Mi primera vez – Parte 3 – El reto
Tercera parte de mi historia real acerca de mi despertar sexual. Un paso más cerca a mi primera relación sexual..
Continuación de la parte 2 – El despertar
El reto
El tiempo seguía pasando y la lucha de mis sentimientos y arranques físicos propios de la edad me traía loca. Tenía buenos días en donde todo pasaba con normalidad; y tenía otros en donde todo el tiempo me la pasaba pensando en todo lo que había pasado con mi tío… y en mi mente nacían toda clase de ideas y pensamientos. Con mis amigas eran más recurrentes los temas relacionados a esto; ellas también andaban con sus cosas ¡Pero ninguna con su tío! Obviamente ellas no sabían nada, yo solo les platicaba que me tocaba y me masturbaba, pero sin pensar en nadie y que no había nadie que me hiciera sentir así. Dos de mis amigas sí estaban saliendo con chicos que las pretendían y platicaban que ya tenían sus roces y sus fajes, pero ninguna había llegado más allá de un buen agarrón de nalgas y de chichis. Siempre después de tener esas pláticas con mis amigas terminaba caliente y con ganas de más… pero terminaba igual, masturbándome.
Un día, mi mamá acompañó a mis abuelos a hacer un trámite en el seguro y se tardaron más de lo pensado por lo que no pudo pasar por mi a la escuela. Le llamó a mi tía para que pasara por mí, pero ella tampoco podía porque justamente tenía una junta de padres de familia en la escuela de mis primos. Mi papá no era opción porque al trabajar en un banco no se podía salir. Después de unos minutos mi mamá me avisó que mi tío pasaría por mí. ¡Sí!!!! ¡Vería a mi tío favorito!!! De inmediato empecé a sentir el nervio y la emoción al mismo tiempo. ¿Pasaría algo nuevamente? Me preguntaba una y otra vez en lo que esperaba.
Eso hizo que recordara que traía puesto el mini mallón debajo de la falda del uniforme (como siempre me decía mi mamá) y eso podría ser un estorbo en caso de que pasara algo nuevamente. Corrí al baño a quitarme dicha prenda y poder quedar solo con mi pantie bajo la falda. Salí a la puerta de entrada a esperar a mi tío y después de un rato lo vi llegar… y qué bueno, porque ya me estaba desesperando; tardó mucho y ya quería irme.
Se estacionó y se bajó para abrirme la puerta (siempre ha sido muy caballeroso) y de paso saludarme.
_¡Hola mi princesa hermosa!_ me dijo con una amplia sonrisa en su rostro
_¡Hola tío!_ le contesté con el mismo entusiasmo y corrí a su encuentro para abrazarlo. Nuevamente me dio un abrazo fuerte… rico. Volé al sentirme entre sus brazos… y su aroma… me embelesó totalmente. Me abrió la puerta de la camioneta y me subí haciendo maniobras por que la mochilota que llevaba a la escuela me estorbaba. Él la tomó y la guardó en el asiento de atrás. Cerró la puerta y se subió. Arrancó y empezamos a charlar temas relacionados con mi escuela, lo de siempre. Me dijo que iríamos a su casa y que ahí pasaría mi mamá por mi y le dije que estaba bien y que no había problema. El trayecto era normal, solo charlábamos y no pasaba nada… por un momento pensé que tal vez él no quería… no sé; de repente mil preguntas inundaron mi mente.
A lo lejos vi que nos aproximábamos a una tienda de autoservicio y le recordé que me debía una tarjeta de Google Play que me había prometido aquel domingo que fueron a comer a mi casa (ya habían pasado semanas de eso) a lo que el contestó: _¡Cierto! ¡Lo había olvidado!_
Vi la oportunidad perfecta y le respondí a modo de reclamo: _Uy tío, qué mala onda eres… ya no me quieres_ y puse una carita de tristeza.
_¡Cómo crees que ya no te voy a querer! Te adoro con todo el corazón_ contestó él tratando de confortarme. _En este mismo momento pasamos por tu tarjeta y por todo lo que mi princesa quiera_
Una gran sonrisa apareció en mi rostro y solo dije: _¡Sí!!!!!_ mientras aplaudía.
Nos estacionamos, bajamos y entramos a la tienda. _¿Seguro que puedo pedir lo que quiera?_ le pregunté solo para confirmar y el asintió. Agarré dulces, varias botanas, un refresco, chicles y ya que llegamos a la caja pedí mi tarjeta de Google Play de 300 pesos. Mi tío le dijo al cajero que mejor una de 600 pesos. Me dio tanta emoción que solo atiné a colgarme de su cuello con un fuerte abrazo y decirle _¡Gracias tío!_ y le di un beso tronado en su mejilla.
_De nada mi amor_ contestó. Pagó todo y nos retiramos. De nuevo me abrió la puerta. Eché toda la mercancía en el asiento de atrás junto a mi mochila y me subí. Él hizo lo propio y antes de que arrancara la camioneta me abalancé hacia él y le di otro abrazo fuerte. Apreté su cuello con mis brazos para hacerle sentir mi felicidad y agradecimiento. Él, como pudo, me abrazó por la cintura.
Era complicado porque es difícil abrazarse dentro de un automóvil, pero por la emoción del momento me acomodé de tal forma que pudiéramos darnos el abrazo. Al estar abrazados yo no quería soltarlo y él aprovecho la ocasión. Sutilmente deslizó su mano izquierda hacia abajo, lentamente… y se detuvo al llegar al lugar en donde termina mi espalda y empieza mi nalga derecha. Al sentirlo, yo apreté más mis abrazos hundiendo mi cara entre su hombro y su cuello… embriagándome con el aroma de su loción. Al ver que no lo soltaba, él procedió y empezó a acariciar mi nalga aún por encima de la falda… con suavidad y delicadeza. Hacía pequeños círculos. Y poco a poco amplió el rango de su caricia hasta de plano acariciar casi toda mi nalga en su totalidad. La posición en la que yo estaba al estarlo abrazando le daba total acceso a esa zona de mi cuerpo.
De nuevo mi corazón empezó a latir más rápido y la temperatura se empezó a elevar… de repente mi cuerpo dio un pequeño brinco al sentir cómo su mano se aventuró a explorar más allá y alcanzó una zona muy cercana a mi colita, lo cual fue intempestivo.
De manera natural nos separamos y nos sonreímos mutuamente de forma pícara y con cierta complicidad. Nos acomodamos y reanudamos el camino a su casa. Yo ya estaba caliente y con muchas ganas de seguir haciendo cosas… estaba totalmente entregada a las ganas que cada vez más se iban apoderando de mi cuerpo. Decidí, ser yo la que diera el primer paso. Con la excusa de acomodarme bien el cinturón de seguridad, me senté de una manera más relajada y en un movimiento que traté de hacer de la manera más sutil subí “sin querer” la falda de mi uniforme. Si bien no era una falda corta, sí la usaba un poco más arriba de lo permitido, por lo que con el movimiento que hice la falda se subió hasta la mitad de los muslos, dejando buena parte de mis piernas al descubierto. Como movimiento final me terminé de acomodar con las piernas semi abiertas… lo suficiente para dejar ver apenas una parte de mi ropa interior y mi entre pierna.
Mi tío se dio cuenta de todo y no pudo fingir su cara de asombro y hasta sorpresa. Se concentró unos instantes en la conducción del vehículo y me siguió haciendo la plática.
_Ahora sí te compraste media tienda_ me dijo en tono burlón
_Yo no. Mi tío favorito me lo compró todo_ contesté como toda una niña consentida.
_¿En verdad soy tu tío favorito?_ me preguntó con un interés real y sincero, al mismo tiempo que su mano derecha se posó en mi muslo izquierdo.
Esta vez no me sorprendió… era justo lo que quería y lo que esperaba.
_Claro tío, eres mi tío consentido y te quiero mucho_ le dije mientras tomé su mano. De inmediato noté que la puso floja, tal vez pensando en que la iba a quitar. Su sorpresa fue tan evidente cuando se dio cuenta que lejos de quitarle la mano, lo que hice fue moverla lentamente hacia arriba… y luego hacia abajo… como si trata de mostrarle cómo acariciarme. Después de repetir un par de veces la solté y dejé que él lo hiciera solo. Y así fue; me empezó a acariciar suavemente… el tacto de su mano en mi muslo me empezó a poner a mil. Su mano me acariciaba con delicadeza, subía y bajaba como yo sutilmente le indiqué. Mi vista estaba hacia el frente, ya había decidido entregarme al momento, pero lo haría sin verlo porque a pesar de la calentura y lo comprometedor de la situación, en el fondo me daba pena.
Él también tenía su vista fija en el camino porque iba manejando… pero si dejar de acariciarme. Después de un momento de repetidas caricias en la misma zona de mi muslo, se aventuró a ir más allá y poco a poco su mano fue subiendo e internándose entre mis muslos. Subió lentamente y no se detuvo hasta tocar de manera franca y directa mi sexo. Al llegar ahí, acomodó su mano de tal forma que sus dedos medios tocaron plenamente mi entrepierna por encima de mi calzón.
Mi cuerpo no tardó en estremecerse y lanzar toda clase de descargas y oleadas de calor que hicieron que mi respiración se agitara poco a poco. Mi corazón estaba a nada de saltar de mi pecho y yo solo estaba entregada a lo que estaba sintiendo. De nuevo me asaltó el pensamiento de que mi ropa interior estuviera mojada, pero no me importó. De hecho, creo que al contrario, buena parte de mí quería que mi tío se diera cuenta cómo me ponía con sus caricias.
Empezó a mover sus dedos y a frotar la zona en donde está mi clítoris… lentamente, haciendo círculos… yo solo me estremecía y me mordía los labios para tratar de disimular le placer que estaba sintiendo. Mi concentración estaba en no soltar ningún gemido o algún suspiro que me evidenciara, solo que al estar concentrada en eso, no me percaté que de manera inconsciente abrí más las piernas… tanto que la postura ya no era natural. Mi tío lo aprovecho para hacer sus caricias y movimientos más directos y evidentes. De repente, las luces de alarma se encendieron al sentir que su mano subió un poco hacia mi vientre y lentamente, sus dedos buscaron el acceso por la parte de arriba de mi ropa interior. De inmediato se me fue la respiración y me petrifiqué… nunca pensé en que se diera la posibilidad de que sus caricias llegaran más allá de mi ropa interior… ¿Qué hago??? Me pregunté mientras los dedos de mi tío seguían buscando el acceso a mi zona prohibida. Estaba tan excitada que no quería romper con el momento. Después de pensarlo solo unos segundos decidí continuar y entregarme por completo al momento… finalmente, ya quería sentir en mi sexo una mano que no fuera la mía.
Plenamente conscientemente, me acomodé para poder abrir más las piernas y darle acceso total a la mano de mi tío. Él, acomodó su mano de tal forma que lentamente introdujo sus dedos en mi ropa interior… solo su dedo pulgar quedó fuera. Sentí como alcanzó la zona de mi vello púbico, que era apenas un incipiente mechón de vellos castaños que empezaban a arremolinarse. Los tocó, los acarició y con delicadeza los jaló… como para tratar de notar cuál largos eran. Yo estaba a 3 segundos de desfallecer… mi corazón latía con tal fuerza y velocidad que temía que me diera un infarto en ese preciso momento.
Siguió el jugueteo de sus dedos con mis pelitos, hasta que los soltó y bajó más su mano hasta llegar al lugar que solamente yo había tocado previamente. Lenta y suavemente, tocó mis labios… recorriendo de arriba abajo… podía sentir 3 de sus dedos realizando la exploración hasta que, en su recorrido a través de toda mi rayita su dedo medio se movió y se internó sutilmente dentro de mi vagina.
¡Dios mío! Mi mente gritó y solo pude contener la respiración… cerré mis ojos y no pude más. De manera casi automática con mi mano izquierda tomé la mano de mi tío, la detuve y aprisioné para que ya no pudiera moverla. Él dio un sobresalto e inquirió:
_¡Perdón! ¿Te lastimé?_
Me llevó unos instantes el poder contestar porque de plano no podía… tenía atorados en mi garganta gemidos y suspiros y era como una olla exprés, tenía que dejar salir la presión primero antes de articular cualquier palabra.
_N… no tío, no te preocupes… no me lastimaste_ fue mi respuesta un tanto titubeante
_¿Estás bien?_ preguntó dejando evidente un tono de alarma
Fue cuando me armé de valor y volteé a verlo. No lo había hecho en todo el camino… mirándolo directamente a los ojos, con mi cara toda ruborizada y aún con jadeos contenidos le respondí al tiempo que le esbocé una gran sonrisa llena de complicidad y satisfacción:
_Sí tío. Estoy bien… estoy muy bien_ enseguida solté su mano y él lentamente sacó los dedos de mi pantie y volvió a colocar su mano en mi muslo, acariciándolo muy apenas. Un silencio de algunos minutos nos invadió. Supongo que para él fue tiempo para analizar la situación y ver qué pasaba. Lo noté tranquilo pero sí puso su cara de estar pensando. Al ver que yo no dije nada y sobre todo, no hice nada por reclamarle o hacer evidente un posible enfado, trató de relajar el momento haciendo plática con temas banales relacionados con la escuela y esas cosas. El resto del camino, su mano se quedó en mi pierna haciendo leves caricias y nada más.
Después de unos minutos llegamos a su casa. Al entrar vimos que no había nadie, mi tía y mis primos aún no llegaban. Esto lo confirmó mi tío cuando le llamó a mi tía para preguntare; ella le dijo que la junta se extendió y creía tardarse un rato más, por lo que le pidió que le ayudara a poner la mesa para que cuando lleguen nos sentemos a comer. Empezó a realizar el encargo de mi tía y yo me ofrecí a ayudarle, por lo que en pocos minutos dejamos todo listo para cuando llegaran. Yo seguía inmersa en mis pensamientos; no sabía qué hacer… en mi pecho sentía una avalancha de cosas revueltas como emoción, felicidad, tensión, miedo, susto y hasta arrepentimiento. Al cabo de unos minutos me tranquilicé pero sin dejar de estar excitada. Para aminorar la tensión del momento se me ocurrió comer alguna de las golosinas que mi tío me había comprado por lo que fui a la sala, que fue el lugar en donde dejé mi mochila y todas las compras. Busqué una bolsa de papas fritas y las saqué, momento en el que me di cuenta que mi tío me estaba observando desde la cocina y me dijo:
_No niña, no es hora de comer eso. Ya en un rato llegarán tu tía y tus primos y si te comes eso ya no vas a querer comer_
_No tío, solo es una botana; sí voy a comer, te lo prometo_ le contesté de forma traviesa
De inmediato se dio cuenta que yo estaba bien, que no estaba enojada ni nada, por lo que me contestó igualmente de forma traviesa:
_No no no. Nada de eso chamaquita, no voy a dejar que coma esas cosas antes de la comida_ y empezó a acercarse lentamente a mí. Claramente vi sus intenciones2 de jugar conmigo… se acercó con las manos arriba en la típica pose juguetona como cuando me perseguía para hacerme cosquillas cuando era niña.
_Nooooo tío_ le dije en tono de juego al darme cuenta de lo que quería hacer
_No tío… ¡No tíoooo!_ le volví a responder ya con una sonrisa en la cara y empecé a moverme alrededor de la mesa de centro de la sala. Y empezó a perseguirme… justo como en mi niñez. Yo gritaba entre risas y emoción y él hacía sonidos como de monstruo mientras decía sus típicas frases:
_Ven acaaaaaá… te voy a alcanzaaaaar_ y continuaba persiguiéndome
Yo seguía corriendo alrededor de la mesa de centro… luego corrí alrededor del comedor. Él me perseguía muy de cerca pero no se esforzaba por alcanzarme. El chiste del juego era ese… correr detrás de mí por un momento y ya después alcanzarme y hacerme cosquillas.
_Te voy a alcanzaaaaaar_
_¡No tíooooo! ¡No me hagas cosquillas!_ le grité mientras corría de vuelta a la sala
_¡Sí!_ Me dijo al momento que me tomó con ambas manos por la espalda. Yo me di vuelta y quedé frente a él para tratar de quitar sus manos de mi cuerpo. Él se abalanzó y en un movimiento sujetó mis manos… me fue empujando hacia atrás mientras entre risas me seguía diciendo que me iba a hacer cosquillas y yo trataba de defenderme (según yo… porque realmente no podía poner tanta resistencia). El sofá de la sala topó nuestro avance y sin más, mi tío me sujetó con más fuerza y se dejó caer encima de mí. Yo terminé debajo de él y mi tío quedó encima, justo entre mis piernas.
_Ya no tengo cosquillas_ Le dije en tono serio y puse mi cara seria. _Ya no tengo cosquillas y no vas a poder hacerme reír_ agregué con un tono más serio.
Mi tío captó el mensaje inmediatamente:
_¿Ah sí????_ increpó y acto seguido, lanzó el reto:
_Te apuesto que sí tienes cosquillas y que sí podré hacerte reír_
_Pues te apuesto que no podrás_ le contesté, aceptando el reto
Me miró fijamente a los ojos y me preguntó: _¿Estás segura?… porque algo me dice que vas a perder_
_Sí tío. Estoy segura_ le respondí de forma seria y contundente al momento que intenté no reírme. Se hizo una pausa casi dramática… parecía como que mi tío esperaba que me arrepintiera. Con una mirada lo reté. Se acomodó y su mano derecha soltó mi brazo izquierdo y de inmediato se posó en mi cintura y empezó a hacerme las cosquillas. Por un instante estuve cerca de sucumbir y gritar y moverme para evitar las cosquillas, pero me aferré y me aguanté.
Mi tío se sorprendió: _¿Ah sí???. Con que esas tenemos_ y aumentó la intensidad de las cosquillas. Yo seguía aguantando todo lo que podía mientras me mantenía inmóvil. Entonces mi tío liberó mi otro brazo y su mano izquierda se posó del otro lado de mi cintura y empezó a hacer cosquillas también. Mi cuerpo casi brinca de forma instintiva porque definitivamente sentía muchas cosquillas, pero decidí aguantar estoicamente. Al ver que no lograba hacerme reír, mi tío aumentó sus movimientos… después de unos instantes de estar así y de ver que peligrosamente podría perder, mi tío detuvo sus manos y las deslizó hacia abajo. Lentamente las metió bajo mi playera del uniforme escolar y las posó en el mismo lugar de mi cintura y de nuevo empezó con las cosquillas.
Yo seguía aguantando pero en cualquier momento podría perder. Aumentó la intensidad nuevamente y así, empezó a subir sus manos… más y más y más hasta que llegó muy cerca de mis axilas. En ese momento no pude más y grite:
_¡Noooooooo! ¡No tío! ¡Ahí noooooo!_ y reanudé mi defensa, tratando de sacar sus manos. Empezamos un pequeño forcejeo pero para mí era imposible, mi tío estaba sobre mí y a pesar que no dejó caer todo su peso, no podía con él. Intenté apretar las piernas y apartarlo, pero fue imposible. Al sentir que lo apreté con las piernas, mi tío hizo un cambio en su estrategia y poco a poco empezó a sacar su mano derecha de mi blusa… en su movimiento y aprovechando los movimientos de nuestra lucha, se posó en mi seno izquierdo y lo agarró por encima del brasier… de manera franca y directa; sin si quiera disimular. Lo apretó un poco y continuó su movimiento lentamente mientras iba acariciando mi cuerpo en su camino. Mi cintura… mi cadera…
Así lo hizo hasta llegar hasta mi pierna. La tomó por el muslo y de igual forma, lenta pero precisa, empezó a subir la mano y la metió bajo la falda. Yo trataba de empujarlo entre risas y movimientos bruscos, pero no podía. Llegó el momento en que mi tío llego a mi ropa interior y sin pensarlo agarró mi nalga y la apretó. En ese momento y al sentir su mano intrusa en mi trasero mi risa cesó; él se levantó un poco para darme espacio y me miró fijamente a los ojos y preguntó:
_¿Y aquí no tienes cosquillas?_ mientras acariciaba mi glúteo de forma más intensa.
_No tío… ahí no tengo cosquillas_ respondí
Entonces él se incorporó hasta quedar casi sentado, con su pierna izquierda extendida y su pie en el piso y su pierna derecha flexionada. Yo estaba acostada boca arriba, tratando de agarrar con mis manos los ante brazos de mi tío… y con las piernas abiertas. Por el forcejeo que tuvimos y con la intrusión de la mano derecha de mi tío en mi nalga, mi falda estaba levantada casi totalmente, quedando expuesta mi ropa interior. A pesar que la posición me dejaba vulnerable, yo ya estaba muy excitada… mi respiración ya estaba empezando a agitarse y mi corazón ya latía a mil.
Mi tío me miró fijamente… hizo una pequeña pausa y me dijo con una voz más suave:
_Bueno; ya sabemos muchos puntos en donde tienes cosquillas… pero hay otros en donde no hemos probado_ hizo otra pausa y continuó: _¿Quieres probar si tienes cosquillas en otros lugares?_
Lo pensé un poco, pero contesté: _Sí_
Acto seguido, mi tío me observó… como si estuviera admirando algo valioso; bajó la mirada y la posó en mi entre pierna… un suspiro se escapó de su boca. Sacó su mano izquierda de mi axila y su mano derecha de mi falda. Lentamente acomodó mis piernas para que descansaran en sus piernas y colocó sus manos en mis rodillas. Lentamente empezó su caricia… y fue subiendo por mis muslos… lentamente. No se detuvo, llegó hasta donde estaba mi falda levantada y procedió a levantarla más; dejando al descubierto por completo mis panties de color blanco con encaje en las orillas y un pequeño y coqueto moño al frente. Después continuó con sus caricias en mis muslos. Los recorrió lentamente por fuera y por arriba. Yo solo lo miraba y me encantaba verlo así, concentrado en lo que estaba haciendo… tratando de no perderse ningún detalle. Levantó su mirada y se percató que la blusa de mi uniforme también estaba levantada… casi a la altura de mi pecho, aún tapando mi brasier. Igualmente, de manera lenta y delicada movió sus manos hacia arriba, sin dejar de tocar mi piel y llegó hasta donde estaba colocada mi blusa. La tomo por la orilla y comenzó a subirla…lentamente.
Mis manos estaban reposando sobre mi pecho pero al ver su movimiento las quité para que pudiera subir mi prenda. Así lo hizo… la subió lentamente hasta dejar al descubierto mis senos, grandes y redondos… solamente cubiertos por mi bra 34 C en color blanco y encajes en color rosa. Otro suspiro escapó de la boca de mi tío. Temblorosamente acercó sus manos y antes de tocarlos me miró a los ojos, buscando mi aprobación. Yo solo esbocé una pequeña sonrisa y con mis propias manos levanté más la blusa… dándole con ello el permiso que buscaba.
Entonces sus manos se posaron en mis pechos… una en cada seno. Los empezó a apretar con suavidad… con los dedos pulgares acariciaba la zona en donde están mis pezones, que desde luego ya estaban duros y seguramente podía sentirlos a través de la delgada tela de mi bra. Se concentró en sus caricias… acariciando… apretando… y yo por dentro sintiendo una avalancha de emociones. Mi corazón volaba y mi vientre empezaba a manifestarse humectando el interior de mi sexo. De momento mi tío detuvo los movimientos de su mano… y sin soltar mis senos se inclinó y se acercó a ellos. Nuevamente contuve la respiración para no decir o hacer algo que no quería… su nariz tocó mi pecho y claramente pude darme cuenta que metió aire por la nariz como tratando de absorber el olor de esa parte de mi cuerpo. Después, besó lenta y suavemente esa zona… recorriendo poco a poco hacia los lados hasta besar la piel descubierta de mi busto que el brasier no alcanzaba a tapar.
Dios, yo estaba embelesada… sentía como si flotara… aún con la respiración contenida y con mi cuerpo tembloroso ante la descarga que sentí al momento que los labios de mi tío tocaron mi piel. No sé cuánto tiempo estuvimos así… para mí fue como si se detuviera y no supiera lo que pasaba fuera de ese lugar y de ese instante. Después de que mi tío besó mi senos por encima del bra, se retiró lentamente y bajó sus manos tocando mi cuerpo en su camino. Llegó hasta mi cadera y se detuvo… hizo una pequeña pausa y dijo:
_Bueno, ya vimos que allá arriba no tienes cosquillas_ refiriéndose a mi busto
_Veamos qué tal aquí_ y comenzó a acariciar nuevamente mis muslos por fuera… repitió el movimiento unas veces y de repente se detuvo y sutilmente, tomó ambos muslos y abrió mis piernas y las levantó un poco. Ese movimiento dejó totalmente expuesto mi sexo; solo mi pantie lo mantenía oculto. Soltó mis piernas y colocó sus manos en la parte interior de mis muslos. Lentamente fue subiendo con las misas caricias suaves y delicadas, hasta que ambas manos llegaron a mi entrepierna. Instintivamente mi cuerpo reaccionó y un pequeño sonido de susto escapó de mi boca.
Nuevamente mi tío me miró, checando que todo estuviera bien y buscando un nuevo permiso. De nueva cuenta le sonreí… pero esta vez la sonrisa iba cargada de deseo y una mueca con tintes lascivos de complicidad. Él también sonrió de la misma forma. Después de eso, muy lentamente su mano derecha se acercó más a mi sexo… puso sus dedos sobre mi pubis y el pulgar en la zona en donde está mi clítoris. Su pulgar empezó a moverse en círculos y a acariciar y masajear mi zona más sensible… yo empecé a sentir como la temperatura de todo mi cuerpo se elevó y se fue a mi cabeza… me mordí el labio y puse mi mano izquierda cerca de mi boca tratando de tenerla lista para tapar cualquier sonido que pudiera salir de ella… no quería que mi tío me escuchara gemir.
Su pulgar cesó su movimiento y sus dedos acariciaron mi zona púbica lentamente… fueron solo unos instantes porque casi de inmediato colocó ambas manos justo a los extremos de mi pantie y muy lentamente empezó a bajarla. Apenas había avanzado un poco cuando me preguntó:
_¿Está bien si veo un poco? ¿Me dejas ver un poco más?_
Yo no podía articular palabra… estaba luchando por contener mi excitación… solo atiné a asentir con la cabeza, dándole con ello la autorización.
Con eso, él continuó el movimiento y lentamente deslizó hacia abajo mi prenda interior dejando ver poco a poco los vellos que adornan mi monte de venus. El movimiento se detuvo porque necesitaba levantar mis caderas para que pudiera bajar por completo la pantie. Entendí lo que pasaba y lo que tenía que hacer y justo antes de levantar mis caderas mi tío soltó mi prenda y con una mirada me pidió que no lo hiciera. Sus manos se colocaron por delante y tomó la orilla del elástico y solo bajó la tela un poco… lo suficiente para descubrir todo mi pubis y alcanzar a ver el inicio de mi vagina. Repitió el movimiento y se inclinó… yo estaba a punto de desfallecer, sentí que no aguantaría más la fuerza de los latidos de mi corazón… era demasiado… sentía una opresión en mi estómago y no podía reaccionar. Su cara se acercó lo suficiente hasta que sus labios tocaron mi pubis. Besó con ternura mis pelitos y lentamente fue bajando… mi mente estalló cuando sentí que sus labios tocaron el inicio de sexo. Pude escuchar cómo olió mi zona y suavemente besó el punto en donde se esconde mi clítoris. Nuevamente, su pulgar de la mano derecha se internó y acarició mis labios y la entrada de mi vagina… estaba tan mojada que no sentí ningún roce incómodo.
Para ese momento ya tenía los ojos cerrados y mi mano tapaba mi boca para no hacer evidente que ya estaba jadeando y me esforzaba por ahogar los sonidos que pudieran convertirse en gemidos. Lentamente mi tío soltó mi ropa interior y se incorporó, acercándose de nuevo a mi… esto hizo que abriera los ojos y moviera mi mano de mi cara. Su rostro quedó muy cerca del mío y con una voz muy suave y tenue me dijo:
_Al parecer, allá abajo tampoco tienes cosquillas_
Yo solo atiné a contestar _Sí tengo, tío_ pero lo dije sin pensar… realmente mi mente estaba desconectada de mi boca… estaba en el límite de entregarme totalmente a lo que sentía.
_¿Ah si?_ respondió él, suavemente pero con un pequeño tono retador
_Pues parece que no, pero vamos a confirmarlo_ y acto seguido, bajó su mano derecha y la colocó en mi entre pierna… acariciando toda mi zona íntima por encima de la delgada y mojada tela de mi ropa interior. Los movimientos eran más marcados… los hacía con sus 4 dedos, con los cuales abarcaba todo. Y después, subió la mano y la metió por debajo de mi pantie y lentamente se acercó hasta mi clítoris y la entrada de mi vagina. Con los mismos dedos acarició todo mi sexo… subía a tocar y jugar con mis pelos y de nueva cuenta bajaba y volvía a acariciar toda mi vulva.
Yo estaba muerta de éxtasis… no podía más, estaba al borde de la locura y sentí que hasta me podía desmayar… ya a esas alturas no tenía control de nada.
Fue cuando mi tío metió lentamente y con total gentileza uno de sus dedos… poco, no fue todo… solo una parte… pero lo suficiente para empezar a tocar el interior de mi vagina… y tocó un lugar que me lanzó una fuerte descarga que no pude contener y provocó que un gemido por fin escapara de mi boca. Eso me hizo abrir los ojos… mi tío me veía con una mirada que nunca había visto en él…era como de ternura, pero con algo que después entendí era lasciva y deseo. Continuó sus caricias y movimientos de su mano en mi coño y me preguntó:
_¿Esas no son cosquillas verdad?_
Entre jadeos, con la respiración entre cortada y con el corazón a punto de salir de mi pecho solo pude mover la cabeza en señal negativa y le contesté: _N nn no tío… esas no son cosquillas_
Me sonrió y se acercó lentamente… y me dio un beso… justo en la frontera entre la mejilla y mi boca. Sus labios apenas alcanzaron a rozar los míos. Un leve gemido volvió a escapar de mi boca al sentir que un segundo dedo entraba en mi cavidad y acompañaba al primero en su tarea de masajear y acariciar mi interior. Instintivamente levante mis brazos y los puse en la espalda de mi tío… como si fuera a abrazarlo, pero no lo hice… mantuvimos un poco de distancia. Creo que el quería verme y observar mis reacciones mientras me daba placer con sus dedos, que empezaron a salir y entrar lentamente… cada dos o tres salidas subían y acariciaban mi clítoris… regresaban a mi interior y repetían el movimiento.
¡No Dios! Grité dentro de mi mente al sentir un gran impulso en mi vientre que avisaba la próxima llegada del orgasmo. ¿Qué hago???? ¡Dios qué hago! Seguía preguntándome casi agónicamente porque realmente no sabía qué hacer… no estaba segura de dejar que mi tío me hiciera venir y presenciara mi orgasmo; pero por otro lado, llevaba mucho tiempo esperando por eso… por sentir algo distinto a lo de siempre… a los orgasmos que yo me provocaba cuando me masturbaba.
Estaba en esa deliberación interna cuando un espasmo recorrió todo mi cuerpo… subió por mi espalda y regreso para estallar en el interior de mi sexo.
_Nooo… aaaahhhhhhhhh…_ fue el sonido de mi gemido al momento de estallar el más grande y delicioso orgasmo que hasta ese momento había experimentado. Pude sentir como el interior de mi coño se inundó. Al terminar, mi tío dejó de mover sus dedos y lentamente los sacó. En su camino dejaron su rastro mojado por todos mis vellos púbicos y parte de mi vientre. Acomodó como pudo con esa misma mano mi ropa interior y dio una última caricia a mi sexo por encima de mi pantie. Yo estaba totalmente desarmada… sin fuerzas y sin aliento. Mi cuerpo temblaba y la cabeza me daba vueltas. Al abrir los ojos mi tío me estaba observando detenidamente… me sonrió y terminó de acomodar mi calzón con ambas manos… lo puso en su lugar y después bajó la blusa para cubrir mi torso nuevamente. Después se acercó a mi rostro y me dio un pequeño beso en la boca… muy rápido y tierno; sus labios apenas y tocaron los míos. Acarició mi rostro con su mano izquierda y me dijo:
_Ganaste la apuesta. Realmente no tienes cosquillas_ y me regaló una pícara sonrisa.
Se levantó dio unos pasos y se dirigió nuevamente a mí: _No quiero apresurarte, pero espero que no tardes mucho porque es posible que tu tía no tarde en llegar_
Ese comentario me regresó de golpe a la realidad. Sentí miedo y para evitar cualquier situación me incorporé… quise levantarme pero no pude; mi cabeza aún daba vueltas y las piernas me temblaban. Esperé un momento en lo que regresaba en mí y todo volvía a acomodarse en su sitio; ya que pude me levanté y fui directamente al baño; necesitaba arreglarme y borrar cualquier rastro o evidencia de lo que acababa de suceder. Ya que entré al cuarto de baño me miré al espejo… mi cara estaba toda roja… mi cuerpo estaba caliente… y mi corazón aún latía rápido. Tuve que mojar mi cara varias veces para ver si con eso lograba quitar o al menos disimular lo sonrojada que estaba. Mojé un poco mi cabello, mi cuello y mis brazos. De repente me llegó la idea de revisarme… un miedo horrible me invadió de solo pensar en que algo hubiera pasado allá abajo. Levanté mi falda y con miedo bajé mi ropa interior… lentamente, con temor de encontrar algo. Mi alma descansó cuando confirmé que no había nada… mi prenda solamente estaba mojada con los líquidos que salieron con mi orgasmo.
También y con mucho cuidado toqué y revisé mi zona íntima… tratando de ver si había rastro de algo… aún estaba muy sensible y no pude revisar a conciencia porque la sensación del tacto era muy intensa. Así que solo me subí la pantie, la acomodé; me acomodé la falda y la blusa del uniforme… me sequé y conté hasta diez para terminar de tranquilizarme. Después de varios minutos de estar ahí tuve las fuerzas para salir, porque no sabía qué hacer y cómo confrontar a mi tío después de lo que acababa de suceder.
Salí y me dirigí lentamente hasta la cocina. Ahí estaba él, sacando una jarra de agua del refrigerador. Tomó un vaso y mientras servía agua en él me miró y me preguntó con todo dulce y preocupado:
_¿Estás bien?_
Tardé un poco en contestar, pero lo hice: _Sí tío, todo está bien_ y le sonreí con mucha pena.
Se acercó y me ofreció el vaso con agua y lo tomé. Se colocó junto a mí, me abrazó y me dio un beso en la frente:
_Te adoro mi princesa hermosa. Te adoro con todo mi corazón_
_Y yo a ti tío, te adoro más_
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