Mi Prima Wendy 5
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Sinceramente ya la amo…
Las cosas pasaron tan mal como pudieron pasar. Y desde antes lo pude presentir, por lo que me dediqué a buscar un departamento a escondidas. Y tuve razón, mi tío llego a sospechar de a poco, hasta que un día simplemente me dijo que me retirara de su casa. Estoy tan apenado con ellos, pero lo que esperimenté con Wendy estos años no lo cambiaría por nada.
Mi vida cambió draticamente, pasé de ver peliculas por la noche en familia a trabajar tiempo extra para pagar mis necesidades. Pero eso no es lo que más me lastima, es Wendy, me enamoré de ella, me enamoré de mi prima. Su ternura y su falta de experiencia cautivaron mi corazón y no me di cuenta hasta que la perdí. Las intimidades que tuve con mi tía me apenan bastante, no fueron malas, al contrario, pero estuvieron incorrectas. Hablé con mis padres y ya no cuento completamente con su apoyo pero ya soy lo bastante grande para ser independiente.
Pero la verdadera razón de mi relato fué lo que me pasó aquel día, regresando de mi trabajo en el banco, vi a mi Wendy sentada en las escaleras de mi feo apartamento, tenia una hermosa coleta detras de su cabeza y su sonrisa suave como siempre. Sentí una increíble nostalgia al verla, corrí a abrazarla y le di un beso, el beso con mas sentimiento que he dado en mi vida. Y nos besamos, no se si fue muco o poco tiempo pero estabamos perdidos. Tenía vergüenza de hacerla pasar a mi departamento, porque era muy sencillo, no tenia casi nada, o mejor dicho nada mío. Pero no podiamos quedarnos afuera.
Ya dentro intenté preguntarle a que se debía su visita, que era lo hacia allí, pero no me dijo ni una palabra, despues del silencio incomodo se deslizo a mis labios y comenzó todo. Todo fue tan lento, tan romantico, hubo caricias que nunca habia sentido en la intimidad, hubo besos tan suaves, todo era distinto esta vez, había algo más, habia amor.
La desnudé y me desnudé, nunca olvido de mi memoria la imagen de sus pechos al salir de su brasier, lo digo otra vez, son las tetas más hermosas que he visto, ahora son mucho más grandes que cuando tenía 16 años, pero sus pezones rosas siguen siendo tan dulces como siempre lo han sido. Cada caricia, cada beso, me excitaba muchísimo, bajé hasta su vagina y jugué con ella, la conocí y la aprendí de memoria, era hermosa, se coloreaba de un color rosa pálido cada vez que se excitaba y mis dedos sabían exactamente donde tocar.
Después ella se movío hacia mi pene, su boca y su lengua giraban en torno a él, ya no sentía culpa de verla abajo de mi, ahora veía algo en su rostro que me encantaba, no sentía miedo ni mucho menos asco, lo hacía porque quería hacerlo y ella lo disfrutaba, la retiré y la subí a la cama, dirigí mi pene a su vagina y comenzó el suave movimiento de vaivén, estabamos de frente y nuestras miradas chocaban, pero no se repelian, se hablaban y se amaban. Miré dentro de sus ojos, estaba feliz, fue el momento más feliz de su vida a lado mío. Y fué mi momento más feliz a lado de ella.
No había más pena, todo fue tan natural como respirar, ambos gemiamos y suspirabamos, no había morbo ni lujuría, sólo amor, un amor que definitivamente estaba mal por los lazos de sangre, un amor que estaba mal por la sociedad, pero ya no nos importaba eso. Fué una fantasía que nunca imaginé ni siquiera sabía que alguien pudiera sentir eso, y de pronto pasó, los papás de Wendy abrieron la puerta que olvidamos cerrar y mi tío dio un grito que nunca olvidaré.
Eso era lo que me ocultaba Wendy, esa fué la causa por la que no me dijo ni una palabra antes. Y yo una vez más me dejé llevar por el amor.
Mi tia se mantenia callada, con lagrimas en los ojos y mi tio estuvo a punto de golpearme, y yo lo hubiera permitido, no tenía derecho alguno de oponer resistencia. Quede en trance, ya no recuerdo o mejor dicho ya no quiero recordar lo que sucedio despues. Ya en este punto las palabras no arreglarian nada, le pedía ayuda al más sabio, al que siempre te ayudará aunque no lo necesites, el tiempo. Solo me mantuve existiendo, en la rutina diaria escuela-trabajo, esperando alguna demanda por parte de mi tio, alguna golpiza, esperando el reproche de mis papás o cualquier cosa peor. Ya no me importaba, solo me mantenia en pie aparentando ser fuerte pero muriendome por dentro.
Y sólo una cosas me mantenía vivo, alguna vez, un día al azar, subia las escaleras hacia mi apartamento y allí estaba ella, tan bella como siempre….
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