Mi primera vez con mi tía.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Jcarush.
Nunca me he considerado demasiado agraciado (mido 172 cm, soy un poco fornido y rellenito, de piel café y ojos café obscuro así que soy promedio en mí país), diría que lo normal y por lo mismo siempre he sido retraído, pero durante el tiempo en que sucede mi historia llegué a ser más asertivo y fue así que pude llegar a tener sexo con mi tía.
Llevaba un tiempo haciendo visitas esporádicas a la casa de mi tío, que la mayoría del tiempo estaba fuera por su trabajo, los relatos de este tipo siempre tienen este ingrediente, pero lo cierto es que me lo llegué a encontrar una que otra vez antes de que se fuera a trabajar, después, cuando las cosas llegaron a más, mi tía y yo nos poníamos de acuerdo por mensajes, para evitar que él me viera tan seguido en su casa.
Las visitas no eran muy seguidas, pero conversábamos mucho y llegamos a tener una buena química los dos.
De 40 años, las mejores cualidades de mi tía eran sus senos de copa D, redondos y apetecibles, su trasero era firme, todavía recuerdo la sensación en mi mano al tocarlo, ella mide 160 cm, tiene el pelo negro y chino y la piel clara.
Un día comenzamos a hablar y ella comentó que hacía mucho tiempo a ella la habían violado, comenzó a llorar un poco y la abracé, acaricié su pelo y espalda, desde ese momento sentí una atracción por ella que no pude contener mucho tiempo.
Aquella vez no hice nada, pero la siguiente semana llegué a su casa decidido a hacer la proposición.
Conversamos normalmente en el sillón cuando me puse serio, cuando se lo propuse mi corazón latía muy rápido, estaba nervioso y mi estómago estaba revuelto porque no sabía qué iba a decir.
Finalmente le dije que quería tener sexo con ella y simplemente me sonrió, supongo que en ese momento ella ya quería proponerme algo o esperaba que yo hiciera el primer movimiento.
Entre risas nerviosas comenzamos a platicar de la atracción que había entre ambos y poco a poco nos fuimos acercando hasta que sin mediar palabra comencé a masajear los enormes senos que ella tenía.
Ella comenzó a respirar más rápido y yo me dirigí a desabrochar el sostén a la vez que ella acariciaba mi pene por arriba del pantalón.
Cuando pude ver sus pezones de color café obscuro y no muy grandes no lo podía creer, estaba chupando los pezones de mi tía que, además tenía un buen cuerpo.
Cuando me di cuenta estaba chupando con mucha fuerza y me controlé para no dejar marcas.
Después le besé el cuello y luego la besé en la boca con pasión mientras apretaba sus cabellos y los jalaba un poco.
Todo pasó rápido.
Ella se ofreció de repente a hacerme un oral y antes de que aceptara ya la tenía lamiéndome completamente, succionando de una manera tan rica que no podía ni siquiera pensar en otra cosa más que en el cuerpo de mi tía, alguien a quien nunca pensé en cogerme, allí, tan cerca de mí y con el permiso de agarrar todo lo que quisiera.
A mí nunca me habían hecho llegar al orgasmo con un oral, pero ella logró que en pocos minutos estuviera a punto de venirme cuando la detuve en seco, no quería que todo pasará tan rápido.
Quería penetrarla, así que me paré, le dije que se bajara los pantalones y así, medio vestidos y con los pantalones a media pierna, hice su tanga a un lado y comencé a penetrar su vagina, que ya estaba rezumado jugos vaginales, de pie y desde atrás.
Las primeras embestidas fueron suaves para lubricar, pero pronto comencé a golpear casi con furia sus nalgas con mi abdomen mientras mi pene se hundía completamente en su vagina.
Acaricié sus senos mientras ella gemía, lo hacía calladamente, pues mi primo, su hijo, se encontraba en su cuarto escuchando música en el piso de arriba.
Después comencé a buscar su clítoris entre sus vellos púbicos, yo soy peludo y siempre me han atraído las mujeres que son velludas sin ir a los extremos, así que encontrar una buena cantidad de vello fue algo que me prendió más.
Cuando encontré su clítoris y comencé a masajearlo mi tía tuvo que tapar su boca mientras seguía haciendo sonidos guturales y yo detenía mis embestidas rápidas y cambiaba por unas espaciadas y fuertes.
Siempre fui alguien a quien le gustaba ahorcar levemente a sus parejas, algo que obtuve de una ex, y me sorprendí cuando mi tía no dijo nada al yo rodear su cuello con uno de mis brazos y apretar un poco.
En esa posición y con el pene más duro que nunca comencé a penetrarla con mucha más fuerza tomando más vuelo y haciendo impredecible cuándo llegaría la siguiente embestida.
En este punto ella se en encontraba viéndome de reojo, lo cual me excitaba todavía más
.
Después nos sentamos en el sillón y ella comenzó a cabalgarme, los sentones que daba hacían que sus nalgas se movieran muy rico cuando comenzaba a mecerse para adelante y para atrás, acariciaba su culo y abría bien sus nalgas para poder tener una mejor vista de su ano que siempre ha sido uno de mis fetiches.
En aquel momento hubiera querido darle una nalgada con toda mi fuerza, morderle la espalda y dejarle marcas, pero no podía dejar evidencias así que lo único que hice fue jalar su cabello con la mano izquierda, lo que parece que la excito porque pude sentir las contracciones de su vagina a la vez que dejaba escapar uno que otro gemido.
Duramos así unos diez minutos hasta que finalmente le dije que me la mamara.
Ella se puso de rodillas y procedió a darme la mejor mamada de mi vida hasta ahora y yo me vine en su boca.
Con su habilidad logró tragar la leche (eso es algo que siempre me ha gustado que mis parejas hagan), lo cual me prendió todavía más.
Siendo un hombre de senos procedí a chupar bien los pezones de mi tía sólo como un juego después de que me vine pues ese día nada más pasó, hubiese querido morderlos bien y dejarlos rojos, pero eso hubiera causado problemas.
Cuando estábamos haciéndolo el hecho de que su hijo estuviera en la casa subió la adrenalina lo que me excitó más.
Ella había tenía mucha experiencia con hombres y es la clase de pareja que uno quiere en la cama, arrojada y muy cachonda, lo supe desde esa vez.
No fue la última vez que tuvimos sexo, sí fue la más breve, pero fue una de las mejores experiencias que he tenido.
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