Mi Profesor
14,- Vacaciones de Invierno 2.
Desperté en mi cama, en mi pieza, en mi casa, que rico se sentía éso. Me enrollé, abracé la almohada, me sentía niña otra vez.
Quise seguir durmiendo, pero un beso y unas caricias lo impidieron.
Me di vuelta y era mi hermano.
– Hola hermanita, cómo estás? –
Le sonreí, lo tomé de cuello y lo besé.
– Bien y tú? –
– Súper, mi mamá pregunta si te vas a levantar a tomar desayuno o te traigo a la cama ? –
– Me levanto – dije tirando la ropa de cama a un lado.
El me ayudó a levantarme y después me abrazó y me besó.
– Oye, no soy tu novia – le dije después del prolongado beso.
– Estoy enamorado de ti –
– Somos hermanos y eso no puede ser –
– Porqué no ? –
– Tengo que ir al baño – alejándome de él.
En desayuno estuvo rico, le conté a mi mamá de la universidad, de mis compañeros, del departamento pero sin decirle que dormía con otra niña.
Como la mañana era fría, le pregunté si me podía ir a acostar de nuevo, me dijo que si.
Me fui a mi pieza estiré la cama y me metí en ella, el desayuno me hizo dormir profundamente
Me levanté a almorzar y me acosté nuevamente.
Mi hermano se acostó conmigo pero sobre la ropa de cama. Me di vuelta y me abrazo como lo hacía siempre.
Me estaba quedando dormida cuando entró mi mamá.
– Pero hijo, estas destapado, te vas a resfriar – trajo una manta y tapó a mi hermano.
– Me puedo acostar debajo, contigo? –
– Bueno, pero te portas bien –
Sentí que levantó la ropa y se metió. Me abrazó cucharita y se quedó quieto. Luego comenzó a hacerme cariños y besitos.
Sentí su dureza haciendo presión contra mis nalgas.
– Dijiste que te ibas a quedar tranquilo –
– Si, lo estoy –
– Y esto? – pregunte moviendo mis caderas.
– Deja quedarme así un ratito –
Como se sentía bien lo dejé. Cuando chico hacia lo mismo, se metía a mi cama y me abrazaba igual.
Sus pequeños movimientos al principio se sentían bien, pero me di cuenta que la cosa iba en aumento, en todo sentido.
– No, no quiero – le dije despacito.
– Sólo un poquito, por favor –
– Bueno, sólo un poquito – le dije
Comenzó a bajarme el pantalón de pijama, le ayudé y quedó casi en mis rodillas.
– Despacito – le dije sabiendo que lo que venía era inevitable.
Hacia casi dos meses que no había tenido sexo anal con mi profesor.
La penetración fue suave, agradable sin dolor.
El suyo era más delgado, mis nalgas toparon con su pelvis, estaba todo dentro mío.
Nos quedamos quietos un rato, como para acostumbrarnos o disfrutar el momento.
Poco a poco comenzó a moverse, suavemente pero constante.
Su pelvis chocaba contra mis nalgas y lo sentía llegar profundamente.
No tengo orgasmos anales facilmente, pero ahora me estaba llegando uno.
Me movía ayudando a la acción, sentía a mi hermano gruñir en mi oído.
De pronto sentí que comenzó a descargarse y eso precipitó mi orgasmos.
Después de varias estocadas profundas, 5 o 6, y unos cuantos estertores nos quedamos quietos
– Niños, está servida la once – la voz de la mamá me despertó de un sueño profundo.
– Escuchaste? – le pregunté a mi hermano.
Todavía seguíamos abrazados y el dentro de mi.
– Si pero no quiero levantarme – dijo
– Tenemos que levantarnos, ojalá no se haya dado cuenta que estabas debajo de la ropa y desnudo –
Con mi mano en su pierna lo empujé hacia atrás, como se hizo el pesado, clavé mis uñas en su pierna. Ahí se hizo hacia atrás y yo hacia adelante para que saliera ya que estaba teniendo otra erección.
Después se levantó y se vistió. Yo fui con pijama al baño a desocuparme.
Estábamos tomando once cuando llegó el papá. Me pare de la mesa lo abracé y lo besé.
Saludo a mi mamá con otro beso y a mi hermano con un beso en la mejilla.
Después nos pusimos a ver televisión y yo a regalonear con mi papá.
– Deje descansar a su papá, que debe estar cansado – dijo la mamá
– Son tan poquitos días y después tengo que irme de nuevo.
No los voy a ver más hasta fin de año –
– No me molesta – dijo mi papá que pasaba su brazo por mi espalda.
– Bueno, tiene razón hija, aproveche a su padre –
Después de un rato, una hora y un poco más de caricias con mi padre, se levantó t dijo que se iba a acostar.
– Papá – dijo mi hermano.
– Me prestas el auto un rato? –
– A dónde vas a ir ? –
– Con Lily vamos a ir a ver unos amigos –
Me pilló por sorpresa.
– Las llaves las dejé colgadas, no lleguen muy tarde –
Mi hermano sabía manejar, papá le había enseñado de chico, a mi también.
Pero yo no alcancé a obtener la licencia antes de irme y él no tiene la edad.
– Quien va a manejar? – le pregunté.
– Yo, papá siempre me presta el auto, además vamos a andar por aquí cerca –
Me duché, me vestí, me arreglé y salimos.
Fuimos a ver unas amigas y amigos que vivían relativamente cerca. Podríamos haber ido caminando, pero de noche y con frío…no salgo .
Mis amigas y amigos, felices de verme, muchas preguntas, algunas cervezas y cigarrillos, claro que yo no fumo.
Después de un par de horas nos fuimos a la casa.
Mi hermano detuvo el auto en un parque que está cerca de la casa. Lo metió debajo de un árbol y entré unos arbustos, la oscuridad era total salvo por la luz de la radio.
– Porqué te paras aquí? – le pregunté sintiendo palpitar mi corazón y unas mariposas en mi estómago.
– Quería que estuviéramos solos un rato – dijo corriendo el asiento y reclinado el respaldo
– No querrás hacer lo que estoy pensando –
– Si, por favor, aprovechemos este momento –
Me abrazó y comenzó a besarme. La temperatura comenzó a subir dentro del auto.
Desabrochó sus pantalones y se los bajó dejando su miembro blandir el aire.
No puede evitar tomarlo, acariciarlo, como lo había hecho cientos de veces y finalmente introducirlo en mi boca.
Estaba muy rico, siempre me gustó hacerlo.
– Espera, bájate los jeans –
– No puedo, me quedan muy apretados –
– Acuestate hacia atras –
Me desabrochó los Jean y me los bajó
Comenzó a besarme el estómago, la pelvis, llegó a mi vulva y yo no podía hacer nada
– Date vuelta y ponte de rodillas –
Lo dijo con tanta autoridad que no tuve más que hacerle caso.
Comenzó a besar mis nalgas, después mi año y finalmente mi vulva.
Me penetró suavemente pero con firmeza y sin detenerse hasta chocar conmigo.
Eso me hizo exalar un quejido suave.
Me besó la espalda t comenzó a moverse lentamente pero con fuerza y profundamente.
Cada estocada me hacía gemir de placer.
No supe cuánto tiempo pasó ni cuantos orgasmos tuve.
Sentí que mi útero se llenaba con su leche
( por suerte estoy tomando anticonceptivos) pensé.
Sacó de la guantera papel higiénico, cortó un trozo y me lo pasó.
Esperé a que me lo sacara para ponerme el papel.
Enseguida me bajé del auto como pude y me agaché a orinar y botar sus jugos.
Después no fuimos a la casa.
– Llegamos – dijimos a nuestros padres nos fuimos a la pieza y nos despedimos como novios, con muchos besos.
Fui al baño a lavarme y después me acosté feliz.
Que lindo hacerlo con una hermana