Mi primer orgasmo 69 con mi hermano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por getaway11.
Cuando era niño me hicieron la circuncisión y eso me hizo faltar un par de semanas a la escuela, pero más que eso me abrió a todo un mundo nuevo de sensaciones donde quería tocar todo con mi pene.
La sensación de mi calzón, el roce de las sábanas, el agua de la regadera, todo se sentía de una forma nueva y me gustaba.
Incluso me gustaba cubrirme con una cobija cuando veía la tele y bajarme la ropa para sentir como mi pequeño pene rozaba y tocaba todo.
Esta precocidad mía pronto encontraría a su mejor aliado en la pubertad de mi hermano mayor, Baruc.
Mi hermano y yo compartíamos habitación y en las noches de frío nos acostábamos en la misma cama.
También nos bañábamos juntos, a veces con nuestros padres y a veces solos.
Total que pasábamos mucho tiempo juntos como lo harían los hermanos normalmente.
Con la diferencia de que a Baruc y a mí nos gustaba meternos en casa de mi abuela y ver las revistas porno de mi tío.
Aunque éramos poco más que unos niños, nos gustaba meternos a ver las fotos de las mujeres y hombres desnudos, creo que sobre todo nos gustaba la emoción de hacer algo juntos sin que los adultos supieran.
También a veces nos ayudábamos a enjabonar en la regadera, por lo que era más o menos normal tallarnos la espalda y ese tipo de cosas.
Una noche me desperté cuando sentí una mano que me acariciaba por encima de las cobijas.
Abrí despacio los ojos y con timidez miré a mi hermano acostado junto a mí.
Me puse algo nervioso y no quise asustarlo así que fingí estar dormido.
Baruc me acariciaba la entrepierna y trataba de ver mi reacción pero yo aprovechaba la oscuridad de la noche para entrecerrar los ojos y hacer como que no me había despertado.
Entonces, ya con más confianza mi hermano se metió abajo de las cobijas y empezó a tocar mi pene, me gustó como se sentía y me dejé.
Entonces me preguntó si yo estaba despierto y no me quedó más remedió que responder en voz baja que sí.
Baruc me tomó de la mano y me la llevó hacia su pene, de inmediato me di cuenta de que mi hermano no tenía nada ropa y no pude aguantar la curiosidad de acariciarlo un poco para sentir si en verdad estaba desnudo.
No sabía cuáles eran las intenciones de Baruc pero esto nuevo que estábamos haciendo era divertido y emocionante.
Pude darme cuenta de que nuestros penes estaban duros, aunque eran más pequeños que los de las revistas pero sin duda estábamos igual de excitados.
Baruc me dijo que le chupara el pito, pero eso se me hizo raro y le dije que no.
Entonces me preguntó que si el lo hacía primero yo también lo hacía.
En verdad pené que no se atravería así que le dije que sí.
Para mi sorpresa metió su cabeza bajo las cobijas y empezó a lengüetearme la verga y los huevos, yo casi grito de la sensación y él tuvo que silenciarme con una mano en mi boca.
Luego empezó a chuparme la cabeza de mi pene y yo sentí algo que nunca olvidaré, era exactamente lo que estaba buscando al tocar todo con mi pito, la sensación tibia y húmeda del interior de su boca, junto con su lengua rasposa y suave dándome vueltas por dentro y sus labios apretando todo, subiendo y bajando por mi palo.
Era una sensación que me gobernaba desde la verga hasta el cerebro, todo era completamente delicioso y yo no sabía si dejarme ir con el placer o seguir atento a lo que pasaba.
De pronto mi hermano se despegó, dejándome con ganas de más y yo sabía que era mi momento de pagar la apuesta.
Primero me quité bien la pijama para que ambos estuviéramos desnudos y luego me metí entre las cobijas.
Al principio lamí tímidamente su pito y sus bolas como él había hecho conmigo, la verdad no me gustó nada el sabor ni la sensación pero las apuestas con mi hermano eran algo en serio y era mi hora de pagar.
Así que sin darle más vueltas puse la puntita de mi lengua sobre su pene y me llegó un sabor salado fuerte pero agradable.
Me metí su pito a la boca y traté de succionarlo con cuidado de no lastimarlo con los dientes.
Mi hermano me agarró por la cabeza y empezó a moverme de arriba hacia abajo, después de unos cuando movimientos guiados por sus manos empecé a morverme solo.
La sensación de su verga entrando y saliendo de mi boca era más delicioso de lo que pude haber imaginado.
Además el sabor de su verga me llenaba toda la boca y me dajaba una sensación un poco grasosa que nunca había experimentado.
Mi hermano tuvo que detenerme y de pronto me dijo que ya se iba a su cama a "terminar".
Yo sabía a lo que se refería, pero yo nunca había eyaculado, así que no tenía idea realmente.
lo dejé que se fuera y esa noche me esperé a que se me pasara la excitación para quedarme dormido.
Así pasaron varias noches en que mi hermano empezó a meterse en mi cama por las noches y nos chupábamos los dos hasta que él decidía irse a su cama a terminar.
Yo me conformaba con chuparle el pito y dejarme chupar, me gustaba mucho hacerlo y no veía nada de malo en ello.
No recuerdo exactamente pero supongo que pasaron un par de semanas en que la cosa se pusiera más seria.
Una noche estábamos haciendo un 69 en mi cama, ya habíamos tomado más confianza y yo tenía mejor técnica para chuparle el pito.
Entonces mi hermano empezó a lamerme los huevos y se fue yendo más abajo hasta el lugar entre los huevos y el culo.
Yo empecé a sentir unas cosquillas extrañas que no había sentido antes, solo sabría describirlas como cuando bajas muy rápido en la rueda de la fortuna.
De pronto mi cuerpo empezó a estremecerse y yo sentía que mis músculos se movían rítmicamente fuera de mi control como si hubiera choques eléctricos recorriendo mi cuerpo desde la entrepierna hasta mi ombligo.
Perdí por unos segundos la sensación de mí, tanto así que no sabía más si estaba acostado, parado o dando vueltas.
En unos segundos esa sensación tan intensa se terminó y solo pude notar que mi hermano y yo estábamos todos cubiertos en gotas espesas de un líquido que olía muy fuerte a cloro.
Me espanté y por curiosidad prendí la luz, por reacción traté de ver qué era ese líquido viscoso pero no era nada que yo conociera, lo olí, probé un poco y todo era muy raro.
Miré a mi hermano con un poco de miedo y él me dijo, no te preocupes es normal, te acabas de venir.
Baruc se dio cuenta de que yo no acababa de comprender lo que había pasado así que se empezó a masturbar en frente de mí y en unos pocos segundos empezó a estremecerse, puso los ojos en blanco y de su pito salieron volando gotas del mismo espeso líquido con olor fuerte.
Salieron volando tan fuerte y fuera de control que unas me pegaron en el pecho y en la cara.
Entonces entendí que yo había eyaculado por primera vez y que había tenido un orgasmo, había sido tan fuerte que ni si quiera me había dado cuenta de que el semen había salido de mi pito.
Por curiosidad toqué el semen de Baruc que me había salpicado en el cuerpo, lo olí y lo probé.
Era casi como el mío pero tenía un sabor algo diferente, sabía un poco más como su verga.
Entonces me preguntó si yo estaba bien y le dije que sí.
Se acercó a mi y empezó a lamerme el semen de mi cara y mi cuerpo.
Eso fue algo totalmente nuevo, incluso la sensación de su lengua recorriendo mi cuerpo me hacía estremecer, me gustó tanto que esa noche me fui a dormir más relajado que nunca y a partir de ahí subió la intensidad de las cosas que hacíamos juntos para siempre.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!