mi primita y yo 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por jclm1984.
Mi prima es 6 años menor que yo, ella siempre ha sido delgada, la típica niña que no tiene casi nada de busto y culo, tenía 12 años cuando se fue a vivir un tiempo con nosotros, siempre fue muy precoz, hacia preguntas sobre el sexo, buscaba la forma de sentarse siempre en mis piernas o decía que éramos novios.
Esto empezó una noche que nos quedamos dormidos en mi cuarto, y acostados la abrace sin malicia alguna, supongo que se despertó y se pegó más a mi, dejando su culito pegado a mi, obvio mi verga comenzó a despertar y ella al sentirlo se pegó más a mi, comenzando a moverse despacio, yo sólo baje mi mano a su barriga plana y la junte más a mi, así hasta quedar dormidos.
Al día siguiente, era sabado, mis padres nos dijeron que saldrían, pero que debíamos bañarnos antes de las 10, porque cortarían el agua. Ella fue la que propuso que nos bañáramos juntos, con ropa interior para ahorrar agua. La verdad no se me hizo mala idea y esperamos unos minutos a que mis papas salieran y saltamos de la cama, Celia corrió por su toalla y yo por la mía. Cuando entramos al baño ella llevaba un corpiño muy pequeño de tela blanca y un calzoncito blanco y yo un bóxer Blanco de tela delgada, fue un rollo porque la bañera era muy pequeña y nuestros cuerpos constantemente rozaban y por el agua, nuestra ropa se transparento completamente.
Duchandonos me pidió que le tallará la espalda y después ella haría lo mismo conmigo. Así que enjabone la esponja y la talle, me fije que tenía unas nalguitas muy paradas, le talle toda la espalda y su cintura, provocando una tremenda erección. Así que lo deje ahí. Ella comenzó a tallarme la espalda y aproveche a enjabonarme el cabello, Celia no sólo me talló la espalda, sino la barriga también, me pidió darme la vuelta para que me tallara mejor. Ahí di el todo por el todo, me valió que me viera la verga.
– Y si nos quitamos todo, así nos tallamos mejor – dijo ella. – Esta bien – y diciendo eso, me quite mi bóxer dejando caer mi verga que le pego en la barriga y terminando justo arriba de su vagina. – ¡Esta bien grandota! – dijo volteándola a ver. – Bueno acabemos de bañarnos – le respondí.
Pero los roces eran inevitables, era imposible que mi verga dejara de estar erecta, al parecer eso le gustaba a mi prima ya que buscaba la forma de estar pegada a mi, en una de esas no se como pero mi verga quedo en medio de sus piernas, ella las cerro, la tomo con su mano y dijo que no la dejaría, así que yo tome a mi prima por la cintura y comenzamos a jugar a las luchas, donde yo me movía de atrás para adelante y ella con una mano detenía mi verga y con la otra se detenía en la pared, era realmente una escena muy erótica, ver su espalda desnuda, el agua corriendo y sus nalguitas paradas con la embestida que le daba, no tarde mucho en correrme en su mano.
Ella se vio la mano y me dijo que, que era eso, solo le respondí que mecos y con un dedo probó un poco y se limpio la mano con agua, pero seguíamos jugando a las luchitas donde aprovechaba para tocarle sus senos o apretarle sus nalguitas, ella hacía lo mismo con mi pene, mis huevos y con mis nalgas, así duramos hasta que se nos acabo el agua y salimos, la verdad ya ni usamos toallas, la cargue y le dije que la haría sufrir y la lleve a mi cama, aventándola, ella se aferraba y me agarraba del cabello.
Ya en la cama, seguíamos jugando a la lucha desnudos, ella se detuvo de pronto, así que pensé que ya me habría sobrepasado por que puso una cara de pocos amigos.
– Vamos a poner reglas, el que tire al otro de la cama gana y el perdedor hace todo lo que le ordene el ganador, ¿va? – dijo poniéndose en pose de luchador, estaba que me volvía a venir, ver su vagina con escasos pelitos, sus senos chiquitos y parada sobre la cama dando brincos como boxeador en un rin.
– ¡va! – le respondí, poniéndome en la misma pose con mi verga semi-erecta.
Comenzamos a jugar, me pellizcaba la panza, cuando podía me mordía, a su vez yo trataba de ponerle los brazos hacia arriba y le hacia buches en su cuerpo, o le lamía sus pezones que chiquitos pero ya estaban muy duros y le hacía cosquillas para que se moviera.
En un momento la tenía boca arriba, con sus piernas, abrazo las mías, quedando mi verga justo en la entrada de su vagina, al percatarme comencé a forcejear como si quisiera soltarme provocando que mi pene entrara poco a poco, ella sentía rico porque gemía y según me mordía el cuello, soltando un quejido cada que entraba la cabeza de mi pene en ella.
Hizo un movimiento donde lamentablemente se me salió la verga que ya iba entrando, así que la solté y volvimos a ponernos de pie sobre la cama. ¡Ahora iría más allá! Volvimos aferranos uno contra el otro, obviamente tenía más fuerza que ella y esta vez la puse boca abajo, y yo sobre ella, te tírare sin usar mis manos, le dije. Y comencé a moverme de atrás hacia delante como queriendo llevarla hasta la orilla de la cama, fue delicioso el tener mi verga en medio de sus nalgas. Ella forcejeaba para zafarse y lo contrario a lo que pensé en vez de tratar de salir hacia delante se movía hacia atrás. En una de esas, ella se hizo hacia delante y yo hacia atrás y en el momento de ir yo hacia delante y ella hacía atrás mi verga quedo en medio de su culito y por la fuerza que ambos le hicimos se le incrusto. Lo que a mi me dolió muchísimo y ella soltó un grito que me espantó de sobremanera.
– ¡Sácala! – Grito, de inmediato me moví en dirección contraria, – ¿estas bien? – le respondí. – me duele mi trasero – salto de la cama y caminaba sobándose, yo le vi su rostro donde se le salían algunas lágrimas del dolor. – lo siento mucho, no fue mi intención – le dije, acariciandome mi verga porque también me había dolido. – también me duele mi pene – le respondí. – del otro lado me gustaba más, si sentía rico – dijo parándose frente a mi. – intentemos esto – la tome por la cintura y la jale hacia mi quedando yo abajo de ella – ponte sobre mi – procure que mi verga quedara en medio de su vagina – y la movía de atrás hacia delante – ¿así te gustaba? -pregunte. – si así siento rico – dijo cerrando los ojos.
Estuvimos así hasta que ella tuvo su primer orgasmo, doblando su espalda hacia atrás y teniendo pequeñas contracciones en su pubis, yo no tarde en venirme de nuevo, echando mis mecos sobre mi vientre.
– ¿te limpio? – me pregunto bajando su rostro a mi panza, ¡jamás pensé que lo haría! Era más pervertida de lo que hubiera imaginado, aproveche para acariciarle sus pezones con mis dedos, la volteé para que su culito quedara sobre mi.
Olí un momento su vagina, estaba rosadita, con mis manos separaba sus labios vaginales, dejando al descubierto su interior que ya estaba un poco abierto, introduje mi lengua, lamía sus labios y su clítoris, cada vez que sentía mi lengua, se doblaba, ella comenzó a imitarme, me daba besitos en mi pene. Con una mano, me acariciaba mis huevos. Estuvimos así un rato, hasta que escuchamos el teléfono y tuvimos que contestar, Celia aprovecho para irse a su cuarto, no sin antes decirme que si ya éramos novios.
Eran mis padres diciendo que llegarían en la madrugada.
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