Mi primera vez a los 17 con una niña de 12 pt2
Segunda parte Una niña enamorada encuentra en mí el cariño que no recibe en casa..
El corazón se me aceleró, no podía creerlo, lo que fantasee toda la tarde en verdad estaba pasando. Mis padres ya estaban dormidos así que sin hacer ruido salí por el patio trasero y en la obscuridad y cuidando que los demás vecinos no me vieran llegué a casa de Jaqueline, toque y escuché su voz tímida y entrecortada decir «está abierto», entre y puse seguro a la puerta, comencé a buscarla cuando escuché su voz desde su cuarto «sube, por favor», mi corazón casi se salía de mi pecho, cuando entre a su cuarto la ví frente a la cama con la mirada al suelo con una evidente pena, un pie cruzado frente al otro y sus manos atras de su espalda dándole una expresión tierna.
Ahí estaba con aquel conjunto de lencería que había comprado para ella, el bralette cubriendo sus pequeños pechos, parecía apenas un top que por su edad apenas abría dejado de usar, pero el encaje hacia que sus pezones se erizarán y marcaran en la tela, la tanga cubria su entrepierna, la había ajustado hasta el borde para que le quedará bien, las medias recorrían sus delicadas piernas y el liguero, ajustado a sus caderas formaban la más exitante escena.
Me acerque lentamente a ella, con mi mano en su mentón, levanté su cara y con la expresión más dulce me dijo «¿me veo bien con esta ropa?», la mire a los ojos y le dije » eres la mujer más hermosa del mundo».
Pude ver cómo se relajaba al escucharme decir eso y ya más tranquila me dijo «quiero ser yo tu regalo». Al principio lo dudé, en el fondo sabía que era solo una niña, que esto no estaba bien pero la luguria y pasión pudieron más. La tomé por la cintura y la pegue más a mi mientras me acercaba a ella, tiernamente cerro sus ojitos, sin duda esperando su primer beso. Mentiría si dijera que no estaba nervioso, tanto o más que ella, sería su primera vez y también la mía. Entre sus nervios e inocencia me dió solo un pequeño beso de piquito en los labios, al fin era solo una niña, mi niña, así que comencé a guiarla para enseñarle a besar. Comencé con besos más largos abriendo ambos de a poco los labios, cuando note que le empezaba a gustar, le dije que siguiera mis movimientos con su lengua y así lo hizo, aprendía rápido mientras mis manos acariciaban su cuerpo sintiendo el toque del encaje lo cual hacia que mi verga estubiera cada vez más dura en mi pantalón.
Comencé a besar su cuello y bajar lentamente arrodillándome frente a ella, hasta sus pechos que besaba por encima del brallette mientras mis manos acariciaban sus hermosas nalguitas paraditas y su respiración se agitaba.
Me puse de pie acariciando su mejilla y tomándola de la mano la dirigí a la cama, la acosté boca arriba y subiendo a la cama me puse encima de ella volviendo a besarnos mientras mis manos acariciaban sus piernas en la suave tela de las medias. Comencé a bajar besando su cuerpo hasta llegar a su entrepierna y comencé a acariciar su vagina por encima de la tanga apartándome solo para besar sus piernas, cuando comenzó a excitarse por la situación, no lo dudé e hice a un lado su tanga sin quitársela para dejar expuesta su vagina, me acerque y comencé a besarla y acariciarla mientras Jaqueline comenzaba a mover sus caderas al ritmo de mi lengua para aumentar el placer que sentía, rodeo mi cabeza con sus piernas para atraerme más a ella, así que poniendo mis manos bajo su cadera la levanté ligeramente para seguir haciendole sexo oral, no se cuanto tiempo estubimos así, pero ella no soltó mi cabeza hasta tener su primero orgasmo, sus contracciones y el sabor de su sexo hicieron que la deseara aún más así que mientras se recuperaba volví a besarla mientras me quitaba la ropa hasta quedar solo en boxer, Jaqueline no dejaba de verme e incorporándose en la cama llevo una mano a mi verga cubierta solo por mi boxer, la acaricio mientras me decía tímidamente «está más dura que en el cine», al escucharla decir eso mi verga comenzó a palpitar, deseosa de salir, me puse de pie a un lado de la cama, ella se sentó al borde y le pedi que bajara mi boxer, en cuanto lo hizo mi verga se levantó con la cabeza brillante de precum, Jaqueline se quedó sin habla por unos minutos, es obvio que no sabía cómo reaccionar o que hacer, me pareció tan tierna esa expresión que con dulzura tome su mano para ponerla al rededor de mi verga y le mostré el movimiento que debía hacer para masturbarme, ella estaba maravillada con esta sensación y cuando creyó dominarlo me miro a los ojos con una expresión dulce como esperando mi aprobación, la cual afirmé inclinándome para besarnos.
Mientras más pensaba en el momento y la situación mi verga más dura se ponía, así que le dije que le enseñaría a darme placer, sus ojos se iluminaron, feliz de aprender algo nuevo. (Mi verga es promedio, mide 14 cm y algo gruesa, nada fuera de lo común) le dije «Abre tu boca y saca un poco tu lengua, pon solo la cabeza dentro de tu boca y chupala despacio como si fuera un helado, cuida tus dientes, solo debes usar tus labios y lengua». Después de mi explicación trago saliva y lentamente se acercó a mi verga para hacer lo que le pedí. Era algo torpe al hacerlo, pero eso me recordaba que era su primera vez, que era mi niña aprendiendo a dar placer y eso hacía que fuera aún mejor.
Cuando dominó el movimiento con su lengua ella misma tomo la iniciativa de seguir con la masturbación sin separar sus labios de mi verga, dándome una mamada deliciosa que de no contenerme me hubiera echo correr. Me separé y ella confundida me preguntaba que si había echo algo mal a lo que solo atiné a decir «al contrario, eres increíble y por eso quiero hacerte mía esta noche». La volví a acostar en la cama boca arriba y besándola subí sobre ella, acomode mi verga en la entrada de su tierna vagina y comencé a meter la cabeza de a poco mientras la besaba para calmarla, ella comenzó a quejarse un poco pero dijo que estaba bien así que lentamente comencé a meter más mi verga en su pequeña y estrecha vagina, la sensación era increíble, la suavidad y claro, lo apretado y lubricado de aquella vagina a medida que mi verga se abría paso era algo magnífico.
Al cabo de un momento, mi verga se había perdido por completo en la vagina de aquella niña que esa noche se convertiría en mujer. Cuando se acostumbró a tenerla dentro comencé a moverme lentamente, sacaba mi verga casi por completo y volvía a meterla cada vez más rápido gracias a su propia lubricación hasta que nuestros cuerpos consiguieron un ritmo mutuo de placer interrumpido por un grito ahogado de Jaqueline y contracciones en su cuerpo, se estaba corriendo, estaba experimentando su segundo orgasmo y rodeó mi cadera con sus piernas para evitar que me moviera mientras yo la besaba para aumentar su exitación, se veía que estaba cansada, satisfecha, pero yo aún no había acabado, queria más de aquella niña. Le di la vuelta en la cama abrí sus piernas y levanté su hermoso trasero, volví a hacer a un lado la tanga y me acomode para penetrarla nuevamente, Jaqueline intento protestar pero estaba tan cansada que solo hundió su cabeza en las almohadas mientras sentia mi verga entrar en ella y mis manos aferrándose a sus caderas para entrar hasta el fondo. Esta vez la penetración fue mucho más fácil, tal vez por su desvirgacion o la posición, pero no tarde en apoderarme del ritmo y comenzar a penetrarla disfrutando de ese cuerpo. Podía escuchar sus gemidos ahogados por la almohada y el choque de nuestros cuerpos y fluidos inundando la habitación mientras un tercer orgasmo la hacía desvanecerse de a poco en la cama.
Estiré mis manos para acariciar sus pechos y la levanté desde esa posición para besarnos mientras ambos recuperábamos fuerzas. Le dije que quería probar otra posición, me acosté boca arriba y le pedí que subiera y me montara, ella temblorosa pero exitada lo hizo, subió en mi y acostándose en mi comenzó a besarme mientras mis manos acariciaban su cuerpo. Entonces comencé a guiarla, le explique como debía montarse en mi verga y penetrarse ella sola hasta el fondo para después iniciar un movimiento de cabalgar, me miró con deseo y lujuria en sus ojos y después hizo lo que le pedí, tal vez por el cansancio o la posición, pero tardó un poco en acostumbrarse, pero al hacerlo pude notar que le encantó, tenía el poder de controlar su cuerpo y el mío para aumentar el placer que ambos sentíamos y fue tal el grado de exitacion que nuevamente se desplomó en mi pecho al correrse por cuarta vez, su cuerpo temblaba y su respiración entrecortada se combinaban con su cara de niña que expresaba placer absoluto haciendo que no pudiera aguantar más, la abracé por la espalda y comencé a mover mis caderas tan rápido como podía hasta que me corrí dentro de la pequeña Jaqueline mi niña de 12 años. Ambos estábamos tan cansados que nos quedamos ahí, acostados, ella encima de mi hasta recuperar el aliento. Cuando por fin volvimos en si no pudimos hacer mas que vernos a la cara, sonreír y besarnos.
Eran ya las 12am la habitación olía a sexo y nosotros aún más, algo preocupado le dije que debíamos arreglar el lugar antes que llegarán sus padres pero dijo que estaba bien, que no llegarían hasta el siguiente día en la tarde. Me acerque a ella y la volví a abrazar, le dije que en ese caso disfrutaríamos el momento, puse una alarma a las 5 am y nos acostamos abrazados, hasta quedarnos dormidos.
Cuando la alarma sonó, desperté a Jaqueline, le dije que debía darse un baño, ella ya sin pudor alguno se quitó la lencería de la noche anterior, se acercó y dándome un beso me dijo «te amo» para luego correr al baño. Comencé a arreglar su habitación mientras pensaba en todo lo sucedido, ella era una niña, si, pero una niña que siempre estuvo enamorada de mi, que buscó ese cariño que no le dieron en casa en alguien más, en mi que siempre la ví como mi hermanita y ahora se había convertido en una mujer, una mujer la cual yo también amaba.
Cuando terminó de bañarse regreso a la habitación completamente desnuda, se paró frente a mi y antes de que pudiera decir algo la cargue en mis brazos y le dije «yo también te amo».
Cuando regresé a mi casa, eran ya las 6am y tome un baño para tratar de disimular que había pasado la noche fuera, ese sábado debía preparar trabajos de fin de curso de la preparatoria, aunque aún no terminaba de procesar lo que había pasado, me costaba concentrarme y terminaba mandándole mensajes para ver cómo estaba a lo que Jaqueline me respondía que feliz, emocionada y con ganas de repetirlo. Desde ese día comenzó una relación secreta entre nosotros, ya no éramos vecinos, amigos o hermanos, eramos una pareja, un chico de 17 y una niña de 12 que perdieron su virginidad juntos, una pareja que se ama en silencio.
Pronto publicaré la tercera parte de mi vida con Jaqueline.
Si alguien quiere contactarme pueden hacerlo en este correo [email protected]
Muy excitante con erotismo y amor.
Es excitante, pero lleno de amor, sin duda yo haría lo mismo con una chica que no tuviera el cariño que alguien no le da.