Mi pequeña sobrina Lucia
hola, no les diré mi nombre, pero les puedo decir que tengo 45 años, mido un metro ochenta, mi cuerpo es robusto y soy morocho. .
hola, no les diré mi nombre, pero les puedo decir que tengo 45 años, mido un metro ochenta, mi cuerpo es robusto y soy morocho.
todo comenzó en navidad, ese día nos juntamos todos, porque mi sobrina venía a visitarnos después de cinco años, los mismos que tenía su hija, Lucía.
esa mañana me levanté cerca de las ocho, porque en cualquier momento empezarían a llegar mis familiares.
desayuné, leí el diario y vi un poco de televisión mientras los esperaba.
cerca de las diez de la mañana llegó uno de mis hermanos y su familia, que está compuesta por su esposa y sus dos niñas de nueve y once años, niñas muy bellas, con sonrisas tiernas y cuerpos delgados.
eh, Herique ¿como estás? – le pregunté contento de verlo.
bien ¿y vos? – me respondió sonriendo.
¿muy bien! – exclamé sonriendo.
hola, tío, exclamaron las niñas mientras corrían a abrazarme.
hola, pequeñas ¿cómo están?
muy bien tío, respondieron sonriendo,
luego me saludó su esposa, muy agradable como siempre.
¿y ya llegaron los demás? – preguntó Carla la esposa de mi hermano.
No, aún no – respondí y justo apareció José con su familia.
eh, José, grité mientras iba hasta su camioneta.
¿cómo estás, hermano? me preguntó mientras él y su esposa bajaban.
muy bien ¿y ustedes?
muy bien, contentos por tener a nuestra hija de nuevo con nosotros, respondió Mari.
si, pero en dos semanas me voy de nuevo, aclaró sonriendo mientras bajaba del vehículo.
eh, Sofía, tanto tiempo, le dije a mi sobrina mientras la abrazaba.
eh, tío ¿cómo has estado? me preguntó mientras me abrazaba fuerte.
¿y tu nena? – le pregunté sonriendo.
Luci, vení saludá al tío, dijo Sofía mirando hacia el interior de la camioneta y entonces bajó, era una nena de cabellos claros con labios gruesos y facciones hermosas.
hola, hermosa, la saludé sonriendo ¿Cómo estas?
bien tío, me respondió tímida y entonces la abracé, era muy tierna.
luego de que se pusieron cómodos, comenzamos a recordar el pasado mientras decidíamos que almorzar.
Yo mientras ellos conversaban, no dejaba de mirar a Lucia, obvio, lo hacía sin que se dieran cuenta.
la pequeña llevaba puesto un vestido azul oscuro hasta las rodillas. sus piernas eran gruesas, parejas y muy lindas y tenía una pequeña barriga, la verdad que desde mi punto de vista, estaba muy buena y me excitaba. Así que traté de acercarme poco a poco a ella. comencé por acerle caricias en las mejillas y haciendole bromas, para que ella me agarre confianza y después de varios minutos noté que mis juegos daban resultado porque ahora ella era la que me hacía bromas, y al darme cuenta de que todo marchaba bien, le dije a mi familia que saldría a tomar aire y ella me siguió, ambos nos sentamos en una banca que tenía en mi jardín.
Ya solos los dos, la miré detenidamente, sus piernas me volvían loco, y sus nalgas estaban tan paradas y redondas que me la ponían dura y yo torpemente intentaba ocultar mi erección y creo que ella no se daba cuenta de eso, entonces seguí con mi plan hasta que estuvo el almuerzo.
almorzamos entre risas y anécdotas y de pronto José se acordó de una playa que hay cerca de casa, que siempre suele estar vacía y entonces a todos se les ocurrió que fueramos allá.
Cerca de las cuatro de la tarde emprendimos el viaje hacía la playa.
luego de unos quince minutos llegamos, para mis sobrinas ver el agua fue como un mensaje subliminal que les decía, «vengan metansé». Así que no más llegaron a la orilla se comenzaron a quitar la ropa quedando solo en un bikini que las hacía ver muy sexy, pero traté de resistir la excitación para que no se me enderezara el amigo.
al ver a las otras niñas también se le ocurrió a Lucía entrar al agua, pero no llevaba bikini, así que su mamá la despojó de su vestido dejando a la vista ese cuerpo que oculto tanto me excitaba, la miré detenidamente, además le tomé fotos disimuladamente, disfrutando de esa figura tan excitante.
no se porque, pero al ver sus piernas, sentí la necesidad de lamer y chupar su vagina y su trasero.
Entre mi imaginación y ver a Lucía en ropa interior despertaron mi polla, razón por la cual decidí alejarme un poco, con el pretexto de dar una vuelta.
Caminé varios metros hasta llegar a una zona cubierta de arboles, cuando creí que nadie me vería, saqué mi pene del short, estaba como una piedra asi que comencé a darme placer mirando las fotos de Lucía, su cuerpo era tan delicioso para mi que estaba seguro que no aguantaría por más tiempo, así que cerré mis ojos recordandola en ropa interior.
¿Qué haces? dijo una dulce voz.
y yo me asusté tratando de esconder mi pene.
nada, hija ¿Qué haces acá? pregunté cuando vi que era Lucía.
solo quería estar contigo, así que te seguí.
oye y que te pasó ahí que se ve grande.
e es que me picó un bicho y m me vine acá a sacarle el veneno.
¿de verdad? ¿y te duele?
Un poco – le respondí.
puedo ver – me pidió sin dejar de ver mi bulto.
e e eh, s sí – dije mientras sacaba mi pene de su escondite.
¡uy! – exclamó tapandosé la boca y luego agrego – ¿puedo tocar?
s s sí – respondí tartamudenado.
wow está largo y duro.
entonces se me metió el diablo.
si, le tengo que sacar el veneno para no enfermarme y para que vuelva a su estado normal
¿y yo te puedo ayudar?
si, claro hija, le dije, su pregunta me la puso aún más dura.
¿Qué hago? me preguntó.
mete mi pene en tu boca, le dije
¿qué?
si, pequeña, si quieres ayudarme has lo que te digo.
ella dudó un momento, pero al final accedió.
ahora tomaré tu cabeza y la moveré tu debes chupar y pasarle la lengua como si fuera un helado.
ella solo me miraba mientras yo metía y sacaba mi pene de su boca.
¡ayyyy, mi amor, que rico! exclamaba mientras me enloquecía de placer lo que sucedía, luego de cinco minutos, mi luche comenzó a salir,
aaayyy sii, que rico, decía mientras me retorcía de placer, por favor, tragalo, bebé, le dije mientras ella hacía arcadas, por favor, le insisté y entonces ella lo hizo.
luego de terminar, mi pene poco a poco comenzó a ablandarse.
gracias, bebé, le dije a Lucía, que me miró un poco preocupada.
¿Ya estás bien? – preguntó.
si, mi amor, pero no le digas a nadie porque podrían enojarse con nosotros y tendríamos problemas.
bueno – respondió ella sonriendo.
ahora vamos con los demás, le dije tomando su mano y llevandola.
¡hija te fuiste con la ropa mojada! exclamó su mamá cuando llegamos.
vení que te seco un poco y entoces posé mis ojos en Lucía, que poco a poco la iban dejando como dios la trajo al mundo, lo que más me sorprendió fue cuando le quitaron las bragas, su trasero parado y redondito, su vaginita abultada, eran hermosos, me volvieron a excitar, pero ahora solo me aguanté para masturbarme en la soledad de mi cuarto, por suerte otra vez había tomado fotos.
y así lo hice, al llegar a casa corrí al baño de mi habitación con el pretexto de que algo me había caido mal y ahí me masturbé obserbando las fotos.
¿tío? escuché de pronto – era Lucía.
¿si, pequeña? – pregunté.
¿puedo dormir un poquito en tu cama?
si, hija, acuestate.
luego de diez minutos salí y ella dormía con su vestido puesto y lo tenía levantado y lo mejor de todo que no tenía interiores, así que despacito comencé a levantar su prenda y lentamente acaricié su rayita y su tajito, luego abrí sus cachetes y vi su oyito y pensé que si me lubricaba bien el pene mis 19 cm de largo y 6 de ancho podrían entrar.
entonces pensé «voy a salir a ver los demás porque sinó pueden venir y pillarme con las manos en la masa.
Cuando entré al comedor mi hermano, me dijo: «acá la gente quiere ir a caminar ¿Tú qué dices?»
estoy cansado, me quedo.
bueno, mejor, podés cuidar a Lucía, dijo mi hermano, nosotros vamos a volver dentro de un rato.
bueno, está bien, dije luego de pensarlo un rato.
esperé unos minutos a que se fueran y volví a entrar a la habitación para lamer y besar el cuerpo de Lucía ¿y saben qué? mi pene otra vez se puso duro.
luego de unos minutos Lucía comenzó a reir.
tío me haces cosquillas, me dijo tapando su penochita.
tranquila hija, por favor, mira que otra vez tengo veneno en mi pito y necesito sacarlo ¿Me ayudarás?
si, dijo mirando mi miembro ¿Me lo meto en la boca? preguntó
no hija necesito que me deje meterlo en tu colita.
y ella me miró y preguntó ¿en mi colita?
si hija ¿me dejaras?
no sé – respondió ella.
intentemos, por favor, no aguanto mas el veneno, le supliqué con cara de sufrimiento.
bueno, respondió luego de pensarlo un poco.
mira amor, acuestate boca abajo sobre esta almohada para que tu colita quede levantada.
bueno tío – me respondió.
mientras se acomodaba comencé a acariciar con mi pene su panochita de arriba abajo y al mirar descubrí que mi líquido preseminal me unía a cada esquina con un delgado hilo transparente.
justo antes de decirme que ya estaba lista echó su traserito un poco para atrás y un poco de la punta de mi pene entró a su vaginita arrancandome un suspiro, en ese momento sentí un impulso que me obligó a empujar un poquito más y fue entonces que ella soltó un ¡ay, tío! iba a empujar un poco con más fuerza, pero me detuve, me quedé inmóvil por unos segundo y luego
le dije: «ahora voy a ponerte cremita en el oyito de tu colita y te voy a meter mis dedos, tu dime si te duele» bueno tio – me respondió.
yo nuevamente deje mi pene apuntando a la entrada de su vaginita, por si se hacía para atrás entraría un poquito y no sería mi culpa.
le comencé a poner bastante vaselina y comencé por un dedo y me dijo que no le dolía, luego dos y tampoco y así sucesibamente y al último le metí mi polla y poco a poco comencé a meterla más profundo, y casí cuando tenía la mitad de mi polla adentro oí que se quejó.
tío, me duele un poquito.
bueno, ahora voy a meter hasta ahí mi pito y luego lo voy a sacar, lo voy a hacer varias veces así te acostumbras y además me sacas el veneno.
bueno tío.
y comencé el bombeo.
aaayyyy hijita, no sabés lo rico que te siento en mi pito, bebé.
ay, tio, ay, tío, ay tío, decía mientras metía y sacaba mi pene.
te sientes bien – le pregunté agitado.
si tío, pero me duele un poquito, ay, ay, ay, repetía.
ay mi amor, por favor, que rico, mi amor, mi pene se pone mas duro, ay, ay, ay, ay, aaaayyyyy dije cuando mi semen empezó a salir en borbotones.
aaayyy tío, me duele – dijo. entonces me dí cuenta que tenía toda la verga metido en su colita.
ay tio tengo tu pito en mi pansa, decía entre quejidos.
ahí la saco dije y agregué: que rico, mi amor, quiero que me saques siempre vos el veneno, eres muy hermosa y siento muy rico cuando te mento el pito.
esta fue el primero de muchos encuentros más.
Uffff que buena pajita acabo de iniciarme pensando en esa boquita llena de carne…
Yo tambien, excitante relato
Ricooooo!!!
Me antojó montón chuparle el picho bien chorreado y filmarlo que selo meta así rico en el culo hasta que la nena cague leche 💦
Un amigo pedo amaría llenarla. Qué riquísimo tu relato. Mil gracias por compartir!