Mi prima Brenda y mi tia Lorena, una relacion con mucho futuro. Parte 2
Estando frente a frente, con esas ganas tremendas de darnos pasión el uno al otro, nada nos impedía arrancarnos la ropa y hacer todo lo que quisiéramos….
Quedamos frente a frente, ansiosos y con todas las ganas del mundo, yo lo quería y ella lo soñaba, me acerque y la tome del culo, la jale hacia mí, comenzó a besarme y nos dejamos llevar, en ese punto hubiera sido normal para mi comenzar a tener una ereccion, sin embargo me sentía un poco cansado, no quería quedarle mal, la tome de las piernas y la levante para que me rodeara con ellas, camine hasta la cama y la recosté quedando sobre ella, los besos se volvían apasionados, me movía dejándola sentir mi verga y ella encantada, comencé a besarle el cuello y poco a poco fui bajando, «quítame la ropa» me dijo ella, le levante la blusa y le baje el brasier, sus hermosas tetas y pezones bien parados y rosas me dejaban ver lo que estaba sintiendo, esa sensación de chupar unas tetas es algo indescriptible, sus pequeños gemidos con cada chupada que le di a sus pezones eran una petición de más y más, metí mi mano en su vagina, un pequeño apretón y soltó un gemido tan profundo que culmino con un suspiro entre cortado, «esta es la noche» le dije, ella con una mirada fija, diciendo que si con el simple movimiento de su hermosa cabeza y mordiéndose el labio de una manera tan seductora, me hacían soñar tantas cosas tan placenteras que podíamos hacer juntos.
Estuvimos varios minutos así, entre besos y que le comía las tetas, sobando su vagina y ella recordándome lo mojada que estaba, pidiéndome que se lo hiciera ya, que la desnudara y entrara en ella, casi a gritos sus exigencias, no podía decirle que no, le baje el pants que usaba, quedo con un diminuto calzón a media nalga, casi transparente de la entrepierna por tanto fluido que había salido de esa hermosa vagina, su aroma inmejorable, comencé a besarla, desde el abdomen hasta los muslos, mi verga comenzaba a reaccionar, supongo que sentir ese delicioso aroma era algo que pondría dura cualquier verga, pase mi lengua por su vagina y soltó un gemido que acaricio mis oídos, enseguida lo que más quería escuchar, «ya métemela por favor, te necesito adentro de mi», como ignorar eso, me puse de pie y me quite el pantalón y el bóxer, aun con un poco de semen del sexo con mi tia, sin embargo, ahí me paso algo muy curioso, por alguna razón no quería hacérselo sin condón, no sé si por el amor que estaba desarrollando por ella y simplemente quería cuidarla, o porque tenía la conciencia de que no era lo correcto, al quedar sin nada debajo, «ven, pónmela dura princesa», ella se sentó en la cama y sin dudarlo comenzó a chupármela, aun con una eyaculación reciente sentía un poco de «dolor» por el oral, «te viniste?» me pregunto ella, «un poco amor, así de excitado me tienes», su carita de felicidad aunque bien fue una pequeña mentira, no diría nada para echar a perder el momento, le bastaron 5 minutos para cuando mi verga estaba dura y lista para más accion.
En ese preciso momento, cuando parecía que era inevitable, sucedió lo que yo llamo, tener una «señal», mi celular comienza a sonar, dude y no pude evitar observarlo, era mi mama, no conteste la primera llamada, sin embargo no me podía concentrar, unos segundos después volvió a sonar y no pude evitar tomarlo, «mande» dije yo, «¿porque te fuiste sin despedirte?» me pregunto, pensaron que me había ido, estaba jodido el asunto, «estoy arriba en el baño madre, ahorita bajo», no tenía otra opción, «princesa, vamos, tenemos que bajar» su casita de decepción fue evidente, «vamos linda, sabíamos que había riesgo», ella se levantó y comenzamos a vestirnos, como siempre, la ayude a ponerse su ropa, «baja tu y di que estabas en el baño del cuarto de mi mama porque yo usaba este», salió del cuarto no sin antes darnos un beso de pico, después de eso me metí al baño y me di un baño muy rápido, como aún tenía un poco de ropa por ahí, me cambie y baje, al llegar abajo ellas platicaban con normalidad, me senté a un lado de Brenda y ella no dudo en subir sus piernas sobre las mías, sonrientes como una buena familia, así terminamos la noche.
A la mañana siguiente me levante algo cansado, demasiada accion de los días anteriores sí que me tenía agotado, al tomar mi celular me encontré con mensajes de buenos días por parte de mi tia y de Brenda, con mi tia ya compartíamos fotos xxx e inclusive audios donde nos decíamos lo mucho que nos deseamos, con Brenda la cosa era más de presencia, no poder evitar darnos placer cada que nos veíamos, creo que por eso fue a ella a quien le respondí primero, le dije que me moría por verla y por estar a solas con ella, a mi tia obvio le dije lo mismo, y es verdad, el sexo con mi tia es sexo salvaje, puerco, con tintes grotescos, lo que se necesita de vez en cuando, y por otro lado, con Brenda, es suave, hacer el amor entre caricias y besos, a decir verdad, si llega un momento en que me den a elegir, la elegiría a ella sin dudarlo.
Ya bañado y cambiado, le mande mensaje a Brenda, le pregunte que harían ese día y me dijo que su mama iría con la mía al negocio pero solo para abrir, después irían a desayunar y a comprar algunas cosas, le pregunte que hacía y me dijo que se estaba por meter a bañar, esa era nuestra oportunidad, le dije que buscara la manera de quedarse en casa, si eso pasaba, estaría sola durante varias horas, era el momento, me dijo que lo intentaría pero que ya le había dicho a su mama que si quería ir, unos minutos después me mando mensaje, uno que se convertiría en la llave de todo lo que vivimos esos pocos días y lo que viviremos por mucho tiempo en el futuro, «ME PUEDO QUEDAR», en mi mente me hice una novela porno por todo lo que le estaba por hacer a Brenda, en ese momento tome rumbo a casa de mi mama, al llegar ellas aún estaban ahí, entre y me hice el sorprendido, «a donde van, las venía a ver», «vamos a salir» dijo mi mama, «oh bueno ni modo, entonces las veo más tarde» salí de la casa porque no sabía que inventar para quedarme a solas con Brenda, me subí a mi camioneta y conduje un poco no sin antes decirle a Brenda que me avisara cuando estuviera sola en casa, unos 15 minutos después paso, «ya van de salida, vente ya te espero con una sorpresa», regrese y si, ya no estaba el coche de mi mama, me estacione en la cochera y subí con una enorme sonrisa en la cara, desde ese momento solo de imaginar lo que pasaría, mi verga ya comenzaba a tomar vida propia, subí hasta el cuarto donde se quedaban y toque a la puerta, «pasa», abrí y me quede parado por lo impresionante de la imagen, Brenda recostada en la cama con una playera mía seguramente, larga y sin nada más que un calzón y unas calcetas blancas, se levantó y dio una vuelta, un cachetero de encaje bien levantado y metido entre esas hermosas nalguitas blancas, me calenté en segundos de solo verla, mi verga se puso como tubo, igual de dura, camine hacia ella y la bese con pasión, se calentó y salto sobre mí, me rodeaba con sus piernas mientras sentía su vagina en mi abdomen, «estas lista?» le pregunte, «si, lo deseo mucho y desde hace días», «házmelo suave, hazme el amor», camine con ella y la recosté sobre la cama como la noche anterior, mis besos era de pura pasión, ella intensa con su lengua inexperta, nos calentamos tanto que yo sentía mojado el bóxer y ella con una evidente mancha en su ropa interior, baje mi mano a sus tetas y me di cuenta que no usaba nada debajo de la playera, suave se la quite, tetas hermosas y redondas, al besárselas gemía tan rico con la voz de un ángel, me tomo del cabello y me jalaba sin miedo a mi reacción, poco a poco fui bajando hasta llegar a su hermosa vagina, sin dudarlo le fui quitando el calzoncito con encaje y lamí suavemente todos esos fluidos que tenía en su vagina y piernas, estaba al borde de eyacular y ella a nada de tener un orgasmo, le comí la vagina completamente, sin piedad, aun cuando me jalaba y se retorcía intentando sacarme de ahí por no aguantar todo ese placer, estaba tan cerrada que parecía un sueño lo que estaba viviendo, «voltéate» le dije, se giró y quedo boca abajo, le separe gentilmente las piernas y con la misma intensidad, le comí el culo y la vagina desde atrás, gemía tan fuerte cuando le lamia el ano que solo con mi lengua este comenzó a dilatarse, «así mi amor, así dámela toda», no paraba de pedirme que la penetrara pero aun estábamos en medio de algo que la llevaría al clímax, mi lengua entro tan adentro de ella que de pronto y como si fuera lo más esperado de la noche, comenzó a hacer squirt, empapo la cama con sus jugos y quedo rendida boca abajo con las manos y piernas bien estiradas, sin embargo yo seguía con lo mío, no me detuve aun cuando me mojo toda la boca y la cara, que rico que saben sus jugos, a juventud y placer, «ven, cómeme la verga» le dije, así acostada rápidamente me quite la ropa y subí en ella hasta la altura de su cara, me incline y metí mi verga en su boca sin dejarla usar las manos, comencé a cogerle la boca con tal fuerza que podía escuchar la saliva en su boca tronar con cada embestida, de un momento a otro estaba tan duro y lubricado que casi sentía que explotaría sobre su cara, «ven, es el momento» le dije, su carita llena de lágrimas y saliva por todos lados, «si, te quiero tener adentro, ya cógeme», en ese momento sin decir nada baje y tome un condón de mi pantalón, estando de rodillas entre sus piernas me lo puse y me deje caer sobre ella, puse la punta de mi verga en su vagina y comencé a empujar suavemente, ella estaba tan lista que comenzó a empujarse sobre mi para que la penetrara más rápido, con la cabeza si batalle un poco ya que si la tengo grande, una vez adentro y mientras la veía hacer gestos de dolor, se la deje ir poco a poco, centímetro a centímetro, le metí como 10 centímetros y ella ya se notaba que le dolía mucho, «quieres que me detenga», «no, no quiero, solo déjame tomar un poco de aire», estaba decidida a tenerla toda adentro, y es que no fue tanto la violencia, sino que lo grueso de mi verga la tenía con la vagina muy abierta y estirada, ahí en ese punto vi que sangraba, oficialmente había dejado de ser virgen, «ven, dame más» me dijo, me puse sobre ella y la rodee con mis brazos en su cabeza, la bese y volví a empujar hasta llegar al fondo, pelvis con pelvis, mis vellos con los suyos, fue un momento espectacular estar dentro de ella, en ese momento comenzó a soltar unas cuantas lágrimas, me dijo algo que me estremeció de pies a cabeza y que sinceramente jamás me lo había tomado tan enserio durante el sexo, «te amo», me sorprendió pero que podía decir, «yo también princesa», después de eso le hice el amor como ella quería, suave y con delicadeza, entre besos y caricias, cada empujón eran 17cm que se le iban hasta el fondo y le abrían cada vez más la vagina, estuvimos 5 minutos de misionero hasta que le pregunte si quería cambiar, me dijo que si, que quería de perrito, se la saque y se giró para quedar en 4, cuando se la volví a meter me dijo algo increíble, «quítate el condón, quiero sentir tu piel», la verdad es que si quería pero aún me sentía un poco inseguro sobre ello, dudaba y no lo hice, seguí penetrándola así un rato más hasta que nuevamente comenzó a tener otro orgasmo, se dejó caer sobre la cama totalmente extasiada, rendida y satisfecha a mas no poder, así se la deje ir toda hasta el fondo pero a decir verdad, si quedaba esa espinita en mí, sabemos que no es lo mismo y nunca lo será hacerlo con y sin condón, lo pensé bien hasta que lo hice, se la saque y me quite el condón, cuando se la volví a meter ella rápido sintió la diferencia, giro su carita de ángel y me sonrió, «así te quiero sentir», me calenté tanto que comencé a cogerla bruscamente, ella soltaba gemidos que eran casi gritos, estaba tan caliente que sin pensarlo dos veces, me vine adentro de ella, un enorme chorro de leche dentro de su recien abierta y colorada vagina, ella soltó un gemido largo mientras yo apretaba los ojos y los dientes por tremendo placer y mientras contaba los segundos en los que me salía tanta leche de las bolas, fue tanta supongo por el nivel de excitación que me provoco que aun estando adentro de ella, se le escurría por las orillas, de verdad fue impresionante la cantidad, después de eso la bese del cuello y la espalda para después acostarme a su lado, ella se giró y se acostó sobre mi pecho, «¿quieres que te la chupe?» me pregunto, le dije que no, que solo se recostara conmigo, era lo único que quería.
Nos quedamos un rato en esa posición, no quería soltarla jamás, estaba listo para quedarme ahí por siempre, no sé qué fue, pero estoy seguro que es el sexo que más he disfrutado en años, no digo que antes fuera malo, simplemente que tiene un toque extra por el romanticismo, fue algo increíble y una experiencia única.
Estuvimos abrazados casi 1 hora, platicando sobre la vida, ella contándome lo rico que lo había pasado y que nunca se imaginó que su primera vez seria así, me confeso que antes de venir a mi casa, ella estuvo a punto de perder su virginidad con su novio, agradeció no hacerlo porque ahora podía presumir de haber tenido dos orgasmos en su primera vez.
Algo que me toco fue lo siguiente, en los últimos minutos y creo que fue el punto principal por el cual lo volvimos a hacer, fue que me confeso que su madre en los días pasados la había cuestionado acerca de venirse a vivir de nuevo para acá, si bien para mi esa hubiera sido señal de alarma, «estaría increíble, así te vería a diario» le dije yo, al escucharme me miró fijamente con sus ojitos azules y comenzó a soltar unas cuantas lágrimas, «¿de verdad?», me pregunto, «si, es enserio, te quiero tener cerca siempre», no sé qué me paso pero algo es cierto, todo lo que le dije esa mañana fue totalmente verdad.
Unos segundos después comenzamos a besarnos, ella se subió en mí y nos quedamos así, besándonos por al menos 5 minutos, mi verga se puso dura nuevamente, cuando lo sentí, estando ella inclinada, la tome de la cadera y la levante suavemente, «bésame, yo te acomodo», estire mi mano derecha y tome mi verga, la puse en su entrada y la deje caer suavemente, se le fue hasta el fondo, ella no pudo evitar gemir tan rico justo frente a mi boca, su aliento recorrido toda mi cara, un placer increíble sentir como le entraba cada centímetro de mi verga, cuando quedo sentada sobre mi verga, con todo adentro, fue que entendí que la quería si o si, todos los días, y no solo una vez, la quería solo para mí, en eso ella se enderezo y comenzó a cabalgarme, movimientos hacia enfrente y hacia atrás, eso se lo tuve que enseñar ya que ella comenzó a saltar, «es más rico así amor», cuando empezó le encanto tanto que no paraba de gemir y reír, estábamos tan conectados que apenas nos bastaron 5 minutos para corrernos al mismo tiempo, nuevamente comenzó a tener otro orgasmo mientras yo me corría adentro de ella, nunca en mi vida le había dado tres orgasmos en menos de 2 horas a la misma mujer, me sentía en un sueño, cuando el placer paso, cayó sobre mi pecho, la gire y como si hubiera sido el final, se quedó dormida entre mis brazos, ahí me di cuenta de la verdad, me estaba enamorado de ella, verla dormir junto a mí, tener esa confianza de saber que yo la cuidaría, no hay palabras para describir lo bien que me sentí.
La deje dormir, con mi brazo derecho rodeándola y el celular en mi mano izquierda, le mande un mensaje a mi mama para preguntar dónde estaban, me dijo que desayunando, sabía que teníamos un poco más de tiempo, unos minutos Brenda despertó, «hola princesa, como te sientes» le dije, ella sonriendo me dijo «enamorada de ti, así me siento», nos dimos un beso y le dije que debíamos levantarnos, ella no quería, quería seguir cogiendo, sin embargo no podíamos arriésganos, primero porque se suponía que yo no debía estar ahí, si me encontraban era un riesgo que no podíamos correr, aun, le dije que nos diéramos un baño y entramos juntos a la regadera, no parábamos de besarnos, aun ahí la masturbe un poco y ella feliz de la vida, no se corrió pero no paraba de pedirme más, «tenemos todo el día amor, más tarde te llevo a comer y vamos a mi departamento», «si, me gustaría quedarme contigo», salimos de la regadera y como siempre, la vestí desde las calcetas hasta su blusa, nunca me paso por la mente dejarla sentirse usada.
Al terminar yo debía irme, nos dimos un beso con la promesa de vernos más tarde, baje, subí a mi camioneta y con una enorme sonrisa en mi cara, tal cual como llegue, comencé a pensar, no podía creer lo perfecto que había sido todo, el sexo, el momento juntos, el placer, y por supuesto, el hecho de que me estaba enamorando de Brenda.
Continuara…
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