Mi mamá
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mis padres se separaron cundo yo tenía 13 años.
Fue un duro golpe para mi madre y para mí.
Mi madre es una mujer jóven, 35 años cuando se divorció.
Con unos kilos de más, pero a mi siempre me pareció muy atractiva.
Ella no pudo superar el golpe y como a los seis meses empezó a tomar, no había día que no estuviera borracha.
Ya no era la mujer que yo había conocido, se descuidaba en todo, siempre con unas tremendas ojeras, ya no se maquillaba ni cuidaba su pelo como antes.
No tenía horario para llegar a casa, notaba que ella salía con alguien, ya que siempre tenía su cuello con moratones, de esos chupones que se hacen cuando estas cogiendo, una vez vino tan borracha que no se si no se dio cuenta o que le pasó, pero la veo salir desnuda de su habitación yendo al baño.
Vi sus tetas caídas, marcadas de chupones, su concha estaba peluda, caminaba apoyándose contra la pared para no caerse.
Enseguida corrí a ayudarla y la llevé al baño.
Como pude a mis 13 años la ayudé a meterse en la bañera y estuve ahí hasta que terminó de bañarse.
La ayudé a secarse, ella se seguía tambaleando, la llevé a su dormitorio y la acosté, estaba de lado, sacando su cola para afuera, enseguida se durmió, yo me quedé mirando la cola de mi madre, con miedo pasé una de mis manos por sus nalgas.
Mamá es peruana y mi padre argentino, la piel de mi madre es cobriza, me gusta el color oscuro de su cuerpo.
Yo pasaba mi mano por sus nalgas con miedo escuchando los ronquidos que daba, noté que me gustaba acariciar su cola.
Así lo estuve haciendo casi un año, ya no solo le acariciaba sus nalgas, sino que se las abría y le miraba el ano.
Yo jamás había visto un ano, me llamaba la atención el tamaño que tiene, estaba como abierto.
Por curiosidad puse un espejo en el suelo y me miré el mío, que estaba como cerrado, apretado y el de mi madre estaba abierto.
Una tarde como de costumbre le estaba acariciando la cola a mamá y le abrí la nalga, intenté meter el dedo en su ano y escucho sus gemidos cuando mi dedo desapareció dentro de su cola, como gimiendo y dormida como estaba, acomodaba mejor su cuerpo.
Yo me asusté y sacando mi dedo de su cola salí corriendo.
Me daba cuenta que hacer eso me gustaba, mi pija se ponía dura y me masturbaba pensando en la cola de mamá.
La rutina seguía, ya metía mi dedo en su cola con más confianza, saqué mi pija dura y la acomode entre sus nalgas, sentía un calor muy rico, me pegaba bien contra ella y me quedaba un rato.
Cuando cumplí 15 años, mi madre me lo festejó con una borrachera monumental, hasta se vomita en el salón.
Como pude la llevé a su cama, le quité la ropa, vi su bombacha toda mojada, por delante y por detras, era una mancha fresca.
Se la quité y la oli, no olía a pis, era un olor raro, vi que algo blanco y cremoso le salía de su concha, cuando le abro la nalga, su ano estaba como salido para afuera y estaba muy mojado también.
Haber visto eso, hizo que mi pija se ponga dura, la saqué y se la empecé a pasar por la raja de la cola, volví a abrir la nalga que estaba arriba, como pude acomodo mi pija contra su ano, y me dejo ir sobre mi madre, sintiendo como entraba en su cola, «haaaa, asi, por el chiquito, cachen mi chiquito», escucho decir a mi madre entre los baos de su borrachera.
Yo no sabía que hacer, solo sabía que le había metido la pija por el ano a mi madre y a saber con quien se imaginaba que estaba cogiendo.
Me empecé a mover con cuidado, con miedo, sentía su ano mojado y resbaloso, hasta que por los nervios, por ese calor nuevo que sentía en mi pija, me empecé a acabar dentro de la cola de mi madre.
Asi fue como le empecé a coger la cola a mamá, ya me animaba y se la metía por su concha también.
Siempre pensando que no se daba cuenta.
Así la estuve cogiendo por unos meses, ya era tal la confianza que tenía, que cuando la cogía hasta le acariciaba sus tetas.
Una vez, como de costumbre la estaba bañando, y cuando la empecé a secar, pasaba la toalla por sus tetas, ella estaba parada, tambaleante, parecía que estaba dormida de pie, y le empecé a chupar uno de sus pezones, yo estaba totalmente salido, sentía su mano acariciar mi cabeza, y yo convencido que no sabía quien era, le seguí.
chupando las tetas, «acaricia mi concha hijo», escucho que me dice sin dejar de acariciar mi cabeza.
Yo sorprendido dejé de chupar sus tetas y la miré, estaba asustado, «sigue hijo, sigue chupando mis tetas o crees que no me daba cuenta como me cachabas pensando que dormía», me dijo agarrando mi cabeza y me besa la boca, «vamos a la cama», me dijo saliendo de la bañera y tomando mi mano me llevó hasta su cama, «ven a cachar como se bede», me dijo abriendo sus piernas y dejando que le vea su concha, «pero mamá», quise decir algo, mi voz temblaba, estaba tan nervioso que no sabía que hacer, una cosa era cogerla dormida y otra viendo como me estiraba sus brazos y estaba de piernas abiertas.
«Que pasa hijo, no me quieres cachar?», me decía pasando uno de sus pies por mi pija.
Yo me desnude, temblaba de nervios, mi madre me abraza y acomoda con su mano mi pija contra su concha, haciendo que se la meta.
Los gemidos y ayes de placer que daba mi madre eran tremendos, «chupa mis tetas mientras me cachas», me dijo con la voz ronca y moviendo sus caderas.
Sentia que el calor y lo mojada que mi madre tenía la concha, que me quemaba la pija, «hay que rico me cachas», decía mamá sin dejar de mover sus caderas.
Sus piernas bien abiertas, levantadas, su cara de placer, sus gemidos, sus tetas caídas para ambos lados de su pecho, me hicieron tener como un mareo y me empiezo a acabar dentro de su concha.
Mi madre al sentir mi leche dentro de ella, empezó a gritar, a mover más fuerte sus caderas y me abraza fuerte contra su cuerpo.
«Yo también me estoy viniendo hijo, que placer como me vengo con tú pija dentro», gritaba mi madre besando mi boca, mi cara.
«Que no se baje, que no se baje», gritaba mi madre haciendo que me baje de encima de ella y me acuesta boca arriba en la cama y me empieza a chupar la pija, «por el chiquito, quiero que me caches por el chiquito», me decia sin dejar de chupar mi pija.
Se la sacó de la boca y se pone de perrito, abriendo sus oscuras nalgas, dejando que le vea su abierto ano, aunque lo había visto infinidad de veces, esta era la primera vez que mi madre me lo mostraba.
Me hace acomodar entre sus nalgas y gritaba de placer cuando mi pija desaparecía dentro de su cola.
«Mmmmm, haaaaaaa, que rico como mi hijo me cacha el chiquito», gritaba mi madre sin dejar de abrir sus nalgas, «toda, toda, mete toda tú pija en mi cola», gemia y gritaba.
Sus tetas colgaban y se movían para adelante y para atrás siguiendo los movimientos que hacíamos con mi madre cogiendo su cola.
«Asi hijo, así dame pija por el chiquito», me gritaba mi madre mordiendo las sábanas.
Dejó de abrir sus nalgas y metió una mano entre sus piernas y noté como se acariciaba la concha, gimiendo y gritando cada vez mas fuerte, «dame, dame, dameeeeeee toda tú leche en la cola», me grito y mordiendo las sábanas movía su cabeza de un lado a otro, ahogando gritos de placer mientras yo metía y sacaba fuerte mi pija de su ano, hasta que me vuelvo a acabar, ahora dentro de la cola de mi madre.
Gritamos los dos de placer, yo jadeaba fuerte, la tenía agarrada fuerte de su cintura, bajaba mi cara y le besaba la espada a mi madre, relajandonos poco a poco.
«Ahora eres mi nuevo amante», me dijo mamá, besando mi boca y metiendo su lengua.
Nos quedamos acostados, relajados, fue el inicio de algo muy hermoso entre mamá y yo.
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