Mi padrastro, mi primer hombre amado
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi madre se separó cuando yo tenía cerca de 4 años. Tres años después se unió a su actual pareja, con quien ya lleva 10 años. El marido de mi mamá siempre me cuidó como a una hija, pero por esas cosas de la vida, yo comencé a sentir cosas que no debía por él.
En una oportunidad, sabiendo cómo él me cuidaba, fingí tener dolores de estómago para que él me hiciera masajes y no ir al colegio. Así fue, mi mamá llevó a mi hermano a la escuela y yo quedé al cuidado de mi padrastro, que me llevó a la cama matrimonial, como era de costumbre, pues siempre estábamos mi hermano y yo con ellos viendo televisión en su dormitorio. La cuestión es que ese día me llevó a su dormitorio, me tomó la temperatura corporal, pero yo sostenía que tenía molestia en mi pancita. Ocurre que en otra oportunidad, cuando era más chica, él me hizo masajes en la panza, porque realmente estaba algo mal, pero cuando comenzó a pasar sus manos por toda la región abdominal, empecé a tener una sensación de cosquillas que se concentraban en mi conchita, que al tocarla se había mojado todo. Ya ahora, adolescente, sabía que si me pasaba las manos lograría hacerme sentir esa sensación y más. La cuestión es que él con su siempre actitud paternal me dio un aspirina, me abrigó, pero yo tenía un calor interno que lo que menos deseaba era que me tapara. Yo quería que me sacara todo, pues debo admitir que, como la mayoría de todos nosotros, primero había oído cuando él y mi madre tenían sexo y escuchaba a mi madre gemir y gritar como una perra por la noche, después que pensaban que nos habíamos dormido. Tuve oportunidad de ver como mi madre se tiraba su leche en la cara y se tomaba el resto una noche que regresamos de una fiesta y ellos con algunas copas de más, habían olvidado cerrar bien la puerta de su dormitorio. En otra oportunidad pude ver también cómo la ponía en cuatro y tras cogérsela por la concha, por los quejidos de mi madre, pude darme cuenta que se la estaba poniendo por el culo. Todo eso, más que me gustaba espiarlo por la cerradura cuando el se terminaba de duchar y podía ver ese trozo de carne que colgaba de entre sus piernas, había producido distintas fantasías en mi cabeza. Realmente las veces que oía a mi madre que gozaba, yo me masturbaba al mismo ritmo que suponía que mi padrastro la cogía a ella y si no tenía un orgasmo cuando ella acababa, andaba muy cerquita.
La cuestión es que ahora estaba en su cama, ya a esta altura yo totalmente desarrollada, nada de la niñita que él comenzó a criar había en este cuerpo, ni en esta cabeza. Me trajo un té y como él trabaja de tarde, se acostó un rato más al lado mío. Para no molestarme no encendió el televisor, lo cual era habitual que hiciera. Terminé mi té y busqué acomodar su cuerpo contra el mío. Estábamos acostumbrados a estar en la cama juntos y solos, por lo que él, para darme calor, se daba vuelta y quedábamos ambos de espaldas. En esta oportunidad le pedí que me abrazara, que tenía mucho frío. Mentirás, estaba hirviendo, pero sin temperatura externa. Me abrazó, pero cuidando no apoyarme su miembro que ya quedaba perfectamente a la altura de mi cola. Yo tenía la respiración agitada, pero zafaba por el supuesto estado.
En un momento se quedó dormido, así que aproveché para apoyarme más contra su cuerpo y así sentir ese pedazo de carne hermoso. Al cabo de un rato, comencé a sentir que ese miembro se había comenzado a enojar y no pude resistir a desplazar mi mano hasta alcanzarlo y solamente tocarlo por encima del boxer. Increíble, necesitaria mis dos manos como para cubrirlo todo. No sé si mi padrastro se habrá dado cuenta, pero creo que algo sintió, porque enseguida se dio vuelta y quedó de espaldas a mí. Yo me toqué y estaba totalmente mojada. Algo tenía que hacer, por lo que lo desperté y le dije que seguía con molestia en mi panza, que por favor me hiciera unos masajes para ver si se me pasaba. Se despertó y comenzó suave y lentamente a pasar su mano por mi región abdominal. Podrán inmaginar la calentura que me estaba pegando, más si se imaginan que me estaba mojando toda.
En algún momento era como que el sueño lo vencía, así que con mi mano le hacía retomar el masaje y así hice un par de veces que se adormilaba, hasta que no pude más y en una de esas que se quedó dormido, no lo pensé más y bajé su mano hasta mi conchita cuidadosamente depilada. De repente se despaviló y sacó su mano, pensando que yo tenía fiebre y que lo había hecho en forma inconsciente. Le dije que realmente era mentira que estaba descompuesta y que yo quería que me hiciera el amor. El, al principio, no lo consentía de ningún modo, e intentó salir de la cama pero se lo impedí cuando me subí encima de él, lo besé en la boca hasta que le salió la bestia que todo hombre guarda adentro, mientras tomaba su pene con mi mano y lo comencé a frotar hasta que se paró y me dejó ver toda su extensión, ya no pudo menos que quedar embelezado y sin dejar a que reaccionara tiré la piel hacia atrás y metí su cabeza en mi boca. Quiso incorporarse, pero con mi otra mano lo hice recostar nuevamente. Cuando se la empecé a mamar ya su resistencia disminuyó, pero su erección era mucho mayor.
Me saqué la larga remera que cubría mi cuerpo, la tanga y el corpiño y recién ahí se dio cuenta que no era una nena, que ya era una jovencita con muchas ganas de coger. Hizo un click y de ser tan paternal, pasó a ser un bestia dominante. Me metió la pija hasta la garganta, provocándome arcadas, me agarraba la cabeza y dirigía los movimientos. Cuando dejó fija mi cabeza pero empezó a acelerar sus movimientos y aumentó el volumen de sus gemidos supuse que me acabaría en la cara como lo había hecho la vez que estaba con mi mamá y los espié. Me equivoqué, los movimientos se aceleraron más y sentí que mi boca se inundaba de su espesa leche, realmente que me inundó la boca, intenté una arcada y sentí que la leche iba a salir por mi nariz, pero retiró un poco su verga y me dio lugar a que desgustara mejor el sabor de la leche y que pudiera tragármela toda. Siguiendo su dominación, se puso de espaldas y me hizo girar para comenzar a darme la más exquisita chupada de concha que me han hecho en mi vida. Su lengua y sus labios hábiles en el arte de amar recorrieron mi clítoris, mis labios vaginales y jugó dentro de mi agujerito. No sé cuántos orgasmos me produjo, pero sí sé que fueron seguidos unos tras otros, estaba totalmente mojada, no por su saliva, sino por mis jugos que sentía que me habían mojado toda por dentro. Esa excitación también fue en parte por poder continuar teniendo esa hermosa verga en mis manos y en mi boca.
Se la mamaba de la mejor forma que podía, no paraba de sacarla cada tanto para observarla, pues realmente no daba crédito a esta realidad de que tenía una pija erecta, llena de gruesas venas, con una cabeza amenazante en forma de hongo. Y lo más excitante es que esa verga sería la que rompería mi himen en muy poquitos minutos. Seguida a esa formidable chupada de concha que me hizo acabar inumerables veces, su lengua comenzó a jugar en mi culo, si bien en ningún momento estuvo la idea de que eso ocurriera, pues no tenía ni idea de cuáles eran las sensaciones que podían sentirse cuando tenés una lengua que juega suavemente alrededor del agujero de tu culo; comencé a sentir algo así como un hormigueo hermoso que me llevó a pedirle que me metiera la lengua en el culo. No hizo caso y siguió haciendo redondeles alrededor de mi agujerito y después de un rato, cuando yo lo sentía al rojo vivo, me empezó a meter la lengua. Aaaaaaahhhhhhhh, no, qué hermoso fue eso. Cuando comenzó a meterme la lengua en el culo no pude evitar tener un orgasmo indescriptible, Ese orgasmo producido por la lengua en el culo fue y es distinto a cualquier otro orgasmo. Me hizo acabar como a una perra. A esta altura ya me decía "Qué hermosa putita habías sido y yo no me daba cuenta". Yo para no cortar el clima que se había creado, le decía que deseaba su verga y ser desvirgada por él. Al principio no me creyó que todavía nadie había penetrado mi vagina. Si bien había sido explorada por un par de compañeros de la secundaria, nada más que hacerme caricias y lograr que me mojara, ni siquiera un orgasmo.
Los orgasmos que había tenido era cuando me hacía la paja de oir a mi madre que estaba siendo ensartada por esta verga que ahora iba a ser mía. Luego de ese orgasmo provocado por su lengua en el culo, comenzó nuevamente con su lengua en mi concha que estaba llena de leche y con un dedo comenzó a jugar en mi culo. A esta altura que me metiera un dedo, dos o la verga, me daba exactamente lo mismo. Realmente tenía más ganas de sentir que me rompía el culo a que desvirgara mi concha. Así estuvimos un rato largo hasta que logró una erección plena. Un detalle que olvidé decir es que mi padrastro tiene casi 50 años y que si bien se mantiene perfectamente, yo tengo 17 recién cumplidos. Cuando la tuvo bien dura me puso de espaldas, con suavidad me besó la concha y con su mano hizo que agarrara su verga y comenzara a hacerla jugar de arriba hacia abajo en mi concha. En un momento la acomodé como para que empujara y me la metiera, pero inmediatamente me dí cuenta que no iba a ser tan fácil, es más, me dio miedito a que esa cabeza me desgarrara, porque como dije tiene forma de hongo, pero no de un hongo cualquiera, la forma de un hongo con un buen techo. Pero bueno, tampoco podía desperdiciar esta oportunidad y además saber qué es lo que sentía mi mamá cuando ese pedazo de hombre estaba dentro de ella. Enseguida lo supe, porque él se tomó el tronco con su mano y comenzó a empujar muy, pero muy lentamente. Honestamente me hizo ver las estrella y se me escapó un grito. Pero ya tenía la cabeza adentro. Se quedó inmóvil por un rato y luego comenzó a moverse suavemente.
Al principio no disfruté lo más mínimo, pero luego de un ratito sí comencé a sentir nuevamente una hermosa sensación. Cuando comencé a gozar, también el comenzó a hacerlo y lo supe porque comenzó a emitir esos sonidos guturales, además ya no me perdonaba me la había mandado hasta las pelotas y a mi eso me en loquecía, porque levantaba mi cabez y podía ver cómo entraba y salía todo ese tronco. Sentía que me hacía tope adentro y a su vez sentí los huevos golpeándome incesantes en la puerta de mi culo. Cuando vio que me había adaptado a su verga ya me hizo cambiar de posiciones, me hizo sentar primero con mi cara hacia él, así me acariciaba los pechos y yo cabalgaba ayudada por una de sus manos que me guiaba y me marcaba el ritmo.
Luego me hizo sentar sobre la verga pero al revés, es decir con mi culo hacia él. Esto le permitía que mientras yo montaba su pija, él jugaba con el agujerito de mi culo que ya comenzaba a excitarse nuevamente, pues ese hormigueo habia quedado latente a flor de piel. Estuvimos haciendo distintas posiciones, él manejaba los tiempos y me cambiaba cuando seguramente corría riesgos de acabarse. Volvimos al 69 y él a prenderse con su lengua a jugar en mi culo. Yo… nuevamente super caliente y sabiendo que me lo quería partir, porque me estaba diciendo que se culo tenía que comerse su verga. Realmente si bien estaba deseosa de que ese hormigueo aumentara, el hecho de pensar que esa cabeza tenía que atravesar mi pequeño culito, me daba un poquido de susto. No paraba con su lengua y yo tampoco paraba de mamar esa hermosa verga. Pensé que me pondría en cuatro patas y me la pondría hasta la campanilla. No, como hábil amante que es, me colocó de costado, en posición "cucharita", comenzó a jugar la cabeza de su pija en el agujero de mi culito, hasta que empezó a salir ese jugo lubricante tan exquisito y natural. Una vez que me llenó bien la cola con ese lubricante, recién ahí, inició el trabajo de empujar suavemente. Me ponía la puntita y se quedaba quieto. Luego volvía a moverse suavemente e iba ganando algunos milímetros más. Así estuvimos aproximadamente media hora.
El anillo de mi culo fue dilatando muy lentamente, igualmente debo decir que cuando dio el último empujón y me metió la cabeza, ahí me olvidé del hormigueo y del placer que me había dado con la lengua. Honestamente no quería saber nada. Pero al igual que cuando me desvirgó por la concha, empujó un poquito más y se quedó quieto un ratito. Cuando se dio cuenta que mi anito se había adaptado a su tronco, tomó un aceite con el que le hace masajes a mi madre, se lo pasó por el resto del tronco y ahí sí, no me perdonó, me pa puso hasta los huevos en un solo movimiento. No pude contener un terrible grito y mi sollozo, porque en verdad que se me escaparon las lágrimas. Qué hijo de puta de tan paternal que parecía, me rompió el culo sin miramiento. Lo que vino después fue hermoso, comenzó a mover sus caderas hacia atrás y adelante con suavidad y en forma circular. Luego de un rato, cuando ya no sentía dolor, sino placer, le pedí que me pusiera en posición de "perrito" y me diera así. Lentamente, sin sacarla me puso en cuatro patas y debo decir que sí, para ser la primera vez, así duele un poquito más, porque ahí volvieron los dolores cuando él se movía, pero como ya tenía toda adentro fue más fácil. Yo por mi posición podía ver en el espejo lateral cómo mi padrastro sacaba casi toda su pija de mi culo y empujaba. Era hermoso ver como entraba y salía esa pija de mi culo, comencé a excitarme más y a disfrutar lo que estaba viendo, él también miraba el espejo y veía mi cara de gozo. De pronto apuró su movimiento y sentí que dentro de mi culo había una explosión. Todo esto ocurrió un miércoles, así que mi malestar duró jueves y viernes, por lo que no fui al colegio. Lo que también es real, es que estuve dos días que no pude sentarme, que me cogiera por el culo fue hermoso, pero me quedó literalmente ardiendo.
El viernes, como sabía que se terminaba lo bueno, igual se lo dí y esta vez me lo partió poniéndome en cuatro. Dirán que soy una pendeja que estoy loca, tengo muchos amigas y amigos, no tengo novio, ni lo necesito. Seguramente algún día lo tendré, por ahora no lo necesito, pues tengo en mi casa todo lo que necesito, un pedazo de verga hermosa que me satisface y me hace gritar como a mi madre. Mi padrastro se cuida mucho más físicamente, va al gimnasio, y nos atiende perfectamente a mi mamá y a mí. Mi vieja de cuatro polvos que tenía por semana, ahora tiene 3 solamente y mi padrastro de 4 pasó a ocho, adivinen de quién son los 5. Espero no haberlos aburrido, ah, por último, Chicas les dejo dos sugerencias: si el marido de su madre está relativamente bueno, no necesariamente tiene que se un Brad Pitt, cojánselo aunque sea una vez. Van a ver que linda experiencia y la otra es que no tengan miedo al sexo anal, es hermoso y además te garantiza que no quedás embarazada. Además van a tener muchos más beneficios. Como estoy estudiando literatura en una ciudad cercana, donde justo trabaja mi padrastro, viajo con él todos los días a la tarde. Demás está decir que lo pasamos espectacular. Por último, será enfermizo, seré una puta, pero me gusta, no me arrepiento en nada de lo que hago, Abigail.
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