Mi putita hermana, mi cómplice
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi bisexualidad y la complicidad de mi hermana Lupita
Les contaré como logré gozar mi bisexualidad con la complicidad de mi hermana, hasta lograr ser cogido por uno de sus muchos novios, y de lo cual ella fue testigo y ¡vaya qué testigo!, de lujo, porque también participó, ambos ebrios de calentura.
E aquí la historia:
Luego de mi inicio sexual, del cual ya escribía la historia, se despertó en mi algo así como una ansiedad para seguir explorando mi sexualidad, a veces andaba muy caliente y salía a desfogarme, pero nunca encontraba con quien.
En una ocasión, siendo apenas un niño de 12 años, fui a unas canchas de basquetbol, donde se llevaban a cabo unos juego, eso fue en la tarde, como a las 4, allí encontré a un amigo a quien desde hacía años conocía.
Ya había tenido encuentros sexuales con él, pero era cosa de niños, él se sacaba la verga y yo se la mamaba, pero hasta allí, a veces me la ponía entre las nalgas y allí hacía como si me cogiera, pero eso era todo.
Pero esa ocasión, el día que me lo encontré en las canchas, me invitó a ir a los baños, fui con él y ya en los sanitarios, ya sabía a qué íbamos, me comenzó a acariciar y me sobrecalenté.
Me bajé el pantalón y se acomodó para cogerme, creí iba a ser como siempre, por afuera, pero esa vez si me penetró y me sangró, los dos nos asustamos y él, como un gran “macho” se asustó, y yo también, y se fue. No volvía a verlo sino hasta dos años después, cuando tenía 14.
Ese día yo andaba caliente e hice lo que tenía tiempo de hacer; ponerme las pantaletas de mi hermana y su brasier, cuyas copas rellenaba con dos de sus pantaletas. Me salí a ver si encontraba quien me cogiera, algo realmente tonto, porque nunca había conseguido a nadie, en esa época.
Pero tuve suerte, me encontré a mi amigo en el centro de la ciudad, luego de platicar de pendejadas me invitó a ir a coger.
Yo acepté gustoso y nos fuimos cerca de mi casa, a un campo, allí se la mamé y luego me penetró, fue algo súper, era la primera vez que me la metían como toda una putita. Pero duró muy poco, porque no tardó ni dos minutos en terminar.
Sentí como se ponía tenso y luego algo que me corría por las entrañas, era algo divino. Pero duró muy poco, él se sacó y se limpió con su pañuelo y se fue, me dijo que volvía enseguida, pero no lo hizo.
Frustrado me subí la ropa y me disponía a irme cuando de pronto vi a dos muchachos cerca de mí, me dio miedo, porque estaba en pleno monte y era obvio que me había visto coger con mi amigo.
Me quise ir, en un reflejo de autodefensa, pero ya estaban a un lado mío y yo estaba temeroso (¡Dios mío!, ¿qué va a pasar?), me preguntaba para mis adentros.
Los muchachos se acercaron más a mí y me preguntaron por mi amigo, quien de plano ya sabía que se había ido.
-No tengas miedo, no te vamos hacer nada malo.
Quise tranquilizarme, pero no lo lograba.
-Es mala onda de tu amigo al haberte dejado, la neta que sí, eso no se hace, nosotros no lo hubiéramos hecho.
Me dijeron.
-Bueno, es que tenía prisa. Respondí.
-Pero de cualquier manera, viniste con él y no está bien que te haya dejado.
-Pues sí.
-¿Oye, nos darías chance de meterte la verga?, claro, si tu quieres, te insisto, no te vamos a forzara nada.
Mientras eso me decían miraba como se frotaban la entrepierna.
Me di cuenta que tenían la verga bien parada, sopesé mi situación; eran dos, yo sabía que nada podía hacer ante ellos así que me dejé llevar, total, a lo mejor me iba bien, pues, además mi amigo me había dejado caliente.
Acepté ir con ellos, me llevaron más adentro del monte y allí me cogieron, me quitaron todas las ganas que tenía, andaban bien lechudos, fueron dos eyaculaciones, dos bebidas de cada uno, en mi culito y en mi boca.
Uno de ellos al verme con la ropa interior de mujer me preguntó que de quién era y yo le dije la verdad; de mi hermana Lupita. Lo que sigue es algo bien caliente, pero se los cuento en la otra entrega.
hombre y mujeres, bienvenidos sus comentarios.
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