Mi primera vez – Parte final – La entrega
Después de varios encuentros, por fin llegó el momento de mi primer relación sexual..
La entrega
En los días posteriores a aquel maravilloso encuentro me la pasé pensando en todo lo que pasó, recordando cada detalle, cada olor, cada sabor… mi mente estaba totalmente inmersa en ese mar de sentimientos y sensaciones. Prácticamente no había un día en que no me masturbara pensando en mi tío y deseando poder repetir lo de aquella noche, o mejor aún; deseando el tener por fin mi primera relación sexual… con mi tío como maestro.
En la escuela, mis amigas y yo continuábamos hablando de puras cosas relacionadas con el sexo y cierto día una de ellas nos dio la gran noticia que por fin ya había cogido con su novio. Obviamente todas enloquecimos y literalmente le exigimos que nos platicara toooooodo y con lujo de detalles. Por lo cual, nos organizamos para hacer una tarea juntas y nos reunimos en mi casa. Esa tarde, después de comer nos pusimos a hacer la tarea, pero era más para esperar a que mi mamá se fuera a su habitación o se pusiera a hacer cosas para que nos dejara platicar. Una vez que así pasó, mi amiga nos platicó y detalló todo lo que sucedió.
Nos platicó que lograron quedarse solos en casa de su novio y fue que aprovecharon. Empezaron besándose y luego, mientras se besaban empezaron a acariciarse y tocarse todo; él se dio vuelo con sus senos y sus nalgas y ella tocó su pene por encima de su pantalón. Después se desvistieron y se hicieron sexo oral mutuamente (en esta parte no pude evitar recordar el último encuentro que tuve con mi tío que culminó conmigo chupando el pene de mi tío hasta hacerlo venir). Después de unos momentos, se acomodaron y él se puso encima de ella y la penetró. Mi amiga nos dijo que le dolió y que no fue muy placentero porque su novio fue un tanto brusco y que por la calentura no se fijó en ser más cuidadoso. Le preguntamos si no le dijo que era virgen y dijo que sí, pero que no lo tomó en cuenta al momento de penetrarla. Sentí pena por mi amiga porque se alcanzaba a notar su frustración, ya que nos contó que solo fueron unos 10 minutos de estar en la misma posición y que su novio se vino, cuando ella apenas empezaba a pasar del dolor al placer.
Esa plática me hizo pensar bien mi idea de entregarme a mi tío puesto que no quería pasar por lo mismo, sin embargo al reflexionar llegué a la conclusión que mi tío es muy diferente y que seguramente sería cuidadoso y lo haría con cuidado y cariño. Ahora la cuestión es, cuándo, cómo y dónde sería ese momento que tanto deseaba.
Como si estuviera escrito en el destino, pasó menos tiempo de lo que pensé para que se diera esa oportunidad.
Mi hermana, que ya les platiqué es mayor que yo por 5 años, en aquel momento estudiaba mercadotecnia en una universidad en Monterrey, una ciudad muy cercana a Saltillo, que es donde vivimos; y para comodidad, ella rentaba una recámara en una casa en donde se quedaban puros estudiantes que iban a esa universidad. Según recuerdo, mi hermana y sus compañeras de vivienda habían estado teniendo problemas con la casera por lo que se pusieron de acuerdo para que ellas, junto con las mamás de todas, se reunieran para platicar con la casera para tratar de arreglar las cosas o de plano, dar por terminado el arrendamiento de las recámaras y mejor buscar por otro lado.
El plan original es que iríamos las 3, mi mamá, mi hermana y yo, pero esa era justo la oportunidad perfecta para tratar de ver si podía estar con mi tío nuevamente; así que les inventé que no me daban ganas de ir porque sería cansado y hasta me aburriría (lo cual no estaba muy alejado de la realidad) y que prefería quedarme. Le pedí a mi mamá que les preguntara a mis tíos si podía quedarme en su casa ese día, lo cual hizo mi madre y la respuesta fue que sí. Se llegó el día (un jueves), yo hice mi rutina normal de todos los días y fui a la escuela; mi mamá y mi hermana se fueron a Monterrey y mi papá a su trabajo, que dicho sea de paso, siempre sale de trabajar después de las 8 de la noche, por lo que tenía toda la tarde libre.
Lo que seguía era ver cómo acomodar las cosas para tratar de tener un momento a solas… y el destino así lo quiso, ya que nuevamente mi tía no pudo ir por mi cuando salí de la escuela y mi tío nuevamente salió al rescate.
Toda la mañana estuve con el clásico nudo en el estómago de los nervios, porque aunque no había nada seguro, no dejaba de pensar y de imaginarme todo lo que podría pasar en caso de concretar los planes… lo que más deseaba era entregarme a mi tío y dejar que fuera él quien me convirtiera en mujer. Llegó la hora de la salida y después de esperar unos minutos (que de nuevo se me hicieron eternos) llegó mi tío por mi… (¡Qué emoción!). Igual que siempre, se bajó de la camioneta, me saludó con un riquísimo abrazo y un beso bien dado en la mejilla, tomó mis cosas, me abrió la puerta del copiloto y me subí. Guardó mis cosas en el asiento de atrás y se subió.
_Listo mi princesa; tu tía anda haciendo sus cosas pero ya estoy aquí_
_Sí tío, muchas gracias por venir por mí_
_No hay nada que agradecer mi amor, ya sabes que para mí es un placer venir por ti_ hizo una pequeña pausa y añadió: _Siempre que pueda verte y pasar un rato contigo lo aprovecharé_
_Awww ¡Gracias tío!_ respondí usando mi tono de niña mimada y consentida
_A mí también me gusta estar contigo tío… y más de un tiempo para acá_ le contesté esbozando una mueca casi sonrisa llenada de complicidad
_¿En verdad mi amor?_
_Sí tío. Desde la última vez solo he pensado en estar contigo nuevamente_ respondí decidida
_Yo también hermosa; tengo muchas ganas_
Colocó su mano en mi pierna y arrancó la camioneta y tomó el camino para su casa. Fueron unos instantes en donde un ensordecedor silencio se apoderó del momento; podía sentirse en el aire los miles de pensamientos de ambos, pero no salían de nuestras mentes. Yo pensaba en cómo decirle; le daba vueltas a las palabras y no me acomodaba…
_Tu tía, para no variar, me encargó que pasemos a la tienda a comprar unas cosas para la comida. ¿Está bien?_
_Sí tío_ atiné a responder de manera muy escueta, pues mi mente estaba a mil pensando en cómo decirle
Llegamos a la tienda, nos bajamos y entramos a hacer las compras. Mi tío me dijo que tomara lo que quisiera y desde luego que lo aproveché; de nueva cuenta tomé golosinas. En la caja, al momento de pagar me compró otra tarjeta de Google Play y eso me hizo feliz.
Al subirnos a su camioneta, antes de arrancar mi tío miró su reloj y se quedó pensando. Yo solo lo observaba… Otro breve silencio nos sorprendió.
_Aún es temprano y tenemos tiempo_ dijo él, mientras seguía observando su reloj y esa fue mi señal así que la aproveché. Como pude salté hacia él y lo abracé… él correspondió el abrazo. Sin soltarlo le dije al oído:
_Sí tío. Tenemos tiempo y podemos aprovechar… Quiero estar contigo_
Me aparté un poco para poder mirarlo a los ojos. Él me regaló esa sonrisa pícara lasciva que tanto me prende y dijo:
_¿Quieres hacerlo?… ¿Estás segura?_
_Sí tío. Estoy segura… quiero hacerlo, ya no quiero esperar más_
_Ok. Hay que pensar cómo, porque en la casa va a estar bien complicado porque están todos ahí_ respondió
Su respuesta dio pie a que me surgiera la idea:
_Vamos a mi casa tío. No hay nadie… mi papá está en el trabajo y mi mamá y mi hermana regresarán hasta la noche_
Todavía me causa risa recordar la cara que puso mi tío al escuchar mi propuesta. Sonrió de oreja a oreja.
_¡Va! Hay que apurarnos entonces_ respondió y me besó. Uffff… fue un beso delicioso; cargado de deseo y lujuria. Nuestras bocas se trenzaron al igual que nuestras lenguas al interior de ellas y mientras tanto, la mano izquierda de mi tío se dio a la tarea de acariciar mi espalda… recorrió el camino descendente hasta llegar a mi cadera y acarició mi nalga derecha, que por la posición que tenía era la más disponible. Mi respiración de inmediato se empezó a agitar… momentos después esa misma mano se aventuró y levantó la falda de mi uniforme y acarició mis piernas. Fueron solo unos breves minutos, pero fueron suficientes para encender mi motor y calentarme.
En un movimiento un tanto acrobático se acomodó para poder meter su mano entre mis piernas y me acarició la entrepierna… justo como antes, con sus dedos medios. Recorría lo más que podría mi zona más caliente mientras yo correspondía sus lascivos y apasionados besos abrazada a su cuello.
Al estar en el estacionamiento de la tienda nos estábamos exponiendo demasiado, por lo que no tuvimos más remedio que separarnos y emprender el camino a mi casa. Creo que nunca lo había visto manejar tan rápido, pues a pesar del tráfico típico de la hora, logramos llegar en 10 minutos que se me hicieron eternos. Afortunadamente, por la hora, había poco movimiento en las calles de mi colonia, por lo que al llegar logramos entrar a mi casa sin que nadie nos viera. Furtivamente nos bajamos de la camioneta e ingresamos, como un par de ladrones escurriéndose al interior de la casa para cometer sus fechorías.
Entramos y llegamos hasta la sala, yo iba caminando por delante y ahí, mi tío me tomó de la mano (izquierda) para frenar mis pasos y de un movimiento me giró para quedar frente a él. Se acercó a mí y me abrazó por la cintura; yo coloqué mis brazos rodeando su cuello. Nos miramos a los ojos unos instantes y nos hundimos en el beso más delicioso y hermoso que he tenido en mi vida. Fue la forma en que inició mi entrega a mi tío… me abandoné totalmente a él y me dejé llevar por todo el mar de sensaciones que inundaban mi cuerpo y mi mente. Ya no pensaba… solo sentía. A pesar que solo era un beso, mi corazón ya estaba totalmente acelerado y casi podía sentir la sangre fluyendo a mi cabeza y únicamente obedecía los impulsos febriles de mi cuerpo para corresponder al apasionado beso que nos tenía enlazados en aquel lugar. Mis brazos permanecieron en el cuello de mi tío, pero él se dio vuelo explorando con las suyas todo mi cuerpo. Recorrió y acarició mis nalgas a placer, sobándolas, apretándolas y presionándome contra su cuerpo. Después ambas manos pasaron al frente y alcanzaron mi busto, que también sucumbió ante sus frenéticas caricias.
De repente, mi tío detuvo el beso y se apartó un poco, solo lo suficiente para tomarme por los hombros y girarme de tal forma que él se colocó a mis espaldas. Así, se acercó nuevamente y me abrazó tomándome por los senos mientras besó mi cuello y mis mejillas. Yo ya jadeaba de forma abierta y franca… esta vez sin contenerme y sin censurar la respuesta de mi cuerpo ante el placer y la calentura que me tenía vuelta loca. Sus manos tomaron, apretaron y acariciaron con vehemencia mis senos; después su mano derecha recorrió el camino desde mi pecho hasta mi entre pierna para acariciar mi sexo así, por encima de la falda de mi uniforme escolar.
Nuevamente, en un movimiento un tanto brusco mi tío me volvió a girar para quedar frente a frente y se abalanzó sobre mis labios, internando su lengua en mi boca y buscando la mía mientras nuestra saliva se mezclaba con cada beso. Sus manos nuevamente fueron a mis nalgas y esta vez levantó poco a poco mi falda para poder acariciar mi trasero sobre la pantie azul celeste que llevaba puesta aquel momento. Mis jadeos empezaron a convertirse sutilmente en pequeños gemidos que enmarcaban aquella escena en la sala de mi casa, en donde mi tío y yo, estábamos de pie, enlazados en un abrazo fajando como dos novios primerizos en la víspera de su entrega carnal.
Solo unos instantes así y mi tío pausó el momento diciendo:
_Vamos a tu recámara mi amor; prefiero que sea allá y no aquí_
_Sí_ fue la monosílaba respuesta que pude dar ante el nivel de excitación que me tenía presa ya a esas alturas
Ahora fui yo, la que lo tomó de la mano y me situé por delante de él para guiarlo por el camino que nos conduciría a mis aposentos. Subimos la escalera y por fin, llegamos hasta la puerta de mi habitación. Abrí la puerta y justo en el umbral de la misma, mi tío volvió a interrumpir mi camino; me tomó por el cuello y me volvió a besar al tiempo en que me fue llevando hacia atrás hasta que mi espalda se recargó en la puerta… sus brazos me rodearon con firmeza mientras su boca devoraba la mía. Pausando los besos y en un movimiento lento, me quitó la playera del uniforme, dejando al descubierto mi bra blanco con puntos y encajes en azul cielo. Después de un suspiro profundo, los acarició con suavidad y gentileza, me besó y desabrochó aquel sostén, dejando libres mis senos que no tardó en besar con pasión. Como acto reflejo, hice el movimiento para emular a mi tío y empecé a desabotonar la camisa blanca con cuadros azules que llevaba puesta. Cuando se percató de ello, dio un pequeño paso para atrás para permitirme hacer el movimiento.
Yo estaba como en transe, solo veía como mis manos de menara autónoma desabotonaban aquella prenda, que poco a poco dejó ver un varonil y fuerte pecho, con algunos vellos que cubrían una parte de él y de donde se desprendía un breve caminito que se internaba en su pantalón. Levanté mi mirada y me encontré con una leve sonrisa enmarcada por una faz que irradiaba deseo y total excitación. Fue como una chispa que me animó a tomar su cinturón y lentamente lo desabroché, seguido de su pantalón y justo cuando estaba a punto de bajar sus prendas él me detuvo.
Me dijo: _Ven_ y me acercó hasta mi cama. Él se sentó en ella y me puso frente a él; una vez que me acercó hacia él, llenó de pequeños y tiernos besos mi ombligo y todo mi vientre. Después, pasó sus manos por detrás de mi cadera y desabotonó mi falda, bajó el pequeño cierre y tomó la parte superior de la misma y desde mi cintura en un movimiento lento, muy lento la fue bajando hasta depositarla en el piso. Hizo que levantara los pies uno a uno para poderla retirar por completo. Sus manos se posaron en mis muslos y los recorrió de arriba abajo suavemente, como apenas tratando de tocar mi piel, que se erizaba y reaccionaba con cada roce y toque de sus manos.
Volvió a suspirar y de nuevo besó mi vientre mientras sus manos se colocaron una vez más en mi cadera y como si se tratara de un ritual ancestral, con mucha gentileza deslizó mi pantie hacia abajo y sin perder detalle de mi anatomía mientras lo hacía. Y ahí estaba, parada frente a mi tío, desnuda… únicamente con las calcetas y los zapatos… y él, me veía con atención y hasta con admiración. Sus caricias eran sutiles, apenas marcadas, llenas de una extraña mezcla de ternura y deseo… sus manos recorrían mi cuerpo. Me acerqué a él, tomé con mis manos su cabeza y la hundí en mi pecho, diciéndole con este movimiento que quería volver a sentir sus besos en mi piel. Así lo hizo; besó mis senos, chupó y mordió sutilmente mis pezones y sus manos exploraron toda la geografía de mi trasero, estrujando mis nalgas fuertemente.
_Es mi turno_ le dije, al momento en que lo forcé a que me soltara. En un par de rápidos movimientos me quité los zapatos y me hinqué frente a él. Ahora sí, deslicé sus pantalones y su boxer hasta sus tobillos; le quité sus zapatos tipo mocasín y completé la faena quitando por completo sus prendas. Frente a mí, estaba todo el deseo y la excitación de aquel hombre convertidas en una imponente erección que palpitaba al ritmo de los torrentes que inundaban el viril falo que aprisionó mi atención. Lo tomé con ambas manos y tratando de recordar las instrucciones que me dio en nuestro encuentro anterior, procedí a masajearlo… de arriba abajo, primero con suavidad y después con una firmeza que dio paso a unas inmensas ganas de volver a degustarlo, por lo que sin titubear lo lamí dos o tres veces para después meterlo poco a poco en mi boca. Primero, aquella cabeza que ya asomaba los primeros indicios de un líquido transparente que de inmediato mezclé con mi saliva al momento que empecé la felación con mi prácticamente nula experiencia. Era apenas la segunda mamada que daba y me esforcé en hacerlo bien… quería que mi tío sintiera tanto placer como yo cuando él me tocaba o besaba. Con sus manos tomó mi cabello y marcó los movimientos de mi cabeza mientras mi boca trataba de devorar su miembro viril que tocaba mi garganta. Tardé un poco en controlar la sensación de náusea por el roce de su glande en lo profundo de mi garganta y cuando menos lo pensé, ya estaba disfrutando de tener la hombría de mi tío en mis manos y mi boca.
El sentir mi saliva escurriendo entre mis dedos hizo que yo me mojara más y ayudaba a lubricar el movimiento de mis manos mientras jalaba de arriba abajo la piel de aquella cosa que me tenía frenética. Alterné mamadas pausadas y profundas con besos y lamidas a lo largo de todo su falo y en un par de ocasiones levanté la mirada para mirar a mi tío; que estaba embelesado observándome… viendo a su sobrina favorita hincada frente a él haciendo su mayor esfuerzo por darle una mamada que lo llenara de placer. Después de unos instantes y de manera sutil detuvo los movimientos de mi cabeza, me jaló un poco hacia arriba para poder alcanzar mis labios y me besó profundamente.
_Eres increíble_ me dijo sin soltar mi rostro y regalarme una placentera sonrisa.
_¿Sí te gustó tío?.. ¿Lo hice bien?_
_Lo hiciste perfecto mi amor, me encantó. Pero ahora, me toca a mí… también quiero saborearte y hacerte sentir igual de rico como lo acabas de hacer conmigo_
Se levantó y cambiamos lugares. Me recostó sobre mi cama, se hincó frente a mí, con sus manos abrió mis piernas e internó su cara en mi sexo. En cuanto sentí sus labios tocar mi sexo algo dentro de mi vientre explotó… fue como si el botón de máximo placer se hubiera oprimido y de inmediato sentí una descarga que me recorrió desde la cabeza hasta los pies. Con ambas manos tomé la cabeza de mi tío e interné mis dedos en su cabello, tratando de acompañar los movimientos que él iba haciendo mientras devoraba con ansiedad y lujuria mi mojada y caliente entre pierna.
Su lengua no dio tregua y recorrió cada milímetro de mi zona genital, pasando por mis vellos púbicos, mi clítoris y la entrada de mi vagina. Lamió de tal forma que parecía tratar de extraer hasta la última gota de mi esencia virginal y juvenil. Mientras me lo hacía, sus manos jugaron un momento con mis senos apretándolos y pellizcando mis pezones, hasta que cambiaron de sitio y se dirigieron a mi entrepierna para acompañar a la boca y lengua con las que me estaba llevando a las nubes. Lancé el primer gemido profundo al sentir cómo uno de sus dedos se deslizó suavemente en la cavidad vaginal y empezó a sacarlo y meterlo lentamente mientras su lengua no daba tregua a mi clítoris. Mis jadeos se empezaron a mezclar con gemidos y con los muslos trataba de aprisionar un poco su cabeza cuando la sensación era demasiado intensa.
Un segundo dedo se introdujo como cómplice del primero y lo acompañó en su movimiento de entrar y salir… cada vez más marcado y rápido, y poco a poco llegando más profundo… más de lo que llegaron las veces anteriores que esos mismos dedos estuvieron ahí, dentro de mi sexo. Mi cuerpo se estremecía al sentir todo aquello; la boca de mi tío y sus dedos adueñados de mi vagina me llevaron cada vez más al punto en donde empezaba a desfallecer; cuando sentí que sus dedos tocaron y masajearon nuevamente ese punto exacto la descarga llegó como relámpago… mi espalda solita se arqueó y un gemido profundo y placentero acompañó al orgasmo que explotó… más intenso que todos los anteriores y también, más jugoso.
Las lamidas y caricias de la lengua y los dedos de mi tío poco a poco cesaron, dándome tregua y la oportunidad de recuperar un poco el aliento y que mi cabeza dejara de dar vueltas. Mi tío se percató de ello y aprovecho para incorporarse; se quitó los calcetines y se subió a la cama. Sin perder detalle y aún en medio del éxtasis que me subió al cielo, seguí las instrucciones que me dio para que me acomodara bien en la cama ya que estaba con las piernas hacia un costado. Hecho esto, mi tío se acomodó entre mis piernas, quedando completamente sobre mi, pero sin dejar caer su peso y fue ahí, cuando por primera vez, su pene rozó mi sexo y se colocó en la entrada de mi vagina. De inmediato mi corazón dio un sobre salto que ni siquiera con lo que ya habíamos hecho había sentido… y fue increíble sentirlo, por lo que traté de acomodarme y abrí un poco más las piernas.
Con su mano derecha me acarició la mejilla… con sus dedos acarició muy sutilmente mis labios… todo sin dejar de verme a los ojos.
_Aún estamos a tiempo de parar si no quieres ir más allá. Si dices que no, no me voy a enojar ni habrá ningún problema mi amor. Pasará solo lo que tú quieras que pase_
_Sí_ apenas pude contestar de manera entre cortada
_¿Quieres seguir?_ me preguntó
_Sí tío… quiero seguir_
_Ok mi amor, será como tú digas y en el momento que quieras que paremos, así lo haremos_
_Gracias por preocuparte y por ser así conmigo tío. Te adoro y estoy segura de esto… quiero hacerlo, quiero hacerlo contigo, que seas tú el que me de mi primera vez_ le contesté y nuevamente, con mis brazos rodeé su cuello. Él me sonrió y me besó… primero suavemente y con ternura, después el beso fue escalando de intensidad hasta llegar nuevamente al frenesí de la calentura, la excitación y la locura. Mis manos iban de su cabeza y cuello a su espalda y él, al estar recargado en su antebrazo izquierdo, solo tenía libre la mano derecha para tocar mi cuerpo; iba desde mi cuello, pasando por mis senos que apretaba y estrujaba…bajaba por mi costado hasta llegar a mi nalga. Después se deslizó por mi pierna hasta llegar a la corva y la levantó un poco.
Mientras nos besábamos, sentí cómo se fue acomodando de tal forma que empezó a frotar su pene en mi vagina; lenta y sutilmente paseó su miembro por toda la raya de mi vulva y con la mano se ayudó para frotar la cabeza en mi clítoris. ¡Dios! Fue una sensación nueva… sus dedos, sus labios y su lengua ya habían pasado por ahí, pero nunca aquella textura extrañamente rugosa y lisa al mismo tiempo… fue infartante el saber que estaba a punto de ser penetrada por primera vez. Estaba que ardía de placer y lujuria, pero también, en algún lado de mi ser sentía miedo por lo que estaba a punto de suceder. Sabía que no habría manera de deshacerlo… estaría entregando mi virginidad a ese hombre, que en aquel momento era mi amante, mi protector, mi guía y todo lo que yo quería y buscaba. Aunque mi mente hacía débiles intentos de conectarse con la razón, mis ganas, mi deseo y mi decisión de entregarme a mi tío eran más grandes.
Después de unos minutos de repetir aquella frenética frotación de su pene en prácticamente toda mi entrepierna, se incorporó para quedar casi hincado ahí entre mis piernas. Sin soltar su miembro viril hizo la última exploración de mi cavidad… llevó sus dedos a su boca y los mojó profusamente y vi cómo humectó su pene, especialmente la punta. Se inclinó un poco hacia adelante para acomodarse y de nuevo, con ayuda de su mano, llevó su miembro hasta la entrada de mi vagina y lo frotó repetidamente, suavemente y con gentileza.
_Voy a hacerlo con sumo cuidado mi amor, despacito y suave_
Escuché atenta sus palabras.
_Voy a meter poco a poco la punta… y después lo demás; pero lento y con cuidado, no te preocupes_
_Sí tío_
_Vas a sentir un pequeño dolor, tal vez hasta un poco de ardor, pero es normal. Me dices si quieres parar_
_Sí tío_
Una vez que colocó bien su virilidad en mi entrada, se acomodó y se acercó para besarme profundamente. Yo lo abracé con fuerza… quería sentirlo cerca, pensé que con eso ayudaría a no sentir miedo. Poco a poco la cabeza fue entrando y abriéndose paso en mi estrecha cavidad, que dificultó la entrada de aquel intruso disfrazado de carne. Al sentir la estrechez, mi tío se detuvo brevemente y continuó su movimiento penetrante. Lentamente, milímetro a milímetro aquel falo iba entrando cada vez más y lo profundo de mi ser iba cediendo y me lo hizo saber cuando empecé a sentir un dolor agudo, que fue subiendo de intensidad mientras más carne entraba en mí. El rictus de dolor se apoderó de mi cara y una lágrima alcanzó a escaparse, deslizándose por una de mis mejillas. Mi tío la secó con sus dedos y me preguntó: _¿Estás bien?… ¿Quieres parar?_
Hice acopio de todas mis fuerzas para no ceder al llanto y entre pequeños sollozos le contesté:
_Sí, estoy bien… sigue… no pares tío… sigue. Quiero que me conviertas en mujer_
Cerré los ojos y lo besé. Correspondió mi beso apasionadamente, el cual, pausó por unos instantes y en un movimiento, dejó caer su peso y atravesó mi ser y se hundió hasta lo más profundo, llevándose consigo el velo virginal que hasta ese momento fue el guardián de mi inmaculada inocencia. No pude evitar soltar un leve sollozo que fue el eco de la despedida de aquella niña que se estaba convirtiendo en mujer en los brazos de su amado y que, por fin, después de tanto tiempo, mi deseo de tener a mi tío dentro de mí se estaba haciendo realidad.
Mi tío se mantuvo inmóvil unos instantes, para darme oportunidad de regresar en mí y que poco a poco el dolor fuera disminuyendo y mientras nos besábamos, empezó a moverse… muy sutilmente inició el movimiento de sus caderas de arriba abajo… metiendo y sacando. Poco a poco el movimiento fue aumentando la candencia y con ello mis gemidos empezaron a hacerse presentes. Al paso de los minutos, el dolor y la sensación de ardor fueron desapareciendo y empecé a disfrutar de cómo se sentía todo aquello. El cúmulo de sensaciones por todos lados me tenía absorta… mi corazón latiendo a mil por hora… mi boca profiriendo jadeos y gemidos que salían al ritmo de las embestidas viriles que mi tío acometía… mi sexo ocupado por aquel falo que frenético entraba y salía de mí bañado en sangre y jugos vaginales… y mi mente, subiendo y bajando y dando vueltas y todo mi mundo era únicamente aquel momento, en el que mi cuerpo y mi mente estaban entregados y en el que me sentía amada y deseada.
En momentos mis gemidos eran interrumpidos por pequeños pero intensos besos que me daba mi tío mientras yo lo abrazaba por el cuello y él, con sus manos, acariciaba mi cabello y mis mejillas. Luego hacía incursiones furtivas en mi cuello para pesarlo y lamerlo. Llegó un momento en que las penetraciones se volvieron intensas y un poco más profundas, lo cual me hizo estremecer, pero no supe qué hacer… mi tío me observaba con detenimiento… y poco a poco bajó el ritmo de sus movimientos hasta casi pausarlos. Me besó nuevamente y me dijo:
_Vamos a cambiar, quiero que sientas de otra forma_
Yo solo asentí con la cabeza.
Se incorporó y se retiró de mi interior y me extendió las manos para poderme ayudar a levantarme. Al incorporarme pude ver que en su pene había rastros de sangre y me asusté un poco. Él se dio cuenta y me explicó que es normal. Yo ya lo sabía pero obviamente no es lo mismo conocer la teoría a vivirlo en persona.
Él se recostó boca arriba y me dijo:
_Ven, ahora te toca a ti arriba. Vas a ver que vas a sentirlo diferente y podrás moverte como tú quieras_
Con sus manos me guio para que me pudiera montar en él. Torpemente me acomodé y busqué la forma de sentarme, pero evidentemente no sabía cómo, por lo que con dulzura me fue llevando y me dijo cómo acomodarme.
_Con tu mano agarra mi pene y ponlo en la entrada y poco a poco velo metiendo. Hazlo suavemente para que no sientas que te lastimas_
Así lo hice. Con cuidado me acomodé de tal forma que mientras me sostenía con mi mano izquierda en el pecho de mi tío, con la mano derecha tomé su miembro y lo acomodé en la entrada de mi vagina y poco a poco fui bajando. Centímetro a centímetro, mi humanidad fue devorando el viril instrumento de mi tío hasta que no quedó nada a la vista. Wow… sin quererlo, me lo metí todo. Era una sensación impactante el sentir todo aquello dentro de mí y lo mejor, es que el dolor prácticamente ya se había ido; solo estaba una leve sensación que ante la emoción y excitación terminó por desaparecer.
_Ahora, recárgate con tus manos en mi pecho para que puedas moverte de arriba abajo… hazlo como tú quieras… tu pones el ritmo y la intensidad_ fue la indicación de mi tío
Me acomodé como dijo y poco a poco empecé el movimiento como lo señaló… levanté un poco mi cadera para poder tener más rango de movilidad… y poco a poco el movimiento se hizo más marcado. Las manos de mi tío me tomaron por la cadera y sutilmente me ayudaba a marcar el movimiento. Nuevamente los jadeos empezaron a ser intensos y mientras más me movía, más placer sentía. Abrí los ojos y al ver a mi tío así, debajo de mí, tomando mi cadera y sintiendo su pene en lo profundo de mi vagina fue una visión que me prendió. Por primera vez, en ese justo momento ya no me sentía como una primeriza o inexperta… esa posición me elevó a un lugar en el que mentalmente nunca había estado. Sin duda, fue un maravilloso regalo.
Cuando mis caderas estaban en el pleno movimiento de subir y bajar mi tío dijo:
_También puedes cambiar el movimiento_ me detuve un momento para poner atención
_Ahora, en lugar de subir y bajar, puedes moverte de adelante hacia atrás… como si literalmente estuvieras cabalgando. Verás que vas a sentir muy rico_
De inmediato hice lo que me dijo. Bajé por completo hasta quedar totalmente sentada en la pelvis de mi tío y empecé el movimiento… empecé a cabalgarlo… ¡Dios! La sensación fue intensa desde el primer momento. Al moverme así pude sentir al instante que el movimiento provocó el roce de mi clítoris con el cuerpo de mi tío y eso me estremeció una vez más. Me gustó tanto que de inmediato me enganché en ese movimiento y me seguí… moviéndome cadenciosamente mientras las manos de mi tío alternaban sus caricias entre mis nalgas y mis senos. Apretaban, estrujaban y tomaban con firmeza mis partes mientras yo me entregaba a aquella mágica sensación que me hacía volar con cada movimiento y cada roce. Mis jadeos y gemidos iban al compás del movimiento de mi cadera mientras sostenía mi peso con ambas manos apoyadas en el pecho de mi tío. Poco a poco la sensación se fue formando en mi interior y al darse cuenta, mi tío empezó a decirme:
_Así amor… así. Gózalo mi vida, gózalo y disfrútalo… este momento es tuyo y quiero que lo disfrutes como nunca. Siénteme dentro de ti… siente cómo lo has puesto de caliente y duro. Gózalo amor, es tuyo y quiero que lo goces_
Ufff… pensé que no habría manera de calentarme más, pero esas palabras llegaron tan profundo que en automático aumenté la intensidad de mis movimientos. Un loco frenesí se apoderó de mi cuerpo al sentir que un nuevo orgasmo estaba cerca de llegar, así que cerré los ojos y me concentré solo en sentir… y dejé que mi cuerpo tomara las riendas del momento. Llegó un momento en que mis movimientos, al igual que mis jadeos eran intensos y rápidos… ¡Quería sentirlo ya! Con esto estaba anunciando que no faltaba mucho.
_Así hermosa, así… sigue así… quiero que no pares… no pares_
Yo gemía y jadeaba más y más.
_Así mi amor… así… no pares…_
_¿Te vas a venir?_
_S.. s.. sssi tío_
_Dilo mi amor, dilo… quiero oír que lo digas_
_Me voy a venir… tío, me voy a venir… me vo…_ ya no pude terminar de decirlo; un relámpago golpeó lo más profundo de mi ser haciéndome explotar. Tuve que pausar mis movimientos ante la intensidad de aquel orgasmo que literalmente, hizo que mis jugos escurrieran y mojaran gran parte de la pelvis de mi tío. Tuve que abrir rápidamente los ojos porque mi cabeza daba vueltas y sentí como mis piernas empezaron a temblar. Mi tío me sostenía por las nalgas al tiempo que me veía extasiado.
_Mi amor_ dijo con un cierto toque de ternura, al tiempo que trató de incorporarse para quedar casi sentado haciendo que nuestros rostros quedaran cerca, frente a frente. Me besó apasionadamente.
_¿Te gustó?_
Yo todavía estaba en el éxtasis de aquel increíble orgasmo… el primero provocado por penetración. Como pude, le contesté:
_Sí tío… fue increíble_
_Sí mi amor, de eso se trata… de que lo goces y lo disfrutes al máximo… y no hay nada más maravilloso que verte gozar y disfrutar. Eres lo más hermoso y rico del universo y verte así es lo mejor que me ha pasado_ y me besó profundamente.
_Vamos a cambiar, te voy a enseñar otra posición_ me dijo. Lentamente me levanté hasta que su pene logró salir de mi vagina y al verlo me asombré de lo mojado que estaba… eso era el rastro del orgasmo que acababa de tener.
_Acuéstate boca abajo_ me dijo y tomó una de mis almohadas y la puso por debajo de mi vientre. Él se acomodó como si también fuera a cabalgarme, posicionándose abajito de mis nalgas. Sentí como sus manos las tomaron, las masajearon, las apretaron… y luego sentí que se inclinó y empezó a besar mi espalda desde la parte más baja. Fueron besos cortos y tiernos, pero con convicción de hacerse presente… conforme fue subiendo el interior de mi vagina se mojaba más… llegó hasta mi cuello y movió mi cabello para poderlo besar. Por Dios, creí que en ese momento me paralizaría al sentir su respiración profunda y exaltada por todo mi cuello. Su boca se acercó a mi oído derecho y me susurró, con una voz super cachonda:
_Eres la nena más hermosa del universo… eres mi princesa hermosa… y te amo…_
Siguió besando mi cuello y espalda hasta que se detuvo para nuevamente incorporarse; levantó un poco mis caderas y se acomodó encima de mí. Pude sentir como separó mis glúteos y dejó totalmente expuesta mi vagina y de inmediato sentí su miembro buscando el acceso a mi cavidad vaginal y una vez que estuvo ahí, no tuvo mayor problema para ingresar gracias a lo mojada que estaba. Lentamente, mi tío fue metiendo su viril miembro hasta llegar al fondo y por la posición, sentí que no cabría ni que habría espacio para más… había mucha presión. Poco a poco empezó el vaivén de las caderas de mi tío, penetrándome cadenciosamente. La sensación del rebote de su zona púbica con mis nalgas fue en un principio chistosa, pero después se volvió caliente al escuchar aquel sonido semejante a como si alguien estuviera aplaudiendo. Estar en esa posición hizo que me costara más trabajo el acostumbrarme a la incesante penetración a la cual estaba siendo sometida… solo podía asirme fuertemente de la colcha y hundir mi cara en el colchón para ahogar mis gemidos cada vez que la sensación era más intensa. De igual forma, sentía la jadeante respiración de mi tío cada vez que se acercaba para besar mi cuello y mis mejillas.
_Es increíble estar dentro de ti mi amor… se siente delicioso…_
Las palabras de mi tío me calentaban más y más y yo solo daba rienda suelta a mi placer gimiendo con cada arremetida y cada golpeteo provocado por el choque de nuestras caderas.
De repente mi tío detuvo sus movimientos, se retiró de mi interior y me dijo:
_Levántate un poco… ponte en cuatro, como si fueras a gatear_ me tomó por la cadera y me jaló hacia él para ayudarme a ponerme como me lo estaba indicando. Solo me levanté y listo, quedé en cuatro con las nalgas paraditas y con mi sexo totalmente expuesto y vulnerable. Estando ya en la posición, volteé haca atrás para ver a mi tío y lo descubrí embelesado admirándome desde esa perspectiva. Se acomodó detrás de mí con las piernas más abiertas para poder quedar justo detrás. Tomó con su mano derecha su pene y lo paseó por toda mi vagina antes de colocarlo en la entrada y ensartarlo nuevamente. Yo solté otro gemido al sentir toda esa carne entrar en mí otra vez. Me tomó por la cadera y empezó a embestirme, esta vez más profundamente, tocando la pared interior de mi mojada y aún estrecha vagina… no había llegado hasta ahí… se sentía un sobresalto en mi interior cada vez que su pene tocaba ese punto… ¡Ufff!!!! Una sensación nueva más… era increíble todo lo que mi tío me estaba haciendo sentir.
En medio de todo el movimiento que generaban sus embestidas empecé a hacer conciencia de todo; de los sentimientos que me habían movido hasta llegar a ese punto… de mi calentura y ganas de sentir y ser yo la protagonista de una escena sexual como todas las que había visto en los videos porno que compartía con mis amigas… de estar así con mi tío, quien había sido el principal cómplice de todo. Tanto tiempo de tocarme pensando en ese momento… de imaginarme lo que ya estaba viviendo ahí, en mi propia habitación, que sin haberlo imaginado se había convertido en el escenario y mudo testigo de mi entrega, expectante de la primera vez que su huésped cogía.
Todos esos pensamientos hicieron que me prendiera más y más y aunado a las profundas penetraciones que mi tío hacía nuevamente el orgasmo empezó a anunciarse. Mis gemidos aumentaron y mi tío, que mientras clavaba su hombría en mí, apretaba con firmeza mis redondas nalgas, que estaban a su total disposición en aquella posición. Se percató y de nuevo me dijo:
_¿Te vas a venir mi amor?_
Entre gemidos y jadeos contesté que sí.
_¿Te gusta así????…_
_Sss sí tío_
_Siéntelo mi amor… siéntelo todo dentro de ti para que te vengas otra vez…_
_S.. sssí tío_
_Así mi amor… siéntelo así… dentro… muy dentro… siéntelo y vente rico otra vez mi amor… vente en mí amor… quiero que te vengas en mí_
Dicho eso, la penetración se hizo más rápida y fuerte… me la metió con firmeza una y otra vez… mis gemidos aumentaron y se intercalaban con el golpeteo de mis nalgas y su cadera.
_Dímelo mi amor… quiero oír que me lo digas_
Como pude me aferré a la cama para sacar fuerzas y poder interrumpir mis gemidos y articular las palabras que me tío quería escuchar:
_Aaahhh… mmm mmmm me vvvv.. vengooooooo_ apenas pude pronunciar las palabras y de inmediato otra caliente y copiosa explosión inundó mi interior haciendo que mi cuerpo completo temblara. Mi tío, poco a poco disminuyó la fuerza y las repeticiones de la penetración hasta quedar inmóvil dentro de mí. Aún jadeante, traté de volver en mí, de recuperar las fuerzas y la respiración… era demasiado… la intensidad cada vez era mayor y pensé que en cualquier momento pediría parar… pero, mi tío aún no llegaba a su clímax y sin dunda quería verlo explotar nuevamente. Por un instante vino a mi mente aquella imagen de nuestro encuentro previo, en donde finalizamos dicho encuentro con mi tío bañándome en su semen… quería sentirlo otra vez.
_¿Estás bien mi amor?_
_M… sss… sí tío… estoy bien_
_Qué rico te viniste mi amor… me encanta cómo te mojas y cómo me mojas cuando te vienes así_
Yo solo atiné a sonreír mientras trataba de acomodar mi cabello y me recosté en la cama. El, de inmediato se abalanzó sobre mí; me acomodó nuevamente boca arriba y una vez más, se colocó entre mis piernas. Con los brazos extendidos, como si fuera a hacer lagartijas, se acomodó sobre mí y de un solo empujón me la metió otra vez…
_Mmmmmmm_ se escapó de mi boca al sentir como sin dificultad entró el pene mi tío… y así, en esa posición empezó el movimiento… metiendo y sacando, invadiendo mi mojado y caliente interior. Yo abrí más las piernas y de momento sentí una enorme curiosidad por ver; así que incorporé un poco mi torso para alcanzar a ver… ¡Dios!… la imagen era por demás placentera… caliente y explícita. Alcancé a ver cómo su falo, grande, viril y lleno de mis jugos entraba y salía… como nuestras pelvis se unían, se tocaban… y casi nuestros vellos púbicos se alcanzaban a enlazar con cada metida… con cada embestida.
Era increíble y el haberme movido hizo que su pene empezara a rosar mi clítoris… por lo que con cada metida empecé a sentir mucho más intensamente… lo cual hizo que mis jadeos se convirtieran nuevamente en gemidos. Por momentos, intercambiaba miradas con mi tío, que estaba concentrado… era también su momento… porque estaba justo ahí, cogiéndose a su sobrina favorita en su propia habitación. Podía verse el placer y frenesí en sus ojos… el sudor ya inundaba su frente y escurría entre los vellos de su pecho y claramente noté cómo sus jadeos también empezaron a dejar escapar sus gemidos masculinos… cargados de viril deseo y placer.
Éramos como un par de danzantes, moviéndose a un compás frenético acompañados por una leve música gutural que intercalaba notas entre uno y otro. La imagen era de locura… no pude más y de nuevo me dejé llevar para que mi cuerpo por sí solo se encargara de todo. Me recosté y me abandoné a la intensidad de las sensaciones y a la imagen de aquel momento…mis manos se asieron a los brazos de mi tío; mis piernas abiertas se elevaban y se movían al ritmo de las embestidas que me penetraban con total frenesí y placer. No pasó mucho antes de que nuevamente mis gemidos le anunciaran a mi tío que estaba por venirme una vez más.
_Así mi amor… así mi vida… siéntelo… siente como entra… siente cómo estoy dentro de ti mi amor_
_Sí tío… sssí…._
_Así amor… así… déjalo salir… vente… déjame sentir cómo te vienes en mí otra vez… vente mientras estoy dentro de ti amor…_
Sus palabras, aunadas al inmenso placer que me hacía sentir con sus embestidas hicieron que, entre espasmos y temblores, me viniera a chorros nuevamente.
_Aaaaaaaahhhhhhh………_ ni siquiera pude articular palabra alguna… simplemente el gemido escapó.
_Eso… así mi amor… así… vente rico…_
Mi cuerpo languidecía al estar ya sin fuerzas y mi tío, aceleró las penetraciones y como ametralladora me cogió vertiginosamente hasta que en un rápido movimiento se incorporó, sacó su pene de mi vagina y con su mano derecha se lo frotó y se lo jaló al tiempo que empezó a vaciar chorros de su caliente y espeso semen que cayó en mi pubis y escurrió por toda mi vagina. Fue increíble ver cómo gimió y se vino abundantemente encima de mí.
Dejó de jalar hasta que ya no hubo nada en su miembro… que estaba enrojecido, lleno de mis jugos vaginales y aún erecto casi en su totalidad.
Ambos jadeábamos profusamente… yo no pude más y dejé que mi cuerpo se desvaneciera, así como estaba, tumbada boca arriba. Mi tío se acercó y me besó. Fue cálido, suave y reconfortante. Me miró a los ojos y me dijo:
_Eres increíble… nunca me hubiera imaginado que sería así de rico… me tienes en las nubes mi amor… te amo_
_Y yo a ti… te amo tío_
_Gracias mi amor por darme este regalo tan maravilloso… es algo que llevaré en mi mente y mi corazón por siempre…_ añadió
_Gracias a ti tío… por quererme tanto y por tratarme así… estoy segura que con nadie en el mundo lo hubiera hecho así de rico… nadie como tú tío para hacerme mujer y darme mi primera vez_
Estuvimos unos minutos besándonos y dándonos breves caricias… creo que no dejó pasar la oportunidad de recorrer mi cuerpo nuevamente, por lo que con su mano acarició mis senos… bajó y recorrió todo el camino hasta llegar a mi sexo… movió los dedos y embarrando lo que quedó de su semen en mi entrepierna… metió un par de sus dedos y me dio la última caricia al tiempo que me besaba.
_Esto es maravilloso y no quiero que termine… pero debemos apresurarnos amor_ me dijo con pesadez
_Lo sé_ contesté
Con mucho pesar nos levantamos… yo tuve que pasar al baño para poderme asear y arreglarme lo mejor posible. Antes de pasar una toalla por mi entrepierna quise probar nuevamente su sabor, por lo que con mis dedos me toqué… los metí en mi vagina y al sacarlos recogí lo que pude de su semen y sin pensarlo metí los dedos en mi boca… los chupé y saboreé aquellos líquidos con la esencia de ambos. Una vez aseada regresé a la habitación y me vestí con la misma ropa que traía puesta. Él hizo lo propio.
De igual forma que como entramos, nos escabullimos para salir de mi casa; abordamos su camioneta y tomamos el rumbo para su casa. En el camino intercambiamos caricias y miradas; los “me encantas” y los “te amos” no faltaron. Ahora, el reto será disimular y actuar como si nada hubiera pasado y seguir con la normalidad que había meses atrás, antes de que mi tío y yo, nos convirtiéramos en cómplices de un hecho que cambió mi vida para siempre… y que siempre, recordaré con cariño, con placer y con lujuria.
Gracias por leer mi relato. Con gusto recibo sus comentarios en: [email protected].
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