Mi princesita hermosa! 2
Cambiando costumbres.
MI PRINCESITA HERMOSA 2
Ya habíamos cambiado el ritual de hacer como que aprendía a caminar y había distintas formas…
A veces ella se despertaba, venia al taller, preguntaba por su mamá y si le confirmaba que no estaba, venia directamente a mí, para que sacara mi pija y suavemente me mamaba.
Otras veces esperábamos escuchar el auto de mi esposa alejare y me acostaba en mi cama con los pantalones y calzoncillos bajos, ella se acostaba a mi lado y cada vez me hacia eyacular con mayor placer, había aprendido a jugar con su lengüita, lamer mi tronco e incluso lamer mis testículos, había aprendido que cuando no había mas leche, todo había acabado y seguía haciendo su rutina.
Nunca hablábamos del tema, todo lo hacíamos en silencio y en complicidad.
Ni siquiera cuando le cambiaba los pañales mi mente sugería algo mas de lo que habitualmente hacíamos.
Pero era el momento que debía dejar los pañales, aunque pedía caca, todavía se hacía pis.
Mi mujer, mientras cambiaba a Cami, me llamó para explicarme que tenia que dejarla acostada un tiempo sin pañales para que ella se adapte a pedir para sentarse en el inodoro.
Al día siguiente, después de la tradicional chupada que me hacia mi hija, después del baño, la acosté en mi cama sin pañales y le dije que si quería hacer pis me llamara.
Jugando con su peluche, pancita arriba se dispuso a hacerme caso.
De pronto me llamó, corrí porque seguramente quería que la sentara en el inodoro, pero tenia las manitos extendidas como llamándome. Me acerque, me tomo de las mejillas, puso mi cara frente a su cotorrita y lanzo un gran chorro de orina el cual parte entro en mi boca y el resto bañó mi cara, ella se reía a carcajadas, a mi me tomo totalmente de sorpresa, primero quise escupir su meada y luego el morbo me hizo tragarla, apenas le seguían saliendo unas gotitas y las tome de su fuente.
Cuando apoyé mis labios en su vaginita se estremeció, entonces empecé a pasar mi lengua suavemente por ese tajito suave y acolchado.
Reía y movía sus piernitas, hasta que las cruzó por atrás de mi nuca y me aprisionó,
Así estuvimos un buen rato, cada tanto mi lengua entraba en su hueco pequeño y ella gemía de placer.
Mi pene estaba por reventar, así que me empecé a hacer una paja, como no quería manchar nada, tome un vaso que estaba en la mesa de luz con un poco de gaseosa de anoche, y logré que todo mi esperma cayera dentro.
De pronto se ve que estaba demasiado sensible y me alejo de su cotorra.
Había visto la ultima parte de mi acabada, as que se sentó, agarró el vaso y trago todo su contenido, una mezcla extraña de semen y cola sin gas, pero lo saboreó.
Puso el vaso en su lugar y me susurró “Cuando puedas dame más”
Le estaba por volver a poner los pañales, pero mi princesita de tres años ya no los quería usar.
Mi esposa me felicitó esa noche, verla vestida como una nena normal, nos daba alegría.
Le compro una docena de bombachita a su talla, todas con dibujitos muy divertidos.
A los pocos días por la mañana muy temprano, Cami entró a mi dormitorio, venia totalmente desnuda, cuando la vi le hice señas que su mamá estaba a mi lado algo tapada por la sabana, ese día no sé porque, no tenía trabajo.
Cami me hizo seña que la siguiera, me levante en calzoncillos, primero encaró para su pieza, pero cambió de opinión y enfilo para el baño, yo la seguí.
Pensé que quería su “mamadera” pero cerró el pestillo de la puerta y me pidió que me acostara en el piso, la cerámica estaba helada pero igual le hice caso.
Se sentó prácticamente sobre mi cara, pero sin que su vulva haga contacto con mis labios, me dijo en secreto “Papi, abrí la boca” y yo la abrí lo más que pude.
Sentí su pis caliente, era mucho, algo pasaba por mi garganta el resto se salía y chorreaba por el piso, cuando termino de mear, recien apoyo su concha en mi boca y yo me puse a besarla, estuvo así hasta que tembló como si tuviera un escalofrío, se levanto y abrió la puerta para que me marchara. Limpié el piso, lo sequé y volví a mi habitación, mi mujer me pregunto si pasaba algo…yo le puse una de sus manos en mi verga que estaba por explotar, de la sorpresa se sentó en la cama, me la miró y le salió un gracioso “¿Qué está pasando acá?”
Le invente la historia que habia tenido un sueño muy erótico con ella.
Como quería saber a toda costa como iba el sueño, comencé a mentir, basado en alguna verdad a medias.
“Soñé que me chupabas la pija” ella me agarro la chota y la empezó a acariciar, se la veía caliente. Seguí con mi relato “y me mamabas hermosamente y al final te tomabas mi leche saboreándola”
Me soltó y algo enojada protestó “Todos los hombres quieren lo mismo y es terrible tragar ese liquido tan asqueroso” (Mi mujer jamás me lo había hecho)
Me di vuelta en la cama y le dije para consolarla, “Solo fue un sueño nada más, no te preocupes” (Yo tenia a quien sí le gustaba mi semen)
No sé si fue cargo de conciencia o simple calentura, pero se dio vuelta me hizo cucharita, volvió a agarrar mi pene y me dijo al oído… “Si tanto te gusta eso, yo te la chupo y acabas en mi boca, pero lo escupo enseguida” Le saque la mano de mi chota y le volví a decir que no se haga problemas…
Yo ya estaba medio dormido, pero ella seguía pensando en el tema, “Amor, es que no sé si la voy a poder tragar, creo que me va a hacer vomitar”
Le volvi a decir que no se haga problema y le di unas palmaditas para que se duerma.
¡Tenía ganas de ir con mi princesita, ella sí que sabía mamar!
Dormí un rato hasta que sentí que me besaban la chota, mi mujer estaba arrodillada en el piso me la tenia agarrada con las dos manos y mamaba dulcemente, a su lado había un vaso de gaseosa, seguramente era para enjugar su boca…”si no sientes deseos de hacerlo no lo hagas”
Le dije, me pidió que me callara y continuo con una paja con chupada.
Creo que no podría haber acabado si no fuera que vi en la puerta los ojitos de Cami que nos observaba seriamente y tranquila porque su mamá estaba de espaldas.
Me corrí intensamente, casi me olvido que mi esposa estaba por tragar mi semen por primera vez, pero cuando miré su cara, seguía chupando y no habia puesto cara de asco ni nada, era como que estaba analizando el sabor de lo que tenía en la boca, se alejó un poco, se veía que movía el contenido de un lado al otro, entresacó su lengua y tragó sin siquiera necesitar la coca.
Me pregunto si le daría un beso y simplemente se lo di, largo profundo con sabor a semen, pero con muchísimo amor….
Se acostó y me dijo que se sentía una boba, porque si hubiera sabido que el esperma tenía ese sabor, me hubiera hecho feliz muchas veces.
Se animó a contarme que la idea le quedó de el ultimo año de primaria, cuando un chico de la secundaria le acabó en la boca y recordaba que era algo realmente asqueroso.
Se rió, me abrazó y me dijo mientras me apretaba “Tu leche es exquisita, mi amor”
Esperamos un rato, ella acariciaba suavemente mis testículos, hasta que se me paro de vuelta.
Me acostó boca arriba y se subió, coloco mi pene en su vagina y comenzó a moverse, al principio lentamente y fue subiendo el ritmo, pude ver a Camila que nos observaba con los ojos muy abiertos. Después desapareció-
Al siguiente día, despues que se fuera su madre, Cami me fue a buscar al taller, supuse que quería orinarme en la boca o tal vez tomar algo se semen, pero no. Me pidió que me acostara y trato de bajarme el pantalón, como le costaba me los bajé yo, ella se desnudó fácilmente, me dio mucha ternura lo que hizo.
Se subió arriba mío y puso la cabeza de mi pene en su vulva, me di cuenta que quería imitar a su mama. Tenia que hacer algo que no la frustrara, así que con mi mano comencé a refregar la verga contra su tajo, se ve que le gustaba porque suspiraba y cerraba los ojos.
Estuve así un rato largo, miraba esa conchita sagrada y mi verga largando jugos y me vino deseos de eyacular…le dije lo que le habia dicho a su madre anoche “Te voy a llenar la concha de leche” solo dijo entusiasmada “si papa” y efectivamente quedo toda su cachuchita empapada de esperma, algo entro en su huequito, era hermosa verla chorrear semen entre sus piernas y salir un poco de su agujero virginal.
Intercalamos esa pose, sus desayunos de semen y su pis en mi boca durante los próximos tres años y éramos felices. Hasta ese momento….
Así hasta sus 6 años donde las cosas cambiaron “un poquito”
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