Mi primita
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Saludos, mi nombre es Gustavo Adolfo, tengo 25 años, los hechos reales que describiré ocurrieron hace 8 años aproximadamente cuando en la region costera de mi país hubo inundaciones por el fuerte invierno, mis tios y mis primos (2 machos y una rica hembrita Camila de 9 años) que vivian en el campo vinieron a vivir en nuestra casa hasta que las aguas bajaran.
Paasaron los días y de camino al baño vi a lo lejos en el extremo más distante del solar de mi casa una casita de cartón hecha por los niños, vi a los dos acostados, mi hermanito, rigido, sin movimiento, montado encima de Camila que movia sus caderitas en acción de culeo, Camila tenia sus manos pegadas al piso moviendo a los costados sus piernitas y caderitas, me acerqué más y vi a Camila besar torpemente a mi hermanito Fernando de 5 añitos, ambos culiaban vestidos, en mi mente retumbó la palabra "aprendices" los dejé con una sonrisa sin que me vieran. Sabía que era Camila la de la idea de culiar por la inocencia de edad de mi hermanito que estaba aprendiendo de ella.
Esa escena quedó grabada en mi mente, desde ese momento, a mi primita la veía diferente, como a una mujercita, su pelito lacio castaño perfumado, sus piernitas blanquitas y su trasero abultado eran motivo de mi observación constante, cuando se peinaba pasando sus suaves dedos en su pelo me exitaba, creía que sus manos sobaban los pelos de mi pene, cuando se arrodillaba a lavar, trataba de ponerme frente a ella a verle su vaginita abultada que se formaba en su calzoncito o cuando iba al baño la veia por el tragaluz como se bañaba desnuda, pasándose sus manos por su vaginita y culito, sus labios bien formados al contacto del agua se hacían deliciosos por los movimientos desarrollados, mi deseo de poseerla lo sentía con más fuerza y exitación día a día.
Cierta tarde llegué del juego de futbol, toqué la puerta, llamé y vi por la ventana salir de su cuarto Camila y mi hermanito acomodándose sus interiores, me abrieron la puerta y me imaginé que salian de culiar porque conocia a mi hermanito ya que cuando creia que hacia algo malo agachaba su cabecita y trataba de huir como asi lo hizo, me quedé con Camila diciéndome que solo ellos estaban en casa, en mi mente se me vino el ego macho de pensar que si mi hermano la culea por qué yo no, pensé que este era el momento, asi que le dije que me acompañara al baño y que me ayudara a hecharme agua en la espalda para esto me quité la camiseta, Camila con sus suaves manos me pasaba el jabón, mi pene se puso cañón, más cuando pasaba sus manitos por mis muslos y cadera, mi cuerpo se encendió de exitación, Camila habia hecho nacer una pasión insuperable, me baje muy despacio la pantaloneta mostrandole mi pene abultado y amoldado en mi calzoncillo, me sequé con la toalla, se la rodee por las caderas llevandola a mi, me agaché un poquito para que mi abultado pene sobe su caderita, me salio el liquido preseminal y al apartarnos Camila me sonrió.
Me bajé el calzoncillo hasta los tobillos, Camila asombrada conoció mi pene peludo bien parado, con mis manos me lo estiraba y le dije que me lo tocara, que era diferente al de mi hermanito, este era más rico y jugososo por el luido brilloso en mi cabeza de pene, sus suaves manos pasaban con admiración mi pene, la arrodillé y parado le pasé la cabeza de mi pene por sus labios frotandoselo como lapiz labial, tambien se lo pase por sus mejillas, la levanté en peso con mis brazos, sus piernas rodearon mis caderas, pues tenia puesto un shortcito, su vagina estaba junto a mi pene, me arrimé a la pared del baño y empecé a moverle sus caderas para adelante y para atrás, senti la tibieza de su piel, le dije que abriera un poquito su boca y le meti mi lengua moviéndola dentro de su paladar y sobándole su lengua y dientes, la besba, le mordía suavemente sus tibios labios rojos enloquecidos, senti la calentura de la piel de Camila y aproveché en meter mis dedos por detrás de su short hasta la raja de su culitosobandoselo suavemente, al hacerlo, senti las manos de Camila que apretaban con fuerza mi espalda, Camila estaba exitada.
Le di un beso en su frente y otro en su mejilla, la llevé a mi pecho y le dije que si queria jugar conmigo en su cuarto, ¿A qué? me pregunto y yo le contesté ¡Al amor! lo cual aceptó y corrimos a su cuarto distante sin que mi hermanito nos viera.
Nos sentamos en el filo de la cama, primero le dije que le iba a aenseñar a besar para estar calientes, ella asintió, su piel seguia ardiente, nuestros labios formaban unos besos deliciosos con mi iniciativa, nos desvestimos hasta quedar totalmente desnudos, nos paramos, le hice que diera vueltitas y vi su culito y vaginita abultados para su edad, la saliba corria por mi garganta y mi respiración aceleraba.
La senté en la cama diciéndole que abriera sus piernas, le olia su vaginita tenia un olor a orina exitante que mi pene se ponía erecto, pasé mi lengua desde su frente, por su boca, garaganta, pecho, estomago hasta llegar a su vagina fue allí que con sus manos estiraba mi pelo de pasión, la recosté dejando arquedas sus piernas, empecé a mamarle su vagina, le decía ¿Te gusta? Ella decía ¡Mucho! Eso me daba más ganas de seguir, con mis labios chupaba los labios de su vagina, Camila gemia de placer sus manos apretaban mi espalda.
Cogi mi pene moviéndolo y estirándolo hasta llegar su vagina, se lo sobé en círculos, por las piernas y le decía ¿Te gusta? Me decía viéndolo ¡Si! Sobé la cabecita y sentí que de su vagina le salía una orina o babita, le puse mi pene sobre su vagina y emepecé a sobárselo exteriormente, le dije que alzara un poquito a ver y mientra observaba frotar mi pene en su vaginita le decía ¡Mira como culean! ¡Esto es amor! Se sonreía y le dije ¡Ahora vas a sentir rico! Le pasé mi lengua por su clítoris de arriba, abajo, haciendo círculos.
Camila gemía y fue ese momento para introducirle mi pene mientras que con mis manos le sobaba las nalgas, Camila asl sentir la penetración me apartó diciéndome que le dolía y que tenia miedo, sorprendentemente se acostó boca abajo y me dijo que le culiara el culo, asombrado le sobé mi pene por su rajita y al penetrarle su culito lo hice suavemente, cada vez que entraba sentía la calentura de su culito, me sorprendi cuando le meti todo mi pene sin que ella de un grito de dolor, solo gemia, asi que sacaba y metía mi pene con facilidad. Con el tiempo me confesó que un amigo del pueblo le había roto su culo en el rio y que de esto mis tios no sabían.
Segui dándole pene hasta que se me vino el gustito por botar leche, la vire y le froté el pene en su vaginita hasta que visalir mi leche cayendo sobre su pancita, rápido nos limpiamos y nos vestimos porque escuchamos a mi hermanito que nos llamaba. Nuestra relación fue amistosa y Camila siempre me recibia con sonrisa, eso me daba confianza y seguridad.
Aquella noche tuvimos una fiesta en casa por la visita de mi hermana mayor venida de España, de vez en cuando tomaba cerveza, de pronto vi a Camila hacerle gestos a mi hermanito Fernando, los segui hasta la casita de cartón que era iluminada por el poste de luz que estaba fuera del muro de cerramiento, vi sus figuras desvestirse y culiar, Fernando le sobaba su penecito al culito de Camila, mi pene se erectó y lo estiré con mis manos, Camila se dio la vuelta Fernando ahora culiaba la vagina de Camila,me les acerqué, ámbos se vistieron, Fernando salió asustado, a Camila la detuve cogiéndole suavemente su pechito que todavía latia de exitación y le dije que la esperaba en mi habitación le pregunté ¿Vas? Me dijo ¡Si! sobándome la mano.
En mi cuarto del piso superior de mi casa, estaba un poco impaciente, solo estaba con las luces del velador me acosté en la cama a esperarla con mi pene erecto y calientito cuando de pronto se aparece Camila, cerró la puerta con seguro, le dije ven con mis manos, me vio acostado con las piernas abiertas y mi pene amoldado a mi calzoncillo le dije que se quitara los zapatos y que me quitara el calzoncillo, se subió en la cama, lo hizo suavemente, sobaba con sus manos mi pene sin que se lo dijera, la senté sobre mis piernas y le quité su vestidito corto, la atraje a mi uniendo nuestros pechos calientes del deseo de culiar, nos dimos besos con lengua, puse su vestidito a un lado, la hice parar sobre la cama y le bajé su calzoncito, quedamos desnudos y sonrientes.
Me acosté boca arriba con mi pene bien erecto, le dije que se sentara sobre mis piernas, sentí el tibio culito de Camila, su vagina sobaba mi pene, con mis dedos le sobaba su clítoris exitándola, sus manos sobaban mi espalda y me exitaba, la acosté a filo de cama y me arrodille en el piso a mamarle su vaginita rica,
los tragos leves que me había tomado hacía que me demorara en botar mi leche en su culo, estaba más exitado y decidi volterala abriéndola de piernas y sobándole mi pene en los labios de su vaginita, al mismo tiempo, mañosamenete con mis dedos le sobaba su clítoris hasta que la sentí con verdaderos deseos salvajes de que la penetrara asi que le pregunte muy exitado ¿Quieres que mi pene culee en tu vagina? Aún recuerdo las palabras que me dijo Camila acalorada y muy exitada: ¡Si, culéame! ¡Culéame Gustavo!
Le sobé mi cabecita de pene y se lo fui metiendo tantito con tantito, escuchaba su gemido d edolor, se la sacaba y se la volvia a meter tantito con tantito hasta que sentí la dilatación humeda y caliente del hueco de su vaginita y se la mandé toda, Camila gritó con fuerza y desfalleció en la cama, yo movia mi cadera a los lados con mi pene aun metido en su vagina, era mia, se había cumplido mi deseo de poseerla, mi cuerpo empezaba a ser adicto al suyo.
Tuve mi pene dentro de su vaginita un buen ratito, se la saqué suavemente y se la meti nuevamente escuchando sus quejidos, se la sacaba y se la volvia a meter, sentí tantito liquido preseminal y le dije que me diera su culo, allí mi pene entraba y salia aceleradamente, le daba pene con movimientos muy acelerados, sentí el gustito y expulsé mi semen dentro de su culo. Camila no quería levantarse de mi cama por el dolor que sentía, le dije que ese dolor pasaría igual que cuando le sucedió que le quitaron la virginad de su culito, que si lo seguíamos haciendo muy repetidas veces ya no le dolería.
La levanté y me di cuenta que la sabana estaba un poco manchada de semen y sangre, a escondidas la lleve al baño le abri las piernas y le pasé jabón por su vaina y culito, nos dimos varios besos, Camila salió del baño sin que la notaran, era casi la medianoche.
Las dos últimas semanas que le quedaban a Camila en mi casa probó mi pene y el de mi hermano Fernando lo que la convirtió en una linda adicta sexual, aun la admiro y la respeto por haberme dado el privilegio de desvirgarla con pasión y deseo de amantes.
El recuerdo de su cuerpo lo llevo pegado en mi piel para siempre.
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