MI QUERIDO ABUELO 4, UN AMIGO ESPECIAL.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cojefer61.
Hacía bastante tiempo que visitaba a mi abuelo, ya no era un niño tenía 20 años, era un hombre totalmente independiente, trabajaba, vivía en un pequeño departamento, que compartía con Martín, un buen muchacho provinciano de mi edad que conocí en la universidad y nos hicimos muy amigos, luego entramos a trabajar en la misma empresa, era flaco, con un cuerpo estilizado, y un fin de semana largo lo invite a ir a la casa de mi abuelo a descansar.
Al llegar nos sale a recibir Gabino, a quien el abuelo le había alquilado una pieza para no estar solo, charlamos y reímos toda la tarde, después de cenar llego la hora de acostarnos, a Martín le armamos el sillón cama del living, que era bastante cómodo, yo fui a dormir por supuesto con mi abuelo, una situación normal de la que mi amigo jamás hubiera sospechado nada raro, al estar solos el abuelo y yo estábamos excitadísimos, de tanta calentura acumulado por no vernos hacía rato, pude sentir su pija más dura y cargada que nunca, era una maquina de producir esperma, que entraba y salía de mi culo ardiente de pasión, luego de coger casi dos horas sin parar, estaba bañado de sudor y semen todo el cuerpo, me levante para ir a ducharme, al pasar por el dormitorio de Gabino sentí una respiración acelerada y gemidos ahogados de placer, pensé que el negro se estaba masturbando, abrí la puerta un poco sin hacer ruido para cargarlo, y quede impactado con el cuadro que vi, Martín estaba sobre la cama en posición de perrito con el trasero bien en alto, detrás estaba el negro dándosela por el culo con todas sus ganas, metía y sacaba su enorme pija con una fuerza descomunal, bufando como una bestia, note por el rostro de dicha y los suspiros de placer que mi amigo pese al dolor lo estaba disfrutando, luego de un largo rato Gabino le quito la verga del culo y se la introdujo en la boca , comenzando a acabar en ella, en ese momento abrí la puerta por completo y entre, Martín al verme quedo petrificado, me acerque y le dije sonriendo – ¡me alegra mucho que lo estés pasando bien!.
Me di vuelta y salí del cuarto, el corrió detrás de mi para decirme que no le digiera a nadie lo que acababa de ver, que desde chico le gustaron los hombres y no quería que nadie supiera que era un gay tapado, en esa época los homosexuales éramos más rechazados que ahora, le conteste que se quedara tranquilo, que no diría nada, que yo también lo era, que desde temprana edad me había convertido en la mujer de mi abuelo, que a mí también me gustaban los hombres como a él y que inclusive también había probado varias veces la enorme verga de Gabino, que no se hiciera problema porque estábamos en la misma posición éramos dos putos tapados, entonces se relajo y comenzó a relatarme lo sucedido, que él estaba acostado en el sillón y Gabino había ido al comedor totalmente desnudo para seducirlo, que al verlo así no pudo resistirse, al ver a semejante negro en pelotas, exhibiendo tremendo pedazo, fue una situación increíble, se encontraba como hipnotizado por completo cuando reacciono ya la tenía dentro de la boca y se la estaba mamando
Después de un rato Gabino le pidió que fueran al dormitorio para tener más privacidad y que nadie los viera, allí fue donde yo los encontré en plena acción, ambos estábamos bañados de sudor y semen de nuestros hombres, éramos dos putas con olor a sexo así que fuimos a ducharnos y nos reunimos luego los cuatro en la habitación de mi abuelo, esa noche cogimos hasta el cansancio, nos dieron verga a más no poder, Gabino y el abuelo intercambiaban posiciones, un rato con cada uno y gozaban como locos al coger nuestros bocas y culitos, por supuesto que esta situación se fue repitiendo durante los días que estuvimos con ellos, a toda hora y en cualquier rincón de la casa, terminamos exhaustos, Martín y yo regresamos luego de un hermoso fin de semana llenos de felicidad y placer, continuamos visitando la casa de mi abuelo para verlo, coger y pasarla bien, nunca nadie se entero nuestro secreto aunque yo creo que algo se sospecharía, porque era raro que dos hombres solos como Martin y yo vivieran juntos y no se les conociera pareja o amiga alguna.
Este tipo de historias contadas se fueron repitiendo durante muchos años, recuerdo que mi abuelo tenía 82 años, yo 32 y el me cogía con la misma potencia de la primera vez, pero lamentablemente lo bueno no dura para siempre por que el falleció a los 83 años fue muy triste para mí perder a quien fue el primero y único amor de mi vida, hubo muchos hombres pero nunca nadie igualo en mi corazón ese sentimiento que sentí por él, aunque muchos quizás no lo entienda siempre le estaré agradecido, fue alguien especial que me enseño como ser feliz a mi manera y eso me dejo marcado en la vida por siempre y para siempre,
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