Mi padre y mis amigas. Parte 3
«Feliz Cumpleaños Karen».
Soy virgen, ni siquiera había visto una verga en persona hasta hace dos días atrás, pero desde ahí en adelante todo fue una verdadera locura. A pesar de haber disfrutado cada momento aún lo estoy procesando, y será mejor que lo procese rápido, ya mi padre prometió hacernos el amor a mí y a Marcela esta noche, los tres estaremos juntos y desnudos en una cama.
Son las 23:30 de la noche del sábado, hay música a todo volumen, comemos pizzas y empanadas, tomado coca-cola y algunas botellas de cerveza y vodka. Estamos todos reunidos en la mesa de afuera de la cabaña riendo y haciendo escándalo, luego nos apartamos de la mesa, subimos más el volumen y nos ponemos a bailar regüetón, mi padre se comporta como un adolescente más, yo disfruto nuestro baile y me voy bebiendo mi cerveza sorbo tras sorbo.
Y así es como la fiesta avanza, no dejábamos de beber, especialmente Marcela, continuamos así un momento más hasta que llegó las doce de la noche, mi padre bajó la música y todas comenzaron a cantarme. Me abrazaban y felicitaban, mi padre entró a la cabaña y volvió con un pequeño pastel de crema, que tenía las velas con el número 14, me dijo que pida un deseo y yo cerré los ojos y lo hice, soplé las velas y todas me abrazaron y aplaudieron.
La fiesta siguió por un rato más, ya eran casi las 01:00, tanto baile nos agotó las piernas asique nos sentamos en la mesa, decidimos darnos un descanso y hacer otra cosa. Así fue que por idea de Antonia comenzamos a jugar a las cartas, más precisamente el Juego del 9, que consiste en que las figuras que te toquen deben sumar 9. A mí y a mis amigas nos encanta este juego, porque lo que lo hace divertido no es la mecánica del juego, sino los retos que debes cumplir si pierdes, le enseñamos a mi padre cómo se juega y aprendió rápido.
Al principio jugábamos por retos fáciles, él o la que perdía debía tomar tragos de alcohol, mostrar su chats de celular, cantar una canción, cortarse un pedacito de cabello, etc. Pero luego todo fue subiendo de intensidad, las botellas de alcohol se iban acabando y nuestra capacidad de razonar también, al principio nos comportábamos como cinco niñas frente a un hombre mayor pero ahora todas veíamos a mi padre como un amigo más. Todos nos teníamos un cierto respeto y orden a la hora de divertirnos, pero a medida que la noche transcurría todo se convertía en rebeldía y confusión.
Eran las 02:15 de la noche, Marcela perdió y le tocó que le diéramos un reto por cumplir, ya no se nos ocurría nada para inventar, pero luego Sofía en broma pidió que se saque una de sus prendas. Todas lo tomamos con gracia excepto marcela quien ya tenía las manos sobre el cierre de su pantalón, nos quedamos atónitas y le preguntamos si de verdad lo iba a hacer, ella muy segura y muy borracha dijo que sí, un reto es un reto, algo incómodas aceptamos que lo hiciera, ella dio unos pasos hacia atrás para que todos la viéramos, se bajó el cierre, se quitó las zapatillas y comenzó a estirar el jean hacia abajo. Prestábamos atención a marcela pero también a mi padre, ya que sabíamos que a él es a quien le impactaría más verla desnudarse, se notaba en su mirada que le gustaba lo que veía, y no se esforzaba en ocultarlo, Marcela se lo quitó por completo y dejó ver su tanga negra, se acercó nuevamente a la mesa y dejó su pantalón a un costado, Todas nos quedamos muy pudorosas por lo que había pasado, pero al mismo tiempo nos parecía bastante divertido y entretenido.
Seguimos jugando con mucha incertidumbre por lo que iba a pasar de ahora en adelante, Anto repartió las cartas, dos para cada uno, y miramos lo que nos tocó, Marce tenía un 6, Sofía un 3, mi padre un 8, yo un 6, Julieta un 7 y Anto un 5, perdió Sofía.
-Perdiste Sofía, te toca a ti hacerlo –Dijo Marcela apuntándola con el dedo.
-Hacer qué –Preguntó sofí.
-Ahora te debes quitar una prenda como lo hice, sácate el pantalón delante de todos.
Al principio ella se negó y se mostraba avergonzada, pero no tardamos ni medio minuto en convencerla para que lo haga, todos la alentábamos y la aplaudíamos, hasta silbábamos para que lo hiciera, y ella lo hizo, se movió hacia un costado y se desabrochó el pantalón. Dejó ver sus piernas pálidas y su tanga rosada, ella solo sonreía y se tapaba la cara no pudiendo creer lo que estaba haciendo, a decir verdad si no fuera por el alcohol no se hubiera quitado ni un calcetín, pero así es esto ahora, ya nadie está consciente de lo que hace o lo que pide, y quién sabe hasta dónde podrá llegar esto.
Y así continuamos jugando, ahora solo se trataba de quitarse ropa al perder, iban pasando los minutos y las prendas que teníamos puestas iban disminuyendo, primero fueron los pantalones, luego las playeras, después las medias, llego un momento en que la mayoría estábamos en ropa interior. Marcela estaba solo con su brasier y su tanga, yo igual que Marce, Julieta también solo con su brasier y tanga pero aún con sus calcetines, Anto y Sofía solo perdieron una vez asique solo se habían quitado el pantalón hasta ahora, y mi padre sin playera, sin pantalones y sin calcetines, solo con su bóxer negro, tenía su torso al descubierto y mis amigas y yo no dejábamos de verlo, sus abdominales y sus brazos eran un espectáculo, semidesnudo estaba más sensual que nunca, tiene 41 años pero su cuerpo parece de 20, además nos sonreía a todas como dándonos gracias por tanto alago. Cada vez que alguien se quitaba la ropa era un verdadero show, ya que todas hacíamos silencio y observábamos con atención, y cuando le tocaba a mi padre perder todas le pedíamos que se parara en la silla y se quitara su prenda, lo llenábamos de gritos y aplausos y hasta besos al aire, no era para menos con semejante macho delante de nosotras.
Marcela y yo somos las que estamos en mayores problemas, si una de las dos pierde deberá quitarse una prenda esencial, y deberá hacerlo delante de todos, estoy más nerviosa que nunca, pero ella también, ambas nos miramos entre sí y nos mordemos las uñas. Sofía reparte las cartas y yo agarro las mías esperando una salvación, tomo mis dos cartas y las miro, me tocó un 1 y un 2, DIABLOS!!!
Tengo un 3, mi padre un 7, Sofía un 6, Julieta un 6, Antonia un 8 y Marcela un… 9, maldita sea, todos se burlan de mí y comienzan a alentarme para que haga lo que tengo que hacer, me siento completamente avergonzada pero aún así, creo que una parte de mí quiere hacerlo, no sé porqué pero no me parece tal mala idea, de todos modos si no me quito algo mis amigas me lo quitarán a la fuerza.
-¡Está bien, está bien, ya cállense lo haré! –Les grito para que me dejen de atormentar.
Me levanto de la mesa y me pongo a un lado, estoy descalza y solo con mi brasier y tanga blancos, aún se ve debajo de mi hombro una pequeña marca de la herida de ayer, pero ya no es tan grave asique ya no tengo puesto el algodón desde esta tarde, todos me miran expectantes, mi papi me observa con total adoración, las demás me miran con algo de nervios por lo que van a ver. Marcela se muerde la uña del dedo y me mira fijamente, yo me llevo las manos hacia atrás y empiezo a desabrochar la liga del brasier, pero cuando la desabrocho no la suelto, les digo a todos algo.
-Lo haré pero con una condición.
Todas se ponen algo desconcertadas y me preguntan cuál es la condición.
-Me lo voy a quitar pero eso no significa que tenga que mostrar todo, asique me voy a tapar con el brazo.
Las chicas se niegan rápidamente pero yo les digo que lo discutan con Marcela, ya que ella fue la que inició todo esto asique ella decidirá qué es lo mejor, Marcela lo piensa un momento y sorprende a todas al decir que me puedo tapar si quiero, pues claro ya que ella también está caminando por la cornisa y puede ser la próxima en hacer esto, aceptan mis condiciones y yo continúo, suelto el broche de atrás, mi brasier queda flojo, luego meto mi mano y parte de mi brazo debajo para tapar mis pezones. Miro hacia abajo de lo avergonzada que estoy, con mi brazo derecho me tapo los pechos y con la otra me empiezo a sacar la prenda, cuando termino levanto el brasier hacia arriba y las chicas me piden que lo lance hacia ellas, pero no lo pienso hacer. Camino muy tímida de nuevo hacia la mesa, en una mano tengo mi sostén y con la otra me tapo los pechos, me reciben con un leve aplauso por haberme animado, me siento en mi lugar y nadie deja de verme, todos me miran los bordes de mis pechos que no alcanzo a cubrir con mi brazo, muerta de vergüenza les digo que dejen de verme así y me tapo con ambos brazos.
-Muy bien chicas es hora de continuar –decía Marcela en voz alta –Éste juego está en su mejor momento.
Julieta empezó a mezclar las cartas, luego las empezó a repartir, había mucha tensión, diablos no sé qué haré si vuelvo a perder, recibo mis cartas y las miro lentamente, el corazón se me vuelve a parar, Un 3 y un 1, ¡MALDITA SEA!
Todas ven mi cara y se dan cuenta de mi mala suerte, comenzamos a mostrar nuestras cartas, yo tengo un maldito 4, Sofía un 5, Julieta un 8, Anto un 8, Marce un 6 y mi padre un… 2.
Mi padre perdió ésta partida ¡Me he salvado!, por fin una buena noticia, miro hacia arriba y doy gracias por la suerte que tuve esta vez, suspiro de alivio y el alma me vuelve al cuerpo, estoy feliz pero rápidamente me voy desanimando ya que me doy cuenta de lo que eso significa, mientras yo miraba hacia arriba, mis amigas apuntaban sus miradas hacia mi padre, todas se enmudecen y lo observan fijamente, yo también comienzo a hacer silencio no pudiendo creer lo que va a pasar, mi padre sonríe y agacha la cabeza lleno de vergüenza igual que yo hace unos momentos, observo a mis amigas y las veo con una sonrisa pícara en los labios y los ojos iluminados, algunas con más ansias que otras, mi padre deja sus cartas en la mesa y se pone de pié, nadie habla, solo lo miramos a él, se para sobre la silla nuevamente a la vista de todas, solo tiene puesto su boxer negro, al menos hasta ahora. Las chicas y yo nos empezamos a ruborizar cuando vimos como la tela de su boxer estaba estirada al máximo tratando de contener el enorme y parado pedazo de carne que había adentro, todas quedaban boquiabiertas, cerrando los ojos, tapándose la boca con las manos y haciendo pequeños comentarios.
Mi padre metió sus dedos pulgares en ambos costados del bóxer, pero antes de comenzar a bajárselos, le pregunta algo a Marcela.
-¿Yo también me lo tengo que tapar?
Marcela está congelada y no sabe qué responder, las observa a las demás chicas buscando que la ayuden a decidir, pero ellas se miran entre sí y nadie quiere responderle, parece que el que aguanta más la vergüenza aquí es mi padre. Creo que ellas saben lo que quieren pero no se animan a pedírselo, yo solo me callo la boca, quiero que mi padre saque su polla ahora mismo, pero mis amigas me están contagiando el pudor, finalmente Marcela toma la palabra.
-Un reto es un reto señor, creo que todas lo debemos aceptar.
Mi padre le giña un ojo a Marce y comienza con lo suyo, pone sus pulgares dentro de los costados del boxer y comienza a arrugar la tela, con sus dedos comienza a estirar hacia abajo, todas dejan de lado los murmullos y observan sin parpadear al hombre parado en la silla, él abre un poco las piernas haciendo que su verga se despegue un poco más, luego continúa estirando sin dejar de mirarnos, se le comienzan a ver algunos pelitos enrulados de su vello. Mi corazón comienza a detenerse, continúa bajando y sus pelitos se comienzan a incrementar y se centran como un caminito que se va haciendo más angosto, hasta que el elástico del boxer comienza a rozarse con el bulto que tiene debajo, el corazón de las cinco se paraliza, comenzamos a ver el inicio de ese tronco de carne, es como un cilindro de piel enorme, le vemos la verga y a medida que va bajando se va a haciendo más rojo, más ancho y más venoso, me muero de calentura, el boxer ya está casi completamente arrugado y aún no llega al final de su miembro, es más largo de lo que lo recuerdo, mi padre estira hacia adelante el elástico para liberar la cabeza y su verga rebota hacia arriba golpeando debajo de su obligo, Julieta y Sofía se tapan los ojos, su venoso tronco queda columpiando hacia arriba y hacia abajo, Antonia se muerde el labio inferior. Él se deja el boxer casi a la altura de las rodillas y estira la cintura hacia adelante apuntando su polla dura y sus huevos hacia nosotras, antes de que su verga deje de columpiarse, mi padre mira a Antonia y mueve su cintura sacudiendo su miembro en círculos, Antonia se estremece por completo, cierra los ojos y mira hacia otro lado tapándose la boca, mi padre nota que solo yo y marce nos quedamos mirándolo, es una vista maravillosa.
Él con su polla al aire nos hace una mirada cómplice a las dos, y yo le respondo abriendo un poco mi mano y mostrándole uno de mis pezones, todo para él. La situación en la que me encuentro me comienza a encender brutalmente, éste súper hombre con la verga al aire y yo y mis amigas calientes y semidesnudas delante de él ¿Cómo carajos llegamos a esto? Pero poco a poco el fuego se iba apagando.
Mi padre se inclina y se comienza a subir nuevamente el bóxer, guarda a la bestia en su jaula de tela y se baja de la silla. Las chicas se dan cuenta de que ya se tapó y de nuevo se tranquilizan, mi padre nos mira a todas y nos dice.
-Muy bien muchachas, estuvo divertido e intenso, pero creo que ya es muy tarde y es hora de que vayamos a descansar, todas tomen sus prendas y comiencen a vestirse nuevamente, mañana será un largo día como hoy, Karen ve a tu carpa y ponte de nuevo tu brasier.
Así, sin nada más que decir, él es el primero que se comienza a vestir, ni siquiera nos da tiempo de procesar lo que acaba de pasar, yo pensé que todos estábamos igual de borrachos pero al parecer mi padre no tanto, él estuvo consciente todo este tiempo, observo a mis amigas y a pesar de que aún están atónitas lentamente van obedeciendo lo que dijo mi padre. Se comienzan a vestir casi sin hablar, creo que se guardarán sus murmullos para cuando estén dentro de la carpa, yo solamente respiro hondo y levanto del suelo mi pantalón y mi playera, luego me pongo de pie y uso mi ropa para cubrirme mi pecho, así es que voy directo a mi carpa para cambiarme.
En fin, los pálpitos se fueron normalizando al pasar de los minutos, ya nos habíamos vestido y empezábamos a juntar las botellas que había por el suelo, mientras yo preparaba mis cosas para dormir me puse a recordar algo importante. Mi padre nos había prometido algo a Marcela y a mí, pero aún no lo habíamos planeado bien, tengo que encontrar la forma de hablar con él en privado.
Eran las 02:40 de la noche, todas nos pusimos nuestra ropa de dormir y fuimos a la cabaña a lavarnos los dientes, yo notaba que todas seguían algo mareadas, incluso Marcela, luego cuando apagamos las luces exteriores y nos preparábamos a entrar a las carpas, mi padre había ido a cerrar la tranquera de enfrente, cuando volvió nos saludó a la distancia diciéndonos buenas noches. Cuando lo vi entrar les dije a mis amigas que olvidé mi cepillo de dientes adentro, asique fui corriendo de nuevo hacia la cabaña, entré y cerré la puerta, allí adentro encontré a mi padre.
-Hola papi.
-Qué ocurre mi amor.
-¿Se te olvidó lo que nos prometiste?
-No, no se me olvidó es solo que pensé que tú y marcela estaban muy cansadas y no las quise molestar.
-Claro que no, todo lo contrario, nos morimos de ganas, nos dejaste bien calientes.
-Yo también estoy caliente mi amor ¿Pero estas segura de que no quieres esperar?
-No papi, quiero que esta misma noche estés encima de mí y dentro de mí, y de seguro que marcela quiere lo mismo.
-Está bien, te veo muy segura, escucha, se me ocurre algo, ve a tu carpa y vuelve con Marcela en una hora, cuando el resto de tus amigas estén dormidas, vengan en silencio y métanse a mi habitación, yo dejaré todas las luces apagas, además creo que tengo dos preservativos en el auto.
-Sii papi entendido, gracias.
-Nos vemos en un rato.
Me acerco y le doy un besito en la boca, luego voy al baño y tomo el cepillo de dientes que dejé ahí apropósito, vuelvo corriendo y mis amigas me están esperando afuera de las carpas, nos reunimos todas y cerramos la noche con una selfie para Instagram. #HappyBirthdayKaren.
Cuando entro a la carpa con Marcela le cuento el plan, esperaremos a que las demás se duerman y ella está de acuerdo, todo es silencio a nuestro alrededor nuevamente, solo escucho el viento en los árboles y el sonido de los grillos.
Marce me pregunta si estoy nerviosa y le contesto que no, hacemos comentarios sobre lo que pasó hoy en la mesa y sobre lo que pasó en el bosque, cada vez que yo le decía que tenía algo de culpa ella me repetía que él no era mi padre real. Fueron pasando los minutos, y de pronto ocurrió lo que marce y yo no queríamos que ocurriera, el alcohol comenzó a pasar factura y lentamente nos fue nockeando a ambas, hasta dejarnos completamente dormidas. Solo debíamos esperar una hora pero nos dormimos a los quince minutos, recostadas y casi muertas, el súper regalo de cumpleaños de mi padre iba a tener que esperar, tanta ansiedad para nada, al final cerramos la noche con una desilusión.
Pero de pronto… el deseo que pedí hace un rato cuando soplé las velas se hizo realidad.
“Deseo vivir con mi padrastro el momento más erótico de mi vida ésta noche”
No sé cómo ni porqué pero me desperté de la nada, cuando abrí los ojos lo primero que recordé fue que teníamos que esperar una hora, maldición me quedé dormida, me senté en la cama y miré la hora en mi celular. Eran las 03:35 de la noche, qué bien, todavía no pasó una hora, creo que el momento llegó, pero luego otra mala noticia, Marcela estaba completamente dormida, hasta roncaba inmersa en un sueño profundo, yo hacía todo lo posible por despertarla pero ella no abría los ojos, creo que el alcohol la ha dejado así de colapsada, pasaban los minutos y no la podía despertar, mi padre nos estaba esperando pero ella no respondía, la maldita borracha no se despierta. Yo la sacudo del brazo y cuando parece que va a despertarse vuelve a cerrar los ojos y se adentra de nuevo a su sueño, así permanecemos por varios minutos, hasta que me harto y digo que hice todo lo que pude, no es mi culpa que no se haya despertado, esto lo tendrá en cuenta la próxima vez que beba.
Salgo de la carpa y bajo el cierre de la puerta, escucho a mis amigas roncando en sus carpas, pero aun así soy cuidadosa y lentamente me voy caminando de ahí. Camino lo más sigilosa que puedo, hasta que llego a la cabaña y con mucho cuidado abro la puerta, entro y la cierro de la misma manera, está oscuro, lentamente voy hacia donde está la habitación teniendo cuidado de no tropezar con nada. Cuando llego a la puerta noto que está cerrada, pero antes de abrirla me detengo y respiro hondo, me quedo un par de minutos ahí reordenando mis ideas, trato de luchar con los nervios y de no arrepentirme, pero lo cierto es que la pequeña siesta que tuve hace un momento me ha hecho volver a razonar.
Continúo parada frente a la puerta de la habitación arrepintiéndome cada vez más ¿De verdad tengo que hacer esto ahora? ¿Y si mis amigas nos descubren? ¿Y si marcela se vuelve mi enemiga por no traerla con migo? ¿Y si luego de esto él se enamora de mí y se divorcia de mi madre? No había pensado en ella hasta ahora, recuerdo que me dio un gran abrazo de despedida y me deseó que me divierta, ella me quiere tanto y no se merece que yo le haga esto. Y mi hermano Ezequiel también está en mi cabeza, le dará un infarto si se entera lo que pasó aquí, no quiero romper en pedazos a mi familia cuando cruce esta puerta, estoy sintiendo más culpa que hace dos días cuando me curó la herida, puedo perder mi virginidad cualquier otro día con cualquier otro chico ¿Por qué precisamente debo hacerlo con mi padrastro? Apoyo mi cabeza contra la puerta y cierro los ojos, me comienzo a entristecer, aún estoy a tiempo de terminar con ésta locura y eso voy a hacer, que me perdonen mi padre y Marcela pero esto no puede seguir.
Escucho pasos dentro de la habitación y abro los ojos de inmediato, mi padre abre la puerta desde adentro y me sorprende, ve que estaba parada ahí junto a la puerta, se sorprende al verme pero no me dice nada, ninguno de los dos dice nada, la lámpara junto a la cama está encendida y alumbra levemente desde atrás a mi padre, él está descalzo y sin playera, su cabello se ve algo despeinado, su torso está desnudo y solo trae puestos sus jeans. No trae cinturón asique los tiene algo flojos y se le ve una parte de su boxer negro, la tenue luz que lo alumbra desde atrás me da una vista erótica de sus músculos, veo algo de vello corporal debajo de su ombligo, luego levanto la vista y veo su barba leve que cubre sus mejillas y rodean sus labios rojos, él me mira con sus ojos claros y comienza a darse cuenta de lo que me está pasando, me toma del mentón y me acaricia la mejilla con su pulgar.
Ya no pienso en todo lo que estaba pensando, ahora ya no pienso en nada, solamente tengo ganas de hacer una cosa y lo haré sin dudar, luego que pase lo que tenga que pasar, ya no me importa.
Voy hacia él y lo abrazo del cuello, me paro en puntitas y lo beso apasionadamente, él me responde sin dudar, me toma de las nalgas y me alza hacia él, yo cruzo mis piernas en su cintura. Nuestras bocas no se despegan, me deleita con sus labios y su lengua al mismo tiempo que cierra la puerta, con sus manos me recorre las pompis y el largo de mis piernas, me lleva hasta la cama y me baja con mucho cuidado. Me deja acostada en el colchón y me comienza tironear el shortcito de tela, me lo quiere sacar con tanga incluida, yo levanto mi cintura para que me lo saque más rápido. Lo lanza al piso y yo abro mis piernas mostrándole la parte más húmeda de mi cuerpo, observa mi vagina con completa seriedad en sus ojos, se apresura a desabrocharse y bajar el cierre de sus pantalones, yo no pierdo tiempo y me quito mi blusa negra quedándome solo con mi brasier blanco, lanzo mi blusa hacia atrás y cae del otro lado de la cama. Mi padre se baja los pantalones estirándolos hacia abajo con boxer incluido, cuando se lo termina de sacar me quedo mirando su verga a medio parar.
Se mete con migo a la cama y lo primero que hace es regalarme sus labios, le saboreo cada centímetro de su boca, su aliento tibio me pone como loca, soy un poco torpe besando pero él mueve sus labios y su lengua a un ritmo prefecto que yo solo tengo que relajarme y disfrutar. No se queda mucho tiempo besando y comienza a bajar su cabeza hacia mi entrepierna, me da un beso en el monte de venus que me hace erizar la piel, luego llega a mi vagina y repite el mismo proceso que hizo con mi boca, esa parte húmeda la tengo muy sensible pero no quiero que pare, con dos dedos aprieta mi clítoris y me lo lengüetea con cuidado. Yo giro la cabeza y muerdo una almohada para no gritar de placer, él me muerde con sus labios mi panocha y yo enlazo mis dedos con su cabello apretándolo para que no se detenga, y él no se detiene, al menos por casi diez minutos, luego levanta la mirada y viene hacia mí. Se coloca sobre mí con sus brazos a cada lado, yo lo abrazo del cuello y le comienzo a besar las mejillas y el mentón, mientras lo hago él agarra una almohada y la coloca debajo de mi culo, luego me mira fijamente y con su mano toma su vergota y la acerca a mi sexo. Siento la cabezota de su polla empezando a acariciar mis labios, los roza lentamente hacia arriba y hacia abajo, hacia arriba y hacia abajo, me doy cuenta de lo que va a hacer.
-¿Tan pronto? –Le pregunto con voz cachonda.
-No es pronto –Me responde –Llevamos dos días de retraso.
Lleva la punta de su verga la parte baja de mi conchita y la comienza a introducir, hago un profundo suspiro y me concentro en vivir cada segundo, siento que tengo un hueco entre las piernas y algo redondo se está metiendo. Mi padre tiene su rostro frente al mío, nuestras narices se rozan, me mira a los ojos y continúa en lo suyo, él siente mi respiración y yo siento la suya, la mía se va acelerando, la almohada que tengo debajo se aplasta cada vez más, y lo que se me está metiendo lo siento cada vez más apretado, aprieto mis dientes y cierro los ojos, el placer se va transformando en dolor, siento como si me estuvieran metiendo una navaja. En ese momento mi padre se detiene y se queda como está, cuando ve que me tranquilizo retira su miembro un poco hacia afuera y lo vuelve a meter, tan pronto como lo vuelve a meter yo me vuelvo a adolecer. Saca de nuevo su miembro y repite la acción una y otra vez, como diez veces, siempre lento y con cuidado, él notaba que mis quejidos iban disminuyendo, y mediante eso lo iba haciendo cada vez más rápido, Diez minutos después noté que tenía más de la mitad de su verga incrustada dentro de mí.
Después la sacó por completo e hizo una pausa, me dijo que me dejaría descansar hasta que se me pasara el dolor por completo, se acostó junto a mí mirando al techo, pero yo no quería descansar, su verga aún estaba dura asique me senté en la cama, le agarré su tronco de carne y me lo metí en la boca, se lo chupaba con toda las ganas del mundo, me lo metía tan profundo como podía, estaba tibia y suave, con mi lengua podía sentir las venas duras que tenía. En mi boca entraba casi la mitad, la otra mitad lo masturbaba con mi mano derecha, desde que sacó su verga frente a mis amigas en la mesa he estado deseando hacer esto, mi cabeza se sacude hacia arriba y hacia abajo, mi padre corre hacia un lado mi cabello para verme haciéndolo, continúo así por un rato más hasta que él se sienta en la cama y me comienza a acomodar, me indica como quiere que me coloque y yo lo hago. Apoyo mis brazos y rodillas en el colchón, me pongo como un perrito, él se saca un pequeño papelito plateado del cajón, abre el preservativo y se lo pone con destreza, luego se sube a la cama y se arrodilla detrás de mí, apoya su mano derecha en mi cadera y con la otra acomoda su verga en la entrada de mi sexo.
-¿Estas lista? –Me pregunta antes de comenzar.
-Espera –Le digo y noto que aún tengo puesto mi brasier blanco, asique me lo saco y lo lanzo fuera de la cama –Ahora sí, estoy lista.
Me la mete de un solo envión hasta la mitad, con sus manos me aprieta la cintura, se queda ahí un momento luego con cuidado empieza a bombearme, comienza un delicioso mete y saca, sé que le cuesta trabajo por lo apretada que estoy por dentro. Siento el latex algo frio al principio pero luego empieza a tomar temperatura con la fricción, primero suspiro con la nariz, luego a medida que mi padre aumenta la profundidad mi boca se va abriendo cada vez más.
-Ahh ahh aahhh aahhh aaaahhhh aaaaahhhhhh así así.
Desde atrás me quita la liga de mi cabello y me lo deja suelto, comienzo a escuchar mis gemidos, no me puedo controlar, siento a mi papito dentro de mí y cada vez lo quiero tener más adentro. Me comienza a follar cada vez con más fuerza, el dolor se vuelve a transformar en placer, mi cabello se comienza a sacudir, lo escucho a mi padre suspirando igual que yo, me encanta como me lo hace.
-Aahhhh ayyyy ayy siiii siiii aha ha ahhh ahhh ahhh ahh ahhh ahh.
Por momentos perdemos el ritmo porque yo también me muevo hacia atrás para que su verga me entre, pero él de nuevo me acomoda para que solamente él se encargue de sacudirme, y así lo hace, haciéndome gozar a los 14 años como ninguna mujer goza en toda su vida, continuamos así como por diez minutos, luego cambiamos de posición, y seguimos con nuestra fogosa follada. Nuestros cuerpos no se despegaban ni por un segundo, después una nueva posición más, me tocaba a mí estar arriba, sentada sobre su verga y me empecé a mover con calentura, me corría el pelo hacia atrás y le manoseaba el pecho y los abdominales.
Lo cabalgaba con toda pasión, mis pechos y mi cabello se sacudían mientras yo brincaba sobre su polla, los resortes del colchón nos facilitaban el trabajo, yo hondeaba mi cintura al compás de la follada apoyando mis manos en su abdomen, luego él al ver mis tetitas redondas rebotando sin parar sube sus manos y me los manosea deliciosamente. Con sus pulgares juega con la punta de mis pezones marroncitos, yo miro hacia el techo y cierro los ojos disfrutando de lo que tengo dentro de la concha, padre e hija completamente desnudos cabalgando sin parar y golpeando el borde de la cama contra la pared.
-Papi ahh ahh papi ahh ahh papi.
-ahhh ahh ahhhh ahhh ahhhh que ahhh ahh que pasa ahh aha no te gusta??
-ahhh ahhh te amo ahhh ahhh ahhhhhh aaaaahh ahhhhh te amo papi.
-Aaaahhh ahhha yo también te amo Karen ahhh ahh ahhh ahh ahh te amo mi amorrrr.
Después de decirme eso me perfora a máxima velocidad, Todo mi cuerpo se sacude con fuerza, la cama comienza a temblar con nuestra pasión, él me toma fuertemente de las caderas y me clava su vergota lo más adentro posible.
-Aaahhh aaahhh aaahhh aaahhh aaahhh aaaaaaaaahhhhhhhh ssiiiiiiiiiiiiiii papi siiiiiiii que ricooooooooo.
Él me saca su verga por completo y luego me empuja hacia un costado dejándome boca arriba. Quedo exhausta con los ojos cerrados, escucho el sonido de una goma estirándose y luego siento chorros de algo caliente cayendo sobre mi cuerpo, sin abrir los ojos me doy cuenta de lo que es, mi panza y mis pechos se bañan de lechita tibia, la mayoría de su semen cae sobre mí, el resto cae sobre las sábanas, mientras mi padre lentamente se termina de exprimir las últimas gotas. Unos segundos después, me masajeo y lubrico mis pechitos con la cremita de mi padre.
Después de eso nos recostamos juntos, completamente exhaustos, ambos estábamos transpirados y despeinados, cuando por fin pudimos recuperar la respiración volvimos a hablar. Nos abrazamos y quedamos cara a cara, yo le di un pequeño besito de agradecimiento.
Me preguntó qué me pareció, y yo le dije lo mucho que lo disfruté, luego le expliqué lo que pasó con Marcela y que no pude despertarla, y me dijo que ya no importaba, yo estaba súper feliz y súper agradecida, le volví a decir que lo amaba y él me respondió lo mismo, decía que me amaba y deseaba con el alma. Nos quedamos en silencio mirándonos a los ojos, yo me moría de amor y ternura, le di un pequeño besito, luego él me dio otro, y nos volvimos a besar por un largo rato, luego la temperatura iba subiendo de nuevo y comenzaron los manoseos, una cosa llevó a la otra y volvimos a hacer el amor, ésta vez más pasional y menos salvaje, fue la mejor noche de mis 14 años de vida.
Al día siguiente, sonó el despertador a las 7:00 de la mañana, mi padre me despertó y me dijo que me apresurara a vestirme, aún era temprano para que mis amigas se despertaran, pero aún así debía estar en mi carpa lo antes posible, me vestí, nos dimos un beso de despedida y me fui en silencio hacia mi carpa. Mi padre debe preparar varias cosas ya que hoy también será un día especial, tendremos nuevos acompañantes, así estaba planeado antes de que iniciáramos este viaje, ellos dijeron que se unirían a nosotros el domingo a la mañana y así va a ser.
Mi madrastra Mónica y mi hermano Ezequiel de 16 años llegarán hoy a la cabaña. Mi padre, mis cuatro amigas y yo los estaremos esperando.
Continuara…
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