Mi madre me convirtió en hombre
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, me llamo Carlos, vivo con mi madre, se llama Ana María, tiene 49 años, viuda y la mejor mujer del mundo.
Cuando andaba por los 14 o 15 años, con mis amigos estábamos siempre hablando de sexo, de colas, nos mostrábamos las vergas, hacíamos juegos donde el que perdía le tenía que acariciar la verga a los otros chicos, yo siempre fui gordito y nalgonsito, siempre los chicos me decían que les muestre la cola, a mi me daba entre vergüenza y rabia, ya que solo a mi me pedían que muestre la cola, alguna que otra vez la mostré y los chicos enseguida vinieron a acariciar mis nalgas, alguno quiso pasar su verga por la raja del culo, eramos cinco los que siempre nos reuníamos, y siempre era lo mismo.
Una tarde estábamos solo tres, o sea yo y dos amigos, los otros dos, habían salido con sus padres, no sabíamos que hacer y nos fuimos a casa de uno de los chicos, a jugar a la play, y como siempre los temas eran sobre sexo, "vale Carlos, déjanos ver tu cola", empezaron mis amigos, "pero por que siempre quieren verme la cola", les dije, "es que tienes una cola muy linda y nos haces poner dura la verga", me dijo uno de mis amigos, acariciando su verga que estaba dura, "ahora estamos solos nosotros, deja que veamos tu cola y pasemos nuestras vergas por tus nalgas", dice mi otro amigo, tanto insistieron que me baje el pantalón y deje que me vean la cola, se turnaban entre ellos para poner sus vergas entre mis nalgas y hacían que me cogían, el jueguito me estaba gustando, me gustaba sentir sus vergas entre mis nalgas, "Carlos, y si traigo una crema de mi mamá, me dejas meterla por el agujero de tu cola?", me dijo el dueño de casa, "y yo?", dijo enseguida mi otro amigo, "se la metes en la boca", le respondió mi amigo yendo a buscar la crema.
Cuando regreso, me hicieron quitar el pantalón, yo tenía dura mi verga, como mis dos amigos, y entre ellos dos me empezaron a pasar crema por mi ano, uno me abría las nalgas y el otro la untaba, escuchaba como decían que tenía una hermosa cola, que lindo que era el agujero de mi cola, yo me sentía importante, no me daba cuanta que estaban a punto de romperme el culo.
Damian, que así se llama el dueño de casa, me hizo poner en cuatro patas mientras mi otro amigo Miguel me abría las nalgas, acomoda su verga contra el agujero de mi cola, y haciendo fuerza, sentí como me empezaba a entrar, me dolía, pero escuchaba las exclamaciones de mis amigos de como me estaba entrando la verga en la cola, que eso me hacía calentar, así que aguanté que Damian meta toda su verga dentro de mi cola y enseguida Miguel se subió sobre la cama y metió su verga en mi boca, que le sentí como sabor a pis, "oye Damian, tu le das verga por la cola y yo por la boca", le dice Miguel , sintiendo la verga de Damian entrar y salir de mi cola y la verga de Miguel como entraba y salía de mi boca, así me estuvieron cogiendo un buen rato, hasta que siento como Damian me dice que se va a escurrir dentro de mi cola y Miguel me aprieta la cabeza y siento como se escurre dentro de mi boca, eso me dio mucho asco, pero como no podía sacar la verga de mi boca, tuve que tragar su leche, así mis amigos me habían cogido, ya era oficialmente la mariquita del grupo, "cuando se enteren los otros dos, te van a querer coger ellos también, así que te vamos a coger entre los cuatro", me dijo Damian, sacando su verga de mi cola.
Yo me puse mi pantalón de nuevo sin haberme limpiado la cola, y me fui a casa, me dolía el ano y sentía como a medida que iba caminando me salía la leche que me había dejado Damian, ensuciando mi calzoncillo.
Llegué a casa y me los cambie´, dejándolos para lavar, sin darme cuenta que estaban sucios de sangre.
Cuando mi madre fue a lavar la ropa, los vio y me llamó, "Carlos, que te ha ocurrido que tienes los calzoncillos sucios de sangre?", me dijo, mostrándome la mancha, que si bien no era grande, se notaba que algo me habían echo, yo no sabía que decir, nunca me imaginé que me fuera a sangrar la cola, y ella tanto insistió que le conté como Damian y Miguel me habían cogido, "deja que vea el daño que te hicieron", me dijo mi madre llevándome de un brazo a su dormitorio, me hizo desnudar y que le muestre el agujero de mi cola, cuando sentí las manos de mi madre abrir mis nalgas, se me empezó a poner dura la verga, "hay Carlos, como tienes el ano, te han cogido los dos?", me dijo mi madre pasando su dedo por mi agujero, y le dije que solo había sido uno, que al otro le había mamado su verga, "oye, y por que te pones así?", me dijo mi madre viendo lo dura que tenía mi verga, "es que me gusta como me pasas tus manos, son muy suaves", le dije, "y tú, te haz cogido a alguno de tus amigos, o a alguna chica?", me dijo mamá, dejando que me siente en el borde de la cama, "no, no he cogido a nadie, solo ellos me han cogido a mi", le dije, bajando la cabeza, pero mi verga seguía bien dura, "pero, a ti te gustan las mujeres?", me dijo mi madre, "no lo se, nunca estuve con ninguna", le dije, "oye Carlos, si yo te guardo este secreto, tú me guardas otro a mi?", me dijo mi madre, poniéndose de pie, y metiendo sus manos debajo de la falda se quitaba los calzones, me empuja sobre la cama, quedando yo boca arriba, con mi verga bien dura, apuntando para arriba y mi madre se sube sobre mi y con su mano dirige mi verga a su cuca, sentándose sobre ella, haciendo que le entre, "haaaaaa, hijo no te imaginas cuanto hace que no tengo una verga dentro de mi cuca, cógeme tú, cógeme tú", me decía cerrando sus ojos y moviendo sus caderas con toda mi verga dentro de su cuca, que estaba muy caliente y mojada, se levanta su camiseta y su sujetador, dejando sus tetas fuera y me dice que se las acaricie, que juegue con ellas mientras la siga cogiendo, "huy que rico, como mi hijo le da verga a su madre", me decía moviendo sus caderas muy despacio, disfrutando, "así hijito, así, juega con mis tetas y sigue cogiéndome", decía sin dejar de mover sus caderas, "que te gusta mas, que te cojan o coger a tu madre?", me dijo, apoyando sus manos sobre la cama y subía y bajaba su cintura, haciendo que mi verga entre y salga de su cuca, estaba tan mojada que yo pensé se había orinado, "hay hijo, me escurro, me escurro, escurre tu leche dentro mio", me gritaba mi madre, temblando, con sus ojos cerrados, disfrutando, se le caía la saliva sobre mi cara, hasta que yo no aguanté y me empecé a escurrir dentro de la cuca de mi madre, ella se dejo caer sobre mi, sin dejar de mover su cintura, gimiendo, lamiendo mi cara, pidiendo que no deje de darle verga, hasta que se tranquilizó, se quedó quieta sobre mi, a mi su peso me incomodaba, hasta que se dejo caer sobre la cama, sintiendo un tremendo alivio, "que rica cogida le distes a mami, cuanta lechita en mi cuca", me decía, metiendo sus dedos en la cuca y los limpiaba con su boca.
Así fue como empecé mi vida sexual, siendo el mariquita de mis amigos, y el amante de mi madre.
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