MI PRIMER ORGASMO FUE CON MI PRIMITA 4
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por misterchuy1.
como ya les conté, la segunda resultó ser un verdadero torbellino y cada vez que podíamos, me buscaba para darle su ración de verga, aunque solo fuera rozando sus nalguitas y la entrada de su vagina.
cuando iba a cumplir sus xv años, que acá en mi país: méxico, es todo un acontecimiento para la chica que los cumple, ya que se organiza una gran fiesta: con misa, chambelanes, super banquete, baile y alcohol a morir; y que en ocasiones, y dependiendo del presupuesto de cada quién, puede durar 2 y hasta 3 días.
el caso es que cuando mi segunda primita iba a cumplir los suyos, me invitó para que fuera uno de sus chambelanes, idea que a mi tío no le gustaba en lo absoluto, pero a la que tuvo que ceder, cuando ella le dijo que si no estaba yo, no quería nada.
el caso es que durante los dos meses en que nos dedicamos a preparar el vals y demás bailes para su “presentación en sociedad”, yo aprovechaba cualquier pretexto para acercarme a ella, masajear sus pechos, sobar sus nalgas, repegar mi verga en ellas; a lo que ella no ponía ninguna objeción, por el contrario, me respondía dándome besos furtivos, sobando mi verga o repegando su culito en ella.
debo decirles, que para ese tiempo, ella se había convertido en una mujer a la cualquier hombre quisiera tener en su cama; no es muy alta 1.5 mts., yo tampoco soy muy alto, apenas 1.6 mts. pero ella tenía, y tiene, un cuerpo que irradia sensualidad, con unos pechos como dulces melones, unas nalguitas bien paraditas, cinturita de avispa y una boca con labios no muy gruesos, pero que a muchos les hubiera gustado besar, pero sobre todo que les dieran una buena mamada; algo que yo si pude disfrutar.
en la semana anterior a la fiesta, todos andaban como locos, y precisamente un dia antes, sus papas casi no estuvieron en casa debido a que se dedicaron a hacer las compras de último momento.
poco antes de terminar el último ensayo, llamaron por teléfono diciendo que se tardarían por lo menos otras 2 o 3 horas.
de inmediato mi mente saltó a la única posibilidad que tendría con ella, y que había deseado desde hacía mucho tiempo. terminando de ensayar le dije que estaba muy tensa, que me acompañara para darle un masaje relajante. me dijo que sí, tal vez pensando lo mismo que yo.
mi casa tenía un jardín enorme, con un árbol enorme también, donde mis hermanos, primos y yo construimos nuestra casita del árbol, la que poco a poco ellos fueron abandonando, pero yo no, al contrario la remodelé, la amueblé y así se convirtió en mi refugio personal, al que nadie mas que yo tenía acceso, bueno y también mis primas y algunas amiguitas ji ji ji.
el caso es que no me costó trabajo convencerla de ir a mi refugio, que había limpiado con esmero, pensando en que todos estarían muy ocupados, incluídos mis padres, que precisamente andaban con los de ella.
al entrar, la tomé en mis brazos y la besé con mucha ternura, ella me echó los brazos al cuello y me correspondió de la misma manera; empezó a contonearse, acercando su cuerpecito de diosa al mío, de tal manera que mi verga reaccionó con una tremenda erección.
me detuve pues no quería apresurar el momento, suavemente la retiré de mi y le dije que se pusiera cómoda para darle el masaje prometido. como ya les dije, había acondicionado el refugio muy bien, parecía un pequeño departamento, pues tenía en él una cama, una pequeña cocineta y hasta un baño con regadera.
le regalé en ese momento una bata japonesa y la mandé al baño a que se desnudara totalmente y que solo se dejara la bata.
no les conté que en mis andanzas como músico, había conocido a un grupo de personas, entre mexicanos, japoneses y suecos que tenían un spa, y que proporcionaban servicios de masaje; yo aprendí sus técnicas y de vez en cuando voy a trabajar con ellos, por lo tanto, sabía muy bien lo que hacía.
mientras se cambiaba, yo hice lo mismo, me desnudé y me puse una bata similar; cuando salió del baño me quedé sorprendido al ver su escultural cuerpo, envuelto con la pequeña bata, que le llegaba a la mitad de sus bellos y muy bien torneados muslos y que hacía resaltar la redondez de sus jugosos senos.
tuve que reprimir el impulso de arrancarle la bata y cogérmela de inmediato, pero algo de lo mucho que aprendí con las clases de masaje, es que hay que tener muchísima paciencia y control, sobre todo cuando es un masaje para estimular el deseo sexual.
en el refugio tenía también una pequeña mesa de masajes y todas la cremas, aceites, yerbas y perfumes que se necesitan. la hice acostarse boca abajo en la mesa y le descubrí solamente los hombros, iniciando en su delicado cuello, con movimientos suaves pero firmes.
noté que, en realidad, estaba muy tensa y le pedí que se relajara, pero que al mismo tiempo lo disfrutara. poco a poco fui desnudando su hermoso cuerpecito, masajeándolo y al mismo tiempo estimulándolo, sintiendo como se estremecía cuando tocaba alguna de sus zonas erógenas.
al llegar a sus piecesitos, la hice volverse boca arriba. noté, por el rubor en sus mejillas, que estaba ya muy excitada y dispuesta a ser mía. nuevamente empecé por su cuello, bajando poco a poco; al llegar a sus deliciosos melones y tomar entre mis dedos sus rosados pezones, se estremeció con la sacudida de su primer orgasmo (primero de esa noche). sin hacer caso a mis deseos, continué con mi labor de llevarla al éxtasis total, masajeándo lo que faltaba de su cuerpecito ardiente.
en ese momento le dije que quería hacerla totalmente mía, y me contestó, que eso era lo que ella también estaba deseando. no esperé un momento más, la tomé en mis brazos y la acosté en la cama; nos dimos un beso cargado de deseo, le abrí las piernas con las mías, posicioné mi verga en la entrada de su cuevita que yo bien sabía que era virgen.
se la empecé a meter muy lentamente, disfrutando cada centímetro de su vagina, hasta que topé con la telita de su virginidad, le dí un fuerte empujón y mi miembro completo se le fué hasta adentro de su coñito, que parecía un horno hirviente y que me volvió totalmente loco de pasión.
yo la bombeaba con fuerza y a la vez con ternura y ella se movía al encuentro de las estocadas de mi espada viril, y, aunque era virgencita, no emitió ni siquiera una queja, sino que disfrutaba como yo de sentirse totalmente llena de mi tolete, gimiendo y sollozando de pasión, hasta que un segundo orgasmo la hizo estremecer nuevamente, viniendose en mi verga, de tal manera, que me provocó que yo tambien le soltara un verdadero río de leche hirviente, que al mezclarse con su venida, inundó cada pliegue de su recién desflorada cueva de amor, hasta desbordarse por las orillas de su recién desflorada vagina.
aunque me vacié totalmente dentro de ella, mi falo no perdió su dureza, y cuando nos recuperamos, sin sacársela, me dí la vuelta y la monté encima de mi. ella trató de moverse, pero por su falta de experiencia, lo hacía torpemente; la tomé de las caderas y la fui guiando en el movimiento, le dije que pusiera sus manos en mi pecho para equilibrarse; en pocos minutos aprendió y comenzó con movimientos lentos, que se fueron acelerando poco a poco.
yo sentía como su vagina, recién estrenada, apretaba mi verga suavemente y nuevamente me hacía enloquecer con el intenso calor que emanaba de ella, pues debo decirles, que ni antes ni después de ella, había sentido una vagina con un calor interno tan intenso; me quemaba su intensidad y me provocaba enterrarle mi tolete con furia y a la vez su inocencia me provocaba ternura, que me hacía desear seguir cogiendo con ella toda la noche.
sin soltarla, y aún dentro de ella, me senté y la abracé con fuerza; ella se inclinó para iniciar una deliciosa sesión de besos; cuando terminó, mis labios quedaron a la altura de sus senos, y yo empecé a chupar sus rosados pezones, con verdadera delicia, mientras ella se clavaba en mi estaca una y otra vez, hasta que sentí como se derramaba nuevamente, experimentando otro orgasmo, que casi le provocó un desmayo, dejándose caer encima de mi.
permanecimos abrazados unos momentos, yo me salí de ella, viendo salir mi propio semen de su vagina, mezclado con su venida y algunos hilitos de sangre, últimos restos de su recién perdida virginidad.
la acosté boca abajo, me puse atrás de ella y la hice que levantara su cadera de tal modo que su delicioso trasero quedó totalmente al aire y expuesto a mi capricho; en ese momento tuve el deseo de desflorarle también su esfínter anal, pero pensé que para eso habría otras oportunidades (y vaya que las hubo). en esos momentos lo que mas deseaba era seguir perforando ese ardiente coñito, que era mío por primera vez.
al ver semejante espectáculo, mi verga se volvió a parar totalmente y la posicioné una vez más a la entrada de su vagina, metiéndosela de un solo empujón; yo solo escuché como volvió a gemir de placer, enterrando su deditos en las sábanas y empujando sus caderas al encuentro de las mías, dejando penetrar mi miembro en su cuevita. sus gemidos poco a poco subieron de tono y volumen, hasta convertirse en gritos de mujer, cuando se vino por enésima vez, pues mi verga parecía un gatillo, que disparaba un orgasmo en ella cada vez que entraba y salía, y que me hizo explotar en una abundante venida de esperma que una vez más se mezcló con sus jugos, inundando su vagina total y plenamente.
nos quedamos dormidos, yo acostado ella encima de ella, y probablemente nos habríamos quedado así toda la noche, si no hubiera sonado mi teléfono privado: era mi hermano, que andaba con mis papás y mis tíos, para avisarme, con una clave convenida de antemano, que pronto llegarían.
me costó un poco de trabajo despertarla, pero finalmente llegó a su casa, se metió a la ducha y casi de inmediato a la cama, quedándose dormida muy profundamente de inmediato.
al día siguiente, se despertó un poco cansada, pero con el ánimo muy en alto, la fiesta, desde luego, fue todo un éxito social entre la familia y los conocidos, quedando mis tíos muy complacidos, sobre todo conmigo, pues según ellos, logré que saliera a flote lo mejor de su hija; y…en eso creo que tuvieron razón.
lo nuestro duró relativamente poco, 3 años, lo que duraron sus estudios de bachillerato, ya que ella quería estudiar una carrera que solo se imparte en la universidad de guadalajara, méxico. y al ter minar el bachillerato se fue con su mamá a radicar a esa bella ciudad; y aunque cada vez que ella venía a la cd. de méxico, nos veíamos y ocasionalmente nos dabamos nuestros buenos acostones, poco a poco dejamos de hacerlo, sobre todo porque allá conoció a su marido; pero como como comprenderán yo no lo he olvidado y creo que ella tampoco.
espero que les haya gustado este recuerdo y les prometo contarles pronto la vez que le desfloré su culito.
¡¡¡saludos desde méxico!!!
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