Mi primo me da verga en la terraza
Cómo mi primo de 17 años «juega» conmigo en la azotea de la casa de verano. .
Eran las 7 de la mañana y salimos de viajes. Hacia calor y el auto era pequeño, la parte de medio del asiento está ocupado con bolsas para pasar el dia. Del otro lado iba mi primo Matías y yo iba en la falta de mi primo Lucas, quien decidió acompañarnos a última hora y le dijeron de llevarme por falta de lugar.
Cómo era temprano, yo estaba media dormida así que estaba tirada hacia atrás sobre su pecho y con las piernas bien abiertas ya que mis nalgas se sepaban y podían atrapar mejor aquel bulto no despierto.
Vi como mi primo se colocaba auriculares, mi otro primo iba durmiendo y enfrente mis abuelos iban escuchando música y hablando, lo cual no se podía escuchar por el viento que entraba por las ventanas abiertas.
Aburrida y con sueño me moví hacia arriba, mi primo me agarró de la cintura para que me quede quieta, pero mis nalgas atraparon más longitud de aquel bulto. Entonces comencé a sentir un poco de rigidez cuando el auto dió algunos saltos y mi nalgas se movieron sobre aquello. Escuche a lejos un suspiro que hizo darme un calor tremendo allá abajo.
Ya lo había hecho con mis tíos algunas veces, ahora el movimiento me dejaba ser, pero temia que mi abuelo nos viera por el retrovisor así que solo me mantuve en esa posición, acomodándome a veces y sintiendo como aquel bulto se movía junto a mis nalgas cuando íbamos por lugares donde el auto debía saltar.
Llegamos una hora después y me sentía mojadita, mi primo me hizo que me fuera y el tardo un poco en salir, de seguro para acomodar un poco lo que tenía, hasta había salido con la excusa de ir a orinar a los árboles y de allá no volvió. Pero yo solo trate de investigar un poco la casa aún sintiendo ese cosquilleo en mi vaginita. Ya que como habia tantas personas no podía ir a toquetearme.
Cerca del medio día las personas estaban preparando todo en la sala para comer así que sali al patio porque mis primos estaban en una habitación y mis primas jugando con muñecas. Caminé y subí a la terraza del techo, mis padres no me verían y no me retarian, además nadie vería que estaba aquí y quizás podría quitarme la sensación de necesidad que tenía allá abajo, así que emocionada subi y mire el paisaje, y me asenté en la mesa de la churrasquera notando que las arboledas se veían bien, no notando que alguien más estaba subiendo hasta que sentí un bulto pegarse a mis nalgas, subiendome un poco sobre la mesada teniendo que recostarme sobre la mesa un poco.
— Lucas— dije algo sorprendida.
— Maya, juguemos un poco ¿Si?
— ¿Jugar?
— Si jugar ¿Quieres jugar conmigo?
Asentí sintiendo como aquello que pegaba entre mis nalgas se apretaba y se alejaba una y otras vez, sintiendo ese cosquilleo mucho más fuerte. Mi primo notó que me sentía incomoda así que me soltó y me dijo que me subiera en la misma posición sobre la silla de plástico que estaba ahí, mientras él se ponía detrás de mi y me apretaba de nuevo aquello en mi.
— ¿Ves aquellos autos? Te haré preguntas y si respondes mal yo tengo que castigarte.
— ¿Y si yo gano?
— Te daré una recompensa.
— Bien.
Me gustaban los juegos de adivinanza, así que me prepare, además me sentía muy emocionada por aquello duro que había entre mis nalgas. Mi primo pregunta sobre aboyaduras en el auto del tío, pero cuando la pregunta terminó aquel bulto comenzó a alejándose, apretándose, una y otra vez. Se sentía como cuando ponía mis nalgas en el caño de la silla pero está vez algo mucho más duro.
— Ugh… Tiene 3.
— Error, ahora el castigo.
A plena luz del día, y bajo un techo, mi primo mientras movía aquello entre mis nalgas, movió su mano acariciando mi pierna y después lo sentí como me acariciaba mi vaginita a través de la tela, subiendo, bajando mientras me mojaba al sentir aquellos dos estímulos.
— ¿Cuántas manchas tiene el baúl del auto del abuelo?
Otra vez aquello comenzó a apretar y alejar en mis nalgas, pero está vez más fuerte, mientras el dedo se adentraba sobre mi bombachita y hacia lo mismo que antes haciéndome gemir por aquella sensación.
— Ahh… 3, tiene 3.
— Error.
Sentí como su mano bajaba mi bombachita mojada y como el se movía un poco atrás alejándome el bulto y deteniendo los estímulos, pero entonces todo volvió de nuevo sintiendo como algo caliente y mojado se movía en entre mi vaginita suplantando los dedos que subieron por mi vestido hasta mis pechos. Podía sentirlo suspirar y mi respiración estaba incontrolable, era un sentimiento extraño pero se sentía rico y ya me estaba moviendo junto a el para sentirlo más. Era mejor que lo que yo hacía cuando tenía ganas.
— Maya, ahora estamos subiendo de nivel…
Dijo mi primo ya balbuceando y apretando mis pequeños pezones causando que me sintiera mucho más mojada. Por alguna razón quería orinar y tenía muchas cosquillas allá abajo, pero seguía aquel movimiento sin razón alguna.
—… Abre más tus piernas y dime ¿El foco de atrás del auto está roto o no?
Mire el auto sintiendo mis ojos nublados, no pudiendo respirar bien, abri mi boca para tomar aire mientras me sostenía bien por el movimiento que estábamos haciendo y sentía como aquellas manos apretaban mis pechos. Entonces algo duro presiono en la entrada de mi vagina y sentí un poco de dolor, aunque siempre me metí dedos esto se siente un poco más grande que mis dedos.
— Ayy…
Pero el no dejo de moverse y adentrarse cada vez más por mi apretada entrando, escuchando como suspiraba cuando entraba más. Y a pesar de que me dolia, el sentimiento de sus manos en mi cuerpo me decía que debía apretar mis labios, dejar que las lágrimas cayeran en mi cara y sentir como aquello se adentraba sin chitar. Entonces el hizo un movimiento y entro, haciéndome doler demaciado dejando escapar un sollozo.
— Maya, Maya, si no respondes deberé seguir moviéndome, dime, responde mi pregunta.
Deje escapar el aire y busque la pregunta en mi cabeza, pero entonces mi primo comenzó a moverse, mientras sus manos subían a mi pechos, sacando un poco su verga y adentrandolo de nuevo, sintiendo como dolía un poco sus movimientos, pero volviendo a sentir aquellas cosquillas.
— Uff Maya… Se siente tan bien… Uff
Ya ni sabía que era lo que me preguntó y el no volvió a repetirlo, solo me sostuve de la silla mientras el comenzaba a moverse más rápido, mientras yo ya me sentia temblando al punto de sentir que iba a desmayarme. Entonces su verga comenzó a golpear profundo, duro y no pude más.
— Mmm— dije apretando mis labios mientras sentía orinar.
Pero aquello dentro mío se salió con fuerza dentro de mi y sentí a mi primo alejarse mientras parecía gemía descontrolado moviendo su mano su verga hasta dejar escapar un «Ahhhhh» mientras aquel líquido caía a una maceta mientras se apoyaba en una barandilla.
Sentada, respirando pesadamente y transpirada, podía sentir como mi propio líquido salía de mi entrepierna. Mi primo se acomodó la ropa, tapo con la tierra su líquido y vino a mi, colocándome la ropa bien, arreglándome y besándome a pesar de que yo era torpe para eso, para después mirarme.
— Gracias por jugar conmigo, me gustó mucho.
— También me gustó mucho Lucas.
Hola bombón. Bien caliente tu historia me exito leerte y verte a través de tus palabras. Te invito a que leas mi historia tal vez te guste. Besos