MI PRIMA SARITA TENÍA 9 AÑOS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi prima Sarita tenía 9 años. Era delgadita, rubia, de ojos azules, con labios gruesos, sensuales, y tan alta como yo. Aun no le salieran las tetas.
Un día estaba yo sentado en una gran piedra que había al lado de mi casa y en el camino. Sarita llegó a mi lado y se sentó sobre mis rodillas. Al sentir su culo sobre mi polla me empalmé. Era obvio que ella notó mi polla dura, pero giró la cabeza, me miró y me dio un beso en la mejilla. Empecé a moverme y a rozar la polla contra su culo cada ve que no pasaba gente por delante de nosotros. Eso fue al principio, después era mi primita la que movía el culo contra mi polla empalmada. Cinco o seis minutos más tarde me corría manchando calzoncillos, pantalón y humedeciendo su vestido. La traviesa, me dio otro beso en la mejilla y se fue.
Al día siguiente, fuimos con unos familiares a coger piñas al monte. Alejados de ellos, y detrás de una gran peña, Sarita me echó la mano a la entrepierna. Mi polla, al sentir el contacto de su mano se empalmó. La quité y sin decir palabra se la llevé a su pequeña mano. Mi primita no sabía que hacer con ella. Le cogí la mano, se la apreté contra mi polla y se la moví de arriba abajo y de abajo arriba. Aprendió enseguida. La besé, sin lengua, aún no sabía que había esa clase de besos. Metí mi mano dentro de sus bragas y noté que estaba muy, muy mojada, tanto que dejó la palma de mi mano toda pringada de un líquido viscoso. Me corrí pensando que mi primita se había corrido al tocarle, pero estaba equivocado. lo supe cuando Sarita, comenzó a temblar y después a tener espasmos. ¡Se estaba corriendo y sólo tenía 9 años! Ahora sí que pringó mi mano de verdad…
Era obvio que la tenía que desvirgar. Fue en una cabaña que había hecho en el monte con unos palos y unos plásticos.
Llegamos a la cabaña y la besé. Ella ya fue directamente a coger mi polla para masturbarla. Yo fui a por su chochito que ya estaba mojado como la vez anterior. Poco después se quitó las bragas… Le restrequé mi polla empalmada por todo el chochito mojado y por el agujerito del culo. Ella me la cogió y me la llevó a la entrada de su vagina. Empujé. Le lloraban los ojos cuando le metí la cabeza. Quise quitársela. pero Sarita empujó mi culo hacia ella. Me corrí dentro. Después ya fue ella la que la fue empujando y metiendo… Cada vez que la metía un poquito se mordía los labios y después me besaba. Al estar toda dentro, me volví a correr. Diez minutos más tarde, ya Sarita lo estaba distrutando, tanto que acabó con una corrida espectacular, acompañada de otra mía. y con esa ya iban siete.
No lo volvimos a hacer. Sarita llegó a casa con unas tremendas ojeras y sus padres supieron lo que había pasado, no con quien, pues Sarita nunca reveló mi nombre..
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