Mi Primer Encuentro Sexual A Los 8 Años Con Mi Primo Alonso
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, soy Esteban, gracias por leer mi primer relato, es completamente verídico.
Actualmente tengo 20 años, Comenzaré por describirme:
Soy un tipo normal del norte de México, mido 1.75, piel trigueña, complexión delgada.
Todo empezó una tarde en la cual me encontraba jugando con mi primo Alonso de 16 años en su Play Satation 1, como ya era costumbre, yo siempre lo había visitado por el simple hecho de poder jugar gratis en una consola de videojuegos.
Había mucha confianza en casa de mis tíos, yo podía andar libremente en su casa,
podía tomar y comer lo que yo quisiera.
Alonso siempre se ha caracterizado por ser muy alto -Actualmente mide cerca de 1.80-, piel muy blanca y ojos color miel, delgado, ni gordo ni musculoso, un cuerpo promedio.
El típico chico que las chicas buscan.
Recuerdo que hacia mucho calor, fui a la cocina y del refrigerador tome un refresco, cuando regresé nuevamente a su cuarto, él se había desnudado y con una semierección me hizo señas de que me acercara, yo curioso de poder ver de cerca aquel miembro que si al menos no era grande, era hermoso, piel rosada, testículos rugosos con un color más obscuro que el de su pene.
A.
– ¿Ya viste? Me están empezando a salir pelos en los huevos.
Efectivamente, unos cuantos pelos en el escroto ya estaban presentes, recuerdo perfectamente esa imagen.
Yo no podía dejar de ver ese miembro de aproximadamente 16 cms, lo único que hice fue arrodillarme para ver más de cerca.
A.
– ¡Tócalo! No te va a hacer nada, a menos que tu quieras jiji.
Me dijo con un tono morboso, el cual no entendía
E.
– Esta muy bonita tu pipí primo, deja la veo bien
Lo único que se ocurrió en ese momento fue oler su miembro, un olor con mezcla de sudor y suavisante para ropa muy característico percibí, yo era muy pequeño, no tenía la suficiente malicia para distinguir las intenciones de él.
Debo mencionar mis tíos en ese tiempo tenían el suficiente dinero para que no les faltara nada, no les daba para suficientes lujos, pero sí para vivir decentemente.
Habían adquirido una casa a media cuadra de en la que nos encontrábamos y planeaban habitar semanas después.
En ella sólo habían 2 sillones muy viejos y una cama individual.
A.
– Mi amá no tarda en llegar, vamos a la otra casa, te quiero enseñar un secreto que me contó Alex -Tío de él- cuando era más pequeño que tú
Intrigado, dejé el juego de lado y me dispuse a seguirlo.
Abrió la puerta muy nervioso, volteaba hacia los lados asegurándose de que nadie nos viera entrar.
Ya adentro, cerró la puerta con llave y nuevamente se desnudó, esta vez tenía una erección completa.
Me indicó que también me quitara la ropa, a lo que rápidamente accedí.
Me tomo por la espalda y me susurró al oído:
A.
– Éste es un secreto que no todos entienden, sólo tú y yo debemos saberlo, si tus papás saben, ya no te dejarán visitarme.
E.
– Sí primo está bien.
¿Cuál es el secreto?
Me comenzó a besar el cuello y la espalda, yo sentía cosquillitas por todo el cuerpo, una sensación que me encantó.
Se arrodilló y lo primero que hizo fue tocarme las nalgas, las tocaba violentamente, me nalgeaba y las besaba al mismo tiempo, yo no sentía incomodidad alguna, me gustaba lo que él hacía.
Cuando menos lo esperé, sentí su lengua entre mis muslos y nalgas, la sensación fue tan placentera que, como si me hubiera desvanecido, mis piernas se doblaron y quedé recargado en la pared.
A.
– ¿Sabes que te amo, y eres el mejor primo que tengo verdad?
E.
– S.
s.
sí primo
A.
– Te vamos a hacer lo que hacen las personas que se aman
Acto seguido, me volteó e igual de rodillas, me empezó a hacer sexo oral.
Después de algunos minutos sacó de un estante que estaba en el baño un poco de vaselina, misma que aplicó en mi virgen ano.
Fuimos a la sala y sobre el sillón me recostó, se puso atrás de mí y me dio nuevamente un beso, tomó su pene y lo dirigió dentro de mí.
Recuerdo que no tuvimos problemas, me entró rápido y sin mucho dolor,
El gemia como loco, me tocaba TODO el cuerpo, mientras que yo aún sin comprender que es lo que pasaba, me dejé llevar y empecé a gemir despacito.
Se levantó y me cargó, ésta vez me llevo al cuarto de baño y en el piso de la regadera el se recostó, yo quede de pie sobre él
A.
– Siéntate sobre mi pipí primo, ándale
Yo ya me sentía muy caliente, rápidamente me senté sobre su pene y me hizo cabalgar sobre el.
Me tomo de la cara y me hizo lamerle las axilas, me encantó ese sabor tan delicioso, de ahí uno de mis fetiches favoritos.
Ese hombre era incansable, aún sin haber terminado desde que entramos a la casa, nuevamente se levantó y me llevó al patio de la casa, y ésta vez sin necesidad de indicaciones, solito tomé su pene y comencé a chuparlo, el me empujaba contra su vientre con las manos, yo lamía sus testículos y, de repente se volteó y me dijo:
A.
– Primo, lámeme la colita así como yo te la lamí, ví tu cara de gusto cuando te lo hice a ti
Sin pensarlo comencé a lamer, dí un ligero mordisco y él en ese momento emitió un sonoro pujido, me retiró y me llevó nuevamente dentro de la casa, recogió su boxer y me dijo que me arrodillara, dicho esto me hizo oler sus boxers.
El tomó mi pequeño calzón y comenzó a masturbarse con él, me tomó del cabello y soltó un chorro de semen sobre mi pómulo derecho, con su pene golpeaba mi cara y los chorros de semen seguían.
Al terminar me besó en el cuello y la boca, me metió un dedo en el ano, lo sacó, lo olió y acto seguido, se lo metió a la boca, yo lo abracé y el acarició mi cabello.
A.
– Te amo, amo tus nalgas y ahora son mías
E.
– Está bien primo, también te quiero mucho, te prometo que no diré nada.
Regresamos a su casa y al menos por ese día, todo siguió normalmente.
Han pasado casi 13 años y mantuve mi promesa, sólo él y yo lo sabemos todo lo que posteriormente sucedió, después de todo no me arrepiento de nada.
No lo considero abuso ya que posteriormente yo lo busqué para seguir con nuestro secreto, y seguir gozando juntos.
Gracias a él descubrí lo que realmente me gusta así mismo mis fantasías más perversas.
Próximamente postearé nuestros siguientes encuentros que tuvimos casi 4 años hasta que nos dejamos de ver.
¡Saludos!
coko sigue