mi mama, la monja, es mi amor
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Escribo mi historia simplemente porque al conocerla una amiga me lo aconsejo, pues la considera fuera de lo común para cualquier mujer, incluso para las incestuosas.
Vengo de una familia con muy buen pasar económico y sumamente religiosa.
Era cosa corriente encontrar cenando con nosotros al obispo con sus acolitos, es mas en una oportunidad hasta nos honro un nuncio apostolico.
Mi niñez fue muy feliz ya que siendo hija única era excesivamente mimada.
Recuerdo una reunión donde se ensalzaba las descollantes cualidades de un cura joven muy prometedor hasta el punto de que el obispo lo propusiera para continuar su carrera en Roma.
Era un joven de unos veintitantos años delgado, alto, morocho de ojos claros, muy atractivo, pero con su sotana y su seriedad y boato, dejaba de serlo.
Para esa época contaba con mis 16 añitos y la inocencia de una niña sin entorno juvenil mas que sus compañeritas de colegio de monjas.
Pero, siempre hay algún pero, en una sobremesa aseando por el parque de la quinta donde habíamos degustado un asado, este clérigo me tomo de un hombro y me desvio del sendero como deseando lo acompañase, me pareció interesante esa escapada la que gustosamente acepte.
Ni remotamente tenia intención alguna de que ocurriese lo que paso.
En un recodo me pide porque no te agachas, lo hago y siento que me levanta las polleras y me baja la bombacha, me asombre, pero con mis compañeras de escuela sabíamos que a los hombres le gustaba hacerlo y siendo el tan serio, no le di tanta importancia, solo esperaba una caricia, cuando siento entre mis piernas una cosa gorda que pugnaba por entrar en mi concha, me toma fuertemente por la cintura y siento un gran dolor seguido de ardor allí abajo, mientras su pija entraba llenadome la cavidad por completo la que sentía se estiraba a su paso.
A un grito lo ahoga con una mano, mientras sigue por unos segundos que me parecieron eternos y siento que dentro mio vertía algo liquido caliente mientras el temblaba y yo lloraba.
Me quita aquello que me había colocado y no llegue a ver, me sube la bombacha y me pide ve a lavarte al baño y que esto sea nuestro secreto, no necesitaras confesión pues yo ahora te la estoy tomando.
Salgo corriendo con la concha dolorida y mojada, mientras el camina lentamente como si nada hubiese pasado.
Al lavarme había sangre y babas pegajosas blancas, me asusto y lloro un buen rato, pensé este me cogió y me desvirgo.
Asi era como contaban las chicas que pasaba, pero decían que era muy lindo, mentira, no fue nada lindo y ahora que hago con este dolor que me sube hasta la panza.
Con el agua fría, deje de sangrar y mi concha de vomitar parte de su leche, que por primera vez conocía como era.
Lave la bombacha la exprimi, y la envolví en una toalla, escondiéndola debajo de mi almohada.
Tarde bastante pero a nadie le llamo la atención mi ausencia pues pensarían que estaba paseando sola.
Andar sin bombacha me daba miedo sobre todo por si seguía perdiendo, pero eso no ocurrió.
Al principio no dije nada a nadie.
A la semana le cuento a mi mejor amiga y la guacha me felicita, diciéndome lo que habras gozado.
Nada boluda, para nada solo miedo y dolor.
Me prometian que en la próxima iba a estar mejor y lo disfrutaría.
No hubo próxima vez.
Mi madre me vigilaba las reglas y se estaba demorando la de ese periodo, cosa que a ella la inquietaba.
Un dia me pregunta has estado jugando con algún chico por allí, señalándome la entrepiena.
Me cague de miedo y le negué haberlo hecho.
Haberle mentido, era pecado y en la confesión lo digo y el padre me pide le diga porque yo que nunca lo habia hecho antes comencé haciéndolo, yo inocentona le cuento toda la historia.
Con un par de rezos pague mi pecado.
Para que, al curita que me había desvirgado no lo vimos nunca mas y a mi, la vieja me llevo al medico de inmediato.
De allí gran reto e inmediata internación en el convento.
La vida con las hermanas, todas bastante mayores, era monótona, parecía una cárcel, solo venia a verme mi madre cada semana y casi ni me hablaba, mientras mi panza aumentaba de tamaño.
Mi embarazo fue muy triste, nadie me dirigía la palabra, sufri mucho hasta que me lleva una ambulancia a un sanatorio donde con indescriptible dolor nace mi hijo.
Ni lo vi, solo me entere que era varon porque lo comentaron las enfermeras y lo escuche berrear, eso fue todo.
Me llevan de nuevo al convento y cuando me repongo me llevan a otro en el interior con una quinta donde se podía trabajar en ella y cultivar ayudando a las monjas, estas eran mas comunicativas que las anteriores.
La ultima vez que vi a mi madre fue una semana antes del parto, a mi padre cuando me internaron en el convento, a mi hijo nunca!!!.
Paso el tiempo y me ordene hermana, fue cuando me dieron un anillo de compromiso pues seria esposa de Cristo.
Cuantas veces llore mirando a mi esposo crucificado, añorando alguna vez volver a ver a mis padres y a mi hijito.
Asi pasaron mas de 18 años cuando me dicen tu madre esta muy grave y necesita verte, tenemos orden de llevarte a verla.
Llego a mi antigua casa, esta igual, que grande es, que linda comparada al lugar donde he vivido todo este tiempo.
Mama luego de tanto tiempo vuelvo a verla, esta avejentada solo tiene 56, parece de 70 o mas, que emoción volver a abrazarla, ante este reencuentro una se olvida de tantos años de abandono, surge el amor filial y nada mas, le pregunto y papa?, hace cinco años que nos dejo, como?, si un accidente.
Como no me avisaron, es que fue en el extranjero, solo fue Ricardo a sus excequias, y quien es Ricardo, tu niño hija.
Recién entonces cai en la cuenta que había un crio mio, que nunca había visto, solo, lo sentí llorar una vez, nada mas.
Sobre la puerta estaba un muchacho delgado alto muy atildado y bonito, era mi hijo.
No lo podía creer, es un hombre, recién entonces un dolor interno se apodera de mi sube desde mi panza hasta la garganta y siento que me ahoga, por poco me caigo desmayada, por suerte rápidamente pasó, no se que fue, pero parecía terrible.
Mama pide que nos dejen solos a los tres.
Me presenta al nene, nos abrazamos, mirándonos, analizándonos, el de sport y yo de monja.
Rápidamente me quito el velo, la toca de monja y me suelto el cabello, que cae sobre mis hombros, la visión de mi niño se ilumina, pues era para el inadmisible ser hijo de una monja.
Ahora si!; me braza con fuerza y me da un beso muy amoroso.
Dice, eras real, existías.
Mama interrumpe pidiendo perdón por tanta hipocresía, para el su madre no existía, murió al dar a luz y su padre tampoco existió, en ambos casos la negación fue su forma de vida, lo que pueden los fanatismos religiosos y las sociedades inescrupulosas.
A los pocos días de este episodio, también mama nos dejo.
No bien pise mi casa, y me quite el velo, también lo hice con mi anillo, lo deje al pie de un crucifijo, para horror de las hermanas que me acompañaron.
Aparecen en las exequias los parientes, amigos y curiosos, a quienes, a la mayoría no conocía.
Ahora era la heredera, no la monja puta a quien le hicieron un hijo sin siquiera haber gozado el polvo.
Malditos, de a uno los fui alejando de mi vida, solo quedaron, mi niño, la cocinera y mi primo al que por su edad desde chica llamaba tio.
El se encargo desde la muerte de mi padre de administrar nuestros bienes y lo sigue haciendo.
Mi cocinera, una institución, la que me daba de comer de chica y con la que mas conversaba en la casa, desde los cuentos de niña hasta algunos chismes ya de señorita, supe que durante todos estos años siguió cocinando para la familia y prácticamente crio a mi bebe.
El le recrimino delante mio, que le había mentido cuando de niño le preguntaba por su madre y ella siempre le repetía que estaba junto a Dios, pobre; te das cuenta ahora que nunca te he mentido, al menos yo, le decía.
Ceci, Cecilia, conocía bastante de la trama.
Nunca le perdono a mi madre haberme robado al hijo.
Nuestras charlas con Ceci, se truncaron luego de que se supo lo de mi embarazo.
Ahora volvemos a hablarnos cosas de mujeres y me va poniendo al tanto de como fueron evolucionando las costumbres, al punto que me cuesta creerle.
Por ella descubi que el mas fanatico religioso de la familia era mi padre, por ello nunca volvi a verlo, mientras mi madre durante mi embarazo me visitaba, ella le confeso que deseaba verme en el convento pero el le prohibió hacerlo, pues para el su hija ya no existía.
Que luego de enviudar mi madre tuvo algunas aventuras amorosas, que le comentaba a ella y que recién entonces se sentía bien mujer, decía “bien hembra”, lo que hacia que meditase sobre la pobre sexualidad de mi padre.
Y la mia?? Todavía tendre sexo??, todo será como lo que hace casi 19 años experimente??.
Mejor olvidarme que eso existe.
La realidad de la vida en libertad es muy distinta a la vida en cautiverio, donde no se conoce lo que realmente existe.
El contacto con los medios de comunicacion, con las personas que nos rodean, con el ambiente que se respira, con la gran diversidad de entretenimientos y placeres desconocidos, marean a cualquiera y mas a esta marciana recién llegada.
La compañía y el cariño de un joven tan apuesto y deseable como mi hijo, es un tema a parte, que comenzaba a inquietarme.
No me gustaba que frecuentase algunos lugares y algunas compañias sobre todo femeninas, es que las pendejas hoy andan casi en bolas y se regalan, inaudito.
Como ha variado la moda, el idioma, las palabrotas, ya no hay decoro, ni demasiado decencia, se habla de todo sin ningún pudor, la verguenza ya no existe.
Debo confesar que aprendi a diario con nuestras salidas y me senti una pendeja a su lado, volvia a vivir.
Algunas cosas comenzaban a hacer vibrar mi intimidad, hasta desear ser parte del quilombo, (mira yo usando esa palabra), en que vivimos.
Estaba tan orgullosa de mi pareja que deseaba lo fuera de veras, que locura.
Hasta me llevo a festivales, a boliches, a lugares de sospechosa legalidad.
Cada salida iba seguida de una vuelta a casa un poco mareada y con humedad en mi concha, deseosa ya de sexo.
Aprendi como masturbarme y por fin gozar de esa maravillosa hendidura que tenemos las mujeres entre las piernas, por la PC, pude visualizar cosas inimaginables que me ponían totalmente desquiciada y comencé a entender porque las mujeres estaban tan regaladas.
También a ver a los hombres mas en profundidad, tenia 35 años y nunca había tenido ante mi una pija, ni haberla tocado, menos chupado, jaja, quien pudiese creer que hacia tiempo había sido madre.
De tetas ni hablar, solo recuerdo que cuando me sacaron al niño tenia que apretarlas para emitir leche porque me dolían de llenas, ahora las mujeres se las operan para tener la medida que deseen.
Me las miro, las acaricio y las veo apetecibles, se me cruza por la mente a mi nene mamandomelas y me termino masturbando.
Inocentemente le comento estas cosas a Ceci, ella me mira y me dice, hija, piénsalo bien, no es fácil de resolver lo que te esta pasando, mas sencillo es buscar fuera de casa a alguien que te consuele.
Como respuesta, le muestro un consolador que me compre y me dice, porque me lo muestras?, porque esto es lo que encontré fuera de casa.
Para colmo llega el verano, hacemos pileta y solarium juntos, lo veo en malla, es igual, menos en pena que el Cristo en la cruz con quien supuestamente estuve casada y lloraba a sus pies todas mis desdichas, es flaco, se le notan las costillas, y sus musculos, solo su cara es lampiña y sonriente siempre, es un chico feliz.
Pero asi casi desnudo me calienta y sueño con ver y acariciar lo que su slip esta ocultando.
Pero no me quedo atrás; con Ceci, me compre un par de biquinis, bien degeneradas, de las que el culo queda todo al aire, nunca imagine que alguna vez en la vida usaria una prenda asi.
Para poder usarlas me depilaron, me sentía realmente desnuda, desprovista de mi tupida mata de rizados pendejos.
Cuando él me la vio puesta, observe su asombro, su cara trasuntó una admiración a lo que mostraba su madre, ella tan señora en el vestir diario.
Creo que le gusté, no sé si lo excité pero realmente quería hacerlo.
Es que estoy bastante bien, tengo un lindo cuerpo, sin panza, buenas ubres y un generoso pan dulce que se sostiene sobre dos torneadas piernas que con los zapatos a la moda las realzan.
Solícito, se ofreció a pasarme protector solar.
No bien me tocó, me estremeci y toda mi piel se torno erizada como de gallina.
Lo noto me dijo te hago cosquilla, no hijo, es que nunca sentí la caricia de un hombre sobre mi piel, abrió grande los ojos y calló.
No debía haberme creido.
Con cuidado paso muy cerca de los lugares erógenos, mientras que permanecia con los ojos cerrados gozando con vehemencia del masaje.
Me pide que me de vuelta y lo hace sobre el frente, allí no aguante mas y sufri un orgasmo que el notó por su intensidad, era el primer polvo que me sacaba mi hijo en vivo, ya no masturbándome en soledad.
Creo lo asusté, pues una vez finalizada la tarea se apoltronó cerca mio sin hablarme por un buen rato.
Lo miro de reojo y veo como en su entrepierna su malla estaba abultada, no quise pensar sino acababa de nuevo.
Pasado un tiempo le digo: te lo paso a ti?.
El esperaba mi ofrecimiento, me dijo que si casi sin dejarme terminar de hablar.
Se pone de espaldas y lo embarduno bastante torpemente, temia viese que estaba ya mojada.
Se da vuelta y le hago lo mismo pero al pasar por su entrepierna, se me escapa un gemido y tiemblo como una hoja en el segundo orgasmo con mi amor.
Lo dejo y sin mediar palabras me tiro a la pileta, que vergüenza, acabar como una pendeja desesperada.
Por momentos deseaba viniese y dudaba por temor.
Salgo y el se hace el dormido, me acuesto y me seco al sol.
Estaba echado de costado y su pija estaba parada, se le notaba demasiado, me hago la tonta y permanezco tirada fingiendo indiferencia.
Ya bajaba el sol y había zonas con sombra, se echa al agua y me invita, voy y jugamos un poco hasta que un manotón choca con su palo, le pido disculpas y me dice, solo pegándole se bajara.
Hijo estas asi por mi?, si no hay nadie mas que tu, no te enojes.
No, no me enojo me alaga que me creas todavía apetecible.
Mucho mamita, mucho, mucho.
Mejor nos vamos ya es tarde.
A la cena charlamos sobre la tarde en la pileta y me pidió disculpas por su proceder, no hijo, el mio fue peor, tu te mantuviste normal mientras que yo por dos veces no me controle.
Mama, no comprendo porque dijiste que era el primer hombre en acariciar tu piel, era solo una metáfora?; no hijo es verdad.
Me dice no entender y paso a relatarle mi única vez con un hombre, con quien había sido y de que forma, además el resto de mi triste historia sexual hasta el presente.
Le digo tomas café?, si por favor, mientras lo hago, siento que se arrima por detrás y me toma por los hombros y le pido, por Dios basta por detrás, deseo ver la realidad de frente.
La desconozco, lo tienes claro.
Se sienta y pensativo me mira con esos ojos negros muy firmemente, me dice es que acaso nunca viste a un hombre de frente.
No, como te lo tengo que decir.
Te gustaría verme a mi?, si hijo, muéstrame.
Se para y saca su aparato gomoso un poco caído, que belleza, puedo? adelantando mi mano, lo acaricio, que piel tan fina y suave, que rara su punta salida y de otro color, parecía humeda, tenia la forma de los videos, pero que tersura, dentro de mi mano la siento crecer y endurecerse.
La acaricio a lo largo y bajo a sus huevos que colgaban indiferentes ante mi.
Te gusta hijo que te toque?, si mami y a ti hacérmelo, mucho es tan nuevo que parece estuviese soñando.
Recapacito, la suelto, hijo que barbaridades digo y como me excita tocarte.
Sigue mamita, sigue …….
Desde hoy necesitaba esto, y siento como se tiesa y parece hincharse esa cabeza, para salir de su agujero un chorro de leche blanca y densa que moja mi vestido, mi garganta y mi nariz, un segundo chorro menos potente y luego vertía como derramándola sin presión, sobre mi mano que no la soltó a pesar de sentir fuertes latidos debajo de mis dedos, los que apreté cuando, también estallaba en mi tercer orgasmo sin tocarme.
De mi nariz bajaba ese liquido caliente que recojo con mi lengua saboreando por primera vez en mi vida el néctar de la vida, que me estaba brindando, era agradable, era de mi propio hijo.
Va al baño y regresa con una toalla humeda a limpiarme, cuando con mis dedos había agotado casi la totalidad, saboreándola.
Sabia que era pecado mortal, pero nada me importo, al contrario me pareció maravilloso.
Sabes hijo, pienso que era un liquido similar el que esa tarde recibi dentro mio y de allí provienes tu, que milagro es la concepción de una vida.
Ahora no hay peligro, no ma, por la boca nadie se embaraza.
Reimos por las boludeces que decíamos, el café ya estaba frio.
Y tu no necesitas caricias para lograr orgasmos mas intensos?, hijo acaso, los hay, supongo que si deberíamos probar.
Hijo eres incansable.
Mama acaso tu deseas dejar de ser amada, no nunca!!!.
Ven dejame conocerte, me dice mientras comienza a desvestirme, con mis manos lo retiro y me dice, por que?, por pudor le contesto, nos miramos reimos, sigue hasta dejarme desnuda, me pondera mi cuerpo y se detiene en mi pubis, diciéndome, que suavecita eres, besándomelo, un temblor me recorre la espalda y me dice ven abriéndome suavemente las piernas mientras siguen los besos, lame lentamente hasta que su lengua roza mi clítoris, que escondido en su capullo, reacciona como si quisiera salirse para disfrutar esa caricia nunca probada, abro mi boca y mis ojos, sin articular sonido ni gestos, me paralicé, que cosa tan hermosa me estaba haciendo.
Había visto videos y escuchado comentarios, pero sentirlo una misma, nunca; era el extasis, mueve su lengua hacia mis labios vaginales, es lindo pero no tanto, le pido hazme allí, si ahí, haaaaaaa siento un nuevo orgasmo, muérdemelo, hazme sufrir algo tan bello, desplomándome sin fuerzas.
Madre, haz sentido mayores gozos?, si hijo es inconmensurable, y muy serio me contesta, ya tendras otros mucho mas grandes si tu me lo permites.
Me sono a fanfarronada, algo mayor que el que había disfrutado, no podía existir.
Cuando era chica se llamaba “bajar al pesebre”, pues allí estaba lleno de pelos.
Una chanchada …… mentira, ahora se que es tan rico.
Le quito toda su ropa y el pobre tenia esa preciosa poronga tiesa como una barra de acero, cabeceando de ganas, que menos podía hacer que devolverle la caricia, hice lo que siempre pensé era una aberración, me la meti en la boca, que rica era, como me calentaba, me la comia y el me indicaba como hacerlo pues era tan torpe que le hice doler un par de veces, pero como soy una brillante alumna en poco rato acompañando el masaje de su tronco con mis manos le hice verter toda su leche, no atine a sacármela de la boca, necesitaba ser avara con ella, debía ser toda mia y la trague mientras la saboreaba y jugaba con mi lengua sobre el agujero de su glande, pobre, como se retorcía de placer, que contenta estaba como mujer y como madre ver gozar a mi hijito.
Cerre mis ojos y la mantuve en mi boca, sentía como se desvanecía, y asi guardada nos dormimos.
En plena noche una suave briza sobre mi concha me da ganas de orinar, me despierto, era el con su respiración quien sin saberlo me estaba brindando esa nueva caricia, voy a mear y cuando regreso me acomodo en igual posición, pero el con una queja se da vuelta y sigue durmiendo, no me atreví a molestarlo.
Lastima ahora su pija miraba para el otro costado.
Pero al amanecer me despierta con un beso sobre mi boca, que suave, hasta lo sentí casto, pero duró solo un instante pues abro mis labios y su lengua se mete hasta mi garganta en un apasionado y lujurioso beso.
Al otro dia, el a sus estudios y yo a confesarme, ahora ya no era en el confesionario, era en la cocina con Cesi.
La noté preocupada, se notaba no le gustaba lo que oia, pero para ella yo era una hija y me comprendía sin reprochármelo, solo tratando de que reflexionara.
Buscaba su aprobación y no la obtenía, hasta que me abraza y me dice mi niña.
Mi deseo es que seas feliz, la forma parece ser lo de menos.
Pensé: bueno con lo que hacemos es suficiente, profundizar la relación me causa temor y seria mucho mas grave, todavía soy joven y me aterra otro embarazo y mas si es de el.
Claro seria el único posible, pues de otro, eso nunca!!.
Estoy loca, al final que quiero???
Durante la cena me armo de valor y le digo: hijo, lo que hacemos me agradaria repetirlo, siempre que tu también lo quieras, pero será el limite, con esto ya me siento tuya, te pido me respetes y no quieras poseerme, por favor ten compasión de mi.
Me miraba perplejo, en silencio.
Me ponía nerviosa, le digo: que opinas?
Sos mi madre y lo que tu quieras es una orden aun yendo contra mis mas fervientes deseos.
Pensé, la cague, me tenia que haber callado.
Te gusta el postre que te hice?, si el merengue italiano esta riquísimo, le digo muy buscona, pero si lo comieses en otra forma seguro te gustaría mas.
Como?, asi, desabrochándome el vestido, saco un pecho untando el pezón con la crema, ofreciendoselo, mamita querida!!! Prendiéndose como una sanguijuela, ya me parecía que no serias tan cruel conmigo, gracias, a ver en la otra, goloso, mama, mamame mucho, te extrañe tanto todo el dia.
Dejamos todo y abrazados yo con el pastel en la mano nos acostamos a jugar, nuestro mas lindo juego, amarnos.
Fueron dos 69, uno mas lindo que el otro, el muy osado hasta me metia su legua en el orto, yo pensé que podía hacerle lo mismo, lo hice y no se enojo, pensé, no será puto este chico.
Con la pija lejos de mi concha no hubo intento de penetración alguna.
Asi dormíamos todos los días, yo le contaba a Cesi y ella me decía, hija al final seras tu quien pida te la meta.
Pensaba, pero no le decía, que ya estaba muerta de ganas.
Mi regla llego y no lo deje a el hacerme mas que con los dedos, en cambio yo nunca me perdia su preciosa poronga.
Mi orto me latia como pidiendo que se lo ofreciese, pero su aparato, me dolería tanto que rechazaba la idea.
Arreglando su pieza, veo en su mesa de luz, condones, tomo uno y lo inflo, a ver como eran, jugué con el como un chico con un globo y paso por mi mente, con esto no me embarazaría.
También me pregunte, para que o quien los tendría, me estará metiendo los cuernos.
No, no debo pensar mal, lo tengo con sus huevitos vacios, no creo, estos putos celos.
Ese fin de semana me llevó a la playa, lo pasamos divino, pero miraba a las pendejas con demasiada atención, a la noche, le pregunto, no estaras metiéndome los cuernos?, no obstante entiendo que te gustan las chicas de tu edad, con ella podras coger como corresponde, cuéntame, quieres?.
No mami, a que viene todo esto?, a como miras los demas culos y además para que necesitas condones?, para no embarazarte amor mio.
Con esa contestación me mojé y me decidi; hoy me dejare coger como es debido.
Ven celosa vamos a cenar y te llevare a bailar, asi te siento cerquita mio, que las demás vean quien es mi novia, quieres?.
Fue una velada preciosa nos franeleamos a morir volvimos al hotel recalientes, lo desnudo y frenetica muerta de miedo le pido, métemela toda mi amor, pero por favor de frente, pobre santo antes de hacerlo me destrozo la lengueta con sus labios y luego con suma suavidad me acostó en la cama y sentí su caliente cabeza apoyarse en mi abertura al punto que levante mi pelvis para acelerar la penetración que el me iba realizando como quien desvirga a su amada sin dolor, solo con placer, asi la sentí como llenaba mi canal corriendo hasta los labios de mi matriz en medio del fluido que ambos destilábamos, mientras su cuerpo se asentaba sobre el mio y su lengua se agitaba dentro de mi boca, solo atine a levantar mis piernas, para que la penetración fuese total y deseando atenazar su cintura por temor a perder ese trozo de su ser tan amado y que tanto placer me estaba dando.
Fueron unos pocos minutos de movimiento, hubiese querido que los relojes detuvieran su marcha pero ambos desbordamos nuestros jugos hasta que su vitalidad quemo mis entrañas entre mis ayes y sus gemidos.
Quedamos asi ensartados, sin cesar nuestros besos y nuestras caricias, hasta que su virilidad resbaló sin remedio fuera de mi, abandonando mi anhelante estuche de amor, dejando fluir las viscosas babas emitidas por nuestros sexos.
Fue infinitamente mas bello de lo que nunca pude soñar.
Lo sigue siendo a diario, nos amamos perdidamente y ya no hay postura ni orificio que no hayamos experimentado, renovando asi nuestra interminable pasión.
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