Mi primera vez y mi hermano 6
Debo confesar que ese día me marco en lo personal, algo distinto en mi despertó, sabía que mi vida sexual tomaría un giro drástico..
Hola soy Alejandra.
Quiero contarles una linda experiencia que tuve y la cual considero que fue clave para mi vida sexual.
Ya había pasado un año y 3 meses de hacerlo con mi hermano. Tenía ya 20 añitos. Para ese tiempo comencé a salir con un chico de nombre Leonardo que me comenzó a gustar, nos tratamos y con el paso de las semanas nos hicimos novios.
Con él lo pasaba muy bien, en cuanto a lo romántico era muy atento, amable y detallista. En cuanto a lo sexual no quise apresurar las cosas, aunque si, después de unos tres meses ya tenía ganas. Las cuales siempre me las quitaba cuando llegaba a mi casa con mi hermano.
Él nunca me presiono para tener relaciones, eso me gustaba de él, nos llevábamos muy bien y como decían mis amigas, hacíamos linda pareja. Leonardo era un chico muy lindo, media 1, 70, moreno, pelo corto color negro, ojos cafés claros, una linda sonrisa, flaco con un cuerpo normal, no le gustaba hacer ejercicio eso me lo dejo claro un día que lo invite a ir a un gimnasio, algo que si le envidiaba era la capacidad de comer un montón sin engordar.
Llegamos a tener muchas salidas a distintos lugares, la pasábamos muy bien entre besos, abrazos, momentos divertidos y chuscos, la relación se comenzaba a fortalecer, cada vez me sentía con más confianza hacia él. Superando por mucho mi anterior relación donde mi ex solo me presionaba para tener relaciones.
Antes de comenzar a salir en citas con él, un día llegué a mi casa y entre besos y platica con mi hermano le confesé que tenía novio, que ese era el motivo por el cual a veces llegaba más tarde a la casa y no porque fuese a casa de una amiga, (debo decir que no estaba segura de sí decirle o no, pero tampoco quería que se enterara por otro lado), se quedó pensativo. Yo no sabía que hacer, pues esperaba alguna contestación, fue a la cocina y tomo un poco de agua, regreso y se sentó a mi lado, me regreso a ver y me pregunto si de verdad lo quería, a lo cual le dije que sí.
Me sonrió, me dio un beso en los labios y me dijo que estaba bien, siempre y cuando yo realmente me sintiera bien con él y sobre todo feliz. Le regresé el beso en los labios y le dije que estaba muy contenta con él, que me gustaba y quería tener una linda relación.
Y aquí vino la pregunta que sabía me haría, me pregunto que él y yo como quedábamos, si ya lo nuestro ahí terminaba y ya no tendríamos sexo, que él lo respetaba, pero que por lo menos lo hiciéramos una última vez. Le sonreí y le dije que no estaba muy segura, pero que por el momento si él estaba de acuerdo, continuaríamos como estábamos, teniendo relaciones cada que pudiéramos y estuviéramos solos. Pues apenas comenzaba con Leonardo y no pensaba apresurar las cosas, que el seria por el momento el único con quien mantendría relaciones.
Por el momento contesto y se rio, no suena muy alentador, pero ambos sabemos que lo nuestro es solo sexo y teníamos algún día que encontrar a alguien mas.
Después de eso tuvimos una rica y divertida sesión de sexo. La verdad el día estuvo muy excitante y salió mejor de lo que esperaba.
Los días siguieron pasando y mi relación con Leonardo cada vez era aún mejor. Me sentía más en confianza.
Recuerdo que un jueves salimos temprano de clases, ya cuando llevábamos 4 meses, ahí sí, después de un buen rato de cachondeo en su coche, sentí como su mano comenzó a subir hacia mis senos, siempre lo detenía, o cuando me besaba y bajaba de más sus manos las subía, las chicas entenderán de lo que hablo, pero ese día estaba más caliente de lo normal y no dije ni hice nada para impedirlo.
Comenzó a tocármelas por encima de mi blusa, mientras nos seguíamos besando, para después meter su mano bajo mi blusa y al ver que no hacia tampoco intento por detenerlo subió su mano y toco mi pecho sobre mi sostén, el cual no duro mucho pues como pudo lo movió quedando por debajo de mis pechos los cuales comenzó a tocar de manera directa por primera vez desde que salíamos. Entre besos y palabras de amor nos fuimos calentando más, dejo de besar mis labios y fue besando mi mejilla, mi cuello y así iba basando poco a poco, al no ver resistencia alzo mi blusa y miro por primera vez mis senos, para después llevar sus labios a ellos, dándoles primero un beso para después comenzar a pasar su lengua alrededor de mi areola lo cual me hizo sentir un leve escalofrió.
Comenzó a chupar mi pezón como si de un niño se tratara, me estaba gustando la sensación, volvió a llevar sus labios para juntarlos con los míos y seguir besándonos de manera frenética, con una lujuria muy grande, aprovechando el momento bajo su mano hasta mi falda, la cual recorrió para después tocar mis piernas e ir recorriendo suavemente su mano hasta llegar a mi vagina la cual toco, pero por encima de las dos barreras que impedían tocar directamente, mi licra y mi calzón, eso no impidió que hiciera buenos movimientos con sus manos.
Dejo de besarme y me dijo que me deseaba, pero que no quería que nuestro primer encuentro fuera en su auto, que, si podíamos ir a otro lugar mejor, a lo que le dije que no, que me disculpara, pero no podíamos hacerlo ese día pues ya había dicho que llegaría temprano a mi casa.
Le comenté que mejor lo dejáramos para el siguiente día, el cual era viernes, que nos saliéramos de las clases y me llevara a algún lugar, pues mi mama por ser fin de semana trabajaba desde la mañana y llegaba tarde a la casa, lo cual le pareció buena idea, no sin antes decir que estaba muy excitado y le hubiera gustado que fuera ese día. Continuamos un rato besándonos y con el cachondeo, pero tuve que cortar la calentura y despedirme de él, quedando que nuestro encuentro llegaría al siguiente día.
Entre a mi casa y salude a mi mama, subí a mi cuarto, me quite mi ropa y vi lo empapada que estaba tanto mi ropa interior como mi vagina, la cual toque recordando el momento que habíamos pasado. Me metí a bañar para bajar un poco la calentura que llevaba.
Me dispuse a comer pues ese encuentro vaya que me había dado hambre y ahora solo podía satisfacer el de comida normal xD.
Mi hermano llego cuando estábamos comiendo y se nos unió, a lo cual me dijo que me veía rara, que notaba algo en mi pero no sabía que era.
Mama se fue a trabajar y nos quedamos solos, se me acerco y me pregunto que, si había pasado algo con mi novio, pues me notaba diferente y con una cara de felicidad. A lo cual le mentí y le dije que no había pasado nada, que con mi novio todo seguía igual de manitas sudadas. Lo bese y le susurre al oído: tú sigues siendo el único, terminando en una rica sesión de buen sexo, aunque debo decir que mi mente estaba pensando en cómo sería al siguiente día con mi novio mientras era penetrada por mi hermano.
El viernes dichoso llego, ese día me vestí con un top de tirantes negro, lo cual hacia que se notara mejor mi cintura, acompañado de un short corto de mezclilla, el cual me encantaba, porque aprovechando que soy nalgona me hacía ver aún más un buen trasero, debajo del short opte por llevar un cachetero color negro.
Con mi novio nos encontramos donde siempre, al llegar nos besamos y me dijo que me veía bellísima, lo cual le agradecí con un rico y apasionante beso, subimos al coche, pero esta vez no salimos con rumbo a la escuela, me invito primero a desayunar, pues me dijo que se le hizo tarde y no había desayunado, lo cual acepte.
Desayunamos y platicamos de cosas triviales, después un rato de reposar el desayuno, ahora si ambos nos levantamos y decidimos ir a nuestro encuentro, subimos al coche y me pregunto que si estaba segura, que si yo no quería o no me sentía lista él lo entendía, pues tal vez planeamos con la calentura del momento. Eso me encanto aún más de él, me encendió y me hizo desearlo aún más. Llegamos a un motel muy bonito, no quise saber cómo es que lo conocía. Era la primera vez que iba a un lugar así, me sentí un poco extraña, pero dejé que mi novio se encargara de todo.
Entramos a la habitación, muy bonita, por cierto, la mire y note un lindo espejo en forma de corazón detrás de la cama, en una esquina un sillón tipo sofá para una persona, lo cual busque otro, pero solo vi ese lo cual entendí que no era para sentarse a descansar. Debo confesar que estaba un poco nerviosa, había tenido mucho sexo con mi hermano, pero esto era algo diferente, algo por lo que no había pasado.
Me ofreció una cerveza, la cual acepte pues me ayudaría a que mi cuerpo se relajara, solo atine a tomar un poco, pues después de eso se me acerco me abrazo y comenzó a besarme, lo cual me gusto y me hizo sentir más cómoda y dentro de mis terrenos por así decirlo, tardamos un rato besándonos, solo se separó de mi para encender la tele y poner un canal de música, no sin antes ver que se encontraba en un canal porno jeje.
Volvió a acercarse a mí y pensé que ya pasaríamos a la acción, pero no fue así, me volvió a besar, sus manos recorrían suavemente mi espalda, me fue acercando a la cama sin dejar de besarnos, me acostó y para después subirse, para continuar besándonos. Así estuvimos unos buenos minutos, hasta que sentí que su mano dejaba de ser solo un acompañante de mi cintura y pasaba a la acción comenzando a subir hasta llegar a mis pechos, los cuales masajeaba por encima de mi top.
Su otra mano fue más abajo y trato de entrar, pero no pudo por lo apretado de mi short, me separe de él y me levante de la cama, el hizo lo mismo, aprovechando la música, comencé a bailarle un poco sexy, al tiempo que desabrochaba mi short y bajaba lentamente el cierre, le di la espalda y comencé a bajar mi short al ritmo de la música, quería que viera mi trasero y a la vez excitarlo lo más posible. Después quite mi top, quedando solo en ropa interior.
Me abrazo por la espalda tomándome de la cintura, comenzó a besar mi cuello, yo movía mi cuerpo al ritmo de la música lo más sensual que podía, fue subiendo sus manos hasta llegar a mis pechos, tomo mi sujetador y lo recorrió quedando este debajo de mis pechos, coloco su mano sobre ellos, comenzó a jugar y hacerme sentir rico mis senos, una de sus manos bajo lentamente hasta llegar a mi cachetero, comenzó a sobarme, era rica la sensación en mi cuerpo, mi cuello siendo atacado por sus labios, mis pechos y mi vagina por sus manos.
No tardo mucho y metió su mano en el cachetero y llego hasta mi vagina tocándola directamente por primera vez, comenzando a mover su mano y hacerme sentir a un más rico, sin descuidar su labor en mi seno, empezó a mover la mano que se encontraba en mi vagina en forma de círculos de manera más rápida, yo acompañaba sus movimientos, meneando mi cuerpo al ritmo de su toque, su lengua recorría en ocasiones mi cuello haciendo mi cuerpo estremecer, a la vez que mis piernas desfallecían un poco, estaba súper excitada y lo estaba disfrutando al máximo.
Me recostó sobre la cama, retiro mi cachetero lentamente, desabroche mi brasier el cual ya estorbaba, y se lo avente a la cara, ambos reímos y nos miramos de manera picara, se subió a la cama recostándose a un lado mío, me dio un beso en los labios, para después bajar a besar mi pecho y otra vez llevar su mano a mi vagina, la cual ya se sentía lubricada, inclusive pensé que se subiría sobre mí para penetrarme, pero no fue así, comenzó a meter dos dedos en mi cuevita y empezó a moverlos lentamente, para después ir aumentando el ritmo, estaba en la gloria. Cuando aumento frenéticamente el ritmo, arquee mas mi cuerpo casi queriendo que metiera todos sus dedos, me estaba excitando mucho, era obvio que él tenía experiencia y vaya que yo lo agradecía, pues me estaba dando una muy rica metida de dedo.
Hubo un momento en el que quise pedirle que ya me penetrara, pero no me quise ver muy desesperada y decidí mejor dejarlo seguir con su labor. Después de un buen rato de darme dedo, bajo su cabeza y le dio un beso a mi vagina, para después pasar su lengua de inicio a fin lo que me provoco un rico gemido, el cual ahogue mordiéndome los labios, comenzó su labor, ahora mi rajita era víctima de su lengua, sus dedos solo se ocupaban de separar por momentos mis labios vaginales, tome su cabeza y casi trate de empujarla más hacia mí, me estaba encantando como movía su lengua dentro de mí. Debo decir que no llegue a terminar, ni a tener un orgasmo, pero vaya que estuve cerca.
Dejo de darme placer con su lengua, se incorporó, se acercó a mí y me dijo mirándome a los ojos que yo le encantaba, me lance sobre él y lo bese con mucho frenesí, sus palabras me habían hecho sentir especial, rodamos sobre la cama, yo que ya estaba completamente desnuda y el aun con ropa, mis ganas de que me penetrara en ese momento pasaron a segundo término, estaba disfrutando de algo que no había sentido antes, realmente me sentía enamorada, deseaba entregarme a él, pero no solo por querer tener sexo, sino porque de verdad lo quería.
Después de los besos me separe de él y le dije que se quitara la ropa, de inmediato se quitó todo hasta quedar completamente desnudo, por fin veía su pene por primera vez, era un poco más grueso que el de mi hermano. Lo tomé con mi mano y comencé a masturbarlo mientras pegaba mi cuerpo con el suyo, besándolo al momento. Me encantaba besarlo sentir sus manos recorrer mi cuerpo.
Se separó de mí y fue por algo, sospeche que era y efectivamente atine, había ido por una caja de condones, saco uno, el cual coloco de inmediato.
En ese momento supe que él ya no estaba para más juegos previos, quería meterla, me volvió a recostar sobre la cama, separé mis piernas dejándole hacer lo que quisiera conmigo, me dio unos últimos lengüetazos muy ricos en mi vagina, para después incorporarse frente a mí con su pene apuntando hacia su próxima víctima, acerco su miembro a mi cuevita, lo movió de arriba abajo haciendo que me estremeciera, la coloco en mi entrada, me regreso a ver buscando mi aprobación, la cual encontró al yo mover mi cara haciendo un gesto aprobatorio.
Comenzó a meter poco a poco su grueso pene, mordí mis labios, al sentir como entraba centímetro a centímetro, hasta que por fin metió todo, solté un leve gemido, se dejó caer sobre mí, buscando mis labios para besarme y comenzar a moverse. Mi vagina se sentía muy bien, estaba excitada y quería sentir ese grueso pene lo más adentro de mis entrañas.
Me comento que desde hace mucho soñaba con ese momento. Y que era tan rico y excitante como lo había imaginado, para después besarme sin dejar de bombearme, sus embestidas me encantaban. Sentía como entraba y salía su pene, era una rica sensación, comenzó a aumentar la velocidad, lo cual me excito aún más, ya no pude estar callada y le dije comencé a decir que siguiera que así me diera, que eso me encantaba. Así te encanta me dijo, a lo que le conteste si amor dame más me encanta sentirte dentro de mí. Cuando de pronto, la sacó de golpe, se bajó de la cama, me jalo hacia la orilla, puso mis pies sobre sus hombros y sin decir nada, la metió de golpe consiguiendo yo diera un rico gemido, a lo cual me dijo, veo que eso te gusto amor, en ese caso que tal esto. Una vez que dijo eso me comenzó a bombear muy fuerte, se escuchaba recio el choque de su cuerpo con el mío, abrazo mis piernas para ayudarse a tomar impulso y darme unas ricas embestidas que me estaban haciendo gozar y gemir como loca, estaba destrozando mi vagina, pero eso me encantaba y lo lubricado de mi cuevita ayudaba mucho a sus embistes.
Le pedía más y más fuerte, hubo un momento en el que desee que no trajera condón, pero obvio no le iba decir que se lo quitara, seguí disfrutando y gozando todo lo que su grueso pene me estaba dando de placer.
Paro sus embestidas para después bajar mis piernas, me dijo que me volteara, lo cual entendí, antes de hacerlo me detuvo y me beso. Después de eso ahora si procedí a voltearme y que viera mi trasero el cual sabía que la vista le iba encantar, pues estaba orgullosa de mi buen trasero. Puso sus manos sobre mis nalgas, las apretó acerco su cara separo mis nalgas para besar desde esa posición mi cuevita, sentí un escalofrió muy rico recorrer mi cuerpo, comenzó a taladrarme con su lengua, vaya que sabía lo que hacía, metió un dedo y llevo su lengua a mi clítoris, era una gran sensación, lo estaba disfrutando como nunca, separo su cara y me pregunto si quería que la metiera, a lo cual le dije si amor por favor vuélvelo a meter hazme gozar.
No tardo en obedecer y rápidamente llevo ese grueso pedazo de carne a la entrada de mi vagina para clavarla de un golpe chocando nuestros cuerpos nuevamente, ahora si no pude ahogar el gemido el cual salió muy natural, cosa que lo excito porque me comenzó a dar unas embestidas que vaya que me hicieron sentir todo su pene hasta lo más profundo que podía llegar y a un ritmo bestial que sentía que me iba partir. Podía ver por el espejo como estaba el detrás de mi dándome duro. Esa imagen de los dos en el espejo me excito bastante. Me apretó nuevamente las nalgas como para sujetase y ayudar con sus brazos el impulso hacia delante cada vez que me la clavaba. Me dijo que ya no aguantaba que estaba por venirse que, si podía hacerlo dentro, que al fin tenía el condón puesto. Le dije que sí que se viniera. Cosa que no tardó en hacerlo.
Cayo sobre mí, sentía su respiración bastante agitada. Yo estaba muy feliz, había tenido sexo por fin con el hombre que amaba en ese momento, me había hecho gozar.
Una vez que se repuso, se levantó y se fue con dirección al baño, la verdad esperaba un beso antes de irse o algo así. Cuando regreso me trajo papel, lo cual le agradecí y comencé a limpiarme.
Todo había terminado, o por lo menos eso pensé, estando sentados los dos desnudos a la horilla de la cama lo abrace de costado y recargue mi cabeza sobre su hombro. A lo cual él también me abrazo. Me pregunto que, si me había gustado, le dijo que no solo me había gustado si no que me hizo sentir especial.
Levanto mi cabeza de su hombro para después acercarse y besarme, me separe de él, pues tenía mucha sed, tome mi cerveza y le pegue un buen trago, pero ahí me percate que su pene ya estaba listo de nuevo. Me acerque a él y tome su pene con mi mano, comencé a subir y abajar mientras me acerque para besarlo. Podía sentir lo duro de su pene en mi mano, ese pene que había entrado en mí y me había dado un gran placer.
Me separe de el para ir por la caja de condones, saque uno y regrese a su lado. Esta vez fui yo quien se lo coloque, le dije que se subiera a la mitad de la cama, cosa que rápidamente hizo, me subí ahora yo, para después sentarme sobre él, tome su pene, lo coloque en mi entrada, para después ir bajando poco a poco sobre su pene, sintiendo como recorría cada milímetro de mi cuevita. Comencé a bajar y subir mientras lo miraba a los ojos y al hacerlo nos reíamos pícaramente por la situación, nos tomamos de las manos y acompañaba mis subidas y bajadas, me dejaba caer sobre su pecho para poder besarlo y seguir clavándome su herramienta, sin duda era una buena experiencia, pues a diferencia de lo que hacía con mi hermano esto era amor, yo lo quería mucho y sentía como el me quería a mí y eso fue lo que me llevó a entregarme a él. Comencé a aumentar mi ritmo, ver su cara era excitante, pues podía ver sus gestos de placer, lo que me hacía saber que lo estaba haciendo bien.
Regrese a ver el espejo para ver como subía y bajaba, así como también mirar como esa gruesa herramienta me entraba y desaparecía cuando bajaba, llevo sus manos a mis pechos para jugar con ellos mientras yo seguía con mi labor, sabía que era hora de hacerlo gozar aún mas de placer, no solo aumente el ritmo, sino que también comencé a hacer movimientos circulares, y trataba de apretar con mi vagina su pene, comenzó a decirme que le gustaba mucho lo que hacía, que continuara. Cosa que hice para seguir complaciéndolo. Me detuve y esta vez le di la espalda, dejando nuevamente mi trasero ante sus ojos, me dijo que le encantaba la vista que tenía un trasero muy sexy, que toda yo le encantaba. Baje y me acomode nuevamente para volver a lo mío. Sus palabras me habían excitado aún más, subía y bajaba me movía lo mejor que podía. Debo decir que comenzaba a cansarme que termine recostándome de espaldas a él, lo que hizo que ahora el fuera quien se movía en lo que yo recobraba fuerzas, me gustaba esa posición pues podía besarlo, cuando al mismo tiempo sentí como llevaba su mano a mi clítoris. Me estaba besando tocando mi clítoris y clavándome, sin duda estaba en la gloria.
Freno la penetración, para decirme que me bajara de la cama, cosa que me extraño un poco, pero me baje y me puse de pie, el hizo lo mismo, para después besarme, separarse, tomarme de la mano y jalarme hacia el sillón, me pidió que me pusiera en cuatro, cosa que hice y de inmediato se colocó detrás de mí, para pasar a penetrarme. Me comenzó a penetrar despacio, sentía cada embestida de manera lenta pero placentera, hasta que por fin comenzó a aumentar el ritmo. Trataba de mover mis caderas y mi trasero para que ambos sintiéramos mas placer. Después de unos minutos me dijo que volvería a venirse, que quisiera poder durar un poco más pero que no aguantaba pues con mis movimientos lo tenían loco, le dije que estaba bien que lo hiciera, me pidió si podía hacerlo en mi espalda, dude un poco, pero al final le dije que estaba bien que lo hiciera.
Aumento lo más que pudo sus embestidas, dio un pequeño grito para después sacarlo, quitarse el condón, para luego tirarlo en mi espalda y uno que otro chorro un poco más arriba también sobre mis nalgas. Sentí esa calientita lechita caer.
Coloco su pene entre mis nalgas y lo comenzó a mover con lo último que le quedaba, pegando su cuerpo lo más que pudo al mío, por primera vez sentía su pene sin el condón de por medio. Termino de moverse y se fue tirándose sobre la cama, yo solo me acomode en el sillón quedándome ahí un rato, mientras regresaba en mí y sentía como su lechita recorría mi espalda y otra parte de seguro se pegó al sillón donde me recargue.
Cuando recobré fuerzas entre al baño a hacer mis necesidades y limpiarme, estaba hecha un desastre así que le abrí a la regadera para bañarme. Estaba enjabonándome cuando escuche su voz que me dijo si lo invitaba a bañarse conmigo. Le dije que pasara cosa que hizo de inmediato, comenzamos a bañarnos, pero hombre al fin se excito y comenzó a besarme y pasar sus manos por todo mi cuerpo, me abrazo por la espalda y me repego su pene el cual otra vez estaba de pie. Sintiendo por segunda vez su pene sin protección sobre mis nalgas, me dijo que iría por otro condón a lo que lo detuve y le dije que no.
Trato de convencerme diciendo que no dejara a su amiguito así, por lo cual se me ocurrió tomarlo con mi mano y comenzar a masajearlo, hasta terminar haciéndole una paja, me pidió que usara mi boca lo cual no quise, debo decir que por tonta porque debí de verlo hecho, pero en ese momento no sé qué me paso que no quise hacerlo. Solo me limite a pajearlo, hasta que logre hacer que terminara.
Terminamos de bañarnos, nos arreglamos para salir de la habitación, no sin antes comernos a besos varias veces. En el trayecto hablamos poco, iba cansada y satisfecha. Paro donde siempre me dejaba, me comento que lo había pasado bien, me agradeció por haberlo hecho sentir tanto placer, solo atine a responderle con un prolongado beso, el cual aprovecho para nuevamente llevar sus manos a mi cuerpo y tocar mis pechos. Comenzaba a calentarme así que reaccioné y lo detuve, me dijo que, si podríamos repetir otro día, le dije que lo pensaría, pues no podía andarme saliendo de clases, que tal vez el próximo fin de semana o algún día en la tarde inventaría una salida con una amiga.
Nos despedimos, cuando iba bajando del coche alcanzo a darme una nalgada, cosa que no me gusto del todo, pero no dije nada lo tomé como lo que era un cariño, me fui a mi casa, la había pasado increíble, había sido una gran experiencia que sin duda quería repetir muchas veces con él.
Cuando entre, mi hermano ya estaba ahí, me dijo que había salido temprano de la escuela y que se había venido rápido porque quería aprovechar el tiempo pues teníamos varias horas antes que llegara mi mama y de inmediato se abalanzo a besarme, yo estaba algo cansada por la sesión de la mañana y con mucho sueño, no pensé que mi hermano estaría en la casa, pero le conteste besándolo y acariciándolo, me separe de él y le dije que lo dejáramos para más tarde que me dejara dormir un rato pues me dolía un poco la cabeza, me enseño lo excitado que estaba, solo me agache le di un beso en la punta y le comente que más tarde que me dejara descansar un poco. De inmediato me fui a mi cuarto para no dejarlo actuar, pues conociéndolo no le bastaría que le dijera lo del dolor de cabeza.
Entre a mi cuarto y fui directo al baño, me desvestí, vi como mi ropa interior estaba un poco mojada con ese último toqueteo que me dio mi novio y un poco con lo de mi hermano. Me volvía a dar un baño, pero esta vez un poco más rápido, al fin ya me había bañado en el motel.
Me seque y salí con dirección a mi cama, me quite la toalla que llevaba enrollada, me recosté, así desnuda hasta que quede completamente dormida.
Me desperté porque tocaban a la puerta, era mi hermano el cual abrió sin esperar a que le dijera si podía pasar o no.
Sonrió y me dijo vaya que buen recibimiento hermanita, así me gusta encontrarte. Lo regrese a ver y le dije que se dejara de tonterías, que me dijera cuanto llevaba durmiendo, me comento que desde que me vine a mi cuarto hasta ese momento una hora y media aproximadamente, que por eso había ido a mi cuarto pues mi mama llegaría en unas dos horas y quería tener sexo conmigo pues quería darme una sorpresa con algo que consiguió. Pero que si todavía me sentía mal y me dolía la cabeza lo dejaría para otro día.
Me quede intrigada con lo de la sorpresa, le pregunte que era y no me quiso decir, que solo me lo mostraría hasta que lo hiciéramos. La verdad lo pensé y estuve a punto de decirle que lo dejáramos para otro día, pero pudo más mi curiosidad. Le dije que está bien, a lo que se acercó y me planto un beso, para luego comenzar a jugar con mis pechos lo cuales estaban al aire libre.
Se separó de mí y me dijo que esperara que no tardaba que iba a su cuarto por mi sorpresa. No le tome importancia y me recosté aun me sentía un poco cansada, estaba recordando lo que había hecho en la mañana, cuando mi hermano regreso, traía una bolsa con algo adentro, lo dejo sobre mi escritorio y se lanzó sobre mí, a lo cual lo detuve, y le dije que, porque lo había dejado ahí, me contesto que todo a su tiempo y me planto un beso el cual correspondí, volvió a lo suyo, juagando con mis pechos sin dejar de besarme, hasta que sentí que una de sus manos llegaba a mi vagina. Comenzó con su labor como ya él sabía que me gustaba, había aprendido muy bien cómo me gustaba que moviera sus dedos, como metía uno, después el otro para ir incrementando el placer.
Me estaba comenzando a excitar, mis fluidos empezaban a hacer aparición y permitir mejor el trabajo de sus dedos. Su otra mano no se quedó quieta, fue a uno de mis pechos y lo comenzó a tocar de manera que él sabía que me gustaba, el placer incrementaba para mi buena suerte.
Comencé a gemir como loca, ahí podía hacerlo sin sonar muy promiscua, ya que con mi novio me reprimí un poco para guardar apariencias. Pero con mi hermano era diferente no tenía que disimularlo gemí como loca y le pedía más. Al grado de pedirle que por favor ya me metiera su rico pedazo de carne, que lo deseaba ya dentro de mí. Cosa que no tardó en hacer, rápido se ubicó y coloco la punta en mi entrada, la comenzó a meter despacio, poco a poco sentí como un segundo pene entraba en mí en el mismo día, fue moviéndose lentamente, pero yo no quería eso, le dije no me vengas con juegos, estabas desde que llegué que lo querías hacer como para que me des así de despacio, párteme hermanito, anda cógeme como nunca en tu vida. Vaya que estaba excitada, el me complació y fue aumentando el ritmo, lleve mis manos a sus nalgas y comencé a ayudarle para que me diera más rápido, quería que me taladrara.
Ahí estábamos cogiendo como locos, sintiendo el placer de nuestros cuerpos, cuando se frenó y me comenzó a besar, le pedí que no parara, pero no me hizo caso, solo me comento que aún no era hora de venirse.
Saco de mí su pene, se bajó de la cama y fue a tomar la bolsa que había traído, cuál fue mi sorpresa cuando después de meter su mano y tomarlo, lo saco. Era un vendito consolador, no supe cómo reaccionar, no esperaba eso. Tampoco es que había visto alguno, salí del shock y le pregunté que de donde lo había sacado o conseguido. Me contó que había tenido que ir a una tienda a comprarlo con mucha pena, pero quería usarlo para mí, que tenía esa fantasía y quería ver si podía ayudarlo a cumplirla.
Me lo dio y se sentía extraño, un poco suave también, se acercó a mí me beso y me pregunto si estaba de acuerdo, le dije que estaba bien, pero que lo hiciera con cuidado no quería que eso llegara a quedar dentro y no lo pudiera sacar, a lo que me dijo que era muy exagerada.
El consolador era en forma de pene, media aproximadamente unos 20 cm. Era más grande que el pene de mi hermano e inclusive que el de mi novio, aunque en el grosor si era casi como el de mi novio.
Me volvió a besar, era obvio que quería calentarme, aunque ya estaba lo suficientemente caliente con todo lo que había pasado en ese día, le coloco lubricante al consolador, cosa que ni supe a qué hora había agarrado lubricante, comenzó a pasar el consolador por toda mi rajita, de repente se detenía en la entrada y hacia el intento de meterla, pero justo cuando se iba a abrir paso, detenía el consolador y volvía a moverlo. Después por fin lo introdujo, sentí por primera vez ese juguete que no sabía que podía dar tanto placer y que ahora forma parte de mis ratos de soledad. Empezó a moverlo lentamente, no lo había metido del todo, se sentía muy bien, me dijo que me colocara al borde de la cama de espaldas, cosa que rápidamente hice, coloco una almohada debajo de mi vientre para quedar más inclinada y facilitara aún más su labor, volvía a meterlo poco a poco y esta vez sí lo trataba de meter todo, hasta que lo consiguió, sentí como llegaba dentro de mí, me encanto la sensación, cuando en eso también sentí como uno de sus dedos se posaba en la entrada de mi ano, comenzando hacer fuerza para tratar de meterlo, pensaba recriminarle pero preferí no decir nada y dejarlo hacer lo que quisiera.
Con una mano movía el consolador y con la otra ya eran dos dedos los que jugaban con mi ano, que rica sensación fue para mí sentir ese placer que me provocaba, puso lubricante sobre mi ano y comenzó a tratar de meter su pene ahí. Para ese tiempo ya teníamos más práctica y era más fácil para ambos tener sexo anal. Consiguió entrar en mí, sentí su pene llegar hasta dentro para después salir lentamente, para después moverse rítmicamente haciéndome gemir de placer.
Me pidió que me volteara, quedando esta vez boca arriba. Me dijo si podía meter el consolador por mi vagina y su pene por mi ano a la vez, la idea no me pareció tan descabellada, había deseado sentir mis dos hoyos penetrados a la vez cuando en anteriores encuentros pasaba de mi vagina a mi ano y viceversa. El día había sido muy bueno hasta ese momento, no quise arruinarlo con un no. Así que le dije que adelante, que me hiciera gozar lo más que pudiera que estaba ahí para él.
Se alegró y me beso como loco, aunque no por mucho, era obvio que quería llevar a cabo su plan de taparme los dos agujeros, lubrico el consolador y comenzó a meterlo en mi vagina, una vez que estuvo hasta el fondo, coloco más lubricante en su pene y lo fue metiendo a mi ano, vaya que debo decir que esa sensación fue fantástica y excitante. Comenzó a mover su pene dándome placer, para luego tomar el consolador y como pudo moverlo dentro de mi vagina, de momento era un poco incómodo para el hacer las dos cosas, por lo que tomo mis manos y las llevo al consolador diciéndome que fuera yo la que lo metiera, así lo hice, era mucha la excitación, le pedía que me diera más fuerte, estaba en la gloria, estaba sintiendo como mis paredes se contraían, estaba teniendo sin duda un orgasmo, no era para menos, todo el día había sido puro placer, y con la sorpresa de mi hermano mi cuerpo se desahogó, termine rendida ya no podía moverme, sentía los últimos espasmos de mi vagina, el aún continuaba dándome duro, pero ya estaba inerte y sin fuerzas.
Después de eso escuche a mi hermano que no aguantaba mas y termino descargándose dentro de mí, inundando mi anito de leche calientita. Se dejó caer sobre de mí, me dijo al odio que le había encantado, que nunca había sentido esa manera de terminar.
Después que retomo fuerzas, se quitó de encima de mí, saco el consolador el cual aún estaba dentro de mí, nos acomodamos en la cama me dio un beso en los labios y me agradeció por haberle dejado hacer todo conmigo, solo le sonreí y le volví a besar.
Unos minutos después le pedí que se fuera a su cuarto pues no quería que llegara mi mama y lo encontrara en mi cuarto. Se fue dándome un beso prolongado en mis labios, después en mis pechos y al último en mi vagina para después marcharse triunfante.
Me quedé recostada pensando en lo que había pasado, pues no solo había tenido sexo con mi hermano y un consolador, si no que ese mismo día lo hice con dos hombres, no al mismo tiempo, pero si el mismo día.
Debo confesar que ese día me marco en lo personal, algo distinto en mi despertó, sabía que mi vida sexual tomaría un giro drástico, pues me estaba comenzando a gustar aún más el sexo. Entendí que no todo era tener sexo de la misma manera con mi hermano, que tenía un novio con el cual disfrutar, y que definitivamente en algún momento de mi vida quería experimentar hacerlo con dos chicos pues me había quedado con la sensación de que, si con el consolador y el pene de mi hermano había sentido ese placer, con dos penes tal vez podría ser más excitante y sin duda placentero para mí.
Quise contarles este día de mi vida porque lo considero lo segundo más importante, después de perder mi virginidad, en cuanto a lo que me convirtió en una chica que se dispuso a disfrutar y experimentar el sexo cada que se pudiera y con quien yo quisiera y me sintiera con ganas de hacerlo.
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