Mi nieto 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Al otro día cuando me despierto, Alberto seguía dormido, me tenía abrazada y su mano estaba sobre una de mis tetas, no podía creer que había follado con mi nieto y le había echo sexo oral, pero si, habíamos follado y de echo, había disfrutado mucho, y me encantó tragar la leche de Alberto, mi nieto. Muy despacio me levanto, busque con mi pie donde había dejado tirada mis bragas y salí de su habitación, me duché y me vestí como si acá no hubiera pasado nada, pero sabía que si había pasado algo, pero algo maravilloso.
Apronté el desayuno, y esperé a que mi nieto se despierte. Como a la hora se levantó, nos dimos dos besos y nos quedamos mirando, "desayunamos?", le dije para que la cosa no se tense mas, ya que no sabíamos que decirnos. Cuando nos sentamos a la mesa, había mucho silencio, "mira Alberto, lo que hicimos anoche no estuvo bien, yo estaba mal, y bueno, no me di cuenta lo que deje que hicieras conmigo", le decía a modo de disculpa, "pero abu, estuvo delicioso, por que esta mal?", me decía comiendo una tostada con su café con leche, "es que soy tu abuela, la madre de tu madre", le dije, comiendo yo también, "pero que tiene de malo que me enseñes a estar con mujeres?", me decía, mirando mi cara, con cara de inocente, "mira Alberto, lo que pasó, pasó y ya no se va a volver a repetir", le dije, notando que se le ponían tristes sus ojos, "vale abu", me dijo, bajando su mirada y siguió desayunando hasta terminar. Se ducho, y me dijo que se iba a su casa, lo notaba triste, "por que te vas?", le dije, "no, por nada abu", me dijo, pero yo sabía porque era, "o sea, que si me sigo dejando follar te quedas?", le dije, pasando mi mano por su cabeza
"no entiendo que tiene de malo abu, nadie se va a enterar, me enseñas, sabes que a mi me gusta estar contigo, yo no le voy a decir a nadie lo que hacemos", me decía, mirando mis ojos, y la verdad que me sentía a gusto con él, "esta bien, quédate, pero solo follamos a la noche, nada mas y con la luz apagada", le dije, viendo como aparecía una sonrisa en sus labios, "pero con la luz apagada no voy a ver nada y no voy a aprender nada", me dijo, llevando su mochila a su habitación, "es que a mi me da vergüenza", le dije, acompañando a mi nieto, "es que quiero ver tu culo, siempre lo quise ver", me dijo tirando su mochila sobre esa cama, que la noche anterior mi nieto me había follado, "como que te gusta mi culo?", le dije, entre sorprendida y riendo, "si abu, deja que vea tu culo", me empezó a decir, "pero que niño este, como que me quieres ver el culo", le decía yo, frunciendo el ceño, "si abu, dale déjame verlo, porfis", me decía, "hay que niño", le reclamo yo, subiendo mi falda y bajando mi braga, Alberto me hizo poner en el borde de la cama, a cuatro patas y noto como mirando mi culo acariciaba mis nalgas con una delicadeza, que me hacía acordar a mi difunto marido, que él hacía eso antes de follarme por el culo, siento que abre mis nalgas y mete su cara entre ellas, oliendo, me estaba oliendo el culo, no voy a negar que me estaba poniendo cachonda, "que rico olor tienes en el culo abu", me dijo oliendo mas fuerte, yo sin decir nada, me abrí mis nalgas, "quieres follarlo, como hacía tu abuelo?", le dije, volteando mi cara y lo quedé mirando, "el abuelo te follaba por el culo también?", me dijo, sacando su cara de mi culo y me quedó mirando, "si, no te fijas el tamaño de mi ano?", le dije, abriendo mas mis nalgas y dejando que mi nieto me vea lo abierto que tengo el ano de las folladas que me daba mi marido
Noté que tenía dura su polla y yo estaba mojada, me puse en pie, me empecé a quitar la ropa, hasta quedar completamente desnuda frente a él, le empecé a quitar yo su ropa, dejando que me acaricie las tetas, cuando le empecé a quitar sus pantalones, estaba de rodillas frente a mi nieto, y cuando su polla quedó fuera, estaba dura, abrí mi boca y mientras lo terminaba de desnudar le chupaba su polla, notando sus gemidos a medida que metía y sacaba su polla de mi boca, me volví a poner en pie, lo mire sonriendo y le bese sus labios, me puse de nuevo en el borde de la cama, pasando saliva con mi mano por mi ano, me abro las nalgas y le dije que me folle por el culo, Alberto se ubicó detrás mío y yo con mi mano, guié su polla hasta dejarla justo donde tenía que hacer fuerza para que entre en mi culo, "empuja, cógeme de la cintura y empuja, así entra tu polla en mi culo", le dije, notando como mi nieto me cogía la cintura y haciendo fuerza su polla empezó a entrar en mi culo, en dos embestidas que hizo, me la metió toda, haciendo que gima de placer, al recordar como me follaba mi marido, "quédate quieto, deja que sienta tu polla dentro", le dije, disfrutando de la sensación de volver a tener una polla dentro del culo, "haaaaaa, ahora mete y saca tu polla de mi culo despacio, deja que sienta como entra y sale", le dije, sin dejar de abrir mis nalgas, con toda la polla de mi nieto dentro de mi culo, sentía como me follaba despacio el culo, haciendo que gima y suspire de placer, "como me gusta tu culo abu", me dijo Alberto, haciendo que su polla entre y salga de mi ano, "a tu abuelo también le gustaba mucho follar mi culo", le decía, sintiendo tal placer, que hubiera estado todo el día con la polla de mi nieto metida en mi culo.
"Deja que cambie de posición", le dije, sintiendo como Alberto me sacaba la polla del culo, "abu, que abierto lo tienes ahora", me dijo, viendo como se me abre el ano, "así me lo dejo tu abuelo de tanto follarlo", le dije, acostándome boca arriba, levantando mis piernas, volviendo a ofrecerle el ano a Alberto, "deja que te ayude, así me vuelves a meter la polla por el culo", le dije, acomodando de nuevo su polla contra mi ano, y le dije que empuje fuerte, sintiendo como me la metía de una sola, haciendo que vuelva a gemir de placer al sentir de nuevo como me estaba follando el culo, "como me gusta tu culo abu", me decía moviendo su polla dentro, "te gusta?, te pareces a tu abuelo, como le gustaba follarme el culo, y a mi que me lo folle", le dije, moviendo mis caderas, sintiendo como la polla de mi nieto se movía dentro, yo seguía con mis piernas lo mas arriba que podía, mis dedos empezaron a pasar por mi coño, me los metía dentro mientras le decía a mi nieto como follarme el culo, que haga que su polla entre y salga de mi ano, "me follas igual de bien que tu abuelo", le dije, disfrutando como loca de la polla de mi nieto, "me vas a dejar follarte siempre?", me dijo Alberto, metiendo y sacando su polla de mi culo, "si, siempre que quieras, tu abu te va a estar esperando para que la folles", le dije, sintiendo tal placer que me parecía que estaba follando con mi difunto esposo, metía mis dedos lo mas a dentro de mi coño que podía, como disfrutaba, sentía como Alberto gemía, metiendo y sacando su polla de mi ano, de como me estaba follando, "abu, me quiero correr", me dijo, frunciendo el ceño, "hay abu, no aguanto mas", me decía, "si Alberto, llena el culo de leche de tu abuela, llénalo bien…
Córrete, córrete dentro de mi culo, como se corría tu abuelo", le dije, sintiendo como gemía y casi gritaba cuando se empezó a correr dentro de mi culo, sentía como palpitaba su polla, estaba tan feliz que sin poder aguantar mas, me empecé a correr yo también, diciendo el nombre de mi esposo, gritando, disfrutando, teniendo un tremendo orgasmo, como el que había tenido la noche anterior cuando mi nieto me follo el coño, "no saques tu polla de mi culo, no la saques, déjala dentro", le decía, levantando mas mis piernas y sintiendo como espasmos de placer de como mi nieto me llenaba el culo con su leche, yo gemía, movía mi cabeza de un lado a otro, como estaba disfrutando, no podía creer que mi nieto de 14 años me haga disfrutar así con su polla
"hay Alberto, que bien me haz follado", le dije con los ojos cerrados, sintiendo como su polla dejaba de palpitar dentro de mi culo. Alberto se acostó a mi lado, los dos desnudos, sentía como salía su leche de mi ano, yo lo abracé, puse su cara contra mis tetas, "te vas a ir?", le pregunté, pasando mi mano por su cabeza, "sabes que me gusta estar contigo abu, y mas ahora, que me estas enseñando a follar", me dijo, pasando su mano por mi tripa, "si, quédate todo lo que quieras y así me follas por donde quieras y cuando quieras", le dije, besando los labios de mi nieto, quedando los dos, completamente desnudos en la cama y yo estaba tan satisfecha y feliz, que sabía que a mi nieto no le iba a poder negar nada.
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