Mi nietita, se convirtió en mi amante – parte II
Jeorgina, mi nieta se convirtió en mi amante, luego de que yo poseyera su hermoso culito. Pero al saber que Ella ya había sido estrenada por su tío en las artes de chupar una verga, yo quería ser quien le rompiera su himen, ser el dueño de su virgo vaginal. .
Así fue, Jeorgina me confesó esa primer noche que le chupaba la poronga a su tío ya hace tiempo. Pero que nunca se la habían metido por ninguno de sus agujeritos, salvo su boca. Yo fui el primero que se la metió por el culo, y a la siguiente vez le toco entregar su virginidad. Desde esa primer noche que tuvimos sexo con mi nietita, yo quedé muy excitado y quería mucho más, sabía que esa tierna carnecita joven sería mía por mucho tiempo si yo la llevaba bien. Cuando estuve seguro que Jeorgina no le contaría a su madre lo que hicimos, ya que yo la amenacé con contarle a su madre que se la chupaba a su tío, todo estaba más claro. Yo no veía la hora que mi hija me pidiera cuidar a mi nieta nuevamente, y eso pasó luego de cuatro días.
Betiana llamó por teléfono para ver si podía cuidar esa tarde de la nena, ya que trabajaría hasta tarde, y que avisaría si mi nieta se quedaba a dormir en mi casa. Obvio que dije que sí sin dudarlo. Mi hija re agradecida por el favor. Y mi nieta cuando llegó de la mano de su madre traía una gran sonrisa, venía vestida con una faldita corta, una camisita blanca y un pañuelito en la cabeza, estaba preciosa, se la veía fresca, rozagante. Verla y empezar a tener una erección fue una sola cosa. Caramba, que poder de atracción el de esta nena. Rápidamente la madre se despidió de nosotros y se fue a trabajar. Jeorgina me preguntó si tomábamos la merienda. Le preparé una chocolatada con pan, manteca y dulce. Yo me senté a acompañarla, al terminar ella me propone ir a ver un poco de TV, yo tengo video cable y por supuesto están habilitado los canales porno.
Nos sentamos en el sillón, muy cómodos ambos. Le puse un canal infantil y yo aproveché para irme a bañar, no podía sacarme de la cabeza lo que había pasado noches atrás con Jeorgina, y mi libido estaba a mil. Ya con solo enjabonarlo mi rabo se puso como un tronco. De repente se abre la puerta del baño y mi nieta entra corriendo y me dice, Abuelo me hago pis, y subiéndose la faldita, se bajo la bombacha y sentándose en el inodoro se oyó el tintinear de su chorrito cantarín, yo aproveché a correr la cortina de baño sabiendo que mi nieta no dejaría de observar que yo estaba desnudo y con la verga dura. Y así fue, cuando se corrió la cortina y me vio se sonrojó, y me dice Abuelo, tienes tu pito duro. Y soltó una carcajada. Yo aprovechando el momento le digo si quiere bañarse conmigo, ya que estaba en el baño. Ella no dudó, rápidamente se sacó la ropita y entró a bañarse. Pero no sacaba la vista de mi verga, entonces tomándola suavemente de los hombros la hago ponerse de espaldas a mí, y abrazándola la pego bien a mi verga, que le calza a la altura de los riñones, me adueño de sus tetitas y ella ríe, y se retuerce de las cosquillas, me agacho un poco y calzo la cabeza de mi verga entre sus glúteos apoyándola en su agujerito trasero, ella se deja hacer, es más, echa hacia atrás sus caderas para sentir mejor la barra de carne, la puerteo despacito pero claro, es muy gruesa para tratar de meterla sin previo masaje para dilatar su pequeño esfínter. Tomé mi verga por el troco y se la metí por entre las piernitas con dirección a sus labios vaginales, Jeorgina ahuecó sus piernitas para hacerle espacio a mi tronco, con total naturalidad. Obvio que no la asustaba el tamaño de mi verga a pesar de sus 20 X 6cms. Es más, Ella misma tomándolo con su manita se la sobaba entre sus gorditos labios masturbándose con mi pija. Eso me tenía muy excitado y a punto de acabar. Así es que la hice ponerse de frente a mi, le puse la verga en los labios y ella solita abrió la boca y se metió media poronga dentro. Me comenzó a dar una mamada de novela, les juro que se mete la pija hasta la garganta sin hacer arcadas. Y claro, no duré ni dos minutos y le llené la boca de semen, chorro tras chorro, y ella se tragó todo, no desperdició una gota. Sonriendo abre la boca y me muestra todo el semen sobre su lengua antes de tragarlo. Es una putita hermosa mi nieta. Pero claro ella continuaba excitada, por lo que la tomé en brazos y así mojados como estábamos nos fuimos a la cama, donde sin hacerme rogar le pegué una tremenda chupada de concha que la hizo tener un orgasmo tremendo, gemía, suspiraba, me arañó la espalda. Tomé el lubricante de sobre la mesita de luz, unté con abundante gel mi verga y su cuevita que estaba resumiendo jugos a más no poder, y ni siquiera le pregunté, le separé los labios con los dedos de la mano izquierda, y tomando la verga desde el tronco se la puse en la entrada de su caliente caverna virginal. Con sus jugos y el lubricante la poronga se deslizó rápidamente y sin trabas hasta su himen, y de un pechón le rompí el virgo y me enterré en sus entrañas hasta topar con su útero, prácticamente toda la verga le había entrado, el grito que pegó fue tremendo, pedía que se la saque que le dolí mucho, que le ardía, pero ya estaba empernada y por nada del mundo le sacaría la pija, no hasta que le pegue una buena cogida.
De a poco se fue acostumbrando al tamaño de la verga, sus paredes vaginales apretaban mi rabo al extremo, luego de un ratito, cuando ya se tranquilizó, tomé envión y comencé a serrucharla, de a poquito, pronto era ella quien salía al encuentro de mi tripa, cosa de no creer esta pibita, se banca una verga de 20 x 6 y ni se queja, es más lo hace con gusto la putita. Pronto la tuve al borde de otro orgasmo y más rápido la cogía, parecíamos un carrusel desbocado, logró un segundo orgasmo, su conchita estaba inundada de flujos, gel y la sangre de su virgo. Le levanté las piernas y las puse sobre mis hombros, tomé gel y unté su ano, metí primero un dedo y luego dos con mucho lubricante, además de que le corrían jugos por la rajita del culo, le presenté la cabeza de la verga a su culito y empujé, suave pero con firmeza, y pronto su esfínter comenzó a tragarse mi pija, ni un quejido de la pendejita, le entró toda, hasta los testículos, me miraba seria, concentrada en sentir el pedazo de carne, una vez penetrada hasta el fondo, se comenzó a mover como una anguila, se la sacaba y se la enterraba solita. Obvio que su culo ya estiradito de la cogida anterior era otra cosa, qué hermoso culo, apretadito, aterciopelado y jugoso. Finalmente le llené el culito de semen, ella al sentir mi lefa caliente tuvo un orgasmo pequeño, pero quedó laxa con la poronga dentro, hasta que se me bajó y se la pude sacar sin hacerla sufrir. La tomé en brazos y nos fuimos a bañar nuevamente, el olor a sexo en la habitación era tremendo. Jeorgina estaba feliz, adolorida pero no se quejaba, y lo demostró al meternos ala ducha, solícita tomó el jabón y comenzó a lavarme la verga mientras yo le lavaba la conchita y el culito. Terminado el baño nos fuimos a preparar la cena, luego sería tiempo de una segunda sesión en la noche. Mi amante y yo disfrutamos a pleno el sexo y nos divertimos mucho. En la parte tres les contaré como fue que desvirgué a mi hija cuando tenía 10 añitos y se convirtió en mi amante por cinco años.
Quiero un abuelo así