mi linda cuñada margarita 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
todo siguió según lo planeábamos, buscábamos horas en las que los dos tuviéramos tiempo, yo de la escuela y ella del trabajo, nuestros encuentros eran cada vez más apasionados, y en ocasiones en los que solo el tiempo era cuestión de minutos, debido a la relativa distancia corta de nuestras casas, ella venia a mi hogar por el pretexto de querer algo como azúcar, sal ó a tender ropa, me buscaba y nos besábamos, envolviendo nuestras lenguas de una forma candente, para después terminar con una rápida mamada de mi pene el cual con el solo oír su voz, o el ruido que hacia al tocar la puerta se ponía tan duro deseoso de penetrarla.
uno de esos días cogiendo de una manera genial, le pedi que me dejara penetrarla por ese culo delicioso, el cual siempre mantenía limpio ya que estaba totalmente rasurado, y mi lengua lo había penetrado en bastantes ocasiones y tenía un aroma exquisito. Pero el cual ella no me dejaba penetrar por alguna razón que desconozco, hasta que un día me dijo que me lo daría y que me preparara.
ese día llego: ella lucia una falda de mezclilla y una blusa sencilla, me percate rápidamente que no tenia sostén, ella me saludo y de inmediato se lanzo sobre mí, empecé a besarle, era un día algo caluroso, nuestras salivas estaban ardiendo mientras se mezclaban en nuestras bocas era realmente excitante poder tocar con mis manos esos pechos por debajo de su blusa mientras se los descubría para la merlos y chuparlos con mi boca de una manera algo ruda, poco a poco deslice mis manos por debajo de su falda no antes sin darles su merecido estrujón en esas nalgas que me vuelven loco, lo el cual me encanta hacerlo, mis manos subieron por su entrepiernas para poder encontrar esa pequeña pared de tela llamada ropa interior que se supone la protegería de mis dedos, pero cuál sería mi sorpresa ella no llevaba nada.
Mis dedos comenzaron a trabajar de una manera veloz, entrando y saliendo de esa panocha, la cual se humedeció de manera inmediata, lubricando mis dedos con su delicioso fluido viscoso, mientras ella gemía ligeramente y con sus manos tocaba mi pene el cual estaba ya listo como roca por encima del short que llevaba puesto, todo esto sucedía en la pequeña sala que teníamos, con la ventana abierta y solo unas cortinas semi-trasparentes las cuales no dejaban vernos completamente desde la calle, no perdí el tiempo y la acomode en una silla mirando ella hacia a la ventana mientras me daba la espalda me mostraba ese culito el cual me moría por penetrar, la comencé a penetrar sin piedad alguna por su regordete tamal de carne, y no lo digo porque ella sea gordita, que no lo es, sino por esos enormes labios vaginales que se carga. Ella solo cerraba los labios con fuerza para no dejar escapar algún sonido el cual nos delatara en ese momento, a mi no me importaba, el simple hecho de hacerlo con mi cuñada y el peligro que resultaría el ser descubierto me excitaba de una manera bestial, tiempo después me sentó sobre la silla y ella se clavo encima de mí, mi lengua mordía sus delicados labios, saboreaba su cuello y chupaba sus tetas las cuales tenía enfrente de mi sin parar un solo momento, ella de reojo cuidaba por la ventana que no nos viera nadie.
En un par de ocasiones pasaron personas y entre ellas un par de amigos de mi hermano, los cuales pasaron en el justo momento en el que lo hacíamos cuando un ráfaga de aire paso y levanto la cortina dejando ver el interior de las casa, en ese momento nuestra piel se congelo pensado que nos habían descubierto, pero por suerte ellos simplemente se encontraban en lo suyo y se perdieron de tan genial espectáculo, eso solo encendió mas nuestro calor y seguí follando-la sin parar hasta que vino. Sus piernas temblaban y me dijo que se había corrido, le dije que yo no Y que solo comenzaba. ME LA LLEVE CARGÁNDOLA ENSARTADA LITERALMENTE EN MI VERGA, hacia mi cuarto, el momento decisivo había llegado, le empecé a lamer su panochita, a lo cual me decía que con cuidado ya que se encontraba algo sensible, la acomode boca abajo y comencé a besarla desde su cuello, bajando por su espalda, hasta sus redondas y regordetas nalgas que tanto me excitan, con mis manos fui abriendo lentamente sus nalgas para poder mirar ese redondito ano el cual mi lengua lamia y lubricaba poco a poco, me acosté de cara sobre su culo y comencé a comérmelo entero, ella gemía diciendo que le encantaba sentir mi lengua entrando y saliendo de su obsceno ano, el cual me invitaba a entrar habiéndose ante mi poco a poco .
Finalmente llego el momento de penetrarla por eso hoyo que todavía me vuelve loco, me dijo que si lo haríamos con otro condón, y no con el que ya tenía puesto, en ese momento lo único que hice fue quitarme el que tenia puesto y sin decir nada la penetro naturalmente, su agujero me presionaba de una manera deliciosa, pareciera que ordeñaba mi pene, ella se mantenía acostaba con la piernas juntas y yo sobre ella sentada en sus nalgas con mi verga clavada en su culo, mis caderas no parabas de moverse, me sentía extasiado por estar dentro del ano que tanto había soñado y en infinidad de ocasiones masturbado, ella pedía más dejando escapar pequeños gritos, de repente me salí de ella un momento para ponerla a gatas pera después seguirla penetrando sin parar , mi verga resbalo más fácil ya que su hoyo se había amoldado a mi pene, cada vez le daba una arremetidas mas fuertes chocando mis huevos en lo aun húmedo de su vagina, hasta que sentí una tremenda presión la cual no fui capaz de controlar y termine vaciando toda mi carga de caliente esperma sobre el interior de tan placentero agujero.
Nos quedamos una rato el uno sobre el otro hasta que por fin le saque la verga del culo, nos besamos tierna mente se bajo la falda y la blusa se limpio, nos seguimos besando, me dijo que me amaba y se fue.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!