Mi primita Lucía es muy curiosa
Mi primita me va masturbándome y se queda con mi promesa de enseñarle un poco de leche..
Hola me llamo David y tengo 19 años. Soy algo moreno, mido 1’78, cabello castaño, ojos color miel, cuerpo atlético y me mide lo normal, unos 16cm. No soy un modelo pero no me considero feo para nada.
Esto ocurrió en el verano de hace 3 años, cuando yo tenía 16. Mi familia posee una casa de campo y todos los veranos solemos ir mis padres y mis tíos. Mis tíos tienen dos hijas. Laura, de 17, y Lucía de 9, y es con Lucía con quién pasó todo.
La casa de campo es grande, y cada uno tenía su propia habitación, además de tener terrenos y árboles frutales donde los niños pueden jugar bastante.
Un día mi madre me dijo que iban a irse al río a bañarse todos y yo le dije que no quería ir, ya que llevaba mucho tiempo sin descargar mis huevos y realmente lo necesitaba, y qué mejor momento para hacerlo que ese mismo día cuando estaría solo en la casa. De lo que no me di cuenta es de que mi primita Lucía también decidió quedarse en el último momento, así que todo el mundo se fue dejándonos a los dos solos sin yo saberlo.
En cuanto escuché que el coche se alejaba, me desnudé por completo en mi habitación y empecé a masturbarme viendo porno con mi ordenador portátil. Ya me estaban saliendo los pelos de vuelta porque llevaba casi una semana sin depilarme en la casa de campo. Ya tenía mi polla dura como una piedra y con la cabeza húmeda viendo un vídeo bastante provocativo de un papá con su hijita cuando me di cuenta de que en la puerta estaba Lucía mirándome fijamente.
Yo me cubrí mis partes a la velocidad de la luz y cerré el portátil mirándole a los ojos, que me devolvían una mirada de curiosidad e inocencia.
D: ¿Qué haces aquí Lucía? ¿No ibas a ir al río con todos?
Ella me negó con la cabeza.
L: Quise quedarme en casa. ¿Qué estabas haciendo con tu cosita?
Me quedé sorprendido, la niña lo único que sentía era curiosidad, no se había asustado ni se le veía preocupada por lo que acababa de presenciar. Mi polla seguía dura como una piedra y no pude resistirme al ver esa carita con sus seis primaveras cumplidas mirándome fijamente.
D: Está bien te puedo enseñar, pero ya que yo estoy desnudo, tienes que desnudarte tú también.
Ella no lo dudó y en 5 segundos estaba totalmente desnuda delante de mí. Era increíble, ver ese cuerpito blanco como la nieve, ese vientre infantil, sus minúsculos pezoncitos en ese pechito plano, su carita, que me miraba fijamente con dos grandes ojos azules, y el cabello castaño que le caía por los hombros. Todo era perfecto al 100%, pero no tanto como su vaginita, sin un solo pelito y con esos labios rositas y muy suaves.
Le dije que se acercara y quedó de pie entre mis dos piernas (yo estaba sentado delante del ordenador) y entonces descubrí mis partes dejándole ver mi polla apuntando al techo. Ella clavó su mirada mientras yo tocaba su cuerpecito, aquello debía ser el cielo.
L: ¿Puedo tocarla primo?
D: Claro chiquita, yo te enseño a hacerlo, mira la agarras así y mueves tus manos despacio.
Me agarró la polla firmemente con sus dos manitas y empezó a hacerme una paja suave. El contraste entre sus manos frías y mi polla ardiendo era increíble. Ella seguía mirando fijamente y moviendo sus manos.
L: Puaj! Te estás haciendo pipí!
D: Eso no es pipí Lucía, es un zumito especial que tienen los chicos, y si lo haces bien puede salir leche.
L: ¿De verdad puedes sacar leche? ¿Puedo ver?
D: Claro, si te portas bien y no le dices a nadie te dejaré probar mi leche.
Ella asintió y siguió haciéndome la mejor paja de mi vida. Le cogió el truco rápidamente, y movía sus manitas como una profesional. Yo estaba como en el aire, viendo a esa preciosidad desnuda y con mi polla en sus manos, sacando un poco la lengua de la concentración.
Después de unos minutos la senté en mi silla y me puse de pié delante de ella.
D: Bien, ahora tienes que chuparla como si fuera un helado.
L: Ugh! Pero está sucia primo!
D: Que va! Tú la has dejado bien limpia con tus manos y mi zumito especial, pruébala y se una buena niña si quieres ver la leche.
En ese momento se inclinó y empezó a chupar la cabeza. Dios qué sensación el sentir su boquita húmeda chupando mi polla. Se notaba claramente que era su primera vez, pero con algunas indicaciones mías no lo hizo nada mal a pesar de su inocencia y su corta edad, incluso pudo meterse hasta casi la mitad de mi polla en su boquita, aunque sólo lo hizo dos veces porque no le gustaba atragantarse.
Pasados 5 minutos mi polla empezó a contraerse.
D: Ya viene la lechita mi amor, ¿Quieres verla?
Ella asintió aún con mi polla en la boca. Yo le dije que se echará hacia atrás apoyándose en la silla, y empecé a masturbarme mirando su cuerpito perfecto mientras ella no apartaba la vista de mí polla, que a su vista debía de ser grande.
No tardé casi nada en disparar varios chorros de lechita caliente sobre ella, la mayoría cayendo sobre su cuerpecito y su pechito, pero alguno cayendo también en su carita y en su vaginita. Esa se rió un poco cuando vio toda esa leche caer sobre ella, cogió un poquito con sus dedos jugando con ella, comprobando su textura.
D: ¿Quieres probarla Luci?
Ella sin decir nada se metió los dedos en la boquita probando la lechita que tan bien se había ganado.
L: Mmmm está rica!
D: Si me prometes que no le vas a decir a nadie te daré toda la que quieras, y haremos cositas mejores también.
La llevé al baño donde nos lavamos juntos y jugamos un poquito más. Yo seguía sin creerme lo que acababa de hacer, y no era capaz ni de imaginarme lo que pasaría los próximos días.
Hola! Empiezo nueva serie esperando que os guste, por favor den su opinión en los comentarios, quiero saber si les gusta, y qué piensan de la dulce Lucía.
Que primita tan juiciosa e inocente, espero puedas contarnos lo que paso despues, ¿alguna vez la llevaste a un parque o un baño publico y jugaste asi con ella?
muy exitante
Me puso recaliente ese relato bro
Wooowwwww! qué rico!