Mi sexy sobrina política

Toda la vida he luchado con mi mente para eliminar un gusto heredado que no es bien visto y que en algunos casos linda con lo prohibido, pero, aunque lo sé es tan fuerte y profundo que no puedo controlarlo y tiene que ver por el gusto por algunas niñas en transición a mujeres..

Toda la vida he luchado con mi mente para eliminar un gusto heredado que no es bien visto y que en algunos casos linda con lo prohibido, pero, aunque lo sé es tan fuerte y profundo que no puedo controlarlo y tiene que ver por el gusto por algunas niñas en transición a mujeres.

Soy un hombre de más de 50 años y tengo una sobrina política que a pesar de no encarnar la belleza típica me tiene loco de pasión. Es delgada, de estatura media, trigueña y con una cabellera abundante lacia de color castaño oscuro.

Tiene unas piernas largas que con el paso del tiempo se le están volviendo hermosas y contorneadas, unas nalgas jugositas, su vulva hermosa ocupa una buena parte de su entrepierna, notándosele con alguna ropa ajustada la rica hendidura en medio de sus labios, un ombligo super sensual, con pequeños senos en formación, con una carita ingenua y una mirada india con algo de provocación.

A pesar de sus 13 años y su actitud tímida creo que sabe que me provoca miradas profundas que se sumergen en su cuerpo en camino de ser más voluptuoso.

En muchas ocasiones me imagino besándola, acariciándola con erotismo y sumiéndome en sus más profundos y carnosos olores. Imagino su pubis lampiño con los labios de su vulva dulces y fragantes. El desborde es tal que muchas veces termino masturbándome.

La última vez que la vi fue en un paseo al campo que hicimos con la familia. Iba vestida de camiseta ajustada al cuerpo que apenas le tapaba el ombligo y un short muy corto y vaporoso de color azul oscuro. Parecía como si fuera parte de una pijama corta.

No sé si lo hacía con intención o no, pues llevaba un bolso pequeño colgado en su espalda que en cada paso le levantaba los shorts hasta tres cuartos de sus nalgas, dejando ver en el medio un vulvita abultada cubierta por un calzón que no le quedaba del todo ajustado.

Una tía le hizo saber que los shorts estaban muy cortos, pero yo le animé a que los siguiera usando porque le quedaban preciosos.

En la noche al regresar del paseo se quedó en casa y aprovechaba toda oportunidad, aunque fueron pocas,  para acercármele y decirle lo bien que se veía. Su respuesta fue bajar la cabeza con timidez sin decir nada. Estuvo por dos días en la casa y para mi fueron los días más excitantes.

Me encantaría poderla con mucho cariño y pasión hacerla mía, pero la verdad no sé cómo respondería y me preocupa que pudiese contarle a la familia y quedar con mi gusto prohibido al descubierto.

Eso me motivó a contarles esta fantasía a ustedes y recibir sus opiniones.