Mi pequeña sobrina y yo (Parte 3)
Dos semanas después de poder tocar su piel desnuda en un juego de cosquillas, tocaba subir el nivel y terminar su primera clase con calor .
Después de aquella sesión de cosquillas bajo su vestido, Carmi comenzaba a querer jugar más en lugar de tomar su clase, cada vez que tocaba clase, se hacía la que no quería sólo para que le hiciera cosquillas y no era hasta que las cosquillas era directo sobre su piel, es decir, tenía que subir su falda, meter mis manos bajo su vestido o levantar su playera hasta casi dejar sus pequeños y apenas nacientes senos expuestos para hacerle cosquillas; qué aceptaba iniciar la clase que en la mayoría de las ocasiones, tomaba sobre mis piernas por voluntad propia, ya que le decía que se sentara bien en su silla y bajo cualquier excusa se levantaba y ponía sus pequeñas nalguitas justo sobre mi pene:
-Es que desde aquí veo mejor. Decía. -Así me puedes corregir luego luego si me equivoco. También usaba de pretexto el clima. -Hace mucho frío/me da calor mi silla.
Ahí fue cuando supe que estaba comenzando a captar su atención y curiosidad por el sexo, ya que al sentarse en mi pene, mientras escribía comenzaba a hacer pequeños movimientos, como queriendo empujar sus nalguitas más para sentir mi erección «punteandola». Incluso más de una vez tuve que pedirle unos minutos pues tenía que ir al baño a jalarmela para evitar mancharme a media clase.
Un viernes, sus papás me pidieron que le extendiera su clase a dos horas pues irían a buscar un producto a un centro comercial cercano, según ellos, que después me enteré fue excusa para ir a un hotel, pues como lo mencioné, con el tornado de Carmi no podían estar tranquilos ni para tener sexo. En fin, acepté de buena gana porque estaría más tiempo con mi flaquita.
Cuando llegué, recién salía de bañarse, usaba una blusa azul marino floreada con un tipo escote que llegaba lo suficiente abajo para dejarme ver el inicio de sus pechos en desarrollo, era ajustada en su silueta, de manga corta. Vestía un pantalón tipo mayon negro, ajustado perfectamente a su silueta, dejándome ver muy claro su calzón no por transparencia, sino porque era muy ajustado. Y bueno, empezó el ritual de siempre, no quería clase y tuve que iniciar las cosquillas para convencerla.
-Hoy no me vas a convencer, no habrá clase y ya dije!
-Ah siii?
Comencé a subir su playera como siempre, mientras ella estaba acostada con los brazos arriba, como dándome permiso de hacerle lo que yo quisiera
-Sip, no importa dónde me hagas cosquillas, hoy no habrá clase.
Dijo burlonamente.
-Ya veremos!
Y de una sola vez, subí si playera hasta el cuello, dejándome ver por primera vez sus pequeños pechos. Eran como de cualquier niña de 9 años, muy pequeños, apenas crecientes, dos bultitos más pequeños que una canica con pezones redonditos asomándose apenas, invitándome a lamerlos y chuparlos, pero quise empezar despacio.
-Y si te hago cosquillas… Así!!!?
Cosquillee sus costillas y su barriguita de forma muy rápida, para evitar que se riera mucho y creyera que podría aguantar más.
-Noo, no puedes hacerme cambiar de opinión!
Dijo riendo
-Tendré que subir el nivel
Empecé a hacer cosquillas usando mi boca, soplando en su pancita, de un lado, del otro y poquito a poco fui subiendo y subiendo hasta llegar a sus pechos… Comencé a pasar mis labios sobre sus pezones, primero rosando nada más y luego pasando una y dos veces mi lengua sobre ellos.
-Jajaja qué haces Adri?
-Dijiste que no importa dónde te haga cosquillas, no? Así que busco tu punto débil.
-me dan cosquillas pero no me rendiré
Entonces metí su pecho pequeño en mi boca y succioné un poquito mientras mi lengua pasaba por su pezón. Mi mano izquierda estaba ocupada «haciendo cosquillas» a su pezón izquierdo mientras que mi mano derecha que bajaba de su costado hasta sus piernas, jugaba a masajearlas con mi mano a modo de pinza desde su rodilla hasta su entre pierna, quedándome un tiempo particular en la parte de su muslo interno para poder sentir el calorcito de sus piernas y a la vez, rozar su entre pierna.
Carmi reía forzadamente, como queriendo obligarse a seguir el juego para que yo avanzara más, pues ya había agarrado mi cabeza y lejos de alejarla, me empujaba hacía su pecho, como evitando que detuviera los besos a sus pechos.
-Ya te vas a rendir o me pongo rudo contigo?
-Ja ja ja, a ver, inténtalo
-Segura? No se vale enojarse después ehh
-Segura, intenta hacerme cosquillas donde quieras
-Donde quiera y como quiera?
-Ya te dije que sí, tú hazme cosquillas
Apenas terminó de decirlo y comencé a bajar su ajustado pantalón, despacio comencé a darle besitos desde su obligo mientras que mis manos a ambos lados del elástico del pantalón lo iban bajando, cuando me encontré con el elástico de su calzón azul cielo con nubes estampada también lo tomé y comencé a bajar. Al estar acostada era difícil bajarlo pero ella levantó su cadera dándome permiso de bajar ambos más allá de lo que la posición permitía. Pude ver su pelvis sin un sólo bello y justo antes de llegar al inicio de sus labios, me detuve, besaba su pelvis, soplaba sobre ella y pasaba mis dedos sobre sus costillas para seguir el juego de las cosquillas.
-ja ja ja
Dijo bajito, pero más que risa fueron como pequeños gemidos o suspiros queriendo ser ocultados por risa.
-Sigue, donde quieras, tío (me dijo tío por primera vez)
Y entonces, me detuve.
-No, ya no tienes cosquillas, así qué chiste, ándale a tu clase.
Subí su pantalón y bajé su blusa, dejándola sorprendida por la interrupción del «juego». Pasando unos segundos de desconcierto, se paró de la cama y sólo dijo «sí», tomó su cuaderno me senté y ella en lugar de sentarse en la silla de al lado, hizo el gesto de sentarse en mis piernas.
-Usa tu silla, bonita.
Ella chapeada, supongo por el «juego» de hacer un momento, sólo respondió
-No, yo voy aquí
Y se sentó acomodando en varios movimientos su «colita» justo sobre mi miembro durísimo. Comenzamos con los ejercicios pero estaba muy distraída, escribía algo y se quedaba quieta, luego movía sus caderas como para sentir lo que empujaba en medio de sus nalguitas y no era hasta que le hacía cosquillas en sus pechos que reía y continuaba.
-Adri, me pica el pantalón
Apenas dijo eso, se bajó de mis piernas y se bajó su pantalón hasta los tobillos, sentándose de nuevo sobre mí en la misma posición.
No dije nada pero supe que era el momento de subir de nivel, entonces comencé a acariciar sus piernas con mis manos, luego subí mi mano izquierda por su pierna, rocé un poquito su entre pierna y seguí mi camino hacia su pecho por debajo de su ropa, le abrazaba fuerte contra mi mientras que ya acariciaba su pecho desnudo sólo para mi. Ella movía sus nalguitas de adelante a atrás, mientras hacía que escribía con los ojos cerrados y su cabeza hacía atrás.
-Qué pasa Carmi? Por qué no escribes?
-Ah? Qué? Jajaja sí verdad?
Se sorprendió y como que salió del trance de momento, se quedó en silencio un rato y dijo
-Es que me lastima el cierre de tu pantalón, tío.
-A ver, párate tantito, deja arreglo eso.
Sin pensarlo, me bajé el pantalón, que por cierto era un «pants», no tenía cierre, así que era obvio qué quería mi pequeña. Titubeé un momento y también bajé mi bóxer, dejando una imagen que recuerdo ahora y me pone durísimo: mi pene erecto frente a sus braguitas azules, su pantalón abajo, su blusa hasta arriba de sus pechos, cabello húmedo aún por su baño y amarrado con dos colitas. Una escena casi prefecta que convertí en prefecta diciendo:
-Y si bajas éste? Quizás así no te lastime el cierre.
Jalando un poco su calzón
-Sí verdad? Debe ser por eso
Dándome aún la espalda y sin voltear a verme, se bajó su calzón hasta sus tobillos también. La abracé por la cintura, la cargué y llevé hacía mi. Puse mi pene justo en su entre pierna y le cerré las piernitas abrazando mi miembro con sus muslos a los lados y su vagina por arriba. La sensación de su suave piel, del calor de su cuerpo, el aroma a recién bañada, me tenía al cien.
Volví a poner mis manos en sus pechos y acariciandolos le dije
-Ya no te lastima, mi niña?
-No… Ya… Ya estoy bien jeje
Su voz entre cortada me prendió aún más y la abracé fuerte con un brazo. Mi brazo izquierdo rodeaba bajo sus pechos y los levantaba dándome una imagen hermosa de ellos sobre su hombro y mi mano derecha movía mi miembro por encima de su muslo para que empujara su vagina desnuda.
Así estuvimos un rato hasta que ella soltó su lápiz, se inclinó hacía el frente y poniendo sus manos en mis rodillas comenzó a moverse de adelante para atrás, masturbarndonos uno al otro con ese movimiento.
Me limité a echar mi cuerpo para atrás y dejarla hacer lo que sintiera, sólo ocasionalmente la tomaba de su cintura para marcarle el ritmo de sus movimientos y luego subía a sus pechos para juguetear y pellizcar sus pezones un poco.
Ya sentía la humedad de su vagina, mi miembro estaba empapado y a punto de explotar cuando entre suspiros fuertes se detuvo apretando fuerte mis rodillas
-Estás bien, linda?
-Ah ah… Quiero… Ah pipí…
Y entonces lo supe, estaba a punto de un orgasmo, así que la tomé de la cadera e hice movimientos más rápidos chocando la cabeza de mi miembro justo en su pequeña y húmeda entrada y al grito de «tioooo» ambos nos venimos, los fluidos escurrían por sus piernas y ella respirando fuerte se veía asustada.
Bajé su blusa y aún sin aliento le pregunté
-Estás bien, cariño?
-Ah… Ahaá… Me hice pipí
-No llores, Carmi, no te preocupes
-No le digas a mis papás que me hice pipí, por favor tío
-No te preocupes, no es pipí
-Qué es?
-Sentiste rico, mi niña?
-Si tío, muy rico
-Eso sale cuando sienes muy muy rico, no es pipí, pero vamos a secarlo para que no te quedes mojada
-Me gusta jugar así, Adri (creo que cuando está más exitada me dice tío), podemos hacerlo de nuevo?
-Nos queda media hora de clase, para la siguiente podemos jugar un poquito. Ahorita vamos a limpiarnos y te ayudo con tus ejercicios.
-Ashhh yo quería seguir jugando a las cosquillitas
-Luego, hermosa, te lo prometo
-Bueno, pero no se vale decirle a nadie ehh
Quedé sorprendido con eso, pero para mí alivio, ella sabía que eso era nuestro secreto, había despertado su curiosidad y le había gustado, así que tendría sesiones de juego aseguradas por mucho tiempo aún.
-No Carmi, será sólo nuestro secreto, no sé vale decirle a amigos ni familia, sino, se nos cae la boca.
-Claro, yo shhhh
Nos abrazamos, terminamos de limpiarnos, vestirnos, seguimos con los ejercicios y poco antes de terminar la clase recibí una llamada que me haría muy feliz por el resto de la tarde…
Espero con ansias la siguiente parte
Que buen relato quiero saber que paso después
Muy buen relato y muy erótico, espero la continuación
Me encanto tu relato.
Muy bueno ,
Excelente