MI PRIMERA VENIDA
«…Estuvimos así, Yo embistiéndola de Atrás hacia Adelante, y Ella empujando sus deliciosas nalguitas de Adelante hacia Atrás…».
Hola, Les saludo nuevamente desde mi querido México.
Hoy les quiero contar cómo fue que tuve mi primera EYACULACIÓN a los 9 años con una de mis primas.
Ella y yo fuimos siempre muy unidos, pues somos de la misma edad, y en la escuela primara casi siempre estuvimos en el mismo grupo. En el 4to. Grado, el que fue nuestro Profesor, que además era un gran Músico, en la materia de Educación Artística, nos enseño muchas canciones, que cantábamos todo el tiempo, hasta el grado de HARTAR a nuestro familiares, y más aún, cuando nuestras familias se reunían, lo cuál ocurría casi cada fin de semana, pues vivíamos en el mismo barrio.
En una de esas reuniones, en casa de mis tíos, después de la hora de comer, Ella me preguntó que si ya me había aprendido la canción mas reciente de las que nos había enseñado el Profesor, pero antes de responderle, su mamá nos dijo que, si íbamos a empezar a cantar nos fuésemos a la recámara de Ella.
Nos fuimos a su recámara, y después de que Ella sacara su libreta de canciones, y sentados en su cama, ambos empezamos a cantar a todo pulmón. Para esos momentos había empezado a llover, y como el techo de su casa era de lámina galvanizada difícilmente nos iban a escuchar cantando.
Apenas llevábamos 2 canciones, cuando la lluvia y el viento provocaron que se cortara la energía eléctrica, pero eso no nos hizo desistir de seguir cantando; cómo aún era de día, nos pusimos de pie y nos paramos junto a su ventana, yo detrás de Ella, sin ninguna malicia, solo para poder ver las letras de las canciones.
Fue en esos momentos, al estar tan cerca, que sentí por primera vez el roce de mi virginal pene con sus virginales nalguitas, y también por primera vez mi verga reaccionó envarándose, al sentir la suavidad y calidez de ese mullido y delicioso culito, sobre todo, cuándo mi miembro quedó exactamente en el canalito entre sus nalguitas. Entonces, de manera instintiva, mis caderas iniciaron un movimiento de atrás hacia adelante, y con él un placer hasta entonces desconocido.
Para entonces Yo había dejado de cantar, aunque Ella NO Lo Hizo, concentrándome solo en el inmenso placer que su culito le estaba proporcionando a mi verga, y aunque al principio yo tenía las manos a mi espalda, y al ver que Ella no decía nada, poco a poco las fui llevando a sus caderitas, imprimiendo cada vez mas fuerza y velocidad a mis embestidas sobre su culito. Pronto mis manos rodearon su cintura, abrazándola totalmente, y creo que fue entonces que Ella me sintió, pues también dejo de cantar, y empezó por empinar su delicioso traserito y después a mover sus caderas al encuentro de las mías, comenzando ambos a emitir leves gemidos, que poco a poco aumentaron en fuerza e intensidad, haciendo que nuestra primera experiencia sexual, que aunque no fue la única, si es la más memorable, pues tuvo la intensidad de la 1ra. Vez, cobijada por la inocencia de nuestra infancia.
Estuvimos así, Yo embistiéndola de Atrás hacia Adelante, y Ella empujando sus deliciosas nalguitas de Adelante hacia Atrás, aunque había momentos en que nos quedábamos quietos durante algunos segundos, Ella Dejando su traserito firmemente apoyado en mi verga, que Yo empujaba también con firmeza en una Estrecha UNIÓN de nuestros infantiles cuerpos, volviendo nuevamente nuestros movimientos de Atrás hacia Adelante y Viceversa, Hasta que por último nos quedamos quietos por última vez, en que la sentí estremecerse, mientras yo sentía que de mi verga salía un líquido caliente, que pensé que era orina, pero que también me hizo estremecer. No lo sabíamos, pero ambos tuvimos nuestro 1er. Orgasmo, que ahora, ya como adultos, lo seguimos recordando con mucho cariño.
Nos quedamos así durante un buen rato, Yo, abrazándola estrechamente, mientras que Ella tuvo que apoyarse en el alféizar de la ventana para no caerse. Afortunadamente seguía lloviendo, y nadie de los que estaban en esa casa se dio cuenta de lo que había pasado.
Cuando nos recuperamos, Ella se volteó hacia mi, y nos quedamos mirando a los ojos, nuestras miradas reflejaban la sorpresa y al mismo tiempo el placer del goce vivido, Yo, con un último golpe de audacia la tomé de sus manitas y acercando mis labios a los suyos le di un tierno beso, preguntándole si le había gustado a lo que me contestó que sí; le pregunté entonces que si quería ser MI NOVIA, volviendo a responder QUE SI, nos dimos otro tierno beso, con el cuál sellamos nuestro pacto de amor infantil, jurándonos AMOR ETERNO (cosas de niños), prometiendo además no contárselo A NADIE.
Fue hasta entonces que Ella se dirigió al sanitario para cambiarse su empapado calzón, mientras yo fui hacia el que tenían a un lado del patio, donde descubrí con sorpresa, que no eran orines lo que me había salido, sino un líquido blanco y espeso, que, aunque solo eran algunas gotas, revelaban la prueba de mi PRIMERA EYACULACIÓN.
Después de limpiar mi trusa, me dirigí hacia dónde se encontraban los demás, dándome cuenta que nadie se había percatado de lo que pasó entre MI PRIMA Y YO.
Como ya les mencioné, tuvimos otros encuentros similares hasta el día que terminamos la primaria. En el último “polvito» de nuestra infancia casi nos descubre su mamá, solo que alcanzamos a componernos cuándo la escuchamos subir hacia las recámaras, pero algo se ha de haber OLIDO, ya que después de eso ya no nos dejaba solos, y si queríamos cantar no nos mandaba a la recámara de Ella sino al patio o algún lugar dónde nos pudiera observar. Por esto mismo en la secundaria, aunque íbamos a la misma escuela, no estuvimos en el mismo grupo, y en el Bachillerato ni siquiera en la misma escuela. Pero por ciertas circunstancias, y el destino, casi al finalizar este último, tuvimos otros encuentros, pero…, eso es para otro relato…
SALUDOS A ELLOS Y BESOS A ELLAS DESDE MI QUERIDO MÉXICO…
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