Mi primer contacto con la pornografía a muy corta edad
En ésta ocasión les compartiré la historia de como fué que se dió mi primer contacto con el porno y como todo mi entorno ayudo a qué ésto sucediera..
En ésta ocasión les compartiré la historia de como fué que se dió mi primer contacto con el porno y como todo mi entorno ayudo a qué ésto sucediera.
Yo rondaba ya los 7 años y por ese entonces las cosas en casa eran hasta cierto punto normales, y digo hasta cierto punto porque al venir de una familia numerosa (ya que mi abuela tuvo 7 hijos 2 hombres y 5 mujeres) era común que en la casa siempre hubiera visitas y más frecuentemente de mis tías., Ésto ocasionaba un pequeño caos por algunos momentos, pero cuando mis tías se sentaban a platicar, se olvidaban de nuestra existencia.
Y es aquí donde entra en escena mi curiosidad, ya que yo siempre trataba de escuchar de lo que hablaban, pero para mí sorpresa siempre me hacían salir de la pieza y me decían que no era plática para niños y cerraban la puerta, ésto no hacía otra cosa más que acrecentar mi curiosidad, al punto de que me las ingenie para escuchar todo de lo que hablaban metiéndome debajo de una cama que estaba pegada justo a un lado de la puerta que siempre cerraban, me ponía boca abajo y trataba de pegar mi oreja a la rendija de abajo de la puerta desde donde se escuchaba más clara la plática de mis tías. Escuchaba cosas que no entendía «que si ya le diste el chiquito, que si se la tienes que chupar así, que se necesita mucha vaselina» cosas que para mí en ese momento no tenían para nada sentido pero, que el tener la puerta cerrada y sacarme de ahí, me hacían entender que eran cosas prohibidas para mí y por ese motivo se hacían más atractivas.
Y así pasó el tiempo y el escuchar esas pláticas bajo la cama se hizo como costumbre o algo así., Después uno de esos días al estar ahí intentando escuchar, casi estaba a punto de salirme de ahí debajo cuando al girarme para salir ví algo que estaba entre el colchón y la base de la cama, quedé sorprendida y paralizada al ver de lo que se trataba, fue la primera vez que ví un cuerpo desnudo pues se trataba de una revista fotográfica, varios sentimientos se apoderaron de mí en ese momento, primero fue sorpresa, luego miedo, después curiosidad, luego no se porque pero sentía culpa.
Solo atiné a salir pronto de ahí pues como ya habrán adivinado esa era la cama de mi primo, y después de salir de ahí mi cabeza era un manojo de nervios pues por alguna razón mi mente no podía borrar esa imágen y también ingenuamente sentía miedo de que alguien me reclamará por andar viendo esas cosas, me sentía culpable y me moría de miedo.
Así pasaron varios días y por miedo dejé de hacer esa rutina de meterme bajo la cama, pero mi mente no dejaba de pensar en eso, hasta que por fin la curiosidad mató al miedo y decidí entrar ahí nuevamente, pero el motivo de entrar bajo la cama ya había cambiado, solo tenía en mi cabecita volver a ver ese «libro» le decía yo, y así fue, a la primera oportunidad de que nadie me viera me metí y lo hice rápido y al grano para hechar un vistazo a el «libro», y así fue, al verlo de nuevo se me cortó la respiración, pues está vez lo ví bien o mejor dicho lo poco que se podía ver porque los barrotes de la cama tapaban algunas partes de las ilustraciones pero por suerte pude ver por primera vez un pene y un pene entrando en una vagina, yo sentía que mi cara estaba tan caliente que hiba a explotar, jamás había sentido esas sensaciones y mi unica reacción fue para salir de ahí lo más pronto posible sin ser descubierta.
El tiempo siguió su curso y como es de esperarse mí mente fue tornándose muy diferente a la de las demás niñas y niños de mi generación, posterior a ésto yo quería más y ya no me conformaba con solo ver la misma imagen pues intuía que dentro de ese libro había más, así que me tomé el atrevimiento de por enmedio de los barrotes sacar el «libro» y el poder ojear por primera vez fue la sensación más intensa que jamás había sentido hasta ese momento, eran tantos los nervios y no se porque pero algo me decía que lo que hacía estaba muy mal pero no podía parar, así que se fue convirtiendo en una adicción y una adicción que más adelante me llevaría a otras cosas, pero eso lo dejaré para otro capítulo, claro si ustedes me lo permiten.
por lo pronto me despido de ustedes no sin antes mandarles un besito a todos, esperando que sean de su agrado todas estas experiencias que hasta el momento les he narrado.
Besos.
Hacia lo mismo con mi abuela y sus amigas. se hablaba muy poco de sexo, pero si se hablaba de como ellas engañaron a sus parejas en varias ocasiones en el pasado, de como son los hombres de gilipollas y no faltaba las burlas o las quejas de las parejas de sus hijas, ahí pillas que las tías no aman a los tíos solo nos usan como un medio para un fin.