Mi prima es mi primer amor
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Leonanky.
Hola, a tod@s. Mi nombre es Maximiliano. Tengo 30 años. El siguiente relato, es sobre mi prima.
Todo inició a mis 15 años, mi prima tenía 13 años. Mi prima y yo estudiábamos en el mismo liceo (Instituto), por lo que siempre nos veníamos junto de camino a casa. Nuestras casas estaban cerca así que cuando estaba aburrido, me iba a jugar o estudiar para su casa.
Nosotros siempre fuimos unidos, tan unidos que a veces, mi prima me confesaba algunos de sus más grandes secretos, igualmente yo lo hacía porque la confianza era al 100%. Cada vez que necesita algo, ella me ayudaba. Yo hacía lo mismo con ella.
Mi prima era como la hermana que nunca tuve. Era mi amiga y confidente. Ella era la única amiga que tenía, incluso en el liceo.
Nunca tuve sentimientos entendidos hacía ella.
Era domingo por la mañana cuando estaba en la casa de mi prima. Estabamos haciendo las tareas, cuando suena su móvil. Ella habla por unos segundos, al parecer está contenta.
—Oye Maxi, ¿te gustaría ir conmigo para una fiesta?
—Depende.
—Es en la casa de Carlos.
—Vale. ¿A que hora?
—Me dijo que a las siete.
—Esta bien.
Llega la hora de irnos. Franchesca se coloca unos short blanco el cual le hace resaltar su culito redondo y grande, con una blusa roja haciéndole resaltar sus tetas (las tiene algo grande).
Ella va y le dice a mí tía que va para la fiesta. Ella un poco molesta acepta. Lo hace porque la casa esta cerca y sabe que cualquier cosa puede ir a buscarnos.
Estando en la fiesta. Saludamos a los pocos que llegaron.
—¡Hola Carlos!
—¡Hola Dulzura!
Él la abraza fuertemente.
—¡Hey! Estoy aquí.
—Disculpa Max… ¿Como andas?
—Todo bien. Aquí, vine a acpmpañar a Franchesca.
Franchesca va y saluda a todos, Carlos me comenta algo.
—Tu prima vino divina.
—Déjate de pendejas.
—No lo niegues. Tu prima está buena. Yo tengo una prima así, dalo por seguro que me la tiro por todos lados.
—Deja la morbosidad.
—Sólo opinaba.
En eso me incorporó a la fiesta.
Todos empezanos a beber seco para ir calentando motores.
El ambiente es fresco ya que estamos en el fondo de la casa. Los padres de Carlos vienen dentro de dos días, él tiene la casa para el sólo.
Empiezo a hablar con unos amigos, cuando de repente, veo que mi prima empieza a bailar con uno de los chicos. Observo la forma tan sujestivamente de bailar de mi prima, y observo como restriega su cuerpo al de ese miserable. Incluso puedo decír que siento celos.
—Loco, ¿estás celoso? —Dice Santiago. Uno de los chicos con los que estaba hablando.
—No, no, no. Claro que no. —Trato de ocultar mis celos.
—¡Hermano! Estás celoso.
—¡Coño no!
Menos mal que la música está fuerte, así nadie nos escucha.
—¡Sólo Mírate!, El ron se te evapora.
—¡Olvidalo!
Salgo totalmente molesto, y me retiro hacia un sitio con menos gente. Me siento en unas de las sillas a reflexionar mis sentimientos por mi prima. De repente se aparece Carla, una de las amigas de mi prima.
—Oye, ¿que tienes? ¿No te gusta la fiesta?
—Si… Es sólo que…
—Estás celoso.
—¡Verga no!
—No puedes engañar a nadie. Es muy obvio que te gusta. Yo también vi como te pusiste cuando Franchesca bailaba sujestivamente con su Marcos.
—No es cierto.
—Simplemente te digo, que lo que sientes no es malo. Debes hablar con ella y decírle lo que sientes.
—No… Es que no sé cómo hacerlo, no sé cómo se lo tomará.
—Es todo o nada Max, el que no arriesga no gana. Además, no tienes nada que perder, es tu prima. Igual las cosas no serán diferente entre ustedes.
—Bueno.
—Sabes Max, eres un chico lindo. No dudes de tu potencial.
—Pero no le gusto a nadie.
—No digas eso. Simplemente es que no has encontrado la chica ideal para tu vida, es todo.
—…
Ella se retira dejándome y hundiéndome más en el océano de mis pensamientos. Así que para olvidar un poco todo ésto, decido ir a tomar con los chicos, y así paso toda la fiesta.
De regreso a casa, ambos venimos vueltos vergas gracias a los tragos. Venimos riéndonos de todo, todo lo que decimos incluso de lo que vemos.
—Oye, ¿Crees que mi mamá se de cuenta?
—¿De que bebimos?
—Pues claro… ¡Sssh! No ñe digas nada.
—Ni loco.
Seguimos Caminando y riéndonos. Cuando llegamos, Franchesca intenta tocar el timbre.
—¿Estás loca? ¿Quieren que nos jodan a los dos?
—¿Y qué?, Eres mi cómplice Maxi.
—Donde están las llaves. —El sólo hecho de acomodar las palabras me hace dar dolor de cabeza.
—No sé… Creo que me las traje. Creo que está en el bolsillo de atrás de mi short.
—Sacalas y abre. Me duele la cabeza.
—No alcanzo. Buscalas tú.
—Vale.
En eso volteo a Franchesca, y puedo observar su precioso culo. En eso, sin pensarlo, digo algo que nunca me había atrevido a decír.
—¡Uau!, tienes un culo Precioso.
Mi prima se echa a reír
—¿Así que te gusta mi culo?
Trato de recuperas la postura y de ocultar lo que dije.
—No, no. Dije que La fiesta estuvo de locos.
—Primito. Escuché claramente, con mis oídos lo que dijiste.
¡Vaya!, Escuchó con los oído. Démosle un aplauso.
—¿En que bolsillo están las llaves?
—Izquierdo.
—Ella se queda quieta, cuando introsuzco mi mano ella se spbre salta un poco, pero luego se ríe.
—Vaya que te aprovechas de mí. ¿No Maximiliano?
—Franchesca, para por favor. No sabes lo que dices.
—¡Claro que sí!
Cuando se voltea, quedamos cara a cara. Los dos mirándonos Fijamente.
Entonces sentí un fuerte impulso hacia ella y lanzé mis labios a los de ella.
Ella se impreciona. Primero no responde a mi beso, pero debido a la situación en la que nos encontramos, ella simplemente se deja llevar y me corresponde al beso.
Nos besamos por un buen rato. Puedo escuchar leves gemidos de mí prima. Cuando la beso rozo mi empalmado paquete a su sexo.
—Franchesca. Me gustas mucho, demasiado.
Seguimos basándonos.
—A mí más. En verdad que besas rico.
—Igualmente tú.
Empiezo a besarla por todos lados, por el oreja, cuello, hombros. Le agarro las nalgas y ella sólo hadea, gracias a la atmósfera que entre los dos se está formando.
—Me gusta mucho Franchesca.
En eso ella toca mi paquete, y lo masajea con su mano.
—¡Vaya! Sí que estás emocionado.
—Me tienes a mil.
—¿Seré yo capaz de bajarte las Millás?
—Claro que si.
—Quiero verlo.
—Aquí no. Nos pueden ver.
—Me importa una mierda la gente. Sacalo.
Mirando a los lados, lo sacó con cuidado. Ella se agacha, lo agarra y me empieza a masturbar.
—Si que la tienes dura.
—Nos van a ver.
—Vamos, déja el miedo
Sin darme cuenta ella se lo mete a la boca y empieza a chuparme y a masturbarme como toda, una diosa. Al principio no lo hace bien, debido a la borrachera que carga pero al los segundos agarra el ritmo.
En verdad no sé cuanto tiempo pasó cuando de repente me corro en su boca.
Ella sonríe y se traga toda mi esperma. Luego con su lengua limpia todo mi pene y se lo vuelve a meter a la boca. Luego se me abalanza encima. Me hace lastimar la espalda.
—Maxi, hazme tuya.
—Vamos adentro.
Como puedo la levanto, y con cuidado abro la puerta. Sigilosamente vamos caminando directo al cuarto. Franchesca se ríe y yo le tapo la boca.
—¡Sssh!
—Está bien, está bien.
Woooooooooowww! deliciosoooo!