Mi madre, María Soledad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Till_Marqueze.
(Nada de lo relatado a continuación es real, todo es producto de mi imaginación)
Bueno, soy Vicente, yo soy un joven de 20 años, mido 1,78, contextura flaca pese a unos pocos kilos demás, cabello mas o menos corto y negro, tez pálida y ojos muy oscuros.
Soy hijo único y vivo con mi madre María Soledad, tiene 43 años, es muy hermosa e inteligente, bastante alegre, es rubia, pálida, de ojos oscuros, pecosa, mide 1,62, pero es algo rellenita, pero su mayor atributo, son sus grandes senos.
Jamás conocí a mi padre.
Siempre fui tímido con las mujeres, no tenía mucho éxito, tengo buenas notas y siempre apoyé a mi madre, y desde hace mas de 8 años que no tiene un novio, últimamente ya estaba algo acomplejada por esto.
Durante este último tiempo de mi vida me he apegado bastante a ella, en especial tras romper con mi novia, hace casi un año, me afectó mucho y sentía la necesidad de una mujer, mi madre era mi apoyo, pero por esa razón comencé a enamorarme poco a poco de ella.
Pasaba el tiempo y la espiaba mientras se duchaba y se cambiaba de ropa, mas de una vez entre a propósito a su habitación con tal de verla desnuda, ella se asustaba pero lo tomaba con humor, no sabía lo que yo sentía hacia ella.
Ella me ponía muy caliente, me robaba su ropa interior cuando no estaba y me masturbaba con ella, por lo general con sus sostenes, ya que lo que mas ansiaba, era poder tocar sus grandes tetas.
Hace no mas de un mes entré a la ducha justo con llegó a casa, con la intención de salir completamente desnudo del baño y con una erección con la excusa de que no sabía que había entrado, y lo logré, ella se sorprendió y noté que miró fijamente hacia mi pene, ella es mujer y hace mucho que no tenía un hombre, era evidente que estaba caliente, pero se rió y dijo "vaya.
haz crecido.
pero ahora tápate que soy tu madre", yo también simulé reír y dije "vamos, no es nada que no hayas visto antes, ahora solo tiene un poco de pelo".
No pude evitarlo, entre a mi habitación y cerré con pestillo y me hice una paja sobre la cama, limpié los restos de semen y me quedé dormido, una hora después mi madre toca la puerta y me llama a cenar.
Me vestí y salí de la habitación.
Mi mamá preparó fideos, me encantan, pero comió bastante callada mientras tomaba una copa de vino, decidí iniciar una conversación:
-¿Te pasa algo mamá?- dije
-Hijo, eso fue raro y no debe pasar otra vez
-¿Que cosa? – dije extrañado
-Hijo, yo soy una mujer madura, y tu eres un hombre joven y muy guapo, de seguro las chicas te siguen
-¿A qué viene esto? – la verdad no entendía nada
-No puedo verte desnudo, y en esas condiciones, con una erección, soy tu madre y eso no puede pasar, es mal visto social mente, además, ya tienes superado lo de tu ex, podrías conseguir una novia, o alguna amiguita con la que puedas tener relaciones sexuales sanamente.
-Pero – interrumpí – no es nada grave, solo me viste el pene, todos los hombres tenemos uno y es normal -dije, intentando disimular
-Lo sé hijo, pero es TU pene, una se siente rara en estas situaciones, parecía ayer cuando eras un pequeño al cual bañaba y cambiaba los pañales, pero ya eres un hombre grande, estas peludo y mas "desarrollado"
-Entiendo.
– terminamos de cenar y retiramos la mesa, ella lavó los platos y yo me fui a dormir pensando antes, era obvio que intentaba disimular su deseo sexual, y me iluminó la idea de que soy capaz de calentarla, y eso sería una ventaja.
Hace unos días, ella entro al baño a ducharse y yo le robé la toalla antes, ella no lo notó y tomo una larga ducha, pero al salir se dio cuenta y me llamó
– ¡Viceeeeeente!
– ¿Dime?
– ¡No hay toalla!, ¡ tráeme una por favor!
-¡En seguida!
Todo estaba saliendo bien, de acuerdo a lo planeado, tomé la toalla y se la llevé, pero en vez de abrir un poco la puerta la abrí completa y de golpe, y ella se asustó y gritó
-¡Vicente por Dios cierra la puerta que estoy desnuda! – atinó a taparse la vagina con una mano y puso el antebrazo sobre sus senos para que no los vea, pero lo único que logró fue calentarme, al resaltar aun mas su gran tamaño.
Quedé impactado y le entregué la toalla y me fui a mi habitación, con la imagen de esa mujer madura pero hermosa como ninguna, completamente desnuda.
Pasaron cerca de 20 minutos y ella entró vestida pero con el pelo aún mojado, muy furiosa a mi habitación, me encontró tendido sobre mi cama con los audífonos puestos
-¡Por Dios niño, ten mas cuidado para la próxima!, soy tu madre- decía furiosa – está mal que me veas desnuda, ¡hay miles de mujeres hermosas y voluptuosas afuera y tu solo vienes con esto de los desnudos en tu casa!, no se qué hacer contigo
-Mamá -dije intentando calmarla- no exageres, tú me viste desnudo y yo te vi desnuda, todo sin intención -era mentira- el cuerpo es algo natural y hermoso, en especial el tuyo, y no veo nada de malo en verte en pelota, después de todo, soy tu hijo, vengo de ti y no habría nada de antinatural en verte en esas condiciones.
-Vicente – repetía enfadada – ya van dos veces que pasa esto, no quiero que vuelva a suceder ¿Entendiste?
-Sí, lo prometo.
Me miró a los ojos y se fue, cerró de golpe la puerta
En la noche quise entrar a su habitación a disculparme, estaba la puerta entre abierta y escuche su voz y creí que hablaba por teléfono, pero estaba sola, descalza y con su pijama puesto mirándose al espejo, era de dos piezas, un pantalón largo color negro y una camisa blanca de manga corta, se notaba que no llevaba ropa interior, pero lo curioso es que se miraba al espejo y repetía "El cuerpo es algo natural y hermoso, en especial el tuyo" mientras sonreía, era lo que yo dije en la discusión.
La seguí viendo a escondidas y ella sin saber de mi presencia, se quitó la camisa quedando solo con su pantalón puesto, se tomó los senos y dijo mirando al espejo "Bueno, son bastante grandes, y están bien para mi edad, cualquiera me desearía.
", se estaba calentando mientras repetía esto, yo estaba muy excitado y la cosa se puso mejor cuando se quitó el pantalón y se miró al espejo, dijo "Bueno, muy trasero no es tan grande como mis tetas pero es bastante lindo y firme".
Siguió hablando y mirándose, cada vez mas caliente hasta que dijo "Está bien, no me hará daño, me ayudará al calmarme".
No entendía a que se refería, hasta que sacó un consolador de su velador de noche y se tendió desnuda sobre la cama a masturbarse mientras jugaba con sus senos, ella gemía como una puta, aún mas que mis ex novias.
Estaba shockeado por dos razones, primero porque ni siquiera sabía acerca de ese consolador, y segundo, era una imagen espectacular.
Tras llegar al orgasmo guardo el consolador,se metió a la cama y se durmió, pero sin su pijama.
Esperé un rato y entre a masturbarme a su habitación mientras veía sus senos, los cuales no estaban del todo cubiertos, era algo arriesgado pero lo disfruté.
Pasaron tres o cuatro días hasta que me encontré solo en casa, y fui a su habitación a robar su ropa interior para hacerme la paja, aún con la imagen en la cabeza.
Saqué la ropa que usó el día anterior y que aún no lavaba, olía sus calzones y sentía el olor de su vagina, con la otra mano, tenía el sostén con el que me estaba masturbando, estaba tan caliente que tras eyacularme en su ropa, comencé a buscar mas para una nueva paja, estaba tan concentrado en mis actividades que no me dí cuenta que mamá llegó, entro a su habitación y me vio, con los pantalones abajo, oliendo su ropa interior usada y con sostenes sucios con mi semen.
Ella dio un grito de horror y se encabronó
-¡¡¡Maldito cerdo, eres una mierda!!!, ¡¡¡Yo sabía que eras un enfermo, un depravado, un pervertido!!!, ¡¡¡Soy tu madre, maldita sea, un poco de respeto!!!
Estaba fuera de sí y entró a mi habitación a romper la cosas, estaba enrabiado y sollozando -¡¡¡Maldito enfermo, maldito enfermo!!! – gritaba.
Estaba paralizado y no sabía que hacer, ella seguía llorando muy fuerte y gritando, rompía todo a su paso, se lanzó sobre mí intentando golpearme con lágrimas de rabia en los ojos, la tomé de los brazos con cuidado de no hacerle daño y le pedí que se calmara mientras ella lloraba en posición fetal en su cama, me decía enojada y llorando
-Yo sabía eso, que mirabas como un objeto sexual, lo sospechaba pero lo confirmé.
por eso lo de las duchas, maldito desquiciado –
Me quebré y me puse a llorar, comenzamos a discutir
-Déjame explicarte-
-¡¡¡NO EXPLIQUES NADA!!!, ¡¡¡FUERA!!!
-No te veo como un objeto, te veo como mas que a cualquier cosa
-¡Mientes!!!
-Eres mi madre y te amo.
-Si me amaras ¿Me habrías hecho esto? ¡Contesta!
-Te amo mas que a una madre, te amo como mi mujer, me he enamorado de ti, profundamente, eres tan hermosa e inteligente, es inevitable, quiero que seas mi mujer
-¡¡¡Es incesto, es antinatural!!!
-Lo siento, no puedo mas.
-¿Qué vas a hacer?- Me acerqué a ella y la besé por la fuerza, la tome y la besé con pasión pero ella oponía resistencia, me dio un fuerte golpe en la cara
-¡¡¡Detente!!! – me gritaba mientras me rasguñaba, yo seguía y me lancé sobre ella, no podía moverse y la seguí besando, ella estaba con lágrimas en los ojos, pero conseguí mi objetivo, se estaba entregando al placer
-Hijo, esto es malo, pero ya no importa, estoy demasiado caliente, necesito un hombre, aunque seas tu, esto es antinatural y no debe salir de entre los dos.
–
Nos besábamos apasionadamente, estaba encima de ella y le acariciaba los senos y jugaba con su cabello, nos fuimos desnudando de a poco hasta que yo quedé completamente descubierto, pero ella aun tenía su ropa interior, un sostén y un calzón blanco, aún con lágrima en los ojos, nos sentamos en la cama y le quité es sostén, sus tetas quedaron descubiertas y empecé a jugar con ellas, mi madre gemía.
Me pidió detenerse y me acostó sobre la cama
-Ahora viene lo de verdad, es un pecado por el cual arderemos en el infierno.
–
-Mamá.
–
-María Soledad, por ahora soy tu mujer, asi que llámame así, o solo "Mari"-
-Mari, con una mujer como tu no necesito el cielo-
Me miró con cara de cachonda, se quitó los calzones y se montó encima mío, introduje mi pene en su vagina, estaba muy húmeda, y comenzamos a darnos como si nuestra vida dependiera de eso
-Mas duro, olvida que soy tu madre – decía entre gemidos
-Vamos perra, tómala toda, disfrútala – le decía
-No porque tengamos sexo significa que me faltes el respeto – seguía gimiendo
-Mari, olvídalo todo, vamos a un nuevo lugar de placer-
Seguía gimiendo, sudábamos y su respiración era agitada, nos besábamos y con mi manos le ayudaba a mover el culo, el cual tenía agarrado bien firme
-El otro día tes vi mientras te masturbabas, y vaya cuerpazo que tienes-
-Lo dices porque soy tu madr.
–
-Recuerda Mari, no eres mi mamá, eres mi amante, y te quiero pedir algo.
–
Seguía gimiendo – ¿Qué cosa? – cada vez lo disfrutaba mas
-Hazme una rusa, tus tetas son enorme, ideales para esto
-Esta bien hijo, con tal de que lo disfrutemos- Se arrodilló y puso mi pene entre sus tetas, empezó el juego
-Mari por Dios, que rico, no te detengas, sigue- Estuvimos así un rato, hasta que la tomé de la cabeza y metí mi pene en su boca -Chúpala, compláceme- Me hizo oral hasta que le pedí volver a las penetraciones.
Cada vez gemía mas, y mas fuerte, su respiración era entrecortada, estaba roja y sudada, se notaba que hace harto no culeaba -Maldición, me vengoooooooooOOOOO!!!- ambos estábamos a punto de llegar al orgasmo y ella aceleró el ritmo, ya no me hablaba, me gritaba -¡Mas duro, mas fuerte, mas adentro, mas rápido!- estaba casi como poseída, el sexo la tenía loca, cada vez nos acercábamos mas al final
-¡Soy una pecadora Dios!- gritaba- ¡Iré al infierno, a ese antro de placer y salvajismo, donde este incesto será concebido!, ¡Culearé todos los días de la eternidad infernal con mi hijos y con el mismísimo Satanás! -daba la impresión de estar loca, estaba a punto de eyacular dentro de ella, intenté resistir lo mas posible hasta que comenzó a gritar y gemir casi como si le doliera -¡Satanás recibe mi alma condenada a la lujuria y al placer!¡Me culearé a mi hijo en el infierno encima de tu propio trono, te prestaré el culo si es necesario!, ¡MIERDA!¡QUE PLACER!¡LLEGO AL ORGASMO, RECIBE MI ALMA MALDITO HIJO DE PUTAAAA!!! -gritaba como loca mientras yo depositaba mi semen caliente dentro de ella, ella lo disfrutaba mas que yo -¡¡¡QUE PECADO MAS PLACENTERO!!! ¡¡¡TE VERÉ EN EL INFIERNOOOOOOOOOOOOOOO!!!.
– Llegamos al orgasmo.
Desde ese día todo cambió, María Soledad ahora es más feliz aún y parece que ya no siente la necesidad de un hombre, tenemos sexo casi todos los días.
Marisol, como la llamo ahora para abreviar; lo disfruta, aún mas que yo, de verdad necesitaba un hombre y yo una mujer, nos estamos enamorando, y si es necesario, tendremos sexo en el infierno con tal de que nuestras condenadas almas gocen de este amor, entre la madre y su hijo.
mi madre tiene unos grandes pechos y le gustan los vibradores