Mi madre folla a escondida con el novio de mi hermana
Es la historia de como descubrí a mi madre follando con el novio de mi hermana.
Era un viernes por la noche, yo me llamo Gustavo soy un chico de 19 años, estaba en casa sólo les había dicho a mis padres que me quedaría en casa de un amigo pero cuando supe que ellos no estarían me prefiero quedar. Mi padre había salido con sus amigos y no llegaría hasta el otro día y mi madre con sus amigas pero llegaría tarde a casa, mi hermana mayor Ana también no se encontraba en casa porque andaba haciendo unas prácticas de su universidad. Tenía la casa para mí solo y estaba disfrutando del tiempo a solas.
En los días anteriores, había notado algo extraño entre mi madre y Tom, el novio de mi hermana. Parecían llevarse muy bien, siempre riendo y bromeando juntos. Algo que se me hacía muy raro ya que mi madre cuando lo conoció no le gustó para nada la idea de que mi hermana tuviera un novio como él, ya que es el típico chico rockero que anda de chamarra de cuero y en moto el típico chico malo. en ocasiones hasta mi madre se molestaba por que mi hermana lo llevaba a casa, hubo hasta discusiones entre ella y mi hermana, pero todo cambió cuando regresamos de unas vacaciones en la playa donde Tom nos había acompañado, de la nada se comenzaron a llevar bien mi madre y él pero había una especie de complicidad, como si estuvieran compartiendo un secreto.
No le di mucha importancia en ese momento, pero ahora, todo tenía sentido. Estaba en mi habitación, jugando videojuegos, cuando escuché un ruido extraño proveniente de la planta baja, pensé que alguien había regresado escuchando murmullos con voces agitadas me asome sigilosamente por la puerta y vi a mi madre subiendo con sus tacones en la mano y detrás de ella Tom ambos entraron a la habitación de mi hermana. dejando la puerta entreabierta, a pesar del silencio no alcanza a escuchar que sucedía después de unos minutos comencé a escuchar gemidos y pujidos, la curiosidad me invadió y me acerque a la puerta cuando miré adentro, no podía creer lo que veían mis ojos. Mi madre estaba en la cama. Ella es una mujer hermosa, con largos cabellos oscuros que le llegaban hasta la cintura y ojos café brillantes. Tiene un cuerpo curvilíneo, con grandes pechos y caderas anchas.
Estaba desnuda de la cintura para abajo, su pantalón ya hacía en el suelo y su tanga le colgaba del pie con sus piernas abiertas. Encima de ella, empujando su pene dentro y fuera de ella, estaba Tom. «¡Sí, fóllame!», jadeaba mi madre, su voz ronca de deseo. «¡Fóllame duro, Tom!» Tom gruñó, su cuerpo golpeando contra el de mi madre. «¡Toma eso, zorra!», dijo.
No podía creer lo que estaba viendo. Mi propia madre, teniendo relaciones sexuales con el novio de mi hermana. Era increíblemente excitante. De repente, Tom y mi madre cambiaron de posición. Mi madre se puso en cuatro, levantó su trasero redondo en el aire. Tom se puso detrás de ella, agarrándola por las caderas y empujó su pene dentro de ella.
Tom comenzó a nalgearla mientras la follaba, su mano golpeando contra su trasero. Cada vez que lo hacía, mi madre gemía y pegaba un grito de placer. Estaban follando duro.
La habitación estaba llena del sonido de sus gemidos y el golpe de la carne contra la carne. De repente, mi madre comenzó a rogarle a Tom que se la metiera por el ano. «¡Fóllame el culo!», jadeaba, su voz de deseo. «¡Por favor, fóllame el culo!» Tom sonrió, su cara una de lujuria. «¿Quieres que te folle el culo?», dijo. «¿Quieres que te folle como a una perra?» Mi madre gimió, su cuerpo retorciéndose de placer. «¡Sí, fóllame como a una perra!», dijo. «¡Soy una perra y quiero que me folles el culo!» Tom le dio una nalgada fuerte, sacó su pene de la vagina de mi madre. Luego, lentamente, lo empujó en su ano, su pene desapareciendo dentro de ella. Mi madre gritó, gritó de dolor y placer. Tom comenzó a follarla analmente, su pene moviéndose dentro y fuera de su ano. «¡Sí, fóllame el culo!», decía mi madre, su voz temblorosa de dolor y de placer decía «¡Fóllame el culo duro!».
El cuerpo de Tom golpeaba contra el de mi madre. «¡Toma, zorra!», dijo, estaban follando duro, Finalmente, Tom se vino, su semen caliente y espeso lleno el ano de mi madre. Mi madre se estremeció, su propio orgasmo estalló a través de su cuerpo.
Luego, Tom se sentó en la cama y miró a mi madre con una sonrisa. «¿Sabes qué?», dijo «Follas mejor que tu hija. Me encanta más hacerlo contigo que con ella». Mi madre pareció sorprendida, luego un poco molesta. «No digas eso», dijo «No me gusta que hables de mi hija cuando terminamos de follar». Tom se rió. «¿Acaso te arrepientes?», dijo «¿Te arrepientes de follar conmigo?» le pregunto.
Mi madre no dijo nada, pero su expresión decía todo. Se veía culpable, como si se arrepintiera de lo que habían hecho. En eso, Tom se levantó y se acercó a mi madre. La hizo ponerse de rodillas para que ella se lo mamara. Una vez que lo volvió a tener parado, la levantó y la llevó de nuevo a la cama. Esta vez, Tom la puso a gatas sobre la cama.
Mi madre obedeció, su trasero levantado en el aire, su vagina expuesta. Tom se puso detrás de ella, su pene erecto en la mano, listo para penetrarla. «Por favor, métela en mi vagina», dijo mi madre, con voz de lujuria. «Quiero sentirte dentro de mí». Tom empujo de nuevo su pene en la vagina de mi madre. Ella gimió, su cuerpo arqueándose del placer. Comenzaron a moverse juntos, «me encanta. Fóllame, fóllame duro» dijo mi madre.
«Por favor, ven dentro de mí», dijo mi madre. «Quiero sentir tu semen caliente en mi vagina». Tom asintió en respuesta, «¿Estás segura?», preguntó,. «Sí», dijo mi madre, «quiero sentirte venir dentro de mí. Por favor, hazlo». Tom asintió de nuevo, con un último empujón, enterró su pene profundamente en la vagina de mi madre y se vino llenándola, me alejé de la puerta para regresar a mi habitación.
Al día siguiente, mi padre había llegado desde la mañana. Mi madre estaba limpiando la casa cuando entró Tom junto con mi hermana. Tom había ido a recogerla a la central de autobuses. Ambos pasaron a la sala y mi madre los saludó como si nada hubiera pasado. Luego, comenzó a preguntarle a mi hermana cómo le había ido en sus prácticas. Mi hermana le contó sus experiencias mientras Tom miraba a mi madre cada vez que podía, observando su escote o su trasero, y solo sonreía. Luego, mi hermana dijo: «Oye, Tom, ¿qué te parece si vamos al cine? Hay una película que quiero ver». «Claro», respondió él. «Vamos, deja que me dé un baño rápido y me cambie», dijo ella. Mi padre ya estaba en su habitación durmiendo. Yo estaba en la cocina preparándome un sándwich y vi cuando mi madre y Tom se quedaron solos. Mi madre volteaba hacia la cocina, como si quisiera asegurarse de que no la estuviera mirando. Solo escuché que hablaban en voz baja. De repente, vi cómo Tom la agarró y la pegó contra él, tomando sus nalgas. Mi madre, con nerviosismo, se apartó. «No, aquí no, mi hijo está en la cocina», dijo en voz alta, y enseguida volvió a bajar la voz. Mi madre tomó la escoba y salió al patio, con Tom siguiéndola.
Mi curiosidad era tan grande después de lo que había visto que me asomé por la ventana de la cocina, pero no podía verlos. Así que me moví rápidamente a mi habitación, donde tengo una ventana que da al patio, y pude verlos en una esquina hablando.
Observe como Tom nuevamente la pegó a él y comenzaron a besarse mientras él seguía manoseándole las nalgas. Mi madre se puso en cuclillas frente a Tom, le abrió el cierre del pantalón y sacó su pene. Luego, comenzó a hacerle sexo oral mientras Tom se aseguraba de que nadie saliera al patio. Tom puso su mano en la cabeza de mi madre, guiándome, y mi madre siguió chupando, su cabeza moviéndose hacia adelante y hacia atrás.
Era una escena muy retorcida, pero no podía dejar de mirar. Mi madre seguía chupando, se notaba que su boca estaba trabajando en el pene de Tom. De pronto, mi madre dejó de mover la cabeza. Tom la tomó con ambas manos y la pegó más a él, mientras él levantaba la mirada al cielo.
Vi cómo mi madre se limpiaba la boca con su mandil. Luego, se puso de pie. Continuaron hablando brevemente, y después Tom volvió a entrar a la casa. Mi madre comenzó a barrer el patio como si nada hubiera pasado. Pasó aproximadamente una hora y mi hermana salió con Tom, y se fueron al cine.
Ese mismo día, Tom y mi hermana llegaron ya en la noche. Mi padre estaba viendo un partido de fútbol en la sala tomando unas cervezas. En cuanto vio a Tom, le invitó a tomar una cerveza con él. «Ven, Tom, échate una cerveza conmigo», dijo mi padre. Tom aceptó y se sentó a su lado. Mi madre estaba preparando la cena y yo le estaba ayudando.
Mi hermana nos preguntó si necesitábamos ayuda, a lo que le dije que no, que ya casi terminábamos, y se fue a sentar al lado de Tom. Mi madre entonces le preguntó a Tom si se iba a quedar a cenar. Tom le dijo que sí, que no había problema si se quedaba a cenar. Mi padre, con voz alegre, dijo: «Claro que no hay problemas, ya eres de la familia, Tom». «Oye, por cierto, te quería preguntar algo», añadió, y ambos se pusieron a hablar de motos mientras continuaban viendo el partido. Mi madre estaba muy feliz, incluso cantando, lo cual era muy raro verla así.
Aun así, al verla, regresaban todas esas escenas a mi cabeza, cuando Tom se la follaba y cuando le hizo sexo oral por la tarde. Una vez que terminamos la cena, la llevamos a la sala y todos cenamos allí, cada uno metido en su plática. En eso, mi padre me mandó a comprar más cervezas. Aunque no quería, no me quedó más que ir. Entonces, Tom me dijo: «Venga, vamos, te llevo en la moto». Así que me fui con él.
Fuimos a una de esas tiendas que están abiertas las 24 horas. «¿Qué llevamos?», me dijo. Le dije que las que fueran, que no había problema. Cuando pasamos a pagar, vi que Tom le preguntó a la chica que atendía si vendían píldoras para prevenir el embarazo. Ella le dijo que sí, y compró una caja. Me quedé viendo y él solo me sonrió.
Luego de eso, regresamos a casa. Al volver, mientras mi padre seguía viendo el partido y tomando, vi que Tom se levantó y fue a la cocina, donde mi madre estaba lavando los platos. Vi cómo sacó la caja de píldoras de su chamarra y se las dio a mi madre. Ella las tomó y las metió enseguida en el bolsillo de su delantal.
Ya más noche, Tom dijo que ya se iba, pero mi madre lo detuvo y le dijo que se quedara, que ya era muy noche. Mi padre estaba ya muy tomado, así que entre Tom y yo lo subimos a su habitación. Cuando bajamos, mi hermana le estaba preparando el sillón a Tom para que se quedara a dormir allí, ya que mi madre le había dicho que no se iban a dormir juntos. Yo me subí a mi habitación y los dejé a los tres allí hablando. La verdad, con mi hermana en casa, no creí que pasara algo, pero qué equivocado estaba. No podía conciliar el sueño, me dieron las 3 de la mañana y solo recordaba a mi madre follando con Tom. En eso, escuché cómo abrían la puerta de la habitación de mis padres. «No creo que se atrevan», pensé. «Igual solo va al baño», me dije a mí mismo. Pero mientras más pasaba el tiempo y no escuchaba que volvieran a entrar, me comencé a hacer ideas. «¿Acaso sí se atrevería mi madre a hacer algo con Tom con mi hermana y mi padre en casa?», y recordé lo que hicieron en el patio. «Carajo», pensé, «si se puede atrever». Así que abrí mi puerta lentamente. No veía nada porque estaba oscuro, pero tampoco se escuchaba algo. Aun así, me armé de valor y bajé. Si me veían o algo, solo diría que iba al baño. Cuando estaba en la planta baja, todo parecía normal. No fue hasta que voltee a la sala y en el sillón, donde se suponía que debería estar Tom, no estaba. «Se habrán salido al patio», pensé, así que me asomé por la cocina, y no parecía haber nada extraño.
Decidí revisar el garaje, pensando que podría ser un lugar donde podrían estar. Muy sigilosamente, para no hacer ruido, abrí la puerta del garaje. En un rincón, ocultos detrás de algunas cajas, estaban mi madre y Tom. Mi madre estaba desnuda de la cintura para arriba, y solo tenía puesto su pants gris. Estaba arrodillada frente a Tom, haciendo una rusa con sus pechos.
Mi madre había presionado sus pechos juntos, envolviendo el pene de Tom entre ellos. Ella movía su cuerpo hacia arriba y hacia abajo, creando una fricción intensa. Tom estaba echando su cabeza hacia atrás, obviamente sumido en el placer.
Después de la rusa, vi cómo mi madre se arrodilló de nuevo y comenzó a realizar sexo oral en Tom. Ella tomó su pene en su mano y lo guió hacia su boca, envolviéndolo con sus labios. Tom dejó escapar un suave gemido, su cuerpo tensándose por placer. Observé cómo mi madre se movía hacia adelante y hacia atrás. Ella estaba siendo cuidadosa de no hacer ruido, su propia excitación era evidente en sus movimientos.
Mientras mi madre le hacía sexo oral a Tom, él la tomó de la cabeza y comenzó a empujarla más profundamente, haciendo que ella realizará una garganta profunda. Observé cómo mi madre luchaba por controlar sus reflejos, sus ojos lagrimeando por el esfuerzo. Tom, sin embargo, parecía estar perdiendo el control, su respiración se volvió más pesada y sus gemidos más audibles. «Te gusta eso, ¿verdad?», dijo Tom en un susurro, empujando más profundo en la garganta de mi madre.
Mi madre asintió, sus ojos mirando hacia él, llenos de lágrimas pero también de deseo. Vi cómo Tom continuaba moviéndose, empujando su pene más y más profundamente en la garganta de mi madre. Era una escena extremadamente erótica, pero también perturbadora. No podía dejar de mirar, incluso mientras mi propia excitación crecía. Finalmente, Tom se detuvo, liberando a mi madre. Ella se puso de pie, limpiándose las lágrimas antes de quitarse su pants y su ropa interior.
Tom también se desvistió completamente. Con cuidado, para no hacer ruido, mi madre se inclinó sobre una de las cajas, ofreciendo su espalda a Tom. Él se acercó por detrás, agarrando su pene y guiándolo hacia la entrada de mi madre. «Shh, debemos ser silenciosos», susurró mi madre, su voz temblando de excitación y nerviosismo.
Tom asintió, su propia respiración agitada mientras empujaba lentamente. Observé cómo desaparecía dentro de mi madre, y cómo ella ahogaba un gemido cuando él la penetro. Comenzaron a moverse juntos, sus cuerpos encontrando un ritmo silencioso pero intenso. Los gemidos de mi madre eran casi inaudibles, amortiguados por la mano que había presionado contra su boca. Tom también estaba en silencio, su respiración controlada a pesar de la obvia sensación de placer. «Te gusta esto, ¿no?», susurró Tom, su voz baja, mi madre asintió, sus ojos cerrados en éxtasis. «Sí», respondió en un susurro, «me encanta cómo me penetras».
Sus cuerpos se movían, la tensión sexual entre ellos era casi tangible. Observé cómo Tom agarraba las caderas de mi madre, sus dedos hundiéndose en su piel mientras la empujaba hacia él, los pechos de mi madre se balanceaban con cada embestida y cómo su cuerpo se estremecía con cada golpe.
Después de un rato, Tom sacó su pene del vientre de mi madre y lo dirigió hacia su ano. Mi madre se tensó, preparándose para la penetración. «¿Estás lista?», susurró Tom, su voz baja. Mi madre asintió, su voz temblando de anticipación. «Sí», susurró, «quiero sentirte allí». Tom empujó lentamente, introduciendo su pene en el ano de mi madre.
Ella ahogó un gemido, su cuerpo tensándose por el dolor y el placer. Comenzaron a moverse juntos, sus cuerpos encontrando un nuevo ritmo. Mientras Tom la penetraba analmente, vi cómo mi madre metía sus dedos en su vagina. Estaba totalmente húmeda, sus fluidos sobrepasando sus dedos. Ella comenzó a masturbarse, sus gemidos silenciosos se convirtieron en sollozos ahogados. «Te gusta esto, ¿no?», susurró Tom, «Te gusta ser penetrada en todos tus agujeros». Mi madre asintió. «Sí», respondió, «me encanta».
De repente, Tom comenzó a sacar su pene y alternaba entre penetrar el ano y la vagina de mi madre. Observé cómo su pene desaparecía en uno y luego en el otro, sus embestidas se volvían más urgentes, más intensas.
De pronto, Tom comenzó a venirse dentro de la vagina de mi madre. «Sí, sí», susurró mi madre. Una vez que Tom terminó de venirse, mi madre, aún temblando de placer, se puso en cuclillas. Comenzó a empujar y su vagina contrayéndose saco el semen de Tom el cual caía al suelo, después de que mi madre se limpió y ambos se vistieron, aproveché para salir de allí sigilosamente y con cuidado para no hacer ruido. volví a mi habitación. Unos minutos después, escuché cómo mi madre entraba de nuevo con mi padre a su habitación, yo no podía sacar de mi cabeza a mi madre follando, y por primera vez me masturba pensando en ella, al terminar sentí mucho remordimiento pero me excitaba mucho verla follar
Por la mañana, Tom se fue a su casa. Se despidió de mi hermana besándola en la boca mientras yo y mi madre observábamos. Vi cómo mi madre hizo un gesto de disgusto, pero trató de disimularlo. Una vez que Tom se fue, mi madre le ordenó a mi hermana que lavara la ropa que estaba en un cesto. Mi hermana, sin más, obedeció. Yo, al contrario, sentí que mi madre lo hizo por coraje.
Esa noche, comencé a escuchar cómo mis padres follaban. Había pasado mucho tiempo desde que se escucharan los rechinar de su cama, ya que no acostumbraban a tener sexo seguido. Pensé que mi madre lo hizo por despecho. Al día siguiente, mi hermana llegó a casa, pero mi madre la recibió enojada y la tuvo todo el día haciéndole hacer cosas: «haz esto y aquello, recoge eso o lava eso».
Mi hermana pensó que fue por desobedecerla, pero no imaginaba que era por otra cosa. Después de eso, pasó una semana en la cual parecía estar todo normal. Mi madre poco a poco se fue calmando con mi hermana. Pero una tarde, mientras comíamos y Tom estaba con nosotros, mi madre anunció que estaba embarazada. Mi padre se levantó alegremente y la abrazó, pero ella, a espalda de él, solo le sonrió a Tom mientras este solo la veía. Fue entonces cuando me di cuenta de la verdad. Mi madre estaba embarazada, y había una posibilidad muy real de que el bebé no fuera de mi padre, sino de Tom.
Finalmente, no pude soportarlo más. Decidí confrontar a mi madre, preguntarle directamente si el bebé era de Tom. Cuando lo hice, mi madre entró en pánico al darse cuenta de que yo sabía sobre su aventura con Tom.
Al principio, lo negó, pero después de que le dijera todas las veces que los vi juntos, mi madre no tuvo más remedio que admitirlo. «Está bien», dijo finalmente, sus ojos llenos de lágrimas. «Sí, estuve teniendo una aventura con Tom. Pero no puedes decirle a nadie, ¿entiendes? Esto podría destruir nuestra familia». Asentí, mi corazón latiendo fuertemente en mi pecho. «No diré nada», prometí. «Pero, mamá, ¿qué pasa con el bebé? ¿Crees que pueda ser de Tom?» Mi madre palideció, su rostro cenizo. «No lo sé», admitió. «No estoy segura si el bebé es de tu padre o de Tom» dijo . “pero… hay más posibilidades que sea de Tom” añadió.
Mi madre suspiró, sus ojos evitando los míos. «Tu padre y yo… no hemos estado íntimamente juntos en mucho tiempo. Así que hay más posibilidades de que el bebé sea de Tom».
Sentí una extraña sensación de excitación. Mi madre, la mujer que siempre había sido un pilar de fortaleza y estabilidad en mi vida, de repente parecía vulnerable, casi accesible. Comencé a verla de manera diferente, a notar la curva de sus caderas, la plenitud de sus labios. Y cuanto más la miraba, más sentía una atracción creciendo dentro de mí. Al principio, traté de ignorarlo. Me dije a mí mismo que eran pensamientos equivocados, que nunca actuaría en base a ellos. Pero cuanto más tiempo pasaba, más difícil era ignorar mis sentimientos.
Después de eso y de jurar guardar su secreto pasaron los días empecé a encontrar excusas para estar cerca de ella, para tocarla de manera casual. fue sutil al principio, pequeños roces y toques que podían ser descartados como accidentales. Pero lentamente, empecé a volverme más atrevido, mi mano descansando en su espalda más tiempo del necesario, mi pierna rozando contra la suya bajo la mesa.
Un día, llegué a casa temprano y encontré a mi madre follando con Tom en el sofá de la sala. Estaban tan atrapados en la pasión que ni siquiera me escucharon entrar. Mi madre estaba sobre Tom, ya se notaba en su estómago el embarazo.
Observé con fascinación, fue en ese mismo momento, mientras observaba a mi madre follando con Tom, que decidí que tenía que tenerla. Caminé hacia ellos, mi corazón latiendo fuertemente en mi pecho, y me puse detrás de mi madre. Agarré sus senos, con mis manos apretándolos suavemente. Mi madre reaccionó con un sobresalto y se volvió para verme. Se quedó boquiabierta, sus ojos llenos de sorpresa y vergüenza. Intentó levantarse de encima de Tom, pero la detuve. «¿Qué estás haciendo?», preguntó, con su voz temblando. «No te detengas», dije, mi voz nerviosa. «Quiero unirme». dije nervioso. Mi madre no estaba convencida. Se volvió hacia mí, su rostro enrojecido, sus ojos llenos de ira. «No», dijo firmemente. «Somos madre e hijo. No podemos hacer esto. Es incorrecto».
Traté de persuadirla, «Nadie tiene que saberlo», argumenté. «Puede ser este también nuestro pequeño secreto» dije, pero ella no cedió. Se levantó de encima de Tom, agarrando su ropa del suelo «Que No..!!», grito, «No puedo hacer esto. Es incorrecto, y lo sabes».
Me quedé allí, mi corazón latiendo fuertemente en mi pecho, viéndola salir de la habitación. Sentí una mezcla de vergüenza y frustración, mi deseo todavía ardiente en mi interior. Tom se levantó y comenzó a vestirse. «Vaya, eso sí que fue algo extraño, ¿sabes?», me dijo. «Tranquilo, quien soy yo para juzgar, pero creo que había más formas de acercarte a ella». Fue a la cocina y abrió el refrigerador, sacó unas de las cervezas de mi padre y me lanzó una. «Salud», dijo, «por tener esas grandes bolas para pedirle a tu propia madre follar contigo». Sonreí débilmente, tomé un sorbo de mi cerveza, tratando de calmar mis nervios. «Gracias», dije. «Aunque no funcionó exactamente como esperaba». Tom se encogió de hombros. «Bueno, no puedes ganarlas todas», dijo. «Pero tienes que admitir que fue bastante emocionante, incluso si fue solo por un momento». Asentí, mi mente repitiendo el momento en que había tocado a mi madre, la sensación de sus senos en mis manos. «Sí», admití. «Fue definitivamente algo».
Me quedé tomando con Tom, hasta que llegó mi padre. Al vernos, nos preguntó: «¿Y ahora qué se celebra?» dijo como broma. En eso, mi madre bajó, ya vestida, y se puso a hacer la cena. Yo ya me encontraba algo tomado y Tom igual. Llegó mi hermana y se llevó a Tom a su habitación. Mi madre, una vez más, puso cara de enojo pero no dijo nada. Yo ni siquiera podía ver a mi madre. Mi padre se subió a cambiar y mi madre se me acercó. «Ya quita esa cara, no me gusta que esto esté pasando. Vale, hagamos como que nada pasó», me dijo. La volví a ver y le dije: «Es fácil de decir para ti». Me levanté diciendo que no tenía hambre y que pasaba de cenar, y me fui a mi habitación.
Pasé el resto de la noche en mi habitación, mi mente un torbellino de emociones. No podía dejar de pensar en lo que había pasado, en lo que había estado a punto de hacer. Sabía que mi madre tenía razón, que lo mejor era fingir que nada había pasado, pero no podía sacarme de la cabeza la sensación de sus senos en mis manos. Fue cuando escuché la puerta de alguna habitación abrirse. Pensé que era mi madre, la cual iba en camino a otro encuentro con Tom, lo cual me deprimió más.
Escuché unos pasos acercarse a mi puerta, tocando levemente. Me levanté a ver quién era. Al abrir, era mi madre, la cual traía una camisa de dormir. Me tomó de la mano y me dijo: «Ven, no hagas ruido». Me llevó a la planta baja donde estaba Tom. «Hola, amigo», me dijo al verme. «Venga, vamos», dijo Tom. Nos fuimos al garaje.
Entramos y como no estaba el carro de mi padre, mi madre tomó un cartón y lo puso en el suelo. Ella se acostó ahí. Tom se desabrochó el pantalón y se lo sacó, quedando desnudo solo de la parte de abajo. Yo no sabía qué sucedía, pero me comencé a excitar cuando Tom se acercó a mi madre y esta comenzó a hacerle sexo oral. Me quedé mirándolos sin apartar la vista. En eso, Tom dice: «Venga, ¿qué haces? Ven». Me acerqué y me dijo: «Pero quítate el short». En eso, sentí por debajo cómo alguien me lo bajaba de un golpe. Era mi madre, la cual solo me dijo: «Levanta el pie, quítatelo bien».
Lo cual hice y me quedé igual, desnudo de la cintura para abajo. Fue cuando sentí las manos de mi madre tomando mi pene, el cual comenzó a masturbar, mientras con su otra mano tomaba el de Tom y continuaba haciéndole sexo oral. «Te gusta ¿no?», me dijo Tom, «Te gusta cómo tu madre nos toca a ambos». «Sí» dije con voz temblorosa, mientras mi madre trabajaba en nuestros penes, su boca y manos moviéndose. Podía ver el brillo de su saliva en el pene de Tom, la manera en que sus dedos se apretaban alrededor de mi propia erección, luego pasó a chupar mi pene.
«Eso es, disfrútalo», dijo Tom, «Disfruta cómo tu madre te da placer». Mi madre continuó chupando y lamiendo mi pene, su lengua trabajando cada pulgada. Luego, lentamente, volvió a chupar el pene de Tom, su boca moviéndose sobre su longitud. Era una escena increíble, mi madre chupando y lamiendo nuestros penes, su boca y manos trabajando en perfecta sincronía, entonces mi cuerpo comenzó a temblar, mi respiración se volvió entrecortada. «Me voy a venir», dije, con mi voz ronca. Mi madre se volvió hacia mí, su boca abierta, su lengua extendida. Y luego, sin previo aviso, me atrajo hacia ella, su boca envolviendo mi pene.
Fue una sensación increíble, la calidez húmeda de su boca, la presión de sus labios alrededor de mi erección. Mi cuerpo se arqueó mientras ella me chupaba, su lengua jugueteando con mi pene. Sin poder aguantar más, me vine, llenando la boca de mi madre con mi semen. Ella lo tragó, su garganta trabajando mientras se tragaba cada gota. Mi madre me dijo: «Descansa un poco, en voz baja». Y ella continuó chupando el pene de Tom mientras yo observaba el espectáculo.
En eso, Tom levantó a mi madre y la empinó contra un estante, le abrió las nalgas mostrándome todo su sexo. «Ves, amigo, esto está rico, ¿no crees? Ve la rica vagina de tu madre». Era rosada, húmeda y brillante, con pliegues suaves y delicados que parecían invitarme a explorar. Tom comenzó a frotar sus dedos por encima de la vagina de mi madre, luego se arrodilló detrás de ella y metió su cabeza entre las nalgas de mi madre y comenzó a chupar y lamer su vagina. La lengua de Tom se movía en círculos alrededor del clítoris de mi madre, sus labios succionando suavemente mientras ella gemía en voz baja, su cuerpo temblando de placer.
Era una escena increíble, mi madre siendo lamida y chupada por Tom y yo, observando, mi propio cuerpo temblando de excitación, mi pene erecto y palpitante de nuevo. Y entonces, de repente, mi madre comenzó a temblar, su cuerpo convulsionando mientras alcanzaba el clímax, soltando chorros de sus fluidos al suelo. Tom se puso de pie, su pene erecto en la mano. «Es tu turno», dijo, «Fóllate a tu madre. Demuéstranos lo mucho que la deseas». Me acerqué, mi cuerpo temblando de nervios.
Me puse detrás de mi madre, mi pene erecto en la mano. Y luego, lentamente, la penetré, mi pene deslizándose en su vagina húmeda y caliente. Fue una sensación increíble, la calidez apretada de su vagina, la manera en que se ajustaba perfectamente alrededor de mi erección. Comencé a entrar y salir de ella, sintiendo cómo sus fluidos cubrían mi pene. Ella se cubría la boca para no hacer ruido. Tom dijo: «Vaya, nunca la había visto que estuviera tan mojada, se nota que está muy excitada. Dime, ¿te excita que te folle tu hijo, verdad?». Le preguntó a mi madre y ella apenas pudo decir que sí, tratando de opacar el ruido de sus gemidos.
La tomé por la cintura como había visto a Tom hacerlo anteriormente y comencé a acelerar mi ritmo. Empecé a tener de nuevo esa sensación de querer venirme, pero antes de que sucediera, salí de ella. Ella volteó como diciendo «¿Por qué te detienes?» con la mirada, pero de inmediato entendió por qué. Así que se giró ofreciendo sus nalgas a Tom y este, sin pensarlo dos veces, la penetró y comenzó a follársela.
Se notaba por mucho la diferencia entre él y yo, pero en vez de sentirme mal, disfruté verlos follar. Estuvieron un rato así, luego Tom se tiró sobre el cartón y mi madre lo montó moviéndose muy rico sobre él. Ella se sostenía sus senos mientras lo cabalgaba. En eso, Tom la abrazó contra él e invitándome a seguir participando, me dijo: «Penetrala por el culo, a ella le encanta, solo hazlo con cuidado». Así que hice eso.
Al principio me costó, pero de inmediato sentí la mano de mi madre guiándome mientras pujaba para meterme y poco a poco entré. Se sentía una gran diferencia al penetrar su culo. «Vamos, comienza a moverte», dijo mi madre. Tom y yo nos follábamos a mi madre al mismo tiempo. Era una sensación increíble, mi pene deslizándose en el apretado ano de mi madre mientras Tom la follaba por la vagina.
No tardó mucho cuando Tom se vino dentro de ella, yo continuaba follándomela mientras Tom, aún debajo de ella, la besaba apasionadamente. Me excitó mucho escuchar cómo sus bocas se besaban, que terminé también viniendome dentro del ano de mi madre. Saqué mi pene y de inmediato vi cómo su ano abriendo y cerrando empujaba mi semen hacia fuera. Mi madre se levantó y me abrazó, y sin poder decir algo, sentí cómo su boca se pegó con la mía y su lengua entró en mi boca buscando mi lengua. Una vez que terminamos de besarnos, me dijo: «Recuerda, este también será nuestro secreto, ahora vístanse y regresemos a las habitaciones».
Así que los tres nos vestimos y cada uno se regresó a su habitación. Al día siguiente, Tom se había ido temprano con mi hermano a su casa. Mi padre estaba leyendo el periódico y mi madre preparando el desayuno. Estaba muy feliz al verme. Sin darse cuenta, me dio un beso en la boca, pero reaccionó rápido y se alejó. Mi padre no lo notó, gracias a su entusiasmo por la lectura. Cuando mi padre se fue a trabajar, me disponía a irme a la escuela, pero me detuvo mi madre y solo dijo: «Ahora sí, no hay distractores» y me dio un beso intenso. «Que te vaya bien, amor», me dijo.
Me sentí muy feliz. Por alguna razón, me sentía diferente, pero muy feliz. Al pasar los días, Tom y yo continuamos follando con mi madre, cada vez viendo cómo su estómago crecía, llegando al punto en que la cuidaba mucho. Sentía que era frágil, me volví muy sobreprotector con ella.
Hasta que dio a luz. El bebé nació saludable, un niño hermoso que trajo alegría a nuestra familia. Pero en el fondo, sabía que había una posibilidad de que fuera hijo de Tom. Mi madre y yo nunca hablamos de eso, simplemente seguimos viviendo nuestra vida, disfrutando de nuestros momentos secretos juntos.
Wuuuaaaauuu pero que delicia de relato amigo, enserio está excitante 🥵🥵🥵🥵🥵🥵me la jalé 6 veces, desde que empecé a leer tu relato hasta que termine, habrá otra parte o segunda de dónde, saludos y que afortunado eres 🥵🥵🥵🥵