando ese sonido de las carnes golpeándose.
En ese momento me perdí, parecía una especie de muñeca en las manos del puto degenerado de mi suegro, me cambio en varias posiciones. La ultima que recuerdo fue en donde don Mauro estaba abajo y yo de culo sobre él; ya ni sentí al ano tanta metida, pero lo que si sentí fue que me viene entre el movimiento de caderas, las cuales coincidan con mis disparos de leche que daba la ilusión de que llegan más lejos que nunca. La minifaldita de Mary no se salvo de mis lechazos pues parecía manguera sin control tirando leche.
Mi suegro también se vino llenando el condón de su leche y enseñándolo a la cámara para dar fe de que ya era su nueva niña. Mientras Amaranta grababa el látex; seguramente con restos de mi mierda (a pesar que nos hacíamos edemas,) también mi culo, abierto y mi cara que estaba entre éxtasis y vergüenza, pues muy a mi pesar me gusto ese estimulo de próstata. A mi lado estaba Juanito, vestido de colegiala y con una pastilla de sildenafil para que la tragara; pues aun la fiesta no había acabado.
La putita de mi cuñado estaba vestido con un uniforme de colegiala similar al mío, solo que el si estaba más arreglado para la ocasión. Tenía mucho maquillaje que la verdad no ocultaba su masculinidad. Un top como el mío y una mini muy chiquita que dejaba ver sus mulso que era cubierto por una especie de calcetas grecadas que era muy largas. La carpa que se forma en el área genital denunciaba su excitación y la mancha blanca era una evidencia que se había venido(seguramente) al verme cogido por su padre, mi suegro.
Descansamos y empezamos a relajarnos entre los tres. Mi suegra se había ido (luego me entere que se fue caliente y que se fue a que le apaciguaran su excitación). Entre platicas de Juan y de mi suegro me indicaron que el macho de la familia tenía la capacidad de ingresar persona en esta familia y que le video era para un respaldo, al igual que el anterior. Me comentaron que esto lo habían experimentado en culo propio (nunca mejor dicho), que Juanito sí que había comido pito, pues en ese entonces eran más hombres que mujeres en la familia.
De nuevo don Mauro se puso enfrente de la cámara que fue testigo de lo que paso. Al lado de mi suegro Juan y yo usábamos nuestras lenguas para lamer primero ingles y muslos de mi Mauro, para llegar su pito, que era el objetivo de adoración para esta sesión. Por turnos compartimos esa barre de carne que estaba más que lista, el efecto del sildenafil me tenía con el pito como fierro; ya le estaba encontrado gusto a esto de ordeñar macho, el liquido preseminal era mi recompensa y mezclado con las babas de mi cuñado, el manjar adquiría una mucho mayor sabor. Los huevos de mi suegro fueron también blanco de mis labios y lengua. Juan a veces se sacaba el pito de su padre de la boca par embarrármelo en la cara y llenarme de esencia de macho la cara, como una pituita deseosa deje que colocaran una mascarilla.
Don Mauro listo, se separo de nosotros y salió de la toma, regreso con un condón que me entrego y ante la orden de ponle y con la mirada de aprobación de mi cuñado lo abrí, busque el capuchón del látex, lo puse en mi boca y con el ímpetu e inexperiencia de un primerizo se lo puse al pito de nuestro macho; don Mauro me agradeció acariciándome la cabeza. Una vez puesto en la cabeza de su verga, use mi manos izquierda para desenrollarlo por todo el tronco dejándolo listo; le di un beso en la punta para luego sonreír a la cámara. Pero Juan me tomo de la cabeza y me dio un beso de lengua de una forma maravillosa. Estábamos dándonos lengua muy rico cuando mi suegro puso su engomado pito entre nuestras bocas para que siguiéramos mamado el pito durísimo de nuestro macho. Sobra decir que gracias al sildenafil ya estaba como un burro en primavera y por lo que había visto Juan ya había eyaculado pues tenía manchas de semen en su pene, pero gracias a la magia de la farmacología y de la calentura ya estaba bien erecto.
Mi suegro me acostó y me puso de cucharita; casi en posición fetal pues pegue mis piernas a mi torso. Juan me puso algo de lubricante y sin contemplaciones mi suegro, el macho alfa uso su pito para ensartarme. El muy cabrón de don Mauro no fue feliz hasta que sus huevos chocaban contra mi nalga derecha y comenzó a serrucharme al tiempo que Juan puso su pito en mi boca que tuve que tragar entre embestidas de su padre. Lateramente tenía un pito que me salía hasta por la boca y entre gemidos ahogados de placer y una punzada en mi ano les dije a mis verdugos que Estaba a punto de venirme.
El muy cabrón de mi suegro me alejo del pito de Juanito y me acomodo para que de nuevo estuviera sobre él y ya acomodados me ensarto su pito en mi ano, que esperaba ansioso y correando; y lo devore como si se abriera solo, ya no respondía de mi cuerpo, estaba en el paroxismo total y la estimulación de próstata a la que estaba siendo sometido aunado al morbo de ser cogido por mi futuro suegro termino por rebasarme y me vine como putita; el movimiento circular de mi pene, producto de las recias metidas de verga de don Mauro, hicieron que me volviera una especie de aspersor y regué salpicando mi semilla por todos lado, viniéndome como nunca antes.
Juan quiso llegar y recibir mis disparos con su boca, pero no llego a tiempo, Pero para lo que si llego a tiempo fue para remplazar a su padre, que ya me había pues de perrita, y meterme su verga en mi abierto culo que lo recibió sin oponer resistencia. El tiempo se fue para mí, de reojo vi que mi suegro estaba detrás de Juan, seguramente dándole por el culo a su vástago y al principio de una especie de trenecito sintiendo los embates de ambos. Ya como una muñeca de plásticos, lo último que recuerdo fue el caliente semen derramado en mi cara entre felicitaciones soeces de ingreso a la familia.
Cuando desperté estaba solo, con una nota en donde me decía que había estado genial y que ya era uno de la familia y que dejara la ropa de mi novia en su cuarto. Me bañe y salí de esa casa de lujuria con un dolor de culo marca diablo.
Agradezco los comentarios y sobre todo las críticas, buenas y malas; y las similitudes que me comparten de sus experiencias.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!