Mi pequeña cuñada
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por aslex.
A las pocas semanas que nos casamos, la madre de mi esposa murió. Fue una pena porque la señora era muy agradable en todos sentidos conmigo. Su otra hija menor no quería irse con nadie más que con nosotros. Yo no sabía eso, sino hasta que mi esposa me lo comentó muy afligida: "ya sabes que la quiero mucho, no te preocupes, que se venga con nosotros, la cuidaremos como a una hija"
En ese tiempo tenía 13 años y la conozco desde que tenía 9 ya que desde entonces ya era amigo y después novio de mi esposa, -¿de verdad no te molesta?
Mi pequeña Lourdes, agradecida pensaba yo, se volvió mucho más cariñosa conmigo, me esperaba con ansia cuando regresaba del trabajo -te hice de cenar Chago, me decía con los ojos luminosos. Luego se acostaba a mi lado en mi cama a ver televisión para descansar la cena. A veces recargaba su cabeza en mi hombro y se quedaba dormida.
Mi esposa entraba a la recamara y nos veía y se sonreía complacida -no la despiertes, vente vamos a la recamara de ella.
Me levantaba con cuidado y nos íbamos mirándola con ternura.
Era nuestra hija cariñosa y obediente; aplicada en la escuela y muy seriecita y educada con todo mundo. Ese panorama comenzó a cambiar una tarde que llegué, era jueves y ese día y el viernes yo llegaba un poco más temprano y mi esposa hasta las 12 de la noche ya que su rol en el hospital así lo dicta, ella es enfermera. Eran como las 5 y yo no tenía hambre todavía, Lourdes me recibió como siempre: abrazo, beso en la mejilla y la invitación a cenar -deja me baño, le dije -y voy a revisar unos documentos, como a las 7 ¿qué te parece?
-Sí, dijo, -mientras termino la tarea.
Me duché y entre mis pensamientos se escurrió el recuerdo de su perfume "se está poniendo muy hermosa" me dije, "muy bonita" y sentí una ligera erección acompañada de una pulsación en mi pene. "deja eso" pensé "es como tu hija, además la quiero mucho, sí, no la dañaría nunca"
"Pero ella te mira de una forma…"
"Nada, así es ella, cariñosa sin morbo"
"Cuestión de que le beses la mejilla y dejes tus labios un rato, solo para ver cómo reacciona"
"No mames, estas pendejo"
"Una vez, nada pierdes"
"¡No! si nota algo extraño me odiará y me temerá por siempre"
"No te pongas nervioso, has como si fuera natural, un beso inocente…"
Mi pene se puso más duro, sacudí mi cabeza para alejar los malos pensamientos; me vestí con ropa ligera y me metí a mi cuarto a revisar mi portátil.
Me pasó el tiempo volando, Lourdes entró -¿todavía no tienes hambre?
-Sí, ya, le dije al tiempo que mis tripas comenzaron a rugir por vez primera esa tarde -ahora que me lo recuerdas me dio hambre
-Tonto ¿qué haces? Se acercó a mirar sobre mi hombro, uno de sus pezones puntiagudos y duros rosaba mi espalda ligeramente
-Tengo que llenar estos documentos y luego enviarlos
-¿Vas a tardar mucho?
-No, media hora a lo mucho, ve a cenar si quieres
-No, te preguntaba para estar aquí contigo ¿si?
-Claro, pero te vas a aburrir
No contestó, puso sus brazos alrededor de mi cuello y apoyó su mentón en mi cabeza. Su perfume aun era muy perceptible, y sus dos pechos revoloteaban en mi nuca "se puso perfume para ti, nunca se pone ¿y ya viste sus labios? además parece que se arregló el pelo"
"Está entrando en la adolescencia, seguro ya le atrae arreglarse más que antes"
"¿Para qué? nunca sale, siempre te está esperando, y además siente, siente sus pechos como se te pegan, está caliente…"
-Andas muy bonita, cuéntame, ¿tienes ya novio?
-No, ¿no quieres que me pinte?
-Tú sabes, si te gusta
-¿A ti te gusta?
-¿Qué, pintarme? no
Se rió, apenas si escuché su risa, pero el sonido me pareció me pareció seductor, y apoyó su cuerpo un poco más en mi "¿ves? te esta seduciendo, quiere, quiere…"
Ya mi sentido común se estaba rezagando un poco "me ve como a un padre, soy una de las dos personas en que más confía"
"Pero a lo mejor te ve como a un hombre, uno en que puede confiar para hacer realidad sus fantasías de puberta. Te admira, lo has visto en sus ojos, te ama, te desea; siente su respiración, esta excitada"
-Ya, listo, vamos a cenar, me levanté casi de improviso, ella se hizo a un lado pero no se alejó mucho, me miraba fijamente a los ojos con esa seriedad y casi imperceptible sensualidad que solo las mujeres pueden concebir. -Ya estas casi de mi altura, no me había dado cuenta. Ella solo se sonrió y desvió la vista, parecía una adulta también en sus gestos y actitudes, tampoco me había dado cuenta de eso. -Vamos, dijo girando su cuerpo y caminando hacia la puerta.
"Bueno, quizá sí me coquetea un poco, pero es parte de su aprendizaje, juega a eso para luego hacerlo con otros"
"¿Jugar a seducirte? que idioteces dices, ninguna mujer practica seducción con su cuñado"
"Tú qué sabes, las mujeres juegan a la seducción incluso con sus padres, les sirve de práctica y les gusta hacerlo"
"Les excita"
"Si, es posible, pero eso no quiere decir que quieran sexo, es un juego simplemente"
Gané, me dije, ya nada de pensamientos estúpidos de aquí en delante.
Cenamos platicando de tonterías, lavamos los platos y luego preparamos algo para cuándo llegará mi esposa. -Me voy a acostar, a ver si me despierto cuando llegue tu hermana.
-Si, dijo simplemente. A dormir, pensé feliz, me gusta mucho dormir. Pero prendí la tele, "a ver que hay" Lourdes no tardó en aparecer, se quedó en la puerta los momentos suficientes como para llamar mi atención. -¿te vas a dormir ya?
-No. Entró caminando con lentitud nada habitual en ella, además nunca me preguntaba nada, simplemente corría hacia la cama y se echaba encima acomodándose de inmediato a mi lado. Esta vez se sentó y se fue acomodando sin prisa, luego acomodó su cabeza en mi pecho pero sus manos las puso entre sus rodillas luego de enroscarse; eso tampoco era lo habitual, siempre se acostaba sin cuidar la posición, con las piernas abiertas e incluso una encima de las mías.
Algo había cambiado en ella de la noche a la mañana, algo que me era imposible entender. No me preocupa, solo me causaba curiosidad, "ya está volviéndose adulta, ya no quiere ser la niña despreocupada"
"Su mente está llena de deseo, por eso se cohíbe"
"Si se cohibiera no hubiera venido"
"Porque quiere sexo, huélela más allá del perfume, huele su deseo"
"¡ay, no mames! <Huele su deseo> que estupidez"
"Huele a sexo, está nerviosa, no sabe qué hacer, lo que sí sabe es que si acerca más ya no podrá controlarse"
Le puse la mano en su hombro y le pregunté que qué quería ver, ella elevó su rostro y me miró sonriendo con cierta timidez "ves, está nerviosa, ¡bésala, bésala!"
-Lo que quieras
-Ten, busca algo, le di el control y me acosté de lado, hacia ella y puse mi brazo alrededor de su cuerpo para que mis manos se juntaran en su hombro; mi barbilla por encima de su frente y cerré los ojos "que sea lo que vaya a suceder"
Ella se quedó estática, luego comenzó a cambiarle a la tele casi sin mover el cuerpo, solo su brazo. -¿te vas a dormir?
-No, quiero cerrar los ojos un ratito. Sentí que soltó el control sobre la cama, a un lado de ella, luego su brazo se posó en mi costado y se quedó así, su cabeza gacha bajo mi barbilla. -¿tu tienes sueño?
-No, dijo aprensiva, y luego sus rostro elevándose y poniéndose a la altura del mío, su boca suave y húmeda besando ligeramente la mía. No abrí los ojos, simplemente me dejé besar. Se detuvo casi instantáneamente pero luego volvió a la carga aunque ahora ya sin freno alguno.
Su boca me absorbía casi salvajemente, sus dientes chocaban con los míos y sus manos acariciaban mi cuerpo con igual frenesí -Te amo Santiago, decía entre suspiros "te dije" sonó en mi cabeza.
Mis manos se movieron sobre su cuerpo, sentí sus redondeces de casi niña, ya de casi mujer. De su boca el aire salía a bocanas y gemía, gemía con tanta pasión que mi cuerpo se estremecía "es una niña"
"Es una niña que te ama y te desea, no puedes resistirte"
Entre los dos desabrochamos sus jeans, su blusa de botones y después su brasier. Sus pechos se mostraron plenos y sus pezones erectos apuntaban desafiantes a mi rostro "chupa"
Hice caso, me compi esos pechos de miel y ella se ahogaba de la pasión, me apretaba el rostro contra ella y gemía. Luego puso sus manos en mi espalda y comenzó a tirar de mí, -súbete, dijo y entendí, me puse encima de ella
-Eres virgen ¿verdad?
-Si, dijo ella mirándome con desconcierto
-Espera, me levanté y fui a la ducha, -¿qué haces?
-Espera, tomé una toalla y cuando regresé la puse bajo sus nalgas, -para que tu hermana…, ella entendió; comenzamos a besarnos de nuevo mientras mi mano buscaba ya dirigir mi verga a su vagina.
La encontré y la penetré lentamente. Suspiró con fuerza, como si le estuviera apuñalando -¿te duele mucho?
-No. Sentí cuando su himen cedía, sentí cuando mi pene ampliaba su interior y cuando los espasmos lo aprisionaban con gran fuerza.
-Aaaahhh, su primer orgasmo, no sé si haya sido el primero de su vida, pero sí el primero mientras era penetrada y eso me conmocionó, seguí bombeando hasta que luego de unos minutos me vine dentro de ella.
Me aprisionaba la cabeza, me dirigía el rostro hacia sus pechos, se retorcía…
Luego de calmarnos un poco, los dos boca arriba le dije que había que vestirnos, no fuera a ser que su hermana llegará temprano, y cuando se levantó vimos la pequeña mancha de sangre. Quité la toalla con temor y apenas pude distinguir un minúsculo punto rosado – mañana lavas la sábana ¿si?
-Ella asintió
Aquí otro relato mío de una cuñada deliciosa
http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-15353.html
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