Mi padre, yo y esa charla // Los dotes de papa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por frannsalazaress.
Era verano y mi madre se había ido de viaje con sus amigas eso quería decir que mi padre y yo nos quedábamos solos, nuestra relación no es muy abierta el uno hacia el otro pero aun así es muy buena.
Me acababa de levantar, después del mediodía, mi padre ya había almorzado, solo, el dejaba la comida para que yo la recalentara mientras el tomaba una siesta.
Camine hasta la cocina y me tope con un plato de arroz, odio el arroz y no me había levantado con apetito de algo salado sino de algo mas bien dulce.
A unas cuadras de mi casa hay un almacén así que pensé en ir a comprar algo.
Me puse unas zapatillas y unos joggings, lo único que me faltaba era el dinero.
Subí hasta el cuarto de mi padre y abrí la puerta, el estaba ahí, dormido, mi padre es un hombre de 47 años muy bien para su edad, con un buen fisico y velludo.
El solo llevaba unos boxers dejando así ver sus piernas, pecho y parte de su peludo pubis.
-¿Pa? ¿estas despierto?- pregunte sacudiéndolo.
luego de varios quejidos logro incorporarse un poco.
-¿Me prestas dinero? iré a comprar algo y tal vez pase por la casa de Alex.
–
-Ehhh.
si.
– Aun dormido tomo su billetera y saco un par de billetes, seguido de eso los tome.
.
La calle se veía muy solitaria hoy, todo el mundo probablemente debe estar divirtiéndose, menos yo.
-Hola, buen día.
– dije entrando al almacén.
-¿Que tal Cris? ¿Que buscas?- pregunto Rafael, el dueño del lugar.
-Mmm.
un Helado por favor.
-Aquí esta seria 1 dolar.
Me dirija a la casa de Alex, un amigo de toda la vida, ambos tenemos 15 años y nos la pasamos muy bien a pesar de que siempre peleamos por tonteras pero supongo que a propósito.
.
Luego de pasar y darme cuenta de que no esta camine hasta mi casa de nuevo.
-¡Llegue!- grite esperando que mi padre ya se haya levantado.
camine hasta el baño y no estaba ahí, subí las escaleras y antes de entrar a su cuarto escuche un gemido, siempre e tenido una inmensa curiosidad hacia como es el tamaño del pene de mi padre, siempre quise saber si es igual al mio.
Pense que esta seria la oportunidad para averiguarlo.
Probablemente detrás de esa puerta mi papa este masturbándose, el suele hacerlo cuando no estoy en casa por la noche, siempre deja una toalla d papel debajo de la cama con su semen.
Puse mi oreja en la puerta para escuchar esos gloriosos y sutiles gemidos, mi pene iba creciendo en mis pantalones sin control, involuntariamente mi mano se introdujo en mis pantalones y empece a masajear mi glande cubierto por mi prepucio.
Los ruidos cesaron, era señal de que el había terminado.
Pude oír como se colocaba sus pantuflas, el se dirigía hacia la puerta así que corrí a esconderme lo mas rápido que pude.
Una vez fuera camino hasta el baño en sus boxers verde oscuro con una pequeña gota de semen u orina sea cual sea excitante.
No pude resistirme y entre a su habitación en busca del tesoro, esa toalla de papel con el semen de un alfa, di unos pasos largos y suaves hasta llegar a su cama examine cada rincón hasta encontrarla.
La tome en mis manos, estaba húmeda, empece a desdoblara, a medida que lo hacia el olor inundaba mi olfato, una gran cantidad de semen esparcida por la toalla de papel, La acerque a mi boca y pase mi lengua imaginado que es el peludo pecho de mi padre.
A estas alturas debajo de mis pantalones había un mar de liquido pre seminal, baje mis pantalones un poco y trate de masturbarme, ese momento hubiese sido glorioso si no hubiese sido por que la puerta del baño se abrió, mi padre estaba saliendo.
Entre en pánico, doble la toalla de papel impregnando mis manos con el semen que rebalso de ella, subí mis pantalones y trate de salir pero ya era tarde mi padre estaba a punto de entrar.
-¿Cris? ¿que buscas?- pregunto mi padre parado al lado de la puerta.
Mi mente estaba en blanco y aun que tenga una excusa nos seria capaz de decirla estaba estupefacto.
Sus ojos exigían una respuesta, estaba asustado así que empece a mirar con los ojos al rededor de mi.
-Mmmm.
Buscaba.
el.
control de la televisión, el mio no tiene baterías.
– dije tartamudeando.
-Ah bien.
– Respondió mi padre, el dio unos pasos y me miro, pude notar que se fijo en mi erección, que era obvia.
La vergüenza que sentía en ese momento era inexplicable solo quería salir de ese cuarto, baje la cabeza y camine apurado hacia la puerta, estaba a punto de salir y recordé que tenia la toalla de papel en mis manos, la guarde en mi bolsillo y trate de irme.
-Cris.
ven- Ordeno mi padre a mis espaldas.
Por un momento mi corazón dejo de latir, di la vuelta y lo vi parado con la puerta abierta.
-¿Puedes pasar?
Sin cuestionarlo ni pensar nada entre ta como el ordeno.
-¿Estas bien hijo?- pregunto mi padre sentándose a los pies de la cama.
-Toma asiento- dijo dando palmaditas al colchón
-Si, estoy bien papa.
– respondí sentándome.
-Cris, cuando yo tenia tu edad nadie me hablo acerca de estos temas.
–
-Pa no empieces.
– dije interrumpido su charla de siempre.
-.
No, escúchame, me toco vivirlo y experimentarlo por mi mismo, tu cuerpo esta pasando por cambios, estas creciendo y es normal, no tienes por que avergonzarte.
Tal vez todo te excita y no sepas que hacer pero quiero que sepas que es normal, yo también lo hago y es parte de la naturaleza.
Estaba tan avergonzado, no podía mirar a mi padre a los ojos, de seguro se dio cuenta.
-Afeitarse, tener sexo, masturbarse, dormir, comer, envejecer.
Sus manos lentamente se dirigieron a su entre pierna, empezó a darse pequeños toques en su bulto, no sabia que pensar, mi pene de a poco empezó a latir y a acalorarse al igual que mi cuerpo.
-Nadie me explico como masturbarme, lo aprendí yo solo, son cosas normales de la vida, y creo que es mi responsabilidad estar a tu lado en este periodo de crecimiento para ayudarte con tus dudas.
Cada vez iba incrementando la intensidad con la que se tocaba, al cabo de unos segundos saco parte de su pene por el costado de los bóxer sueltos.
-No temas, no sucederá nada solo te enseñare.
Mientras el se manoseaba por mi cabeza pasaban tantas cosas, siempre quise esto y fue así de fácil, no lograba caer en cuenta.
El me miraba esperando que le siguiera el juego, no me resistí y empece a tocar mi bulto.
-Así es, muy bien.
– dijo mi padre alentándome.
Pude notar como su miembro de apoco iba sobresaliendo mas y mas cobrando mayor dimensión y grosor.
Mi padre se recostó sobre la cama y siguió con su labor, yo gire un poco y trate de observarlo, sin ser muy obvio.
-Sígueme, pongámonos cómodos- propuso haciéndose mas para atrás.
Ambos estábamos casi contra el respaldar, mi papa levanto su culo para quitarse sus boxers y casi como instinto gire para ver ese pedazo de carne, grueso largo sin circuncidar y velluda, tal cual el mio.
-¡Vamos!- exclamo mi padre poniendo una mano en mi pierna.
Decidido baje mis pantalones y de entre ellos salio mi pene erecto y lleno de liquido pre seminal.
– De tal palo tal astilla-Murmuró
Una pequeña risa salio de mi.
Mi padre ya estaba en pleno acto, su pene estaba erecto y el jugaba con su glande recubierto mientras con su otra mano trabajaba sus peludos huevos del doble del tamaño que los míos.
Empece a masturbarme como lo hago normalmente, subiendo y bajando.
-No, no ¿Que haces?- Pegunto mi padre mirando lo que hacia.
-Me.
me.
estoy masturbando.
-Lo haces muy rápido, así acabaras en un segundo, resiste.
-dijo.
-deja que te enseñe.
Me sorprendí al ver como con su mano rodeaba mi pene y empezaba a jugar, esas manos tan habilidosas y seguras de lo que hacían, sabia como jugar con la intensidad y todos los puntos excitantes que hay en mi cuerpo.
-Puedes jugar con tus pezones o con tus huevos mientras te pajeas.
– Dijo tomando mi mano y acercándola a su cuerpo.
Por primera vez en mi vida iba a tocar los geniales de mi padre, erecto era un poco mas grueso que el mio pero de largo casi igual.
Pose mi mano en sus cálidos huevos y empece a jugar con ellos como si fuesen platinista, eran tan velludos y grandes, eran como un sueño, su mano libre empezó a recorre mi muslo hasta llegar a mis huevos.
-¡Así!-exclamo enseñándome como se hace, lo hacia tan bien que me fue imposible no retorcerme del placer.
Su mano siguió su camino mientras yo imitaba lo que el hizo, paso por mis abdominales hasta llegar a mis pezones donde de un pellizco logro sacarme un gemido.
Con mi mano subí por su peludo cuerpo hasta toparme con un gran pezón,lo gire, lo pellizque y lo jale, era tan satisfactorio, mientras el dominaba mi pene como si fuese suyo sacando mi máximo placer
-Creo.
me.
vendré.
– Exclamé entrecortado por los gemidos de placer que ni yo lograba sacar de mi.
-Resiste.
– ordeno mi padre-
Hice lo que pude trate de contenerme presionando mis huevos hasta mi pecho pero no fue posible, un chorro seguido de otro inundo mi cara, pecho, cama y su mano.
-Muchacho.
– susurro juntando todo el semen posible y untándolo en su pene seguido de olfatearlo.
-Papa.
gracias.
-Bien hecho campeón ¿me ayudas?
El pene de mi padre lleno de semen lucia como el paraíso mientras el jugaba con sus huevos trate de introducirlo en mi boca pro el paro mi cabeza justo antes de que lo hiciera.
-Hoy no.
–
Me desalenté un poco pero ya había sido suficiente con eso.
Sus manos encoraron su miembro viril y empezaron a masturbarlo haciendo ruidos placenteros gracias a mi semen, mientras admiraba su dotes para pajearse el empezó a retorcerse y a gemir, unas gotas de semen salieron disparadas de su pene y cayeron en su estomago peludo.
Mi padre cada vez gemía mas, se paro de rodillas y se coloco enésima de mis piernas, tomo mi pene junto al suyo y siguió masturbandolos, en unos segundos mi pene, estomago y parte de mi cara estaban repletos de su semen mezclado con el mio.
Agotado se lanzo a un lado y dio un gran suspiro.
-¡Mierda!- exclamó.
Pasaron unos minutos llenos de silencio y se paro para limpiar lo que habíamos hecho.
Luego de un segundo regreso con unas toallas y me las lanzo para que me limpiara.
-Esto sera un secreto ¿bien?- aclaro mi padre.
-Si.
de.
seguro, un secreto.
– dije limpiándome con lo que el me dio.
Ese día ambos actuamos como si nada hubiese sucedido pero no puedo quitar la imagen del pene de mi padre o de como me pajeo hasta correrme o de como uso mi leche para lubricarse.
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