Mi mamá y mi tía, mis dos grandes amores 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola amigos aquí estoy otra vez para contarles lo que viví con mamá y mi tía luego que todo salió a la luz.
Estábamos acostados los tres en la cama grande y mama me besaba con lengua, algo que nunca habíamos hecho, mientras tanto mi tía besaba sus pechos, y seguía bajando, en segundos tenía mi pene a punto de estallar, Carmen la tomo del rostro a Daniela y se besaron y las dos me agarraron a mí para que los tres rocemos nuestras lenguas, vivía sensaciones que jamás había vivido, mamá se sacó la bombacha y me la dio, disfrútalo me dijo y se agachó, yo la acerque a mi nariz y ufff era lo mejor, ese olor a concha me volvió loco, pero sentir la lengua de mama rozar el pito fue único.
Entre las dos se pusieron a chupármela, eso ya era demasiado, no creo haber durado más de un minuto y sentí que acababa, el pito se me puso blando y yo quedé agotado, mamá la puso a Daniela en 4 y le chupaba el culito lo más profundo que podía, esto a mi tía la hacía gemir, entre tanto y tanto pasaba el pene por entre las piernas para lamerlo, pero su atención estaba en la cola de su hermana, pasados unos minutos volví de mi letargo, me puse debajo de Daniela y se la chupaba al tiempo que mamá le chupaba la cola, Daniela le dijo a Carmen que se la iba a coger, pero yo le pedí por favor que espere, ya que la quería saborear primero.
Mama me sonrió de una manera muy dulce, tanto que desencajaba de la perversa situación que se estaba gestando, ella se acomodó boca arriba en la cama y se agarró los dedos gordos de su pie quedando con las piernas flexionadas y super abiertas y tanto su sexo como el ano totalmente expuestos, yo la miré bien, sus múltiples rulos resaltaban en su blanca piel y escondían casi todo aquel manjar, inclusive su ano estaba un poco cubierto de vellos, acerqué mi cara e inhalé profundo, así no, me dijo Daniela, así es mejor y me mostró como olfateaba con inhalaciones superficiales cortitas, como un cachorro, yo la imité y efectivamente el aroma se percibía mejor así, ese olor me fascinaba y aún me fascina una mescla de mar y algo ácido, no fue mucho lo que tarde en hundir mi rostro en esa jugosa vulva, lamí y me comí todos sus jugos y cuando terminé habían más brotando.
Luego pasé al esfínter pequeño o eso pensaba yo, esté orificio devoraba mi lengua y percibía un suave sabor dulzón, su aroma exquisito aunque se mezcla a un poco con lo de su vagina, de hecho chorreaban jugos hacia el ano, mamá me acomodó boca arriba y se subió sobre mi, mi tía permanecía a un lado masturbando su pene, dando lugar a la primer y tan ansiada cogida de madre e hijo, mamá finalmente me hundió entre sus húmedas carnes y lo disfruté mucho, tanto es así que en ningún momento quise entrar por otro orificio que no sea ese, mi tía se unió al juego y nos acariciaba y besaba a ambos, entonces mamá se inclinó sobre mi y le dio paso entre sus carnes para que la penetre analmente, asi fue como llegué al segundo orgasmo.
Daniela tomo mi lugar, pero en cuanto me repuse un poco volví a la carga quería entrar como lo había echo Daniela, pero yo también entre por adelante cosa que mamá.
le confirmó a Daniela mientras se besaban, esta tercera vez ya duré un poco más y es que estuvimos un rato haciendo una doble vaginal a mamá, luego se acomodó en la cama tomando una vez más sus pies para quedar súper abierta y yo me movía sobre ella, Daniela se metió atrás mío y con un poco de saliva me penetró, no entraba la totalidad de su pito, pero igual se sentía rico era una sensación totalmente nueva.
No sé a qué hora nos dormimos, pero sé que dormimos todo el día, mamá se levantó y se fue a bañar, con Daniela queríamos seguir jugando, así que otra vez lo hicimos, así pasaban los días con Daniela, lo hacíamos sin reparos por todas partes de la casa, mamá solo algunas veces se nos unía, yo me dedicaba a lamerla toda cada mañana, que era cuando más se sentían sus humores, me encantaba, la despertaba besando sus pies, luego lo hacía con sus axilas, sus pechos, la vagina y el ano, pero no lo hacía para que ella lo disfruté o llegué al orgasmo, solo lo hacía por placer propio, era como hacerle una limpieza cada día, y luego si me desquitaba con mi tía o con la ropa interior de mama.
Los meses pasaron y mi pene empezó a tirar gotitas aunque transparentes, pero mamá ya no me dejaba cogerla a pelo solo con preservativo o por atrás, estaba más rígida con mi tía y conmigo, más señora, aunque seguía estando igual de buena como siempre, Carmen conoció un tipo, dueño de una ferretería muy grande, al parecer se enamoró o no se porqué, pero cuando tenía 14 años, dejamos de alquilar y nos fuimos a vivir con el, él era viudo tenía más de 60 años pero parecía más, mamá le dijo a Daniela que no podía venir con nosotros y Daniela se fue a quedar con una amiga, yo la odiaba a Carmen a pesar de estar enamorado de ella, Daniela mi otro amor, con quién compartía las mismas ganas de coger a toda hora ya no estaba, y mama cuidaba las apariencias y ya ni desnudo podía andar, el tipo no me hablaba casi, pero teníamos un buen pasar económico, mamá no trabajaba y yo tenía todo lo material, pero me faltaba el amor, estaba muy deprimido a pesar que mamá hacía cosas para levantarme el ánimo, como por ejemplo, me la chupaba en el sillón mientras miraba la tele y el tipo estaba en el local, me obsequiaba a menudo sus calzones sucios para que yo me masturbase y valla que lo hacía, pero un así extrañaba a Daniela.
Un día discutimos con mamá por qué yo le hacia maldades al tipo, quería que se separen, le rompí el documento y le tiré una estantería del local, no lo quería ni ver, entonces mamá me dijo que podía ir a visitar a mi tía, pero en casa tenía que decir que me iba de excursión para que el tipo no sepa de la existencia de Daniela, cuando fui a visitar a Daniela fue muy lindo, ella vivía con una mujer muy hermosa llamada Jakelin y era también un transexual, ni bien me vio me metió en su cama, Jaki me repetía que le encantaban los pendejitos chiquitos y putitos como yo cada vez que me cogía, obviamente también participaba Daniela en esas seciones de placer, Daniela se prostituía junto con Jaki y le faltaba poco para juntar plata suficiente para ponerse las lolas.
Así que solo estuve una semana en su departamento.
Llegue a casa y todo estaba gris como siempre, pero mamá habló conmigo, me dijo que gracias a su marido yo podía estudiar y algún día yo sería el dueño de todo eso, yo prometí no hacer cagadas siempre y cuando ella me mantenga entretenido, cierto dia en carnaval, mamá estaba como loca queriendo ir a la murga que tanto amaba y aprovechamos que el viejo se fue a pescar para escaparnos, mamá se reencontró con sus amigos y jugamos al carnaval, cuando ya nuestras ropas estaban nuevamente secas, empezó el desfile, mamá se había tomado unas cuantas cervezas y no paraba de mover la cola y rebolear su cadera, jamás la había visto tan sacada.
Apenas terminó como a la una de la madrugada con mamá toda transpirada, volvimos a casa.
Entramos y obviamente no había nadie, me pidió agua y a mí se me cayo el vaso y se rompió, Carmen enojada me empezó a retar a pesar que yo le decía que fue sin querer, recuerdo que me reprochaba que cada vez que estaba con ganas de coger rompía algo, que porque no me hacia la paja y ya, y culminó casi susurrando y con tono perverso, te voy a enseñar a portarte bien, se sentó sobre el sillón del patio, cuando me acerqué me bajo los pantalones de un solo tirón y me tumbo sobre sus rodillas, me dio dos fuentes chirlos y luego me apretaba las nalgas, los testículos y el pene, esto hizo que me ponga duro, me bajo de sus piernas, dejándome en el piso se sacó las botas y me ordeno que lamiera sus pies, bueno mami contesté yo, sus pies apestaban más que nunca y estaban pegajosos de tanta caminata, los lamí bien hasta dejarlos limpios,
Carmen me ordenó que me desnude y me ponga en cuatro en el piso, mamá me lamió el agujero del culo y luego le mando un buen escupitajo, se sentó una vez más en su sillón y me metió el dedo gordo de uno de sus pies, me masturbo un poco con el, después se desnudó hasta quedar solo en bombacha, me ordeno que huela y luego lama sus axilas, los vellos habían empezado a crecer y estaban rasposos, su olor era intenso, más de lo que se espera de una mujer, me obligó a mamar de sus pechos y luego se paró para sacarse la ropa interior, está se encontraba muy transpirada y manchada en color marrón por detrás, me la tiró en la cara y en tono desafiante me dijo a ver si así también te calienta tu madre, Yo la oli y la lamí como hacía siempre a pesar de estar sucia, muy sucia, me encantaba solo porque era la suciedad de mama, el amor de mi vida.
Luego me ordenó que le coma la concha hasta que acabe, está olía a orina y yo le puse mi mayor esmero para que mamá acabe y lo hizo de una forma descomunal retorciéndose de placer, largando chorros como si fuera un grifo y gimiendo como nunca, al ver que yo continuaba disfrutando de todos sus jugos, me dijo, hijo abrí la boca y soltó toda la orina que la cerveza le había hecho juntar, parecía una canilla que no se cerraba más, traga quiero verte tragar me decía, y yo obedecía, se levantó y me ordenó recostarme en el charco de orina, se agachó sobre mi boca y me dijo, chúpame el culo ahora, yo obedecí una vez más, yo notaba que hacia fuerza y el agujero se dilataba y antes de darme cuenta un trozo duro de excremento fue a dar a mi boca, me dio arcadas no lo niego, eso era algo que no me esperaba, pero antes que pueda reaccionar, mamá se montó en mi pito y me besó haciendo aplastar su caca en nuestra boca también se lo escupía y frotaba en los pechos, el trozo era pequeño como un toffi, su olor era fuerte y el sabor amargo aún lo recuerdo, lo que en un momento me dio muchísimo asco, se volvió lujuria y tuvimos sexo desenfrenadamente entre madre e hijo donde nos besamos y escupíamos en la boca uno al otro y nos repetíamos cuanto nos amábamos, fueron más de tres eyaculaciones que fueron a dar al útero de mi madre,
Amanecimos en el patio y luego nos dimos un baño en la tina de su habitación donde lo hisimos dos veces mas, estábamos profundamente enamorados, mamá tubo un embarazo de 4 meses y un poco le costaba hacerle creer al viejo que era su hijo, pero lamentablemente lo perdió, sus pechos quedaron cargados de leche, leche que me daba de beber cumpliendo nuestras más bajas fantasías, mamá esperaba a que su marido se tenga que ir al negocio para ir al baño y que yo sea quien la limpia con la lengua, cuando le conté todo a Daniela se puso como loca ya que a ella le encantaba esas vejaciones, pero todo se acaba, el viejo murió y efectivamente yo quedé a cargo de todo, expandí el negocio y nos fue bien, hoy tengo una hermosa esposa con la que somos muy liberales, quizá en algún momento les cuente sobre ella.
Espero que les haya gustado lo que confesé, mi tía me pidió que les recomiende su historia que también se encuentra aquí se llama “ a los 12 me hicieron Daniela “ muchas gracias por leer, espero sus comentarios
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