Mi papá, sus dedos, mi primer orgasmo inducido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por lilianababko.
Esa noche mamá tenía guardia nocturna en el hospital, así que cenamos temprano y ella sin terminar su comida se levanta de la mesa y despidiéndose rápidamente parte a su trabajo.
Papá mi hermano y yo recogemos la mesa y nos vamos a ver tele, mi hermano echado en la alfombra y yo echada en el sofá con papá a mis espaldas abrazándome; sentía su respiración en mi cuello erizando mi piel varias veces, cuando comenzó a acariciarme las piernas y el vientre supe hacia dónde quería llegar.
Su mano entra por debajo de mi blusa, busco detenerlo y me susurra al oído: shhhh, déjame hacer lo que te vi haciendo en tu cuarto esta mañana…
La sorpresa de saber que papá sabía mi secreto me deja inmóvil y cuando siento el calor de su mano sobre mis pechos, mis pezones se endurecen por sus suaves pellizcos.
No sabía qué hacer, confundida y nerviosa siento la mano moverse hacia mi vientre, entra debajo de mi short y lo detengo con mi mano; vuelve a susurrarme:
– Relájate cariño, si te portas bien no le comentaré a mamá lo que haces todas las mañanas, será nuestro secreto.
Si no me dejas tendré que delatarte y sabes que mamá es muy religiosa, imagina lo furiosa que se pondría al enterarse; no son cosas de una nena de 10 años-
Vencida por tal chantaje me dejo tocar, reposa la palma de su mano sobre mi cosita y con los dedos fricciona subiendo y bajando.
A pesar que se interponía mis calzones aquella fricción me hacía sentir intensamente; papá me hala hacia él y siento en mis nalgas algo duro.
Con sutil ritmo de caderas frotándose contra mis nalgas, sus dedos sobre mi cosita y besándome el cuello susurra: ummm que rico nena, estás mojada; sigue frotando mi ya empapado calzón y apenas tuvo tiempo de sacar su mano cuando mi hermano se levanta y nos pregunta si queremos algo de la cocina.
Volteo y le reclamo que nos pueden ver, papá toma la manta que siempre está sobre el sofá y nos arropa con ella, mi hermano vuelve a la alfombra sin imaginar lo que ocurría a sus espaldas.
Con cierta dificultad papá baja mi short y calzón hasta las rodillas, siento que se mueve mucho y lamiendo su mano, al mismo tiempo la lleva a mi cosita y vuelve a apretarme hacia él, pero esta vez su pene directo en mi trasero.
Sin darme cuenta me había unido al suave movimiento de caderas, frotaba su duro pene en el medio de mis nalgas y sus dedos giraban frenéticamente en mi vagina; ambos respirábamos agitados, la sensación que me causaba sus dedos me llevaron a tal nivel, que debí tapar mi boca con una mano para ahogar mi gemido al sentir todo mi cuerpo estremecerse.
Sentí perder la conciencia por unos segundos y al reaccionar siento algo húmedo y pegajoso sobre mi espalda y nalgas; papá me había llenado toda con una viscosa y abundante crema blanca.
Disimuladamente usa la manta para limpiarme, sube mis shorts y me abraza para seguir viendo la película que ya estaba finalizando; mi hermano se levanta y de reojo pude notar que tenía una erección, nos mira agitado y en tono de reclamo nos dice: si no quieren que mamá se entere, para la próxima yo quiero estar en el sofá.
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