Mi primera vez con mi primo
Un nene de 9 guiado por su primo de 13.
Hola a todos, esta es mi primera vez escribiendo un relato, así que espero que sea de su agrado. Este relato es 100% real.
Me llamo José y esto ocurrió cuando yo tenía 9 aproximadamente. Estaba de viaje con mi mamá y mi abuela materna a la capital del país. Nos quedamos en casa de mis tíos que tenían dos hijos, en ese entonces la mayor (Diana) tenía 17 y el menor (Simón) tenía 13.
Un día mi mamá junto con mi abuela y mis tíos decidieron salir y nos dejaron a Simón y a mí bajo el cuidado de Diana. Diana no solía acercarse a hablar o jugar con nosotros, supongo que le parecía aburrido y estaría más interesada en salir con sus amigas o con su novio, si es que tenía uno en ese momento. Simón y yo sí éramos más cercanos y nos quedamos en el cuarto jugando Play Station mientras Diana estaba en la sala.
Pensándolo ahora, Simón estaba en un edad dónde solemos explorar nuestro cuerpo y nos llama la atención todo lo referente al tema sexual, y eso explica por qué mientras jugabamos play me preguntó si alguna vez había besado a alguien. Le respondí que no (aunque era mentira ya que cuando era más pequeño solía besar a un amigo en la escuela sólo por diversión y por imitar a los adultos de la televisión), a lo que Simón me dijo que, si yo quería, él podía mostrarme cómo era besar a alguien; me pareció bien y le dije que sí. Inmediatamente Simón puso pausa al juego y se acomodó frente a mí (estábamos sentados en su cama) y me empezó a besar. Fue un beso un poco accidentado pues éramos dos inexpertos pero recuerdo su lengua dentro de mi boca y me caliento demasiado.
Luego de varios segundos besándonos nos separamos y Simón me preguntó si me había gustado, le dije que sí y le pregunté si a él le había gustado también.
– Sí, me gustó mucho – me dijo Simón, bajando su mirada a su entrepierna – pero ahora se me paró.
Simón tenía una erección que se marcaba sobre el pequeño bermuda que tenía puesto. No dije nada ya que no tenía idea de qué estaba pasando.
– Me está molestando un poco – Dijo Simón, para luego sacar su pene del pantalón. Me parecía un pene muy grande y grueso, pero era primera vez que veía uno que no fuera el mío así que tal vez era un pene promedio, tenía vellos largos y estaba limpio, la verdad era un muy hermoso pene.
– Ven acá – me dijo mientras me agarraba con una mano por la parte de atrás de mi cabeza y me llevaba a su pene. Con la otra mano agarró su miembro y lo puso en mis labios, y yo automáticamente abrí mi boca y él empujó su pene dentro de mi boca, y sin saber bien qué era lo que hacía yo empecé a chupar su pene de arriba a abajo, una y otra vez sin sacarlo de mi boca. Él se acostó totalmente en la cama y yo seguí chupando durante un rato largo. Algo dentro de mí me decía que estaba mal, que si mi mamá o mis tíos o Diana nos veían nos iban a regañar, pero al mismo tiempo me gustaba y no quería parar, así que seguía chupando. Era muy grande para mí, tanto que no entraba completo en mi boca, pero me gustaba.
Luego de un rato Simón se sentó, se quitó el bermuda completamente y empezó a quitarme el pantalón a mí también para ver mi pequeño pene que estaba semi duro. Me pidió que me acostara y lo hice, y luego él empezó a chupar mi pene hasta que se puso duro, era fácil para él meterlo completo en su boca, sentía su lengua jugar con mi pene dentro de su boca y eso me encantaba. De repente de sorpresa Simón me levantó las piernas un poco y empezó a lamer mi trasero, no supe cómo reaccionar pero su lengua jugaba con mi ano y me gustaba mucho, hizo eso durante unos segundos y luego volvió a seguir chupando mi pene.
Creo que mientras lo hacía se estaba masturbando porque en un momento dejó de chuparmelo, se acostó a mi lado y me pidió que se lo chupara a él otra vez, así que me senté y llevé mi boca de nuevo a su pene erecto, y en cuestión de segundos acabó en mi boca, yo no sabía qué era eso ni qué hacer pero por instinto empecé a tragarme todo lo que tiempo después supe que era semen. Cuando terminó de eyacular simplemente se puso de nuevo su pantalón y me pidió que me vistiera también, y luego de eso seguimos jugando como si nada hubiese pasado. El día transcurrió normalmente y no hablamos de lo sucedido ni se repitió durante el resto de días que estuve ahí, supongo que porque ya luego nuestros padres no nos volvieron a dejar solos.
Volví a mi ciudad junto con mi mamá y mi abuela y no supe más de Simón hasta tres años después, cuando ya yo tenía 12 y él tenía unos 16. Esa vez viajé de nuevo a la capital pero únicamente con mi abuela materna, y de nuevo nos quedamos en casa de mis tíos. Ya Diana había empezado la universidad y pasaba poco tiempo en casa, y mis tíos junto con mi abuela solían escuchar música en la sala y hablar de sus cosas de adultos, mientras Simón y yo nos pasábamos jugando en el cuarto. Ya yo sabía lo que era la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad, y había decidido que lo que pasó con Simón años atrás había sido simplemente para experimentar y probar, pero que definitivamente yo era heterosexual, cosa que cambiaría con los años.
Un día mis tíos salieron, nos dejaron a Simón y a mí al cuidado de mi abuela quien se durmió en el otro cuarto luego de almorzar. Simón y yo estábamos acostados en la cama viendo televisión, estábamos arropados completamente desde el cuello hasta los pies porque estaba haciendo bastante frío en ese entonces. Yo estaba a la izquierda y él a la derecha de la cama. Todo iba normal hasta que Simón empezó a hacer un movimiento raro bajo la sábana.
– ¿Qué haces? – Le pregunté. Simón solamente rió pícaramente y levantó la sábana con la mano izquierda para mostrarme que se estaba masturbando. No pude disimular mi cara de asombro, me daba miedo que mi abuela despertara y lo encontrara masturbándose. Él soltó la sábana y con su mano izquierda agarró mi mano derecha y la colocó sobre su pene, el cual había crecido bastante desde la última vez que lo ví. Empecé a masturbarlo y él empezó a besarme intensamente y yo no me negué. Ya ambos teníamos experiencia en besar así que fue un beso súper delicioso y excitante, nuestras lenguas jugaban y él mordía mi labio inferior, yo seguía masturbandolo y luego de unos segundos él bajó mi pantalón sin dejar de besarme, agarró mi pene y empezó a masturbarme también, así pasaron unos minutos hasta que él bajó y me lo empezó a chupar. Lo chupaba delicioso, a veces paraba y empezaba a masturbarme para luego volver a chupar, hasta que le avisé que iba a acabar y se lo metió en la boca para tragarse todo mi semen. Lancé varias corridas y no se lo sacó de la boca hasta que acabé totalmente. Se tragó todo, subió nuevamente para quedar a mi lado y me dijo: «Ahora me toca a mí» así que sin decir nada más bajé y empecé a chuparle su pene con mucho ánimo, ahora que sabía lo que era el semen tenía ganas de hacerlo acabar nuevamente en mi boca. Hice igual que él, chupaba y masturbaba repetidas veces, esta vez sí me cabía completo así que lo introducía desde el glande hasta la base repetidas veces hasta que lo hice acabar en mi boca, y nuevamente me tragué todo su semen.
Cuando acabó totalmente subí y de nuevo me acosté a su lado, nos reímos y seguimos viendo televisión, luego yo me quedé dormido.
Fue la última vez que hice algo sexual con él, ya que luego de eso él consiguió novia, pocos años después yo también conseguí novia y luego él se mudó a otro país. Nunca hablamos sobre lo ocurrido.
comos igue
ya voy a publicar mi segundo relato. Con mi primo no hubo más encuentros pero contaré toda mi vida sexual en mis relatos