Mi prima es mi vecina y me la cogía. Ella me masturbaba en público
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo tenía 17 años.
Cuerpo normal pero marcado, mido 1.70, tez blanca, digamos una persona promedio.
Mi prima tenía 15 y apenas estaba comenzando la preparatoria, sin embargo, tenía un cuerpo muy desarrollado para su edad y una mente llena de lujuria.
Todo comenzó cuando mis padres decidieron abrir una tienda de conveniencia a unos cuantos metros de mi casa.
En vacaciones y en mi tiempo libre durante la temporada escolar, yo tenía que ayudarles atendiendo.
Entre los clientes estaban muchos vecinos y otras personas más.
Afortunadamente para mi, habían algunas clientas atractivas que eran compradoras habituales y con las que me podía deleitar, como mi prima.
Al principio, nuestra relación era muy normal y amable.
Platicábamos de cualquier cosa mientras ella compraba y yo la atendía, sin embargo, de solo ver sus tetas exageradamente grandes (mi otra prima y mi tía también las tienen así), su culo bien formado y sus labios carnosos, me excitaba, así que sabía que tenía que dar el siguiente paso.
Sara era muy sociable y dulce a la hora de conversar, por lo que decidí sacar provecho de esa facilidad para acercarme un poco más.
Un buen día que ella fue a comprar por la tarde, yo salí hacia afuera del mostrador para atenderla personalmente y de paso hacerle la plática, además de que le pedí el número.
Ahí estuvimos platicando un rato y nos despedimos de abrazo y beso en la mejilla.
Fue muy rico sentir sus tetas sobre mi pecho en esa ocasión.
Con el paso del tiempo nuestra relación se hizo más y más cercana.
Nos enviábamos mensajes diario, diario iba a visitarme a la tienda y cada vez con más frecuencia, a veces cada hora.
Le preguntaba sobre sus novios, ella a mi, y las conversaciones subían de tono.
Así que en una ocasión que platicábamos y yo la abrazaba, me calenté tanto que busqué su boca para besarla.
Ella la quitó al principio y reaccionó con sorpresa, pero después de decirle que no pasaba nada, que no éramos primos tan cercanos y que nadie se iba a enterar, accedió a darme un pequeño beso antes de que se fuera.
Ese fue el comienzo de una relación muy caliente.
A partir de ahí, cada vez que ella iba a verme, nos abrazábamos y besábamos en la boca.
Primero eran solo piquitos, luego besos con lengua.
Primero eran solo abrazos, después toqueteos.
Mientras la besaba aprovechaba para poner mis manos en su cintura y agarrarle el culo, ella hacía lo mismo.
Luego la volteaba y ponía su culo sobre mi verga mientras la besaba en el cuello y le agarraba las tetas, la parte que más me gustaba de ella.
Sara aprovechaba para pegarse lo más que podía, le gustaba sentir mi verga dura de tanta excitación.
Además, todo esto lo hacíamos MIENTRAS LA TIENDA ESTABA ABIERTA, así que la adrenalina era mayor, pues en cualquier momento podrían llegar clientes, sus papás o los míos.
Ya habíamos recorrido muchos pasos pero yo quería llegar a más.
Así que fui empujando cada vez más.
Comencé a desabrocharle la blusa para que me dejara ver su sostén, le tocaba la vagina por encima del pantalón y después solo por encima de las bragas.
Otras ocasiones le metía la mano por debajo del sostén y sentía sus pezones muy parados.
Ella nunca ponía resistencia y también le gustaba ver hasta dónde podríamos llegar en público.
Me tocaba la verga por encima del pantalón y me preguntaba que -¿Porqué está tan dura? Yo respondía que -Porque quiere estar dentro de ti.
Algo que le excitaba por la forma en que me seguía tocando.
Así pasamos algunas semanas y meses.
Ella bajando varias veces al día, calentándonos en la tienda .
Pero aunque ya habíamos sentido todas las partes de nuestro cuerpo, aún no las habíamos visto, por lo que un día en el ya clásico jugueteo, le desabroche el sostén y le saqué los senos.
Era lo más excitante que había pasado, eran gigantes, redondos y con una hermosa caída.
Los pezones eran cafés y estaban muy erectos.
Los empecé a sobar y después a besar.
Mi prima me ponía la cara contra ellos y se le salían de repente unos gemidos de excitación.
Como respuesta, ella me desabrochó el pantalón y me dejó solo en boxer, agarró mi dura verga y me comenzó a masturbar sobre el calzón, yo también le sobaba la vagina por debajo del pantalón.
Nuestro jugueteo ya había ido más allá y yo solo pensaba en follarmela, algo que no iba a ser posible en la tienda pues no teníamos tanto tiempo a solas.
Así que nos pusimos de acuerdo para ir a algún lugar y hacerlo.
Como somos primos y vecinos estábamos muy expuestos, así que decidimos que yo la recogería en coche a unas cuantas cuadras de donde vivíamos y nos iríamos.
Aunque ella me había confesado que ya no era virgen, y además de todo lo que ya había pasado entre nosotros, aún así, no estaba convencida de dar el siguiente paso y coger, por lo que la primera vez que se subió a mi carro le dije que si no estaba segura, solo platicaríamos, por lo que la llevé a una zona poco transitada para pasar ahí el rato.
Sin embargo, con el calor y la excitación de estar completamente solos comenzamos a besarnos y la convencí de ir a la parte trasera del coche.
Ahí la puse sentada encima de mi y me volví loco de pensar que los genitales de mi prima y míos estaban juntos y solo separados por ropa, por lo que me enfoqué a besarla y después besar sus senos, porfin eran míos sin estarnos cuidando de que alguien llegara.
Puse mi cara y mi cabeza entre ellos y de ahí no quería salir nunca.
Mientras, nuestras caderas que aún tenían ropa jugaban al típico meneo del precalentamiento.
Ella estaba botando hacia arriba y abajo encima de mi.
El ambiente estaba muy caliente y teníamos que pasar a lo siguiente.
El coche estaba empañado, yo me había quitado el cinturón, ella estaba con la blusa desabrochada y los senos de fuera y tomó la iniciativa y comenzó a desabocharme el pantalón.
Sara ya había sentido mi verga pero nunca la había visto.
Abrió los botones y me dejó solo en boxer.
Mi verga estaba durísima, a punto de explotar, ella empezó a acariciarla y a jugar con ella, se veía la lujuria en sus ojos y las ganas de sentir ese trozo dentro de ella.
De una buena vez, me bajó los boxers y miró por primera vez mi verga, dura, esperando por ella.
La tomó y comenzó a sobarla, MI PRIMA ME ESTABA MASTURBANDO EN MI AUTO.
Sin embargo, para mi malísima fortuna, ella "recapacitó" de forma inesperada, sabía que si avanzábamos más ya no iba a haber vuelta atrás.
Así que de un momento para otro me dijo -Pero eres mi primo.
Yo traté de convencerla pero se negó rotundamente, por lo que le dije -Mira cómo me tienes, por lo menos termina lo que empezaste y la animé a "darle un besito".
Ella estaba muy excitada pero confundida a la vez, por lo que se acercó a mi verga, la vio a unos cuántos centímetros y le dio un beso en el glande, mismo que de inmediato se transformó en una mamada rápida y ágil.
Me tocaba los huevos mientras se metía toda mi verga en la boca, como si fuera la última oportunidad.
Yo me sentía en el cielo viendo esos labios devorar mi verga y esas tetas al aire libre.
Me chupaba los huevos, la verga entera la lamía, la besaba saboreaba mis fluidos y cuando estaba a punto de terminar, ella se dio cuenta y terminó todo.
No me dejó acabar ni en su boca ni en ningún lado.
Me dijo -debemos irnos, a lo que yo, frustrado, accedí.
Nuevamente la dejé a unas cuadras de nuestras casas y nos despedimos con un beso en la boca.
Misma que apenas hace unos minutos estuvo a punto de recibir mi semen.
ESA NOCHE YO SALÍ A DESQUITAR MI FRUSTRACIÓN Y AL POCO TIEMPO RECIBÍ UN MENSAJE QUE DECÍA: "MEJOR SÍ LO HUBIÉRAMOS HECHO, QUEDÉ CON DOLOR EN EL ABDOMEN".
Además, me confesó que había llegado a masturbarse y que solo se imaginaba siendo penetrada por mi en ese coche.
Yo supe que aún había oportunidad.
Las semanas pasaban y seguíamos viéndonos en la tienda.
Misma situación: nos besábamos jugábamos y nos calentábamos, pero de ahí no pasaba a más.
Sin embargo, había una gran ventaja-desventaja: éramos vecinos.
Así que después de mucho persuadirla, aceptó a ir a mi casa cuando no hubiera nadie.
Literalmente solo tenía que salir de su casa y entrar a la mía, pues vivíamos al lado.
Organizamos todo y una tarde abrí la puerta y a los pocos segundos entró ella.
Mis padres no estaban y teníamos unas cuántas horas solos, por lo que ni bien entró y comenzamos a besarnos como desesperados.
El deseo y pasión eran muchos y casi no nos podíamos contener.
Fuimos a mi sala y de inmediato se sentó arriba de mi.
Tenía su culo en mis manos y sus tetas en mi cara, se movía de arriba hacia abajo y le comencé a quitar la ropa: primero la blusa, luego el sostén, el cuál me excitaba que era muy grande, perfecto para esas enormes montañas que quedaron descubiertas sobre mi en un instante.
Pasamos a quitarnos los pantalones y quedamos solo en calzones.
Noté que ella traía uno color azul y muy chiquito de la parte de atrás, por lo que con un movimiento lo convertí en tanga y le comencé a sobar el culo.
Sentía su humedad y su vagina pidiendo que la llenara con mi verga, por lo que la hice hacia un lado y comencé a masturbarla.
Ella estaba encima de mi pero chorreando, cada vez se movía más fuerte y gemía delicioso.
Yo le preguntaba si le gustaba y ella no podía ni hablar.
De pronto me abrazó muy fuerte y soltó un gemido que tal vez oyeron hasta su casa: había tenido su primer orgasmo y yo estaba extasiado teniendo a mi prima semidesnuda encima de mi.
Después de un momento, se recompuso y me bajó el boxer.
Ahí estaba mi verga esperando ser atendida, lo que mi prima entendió rápidamente.
Se hincó y comenzó a besarme alrededor del pene mientras me masturbaba.
De tiempo en tiempo me veía a los ojos y me decía: -¿Te gusta? a lo que yo solo respondía: -Mucho prima- y apretaba su cabeza contra mi verga.
Comenzó a lamerme el glande y el tronco.
Después me besaba los huevos y me masturbaba.
Yo estaba a punto de explotar y no me importaba llenarle la cara y los labios con mi semen, pero había algo más que teníamos que concretar.
Cuando casi me iba a venir, saqué mi verga de su boca y suspiré un poco para recomponerme.
Le terminé de bajar el calzón y pensé "ahora sí prima", aunque solo alcancé a decir: -Ven.
Me senté en la sala y ella se subió abierta de piernas sobre mi, agarró mi verga y la pasó entre sus labios y clítoris, de solo ver su cara de excitación se me hacía más y más dura, hasta que por fin abrió sus labios y entré a su vagina que se sentía muy apretadita y mojada.
Comenzamos despacito y ella subía y bajaba mientras sus pechos se movían y nos besábamos los labios y el cuello.
El ambiente se calentó mucho y empezamos a movernos cada vez más rápido.
Ella se inclinó hacia atrás, así que yo tenía una vista espectacular: tanto de su linda figura como del meteysaca y de sus expresiones faciales.
Me excitaba demasiado oírla gemir así que entre más gemía, más me movía.
Ya estábamos a punto de corrernos los dos y nos movíamos muy rápido, así que paré súbitamente y le dije que quería follarla en 4.
Más tardé en decirle que en que ella se acomodara y que yo la penetrara.
Así es como en muchas ocasiones le había dicho que me gustaría tenerla y por fin se estaba cumpliendo la fantasía.
Ella estaba hincada en la sala con el culo hacia mi y yo la penetraba rápidamente mientras le separaba las nalgas.
Desde esa posición, mi prima se había convertido prácticamente en mi puta y ella lo sabía y le gustaba.
Le di nalgadas hasta que su culo se puso rojo, la tomaba del cuello y jugaba y penetraba su ano con mis dedos.
Ambos estábamos muy excitados y el vaivén y los gemidos cada vez eran muy fuertes hasta que sentí que íbamos a terminar.
Ella dio un enorme gemido y yo saqué el pene de su vagina y comencé a correrme en su ano y culo.
Fue una gran expulsión de semen que poco a poco se escurría hacia el área vaginal, por lo que tomé un poco con los dedos y con él le acaricié la vagina que aún estaba dura, roja y palpitante.
Sara se acostó completamente boca abajo y yo encima de ella, por lo que aún estuve besándola y acariciándola por unos minutos.
Incluso, la verga se me empezó a endurecer nuevamente, sin embargo, ella tenía que irse y decidimos terminar por ese día, aunque no para siempre.
Nos levantamos desnudos, estuvimos besándonos y masturbándonos mutuamente por algunos minutos y la acompañé a la salida.
Antes de salir la pegué a mi cuerpo y nos besamos intensamente.
Ella se despidió tocándome la verga como diciendo: quiero más.
ESA ES LA HISTORIA DE CÓMO LOGRÉ COGER CON MI PRIMA POR PRIMERA VEZ, AUNQUE NO FUE LA ÚLTIMA.
Esta deliciosa práctica la repetimos en diversas ocasiones y llegamos a hacer de todo: en la ducha, anal, todas las posiciones, terminé en su cara, etc.
Incluso, follamos cuando ella ya estaba casada, pues se casó muy joven.
PERO ESA ES OTRA HISTORIA QUE CONTARÉ MÁS ADELANTE.
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