Mi Profesor
5.ª parte El Departamento. .
Cuando despertamos después de la siesta, mi amiga dijo que fuéramos a comprar.
Bajamos en el ascensor hasta el subterráneo. Ahí estaba la sala de lavado. Varias lavadoras y unas cuantas secadoras.
Me explicó como era el sistema si yo quería lavar ropa.
Hacia el otro lado estaba el gimnasio con máquinas y todo eso. También había un entrenado personal para ayudarte en los ejercicios.
Subimos al primer piso y salimos del edificio.
Caminamos en dirección a la estación del metro, me mostró algunos minimarket para comprar algunas cosas más especiales y cuando estaba todo cerrado.
A las dos cuadras llegamos a un inmenso supermercado, inmenso para mí que era una provinciana.
Compramos algunas cosas, pan y algo para el pan para tomar once.
Lo encontré fabuloso.
Volvimos al departamento y los chicos estaban viendo televisión.
Dijeron que ellos prepararan la once.
Ahí me contó que casi todos cocinaban y hacían turnos para cocinar, otros lavan la loza, otros hacen el aseo.
– Yo me encargo del baño porque no lo hacen bien.
– Yo también me encargaba del baño en mi casa. Lo dejaba impecable.
– Que bueno, nos podemos turnar.
– Si, claro o podemos hacerlo juntas.
Después de la once conversamos un rato.
Ello dejaron todo limpio y no pusimos a ver una película los 4.
Esa noche dormimos juntas obviamente, yo con un pijama de verano, ella casi desnuda.
A media noche me saqué el pantalón del pijama y me quedé sólo con la polera.
A diferencia de lo que había pensado, dormí muy bien, la cama rica con doble colchón y mi amiga es muy tranquila para dormir.
Me abrazaba ella un rato y luego la abrazaba yo. Era muy suave, tanto que me encontré acariciando sus suaves brazos.
No sé qué estaría soñando.
Me di vuelta y ma abrazo ella y ma devolvió las caricias y no me molestaron.
Desde ésa noche en adelante dormimos muy bien, sólo que ella me acariciaba cada vez más.
A la mañana siguiente me fui a la universidad a ver lo de la matrícula y la malla de ramos.
Conocí compañeras y compañeros, almorcé en una » picada » que ellos conocían.
Recorrí toda la universidad para orientarme mejor.
En la tarde llegué al departamento.
Mi amiga me estaba esperando, tomamos once y les conté la nueva experiencia.
Ya no tenía clases hasta el próximo lunes.
La noche fue calurosa y terminé durmiendo desnuda igual que mi amiga.
En la ducha me dijo que le gustaban mis senos. Le dije que no era lesbiana y que no me interesaban las mujeres.
Pero sentí sus suaves dedos acariciando mis pezones.
Debido al calor estábamos desnudas y destapadas.
Traté de dormir, pero sus caricias no me lo permitían. Mi corazón estaba algo acelerado y yo estaba a la expectativa de qué podía pasar.
Al parecer se dió cuenta y se volvió al otro lado.
La abracé cucharita y de puro curiosa hice lo mismo con ella.
Pasé mi brazo por la cintura y mi mano quedó a la altura de se seno.
Lo acaricié suavemente con l yema de mis dedos.
Cuando iba a retirar mi mano, ella la tomo y me dijo que siguiera. Estuve un rato más acariciando un seno y luego el otro.
Me sentía rara, como avergonzada de tener esas sensaciones.
Ella se dio vuelta hacia mí, vi brillar en la oscuridad sus hermosos ojos negros.
– Yo tampoco soy lesbiana, pero ningún hombre acaricia como lo hace una mujer –
Sentí el roce des sus labios en mis labios y un beso muy suave y muy tierno.
No pude hacer otra cosa que hacer lo mismo.
Nos besamos suavemente en una semi oscuridad pero que para nosotras casi no existía. Nos veíamos claramente, nos besábamos en silencio, besos que jamás pensé que podían existir.
– Durmamos – le dije y me di vuelta.
No sabía que iba a pasar pero no quería tener sexo con una mujer.
Me abrazó cucharita y su mano fue directo a mis senos, me dió un beso en la espalda qué me pareció una descarga eléctrica.
Tome su mano y la puse en mi pierna.
Comenzó a acariciar mi muslo, sujeté su mano.
– Quiero dormir- le dije.
Me costó mas de media hora dormirme.
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