Mi mujer y yo nos follamos a su hermano y hermana de 14 y 12
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi mujer y yo nos follamos a su hermano y hermana de 14 y 12
Hola somos una pareja morbosa, yo Jose de 32 y mi esposa Tere de 30 respectivamente, siempre hemos sido muy activos en la cama probando de todo entre nosotros, aunque nunca habíamos incluido en nuestras fantasías a otras personas.
Resulta que mi esposa tiene un hermano de 14 años (Felipe) muy maduro para su edad en cuanto al físico, aunque bastante inocente pues vivían en una pequeña localidad rural del sur de España; y una hermana de 12 (Pili) muy bien formada para la edad que tenía, a la cual ya se le adivinaban unas pequeñas tetitas, al igual que su hermano también ella era muy inocente.
Bueno voy al comienzo de esta historia.
Resulta que los padres de mi mujer quisieron celebrar su aniversario de boda por todo lo alto, ya que hacían los 50 años de casados, marchándose de viaje de bodas de oro 15 días a las Islas Canarias, donde habían ido años atrás.
Como es lógico nos pidieron que nos quedáramos esos quince días con Felipe y Pili y, cómo no, aceptamos encantados púes eran dos niños encantadores y ese verano estábamos tanto Tere como yo de vacaciones y no habíamos planeado ir a ningún sitio, pues queríamos relajarnos en casa.
Les habíamos preparado sus habitaciones para la ocasión, vivimos en un gran chalé con piscina y un gran jardín a las afueras de la ciudad donde podemos disfrutar de gran intimidad, sin el prejuicio de que algún vecino nos pueda ver, con lo cual, nuestras relaciones de pareja, y al no tener hijos, siempre habían sido muy desinhibidas y en cualquier punto de la casa o jardín.
Como iba diciendo, les habíamos preparado sus habitaciones para estas vacaciones y llegó el día señalado. Llegaron por la tarde y los recibimos en la piscina, los chicos se lo pasaron de miedo.
Tras las duchas nos dispusimos a cenar, parecía que nos hubiéramos puesto de acuerdo, los chicos con un pantalón de pijama corto y las chicas con camiseta de tirantes y Tere con una tanga minúscula y Pili con unas braguitas de algodón. Tras la cena los niños decidieron ir a dormir púes estaban cansados del viaje y la piscina. Tere y yo nos fuimos al sótano a la sala de vídeo, ésta la tenemos acondicionada con una gran pantalla y unos sofás e insonorizada.
Nos pusimos a ver televisión pero esa noche, como casi todas, solo había telebasura. Pasada una hora aproximadamente y pensando que los niños dormían me propuso ver una peli porno, tras varias escenas, como es lógico comenzamos a excitarnos pues en mi pantalón se dibujaba un gran bulto y en tanga de Tere estaba empapado, Tere liberó mi gran polla depilada, al igual que el resto del cuerpo, de 21 por 7 centímetros y comenzó a acariciarla, mientras tanto yo ya le había quitado su camiseta y le chupaba los pezones mientras observábamos que en la gran pantalla aparecía una escena en la cual se podía ver como una rubia imponente le clavaba un strapon a un hombre de color, en ello andábamos cuando se escucha una exclamación y al girarnos pudimos ver que Felipe y Pili estaban allí, diciéndonos: ¡Jose, Tere perdonar, no queríamos molestar! No habíamos visto nunca a nadie desnudo y menos una película como esa.
Nos quedamos unos segundos sin saber que decir y fue Tere la que rompió el hielo diciendo: ¡bueno chicos ya nos habéis visto así que sentaos y vemos la película juntos.
No hicimos por ponernos ropa y nos quedamos como estábamos, yo con el pantalón por debajo de las rodillas y Tere en tanga.
A Felipe se le adivinaba un gran bulto, y a Pili al sentarse se le vieron las braguitas blancas con un osito en la parte delantera y una pequeña mancha de humedad.
A esto que Felipe comenta que el no sabía que a los hombres se les pudiera hacer eso, lo que la rubia le estaba haciendo al negro, y yo le conteste que la primera vez molesta un poco pero que después de varias veces es muy placentero.
¿Tu lo has hecho? me preguntó Pili.
Si, le contesté, vuestra hermana y yo lo practicamos con frecuencia.
Queréis verlo, les pregunto Tere.
Si, contestaron los niños.
Entonces Tere se fue para un mueble empotrado que tenía la habitación y de un cajón saco un strapon realista que teníamos, entre otros juguetes, es uno de esos que tienen una polla de unos 20 por 5 centímetros y que imitan a una polla de verdad terminando con unos huevos enormes.
Tere se quitó su tanga dejando ver su depilada rajita y se puso el strapon. Pili sonrió y comentó que la mía era más gorda y grande.
Entonces me quité del todo los pantalones y Tere me pidió que me pusiera a 4 patas mostrando mi culo a los niños, comenzó a jugar con mis huevos y a lamer mi ojete, mientras iba explicándole a los niños que iba haciendo y porqué, éstos no se perdían detalle alguno.
Después de la lubricación comenzó a introducirme primero un dedo, luego dos, mas tarde tres, entonces me pidió que me pusiera boca arriba sobre el sofá con el culo ligeramente hacia afuera y me introdujo la cabeza de aquella verga reteniéndola un poco para después ir introduciendo toda la polla hasta que los huevos chocaron con mi culo. Entonces comenzó un mete-saca y le pidió a los niños que se desnudasen también.
Me sorprendió ver a Felipe que ya calzaba una polla de unos 16 cm, el chico prometía, y a Pili mostrando esas tetitas de niña todavía aunque abultaditas y su rajita con unos leves bellos dorados. Entonces Tere ordenó a Pili que me la chupara, lo que hizo con gran maestría, a pesar de ser su primera vez, mientras deslice mis dedos sobre su húmedo chochito introduciendo en su interior uno de ellos; y a Felipe que me metiera su polla en la boca, era la primera vez que chupaba una polla, pero aquel sabor dulce de niño no me asqueaba, al contrario me resultó agradable. De pronto note en mi dedo como la pequeña vulva de Pili me lo apretaba, señal inequívoca de que le venía su primer orgasmo, parecía que nos hubiésemos coordinado pues simultáneamente Felipe descargo en mi boca, cosa que me sorprendió por no avisar, aunque no lo rechacé, tragándomelo todo, y yo descargué sobre Pili haciendo lo propio.
Quedamos tirados unos minutos sobre el sofá y le pregunté a los niños qué les había parecido contestándome que les había gustado mucho y que no se lo esperaban, entonces Tere dijo que ahora le tocaba disfrutar a ella, se quitó el strapon y comenzó a chupársela a Felipe hasta que se la puso tiesa y lo tumbó sobre el sofá, clavándose su berga entera, entonces le dijo a Pili que se acercara y comenzó a comerle su coñito, yo aproveché para lubricarle su culito y cuando estuvo listo se la clavé dentro, después de varios minutos nos corrimos los cuatro. Quedando derrotados en el sofá mientras reíamos de felicidad.
Tras recuperarnos Tere le dijo a los niños que lo que había ocurrido allí no se lo podían contar a nadie pues ellos eran menores de edad y podíamos tener problemas con la ley, que si así lo hacían podrían pasar unas vacaciones fantásticas y que pensaran que la noche no había terminado y que, por supuesto aun quedaban 14 días más.
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