Mi madre sexy
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi saludo soy Fernando tengo 25 años lo que relataré ocurrió recién cumplidos los 15 años. Soy hijo único papá es Ingeniero se llama Héctor y mamá es maestra de nombre Isabel, tienen el 45 años y ella 43. Los dos son maravillosos padres muy atentos y pendientes de mí, en esa época cuando apenas tenía 15 y mamá 33, estaba en mi despertar sexual, vivía pendiente de revistas porno y de películas, en el Liceo las conversaciones generalmente se referían al sexo y claro está todos fantaseábamos.
Nunca había visto a mi madre de manera pecaminosa hasta un día en que llegamos de una fiesta y todos nos fuimos a nuestras habitaciones y comencé a sentir ruidos y voces del cuarto de mis padres, jamás los había oído de esa forma, gemidos, besos y movimiento. Aunque había una ventana que comunicaba las habitaciones, que era una especie de boca de luz y de ventilación, esta era muy alta para mí por lo que me limité a escucharlos pasando por mí mente mil cosas lo que me mantenía erecto y me masturbaba en forma casi que permanente.
Mamá, alta, blanca, muy bello rostro, pelo negro mediano, delgada, de piernas torneadas, tetas medianas y buen trasero. Era muy celosa de su aspecto personal por lo que sus pies y manos estaban muy bien cuidadas y su piel muy tersa por los baños de crema y demás aditamentos de belleza.
Lo cierto es que a partir de ese día comencé a espiarla, cuando se friccionaba con cremas las piernas, cuando se bañaba la veía porque la puerta del baño por costumbre nuestra nunca se cerraba con llave, estaba siempre medio abierta solo los ruidos internos nos advertía que estaba ocupado. Igual me las arreglé para tener en mi habitación una escalera de tres peldaños con la excusa de arreglar una pequeña biblioteca que tenía y así de ese modo al sentir movimiento en su cuarto me asomaba con mucho cuidado y pude ver a mis padres en pleno acto sexual.
Lo hacían en varias posiciones, me impresionaba el cuerpo de mi madre, sus tetas medianas firmes y sus pezones rosados erectos, su cuerpo y piernas, su trasero muy carnoso, su vulva peladita y abultada, el ver como se tragaba íntegra la verga de mi padre de unos 20 cm, y sus movimientos lujuriosos y excitantes cuando era penetrada, sus gemidos y palabras, así Héctor así, mételo todo uyyyy, dame mas, hasta que se arqueaba dando un gran suspiro y caía sobre la cama y papa sobre ella. Siempre papa después de mamarle las tetas y el clítoris y la vagina y ella chupándolo en un 69, la volteaba y la penetraba por la vagina en 4 patas y luego de muchos embates, ella le decía ahora y el se lo sacaba y se lo metía de un golpe por el culo a lo que ella le decía “párteme uff que rico méteme toda la tranca dame duro nalguéame” y papá le daba nalgadas hasta que los dos llegaban a su orgasmo y se acostaban a descansar el polvo que se habían metido. En tanto ya yo me había dado un par de pajazos e igual me iba a la cama.
Logré tomarle a mamá algunas fotos algo atrevidas, sin que ella se percatara, una con las piernas abierta y se le veía el coño, arreglándose las uñas. La tomé a distancia con el zoom de la cámara. Otras en su habitación y otras en la sala desde mi cuarto. Esas instantáneas me servían para masturbarme y un día estando en mi cuarto mamá entró y me pilló desnudo y erecto, me hice el loco y ella se sonrió mientras yo le pedía disculpas.
Un buen día hubo una reunión en mi casa, mamá cumplía años y estaban familiares y amigos conversando, bailando y tomando, yo pasé el tiempo charlando y bailando con amigas y conversando igual hasta que llegó el momento de la partida. Los invitados se fueron retirando y papá bastante tomado conversaba con un amigo. Vi a mamá ir hacia su cuarto después de despedir a unos invitados pero con señales evidentes de que había tomado mucho, la seguí, ella trastabilló y cayó sobre la cama. La agarré y traté de acomodarla y fue inevitable el roce, con sus tetas y sus muslos sobre todo.
Ella agarró mi mano y se incorporó se sentó a la orilla de la cama, subió su falda y se sacó las medias panty, quedando sus muslos al descubierto, me dijo toma ponlas allí, ve y tráeme un vaso con agua y le dices a tu papá que voy a dormir. Al regresar estaba de nuevo acostada boca abajo con la falda levantada lo que dejaba ver sus piernas y su trasero apenas cubierto por una diminuta tanga. Apagué la Luz principal del cuarto quedando apenas la lámpara de la mesa de noche y allí me acerque y la besé en la mejilla, al no responderme supuse que estaba dormida y con mucho temor coloqué mi mano en sus nalgas, creí que iba a eyacular cuando sobé sus nalgas y levanté de a poco la tanga por un lado y metí los dedos hasta llegar a su culo, me olí el dedo y me importó su olor, lo metí en mi boca y lo llené de saliva y nuevamente metí la mano, bajé a su vagina y estaba algo húmeda y al subir la mano hacia el culo, oí su voz, “¿que haces Fernando?”, quedé paralizado. Ella tomó mi mano y me haló, bésame me dijo.
Me acerqué a ella tímidamente y besé su mejilla, mamá volteó su cara hacia mí y beso mis labios llevando mi mano a su trasero, me dijo abre los labios y metió su lengua exploratoria en mi boca mientras agarraba mi verga erecta, unmmmm esta rica hijo, para ese momento estaba excitado al máximo y no había desaparecido mi temor, pensé que soñaba y mi tolete aún juvenil de unos 15 o 16 cm palpitaban. Acuéstate sobre mí que quiero sentirla. Lo hice y el roce ya completo sobre su cuerpo me hacía estremecer todo, me acosté sobre ella vestido e hizo unos movimientos que reflejaban su veteranía pues asumió un vaivén con sus nalgas con los que el sólo roce casi me hacia eyacular. Uf que delicia eres como tu padre un puyón con una vergota me dijo al tiempo que me halaba hacia si para sentir mi bulto sobre sus nalgas.
“¿Isabel que haces, donde estás?”, oímos el grito de mi padre, me bajé rápidamente y bajé su falda cubriendo sus nalgas y sus piernas, salí ocultando mi erección y le dije, aquí, le traje un vaso de agua que me pidió pero creo se durmió, y me fuí a mi cuarto.
Llegué a mi cuarto y me acosté sin que se me pasara la erección, nada esperé, me desnudé y me di una paja sin tener ningún tipo de cuidado como antes hacía, me importaba un carajo que me oyera alguien y de ese modo pude satisfacer un poco mi deseo y mi pensamiento lujurioso.
Aun acostado en horas de la madrugada tal ves las cinco, sentí unos pasos y distinguí una silueta abriendo la puerta de mi cuarto, era mamá, Dios me dije viene a regañarme o a manifestar su molestia. Se paró frente a mi cama y dijo: “Duermes”, no, le respondí tímidamente. “Dejamos algo inconcluso.” “Me contestó”. Al querer decirle algo puso una mano en mi boca y la otra sobre mi verga que inmediatamente respondió. Me dijo así es mi machito, hoy me vas a dar lo que siempre has querido y lo que yo he deseado de manera oculta. El incesto me atrae y quiero que me cojas que seas mi hombre y me besó en la boca bajando de inmediato a darme una mamada que no olvidaré. Beso y mordió mis tetillas pasó sus manos bajo mis testículos y lamió la punta de mi verga. Me dio unas lamidas y se la tragó toda, entraba y salía de su boca con facilidad mientras su mano acariciaba mis testículos y mi perineo, instintivamente me arqueé hacia su boca y ella puso sus dedos en mi ano, de ese modo chupaba mi verga y masajeaba mi hueco, se llenó los dedos con saliva y me introdujo un dedo en el culo y mientras mi tolete entraba y salía de su boca, me movía cuan rápido podía su boca chupaba y lamía y su dedo entraba a fondo en mi agujero, sentía un hervor propio de mi orgasmo que se aproximaba, al darse cuenta mamá me dijo dame toda esa leche, la quiero en mi boca y acto seguido después de algunas chupadas hice erupción, aquello fue una cantidad que jamás imaginé y ella chupó y tragó hasta la última gota.
Se acostó a mi lado y después de un largo beso de lengua que me hizo probar mi propio semen me dijo muy tranquila: “tu papa duerme la borrachera apenas hace media hora se acostó. Siempre supe de tus deseos, acaso crees que no sabía que me espiabas, que me veías de reojo la entrepierna, que me tomabas fotos sin que notaras que me acomodaba para ti, que te asomabas para vernos follar a tu padre conmigo. Solo que todo eso me excitaba, sabía que expiabas y disfrutaba de tu mirada fructiva, imaginaba que te pajeabas”, dicho esto se despojó de su bata y se sentó a horcajadas sobre mi colocándose mi pito en su entrada y se sentó penetrándose toda, sentí que su vagina era muy estrecha y me dijo te gusta, y se movía, yo veía el cielo, tocaba sus tetas y todo el resto de su cuerpo, sentía que su vagina me apretaba y ella se agarraba el pelo dejando que penetrara todo hasta el fondo, no era mi verga ni por asomo lo grande que la tenía papa pero era que me parecía que ella se adaptaba a mi tamaño, era una fiera que deseaba placer y yo quería sentirlo y darlo.
De pronto se viró quedando en la misma posición pero de espaldas a mí, se inclinó y lo colocó en su culo y para mi sorpresa entró suave y hasta el fondo. Puso su cara en mis pierna y comenzó un movimiento circular y a la vez de abajo arriba de manera que mi verga la rozaba toda y le entraba y salía hasta que sentí que me iba y le dije, no aguanto, dale coño, dale coge a una mujer, haz hembra a esta puta, no aflojes dame más. Se paró y se colocó en 4 yo parado a la orilla de la cama agarré su cintura y ella con una mano se abrió una nalga y con la otra puso mi tranca en su ojete y me increpó dale con fuerza, dale demuéstrame que puedes coger bien a una perra cachonda, con su cara pegada a la cama y sus manos agarrando las sábanas, gritó asiiiii perrooo y sentí su orgasmo segundos antes de derramar mi leche en ese culo que ya era mío.
Han pasado 10 años desde ese día y han ocurrido muchas cosas, llevamos una vida normal sin que nadie sospeche de esta situación que se mantuvo y se mantiene, yo me casé y mi vida matrimonial es perfectamente normal. Todo marcho en un sentido hasta que un día mi padre nos sorprendió a mi madre y a mí, pero eso es materia de otro relato.
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