Mi madre y mi hermanita II.

Segunda parte de cómo me reencontré con las mujeres de mi familia…
Primera parte: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/incestos-en-familia/mi-madre-y-mi-hermanita-i/

 

Después de lo ocurrido con mamá el día continuó, pero su comportamiento no volvió a ser el mismo.

Ya no había charlas entre nosotros, sólo silencios incómodos y ausencia de su parte. Recuerdo incluso haber considerado irme, pero decidí esperar.

 

A las 8:00 pm subió a su pieza.

 

-Linda noche, Rodri- Fue todo lo que dijo.

 

Yo me quedé en el living pensando en lo ocurrido. Las imágenes de nosotros follando iban y venían, a veces con culpa, otras con excitación y cuando eso ocurría, mi pene comenzaba a endurecerse.

 

Me armé de valor y subí las escaleras sigilosamente hasta llegar a su puerta. Tomé aire y la abrí.

 

-Má, ¿Estás despierta?-

 

No contestó.

 

Vislumbré su silueta. Estaba acostada de lado dándome la espalda.

 

<<Ese culo>> Pensé.

 

Me acerqué aún con más cautela quedando frente a ella. La mitad de sus pechos se veían. Mis dedos terminaron de bajar su bata hasta dejar sus pezones al aire y ahora jugaban con ellos apretándolos y moviéndolos frenéticamente. Sentí como se endurecían al igual que lo hacía mi miembro.

 

No pude más. Me acosté sobre ella y comencé a frotar mi erección en su muslo mientras succionaba sus pezones como un desesperado. Mi respiración estaba acelerada.

 

-Mamá, ¡me calentás tanto!- Decía jadeante.

-Ro, hijo, mi amor… Ahh…- Resoplaba ella.

-¿Querés que te vuelva a coger? Decíme que querés que te meta toda la verga- Exijía.

-Metéla, hijo, metémela toda. Quiero que me la metás hasta el fondo- Jadeaba.

 

Abrí sus piernas y de golpe me hundí en ella.

 

-Sí, bebé, así. Dale duro a mamá, chiquito- Suplicaba.

 

Entonces todo cobró sentido. Miles flashbacks me vinieron a la cabeza. Yo siendo un nene chupando las tetas de mamá mientras ella decía esas mismas palabras. Recordé cómo me llevaba a su pieza cuando papá se iba al laburo y me ponía a chuparle el coño. Recordé sus manos en mi incipiente pene y cómo me pedía que se lo metiera.

 

«Cuando seas hombre me la podrás meter toda» Me decía. «Yo ya soy tu hombre». Le respondía orgulloso.

 

Y ahí estaba yo siendo un hombre ahora y clavándosela tal y como lo deseaba.

 

-Sos una caliente- Le dije – Siempre has sido una puta-

 

Ella no hacía sino gemir.

 

-Admití que siempre fuiste una deseosa de pollas-

-Rodri, no parés, haz que mamá se venga-

 

Aceleré el ritmo. Esos recuerdos lejos de atormentarme me llenaban de morbo. Me excitaba pensar que era una cualquiera que disfrutaba de follarse a su hijo, que era tan cualquiera que seguía disfrutándolo ahora.

 

Dejé que mi cabeza se llenara de recuerdos. Estaba excitado, más excitado que nunca y claramente ella lo estaba disfrutando.

 

-La tenés tan dura, Ro. Casi que me duele de lo dura que está-

 

-¿Te gusta ponermela así?-

-Me fascina. Dame más-

 

Eso hice, la bombeé hasta que explotó. Sentí como se liberó bajo mi cuerpo.

 

-Ahhh…- Suspiró.

 

Ni siquiera le di tiempo de recobrarse.

 

-Mamá… Me acordé todo-

 

Su mirada se escandalizó, pero intentó disimular. Sus manos me apartaban o al menos lo intentaban.

 

-¿Qué decís, Rodri? No sé qué hablás-

-Cuando era nene, mamá. Lo recordé todo-

 

Ella seguía queriendo salir debajo de mi cuerpo. Se notaban sus ganas de escapar de la situación más que del sitio.

 

-Shh… no te atormentes- La calmé. -A mí me gustaba y me gusta. Mira…- Continué llevando su mano a mi polla. -Está así por vos. Siempre ha estado así por vos-

 

Desconcertada la empezó a tocar. Sus manos hábiles me masturbaban llevándome al cielo.

 

-¡Uff, vieja! Pará…-

 

Me subí un poco más llegando a la altura de su rostro.

 

-Chupala- Pedí.

 

Abrió su boca y empezó a hacer lo suyo.

 

Sus labios apretaban mi pene mientras su lengua pasaba por él haciendo presión en la punta. Lo metí y saqué de su boca una y otra vez sintiendo la profundidad de garganta.

 

No resistí más y solté chorros de semén. Ella tragó como una experta.

 

-¿Viste que sí sos una puta?- Dije con el poco aliento que me quedaba.

-Siempre me ganó el morbo, Ro, por eso pasó lo que pasó y por eso está pasando lo que pasa-

-Contame todo, vieja- Pedí.

 

Realmente tenía curiosidad.

 

-Ahora no, hijo, será mañana-.

 

Continuará…

 

Dejo mi correo de contacto. Escribo relatos a petición de sus fantasias.

 

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Espero sus comentarios también. Abrazo.